Stroldin
Raza: Enanos
Colectivo: Gremio de guerreros
Y así quiso el destino que la historia se escribiese, otro gran gesto de la raza de los enanos para evitar que el mundo sucumbiese al caos y así Malal quedó encerrado gracias a Randal…….Y una mierda!!! Stroldin aún podía notar el ardiente deseo de su compañero y amigo atrapado en ese estado de pesadilla, y no había sido nada estúpido como el destino lo que les habían llevado hasta ése punto, sino su propia ineptitud y falta de capacidad para protegerlos lo que consumía a Stroldin…..si no tuviese el ancestro…..si fuese más fuerte……si hubiese tomado otro camino….. Nada de eso importaba ya, lo único importante en su mente era la última mirada de su compañero pidiéndole ayuda, y eso es lo que iba a hacer aunque fuese su último acto en esta desolada tierra. Había fallado a su juramento y a su honor y por tanto sólo cabía un camino posible para él; se despidió, no sin dolor ni acritud en su alma, de los que habían sido sus compañeros en éste tortuoso viaje y decidió su rumbo. Lo primero era que el valiente matador que les había salvado no podía caer en éste lugar pues aun había mucha pelea pendiente en él, por tanto se lo llevó consigo en el viaje; el primer destino sería su Karak donde sufriría lo que muchos enanos antes que él, el destierro, puesto que ya era el interés del clan lo que primaba sobre su alma sino el bienestar de su amigo. Allí se le despojó de su título de martillador y de hijo del thain para ser un simple descastado, no quiso prolongar su estancia puesto que podía sentir como su mera existencia suponía una agonía para su clan; sólo se entretuvo en una cosa, pedir consejo al antigüo maestro de Randall puesto que él podría darle alguna pista sobre donde buscar respuestas al enigma de la salvación de su amigo. Le dijo que seguramente en las antiguas ruinas del Karak de Barbafuego encontraría alguna pista de runas que podría ayudar a Randall y de paso seguramente apaciguar la tormenta del ancestro que portaba. Sin más dilación partió hacia su siguiente destino Karak-Kadrin, hogar de los matadores, puesto que allí podría recuperarse el curioso viajero pelirrojo que iba con él y además allí, seguro que no le faltaban voluntarios para acompañarle hasta los confines del mundo donde se encuentra el antiguo Karak perdido de Barbafuego. Evitando los fuegos de la guerra que se iban extendiendo por la tierra llegó hasta Karak-Kadrin, donde se le agradeció que hubiese salvado al arisco en enano, durante el tiempo de viaje habían entablado una cierta amistad, tanta como se podía tener con tan taciturno compañero, y ésta le ayudó para encontrar un grupo de valientes(estúpidos) matadores que le acompañasen en su empresa hacia el norte. El viaje no estuvo exento de peligros pero, a decir verdad, pocas cosas hay más peligrosas que un grupo como éste de testarudos y aguerridos enanos; sufrieron algunas pérdidas sobre todo a la hora de despejar el antiguo Karak de más escoria grobi, éstas pérdidas no hicieron más que endurecer la resolución de Stroldin de llevar ésta empresa a buen puerto, pero consiguieron llegar a su destino. Tras un tiempo pasado buscando por entre las ruinas, una extraña noche mientras Stroldin montaba guardia una extraña sensación le inundó y notaba que conocía la fortaleza al dedillo, una extraña fuerza le empujaba en un camino que sabía había recorrido cientos de veces, parecía el espíritu del ancestro Barbafuego le estuviese guiando. Finalmente llegó a una sala en apariencia vacía pero presenció como poco a poco se materializaban ante él unas runas como nunca había visto antes; se apresuró a sacar papel y carboncillo para apuntarlas, apenas entendía nada de ellas exceptuando una inscripción final…”Así el mal quede siempre encerrado hasta que el sacrificio se haya visto honrado”. Esto tenía que ser, esto era lo que estaba buscando, mientras se daba cuenta de éstos hechos notó como un sentimiento de aceptación en su interior, el vínculo con el ancestro que, hasta entonces, había subido un río en turbulencia parecía haberse calmado algo, lo suficiente para que una barcaza de entendimiento pudiese surcar por él. Su destino estaba claro tenía que averiguar el significado de las runas tocaba salir del Karak y de vuelta al mundo para seguir buscando respuestas.
Y así quiso el destino que la historia se escribiese, otro gran gesto de la raza de los enanos para evitar que el mundo sucumbiese al caos y así Malal quedó encerrado gracias a Randal…….Y una mierda!!! Stroldin aún podía notar el ardiente deseo de su compañero y amigo atrapado en ese estado de pesadilla, y no había sido nada estúpido como el destino lo que les habían llevado hasta ése punto, sino su propia ineptitud y falta de capacidad para protegerlos lo que consumía a Stroldin…..si no tuviese el ancestro…..si fuese más fuerte……si hubiese tomado otro camino….. Nada de eso importaba ya, lo único importante en su mente era la última mirada de su compañero pidiéndole ayuda, y eso es lo que iba a hacer aunque fuese su último acto en esta desolada tierra. Había fallado a su juramento y a su honor y por tanto sólo cabía un camino posible para él; se despidió, no sin dolor ni acritud en su alma, de los que habían sido sus compañeros en éste tortuoso viaje y decidió su rumbo. Lo primero era que el valiente matador que les había salvado no podía caer en éste lugar pues aun había mucha pelea pendiente en él, por tanto se lo llevó consigo en el viaje; el primer destino sería su Karak donde sufriría lo que muchos enanos antes que él, el destierro, puesto que ya era el interés del clan lo que primaba sobre su alma sino el bienestar de su amigo. Allí se le despojó de su título de martillador y de hijo del thain para ser un simple descastado, no quiso prolongar su estancia puesto que podía sentir como su mera existencia suponía una agonía para su clan; sólo se entretuvo en una cosa, pedir consejo al antigüo maestro de Randall puesto que él podría darle alguna pista sobre donde buscar respuestas al enigma de la salvación de su amigo. Le dijo que seguramente en las antiguas ruinas del Karak de Barbafuego encontraría alguna pista de runas que podría ayudar a Randall y de paso seguramente apaciguar la tormenta del ancestro que portaba. Sin más dilación partió hacia su siguiente destino Karak-Kadrin, hogar de los matadores, puesto que allí podría recuperarse el curioso viajero pelirrojo que iba con él y además allí, seguro que no le faltaban voluntarios para acompañarle hasta los confines del mundo donde se encuentra el antiguo Karak perdido de Barbafuego. Evitando los fuegos de la guerra que se iban extendiendo por la tierra llegó hasta Karak-Kadrin, donde se le agradeció que hubiese salvado al arisco en enano, durante el tiempo de viaje habían entablado una cierta amistad, tanta como se podía tener con tan taciturno compañero, y ésta le ayudó para encontrar un grupo de valientes(estúpidos) matadores que le acompañasen en su empresa hacia el norte. El viaje no estuvo exento de peligros pero, a decir verdad, pocas cosas hay más peligrosas que un grupo como éste de testarudos y aguerridos enanos; sufrieron algunas pérdidas sobre todo a la hora de despejar el antiguo Karak de más escoria grobi, éstas pérdidas no hicieron más que endurecer la resolución de Stroldin de llevar ésta empresa a buen puerto, pero consiguieron llegar a su destino. Tras un tiempo pasado buscando por entre las ruinas, una extraña noche mientras Stroldin montaba guardia una extraña sensación le inundó y notaba que conocía la fortaleza al dedillo, una extraña fuerza le empujaba en un camino que sabía había recorrido cientos de veces, parecía el espíritu del ancestro Barbafuego le estuviese guiando. Finalmente llegó a una sala en apariencia vacía pero presenció como poco a poco se materializaban ante él unas runas como nunca había visto antes; se apresuró a sacar papel y carboncillo para apuntarlas, apenas entendía nada de ellas exceptuando una inscripción final…”Así el mal quede siempre encerrado hasta que el sacrificio se haya visto honrado”. Esto tenía que ser, esto era lo que estaba buscando, mientras se daba cuenta de éstos hechos notó como un sentimiento de aceptación en su interior, el vínculo con el ancestro que, hasta entonces, había subido un río en turbulencia parecía haberse calmado algo, lo suficiente para que una barcaza de entendimiento pudiese surcar por él. Su destino estaba claro tenía que averiguar el significado de las runas tocaba salir del Karak y de vuelta al mundo para seguir buscando respuestas.
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