Sesión: Aterrizando en Windcliff
General Summary
Bienvenidos a Windcliff Landing
Pareciera una luz al final del túnel, aquel de humo negro y rojo, pero era solo la luz del atardecer al final del callejón. Al salir a la luz el espectáculo de una ciudad ajetreada es abrumador. Las calles tienen dos sentidos distintos, las carrozas. algunas tiradas por caballos de metal con ruedas en sus patas, otras no tienen caballos y sus conductores van detrás de la misma, es como un mundo diferente. La gente que se ve en la calle se nota apurada pero muy serena. Pocos se visten con túnicas y prefieren pantalones que se parecen a los de montar. Otros llevan sombreros altos, como si fuera un símbolo de distinción.
En algunas paredes, dirigibles y laderas de los acantilados se encuentran carteles y se acumulan anuncios. Algunos de los más prominentes repetidamente tienen las palabras "Altodan" e "Ifekund".
No mucho después de ver sus primeras imágenes de la gran ciudad el tráfico vehicular cesa de repente. Un bote aéreo desciende no muy lejos de donde están y sin aterrizar se despliegan 6 cuerdas de el. Bajan por esas cuerdas 4 soldados de blanco y dorado, y 2 oficiales con unas túnicas muy ajustadas al cuerpo pero que lo cubren de los tobillos hasta el cuello alto. Con decisión caminan hasta la casa a la derecha del grupo y abren la puerta con una patada pero sin soltarse las manos agarradas atrás. En pocos segundos los salen los soldados con un dos artesanos aún vestidos con sus ropas de trabajo. Uno es un enano y la otra es una semi-elfa que grita "no por favor" antes que la amordacen y la metan a una caravana sin caballo que se acercaba. Mientras desde adentro del local vuelan libros, pinturas, herramientas de labrado, instrumentos musicales, y algunas telas. Los hombres de túnica salen luego con aire severo y hacen un ademán a uno de los soldados se quita el casco alargado y revela ser un dracónido, abriendo la boca exhala una llamarada a la pila de cosas confiscadas...
Arriba el sol se esconde ante el tamaño de un zepelin que porta un cartel de tela colgando que reza: "Estás en Windcliff Landing, y eso es sinónimo de una buena vida, Ifekund te desea que hayas tenido un gran día, no olvides tomar tu Altodan antes de descansar".
Un lugar para descansar
Ante la mirada estupefacta del grupo se abre una ciudad oprimida y tranquila, los transeuntes, de diversas razas, transitan las calles de la bella ciudad siempre apurados y sin mostrar reacciòn alguna. Pero ellos no saben donde están, nunca estuvieron allí, lo primero es averiguar donde están. Al ver en la vereda de enfrente, una aeronave parte desde uno de los puertos aèreos que tiene la metròpolis. A si izquierda, un enorme cartel reza "Bienvenidos a Windcliff Landing, laquì tenemos una buena vida", en un ribete sobre el mapa de la ciudad.
El viejo
Mock Nobleforge con sus últimas fuerzas los transportó a la zona Portuaria Aèrea de la gran ciudad. - "Veamos, estamos en Puerto Bajo" exclama el
dragón y lo primero que le llama es una taverna enana tallada en la roca del acantilado bajo una veta de cuarzo.
Altalas se quiere acercar y se tropieza dejando caer las cinco tablas que el oráculo entregó al enunciar la
La profecía, y con una sonrisa cómplice las mete en sus tùnicas atándolas como un bolso improvisado. -"En Hirilorn sagrado podemos pedir ayuda en la gruta de Boheia"- dice la novicia. Pero el resto decide que lo prioritario es descansar. Pasaron muchas cosas y hay que encontrar un lugar seguro donde hablar. El camino a la taberna se realiza con mucho cuidado, la poblaciòn no muestra reacciòn emotiva alguna y si bien hay extranjeros, estos parecen ser discretos y respetuosos del status quo que se hace cumplir en el lugar.
A unos cientos de metros, un edificio carvado en la roca de la montaña parece haber sido construìdo en dos etapas, la más reciente con un lujo en la arquitectura que sorprenderìa hasta el mejor maestro constructor enano. Sobre la gran estructura de 3 pisos, como un puñal que sale de la espalda de la montaña, unos cristales de cuaro azul le dan una luz azulina mìstica al cielo del atardecer. En la puerta, Thomson murmura "dejenme a mi hablar" al logo labrado en la madera con forma de dos velas cruzadas, y abre la puerta...
Polémica en el bar
Entra un dracónido al bar y dice "atención a todos!", mientras el enano que sale detrás de la barra a toda prisa pero sin querer levantar emociones, y se acerca al trovador que está dispuesto a entonar estrofa. "Estimado señor, con todo respeto le pido que guarde silencio y tome asiento, en este bar. Lo atenderé de inmediato, incluso gratis, pero no me comprometa...", el dracónido trovador casi combustiona, pero se va a fuera a expeler los humos.
Frugg asiste a su compañero de orgullo herido, los demás toman asiento mientras el tabernero Bafir, les sirve pan, queso e hidromiel.
Altalas pide un vaso de leche. Al rato el resto de los integrantes del grupo entran en la taberna al entender la necesidad de descansar. Hablando con el dueño, el jòven reptil se entera de que toda expresiòn artìstica en la ciudad está estrictamente prohibida y hay un ejercito de elite (Los Pretores) que están haciendo cumplir la regla bajo amenazas de expropiaciòn y peores castigos., incluso le muestra que el mismo enano sabía interpretar unos ritmos antes de la prelatura. Ante los indicios de Bafir de no discutir en el bar con tanta gente les ofrece su mejor habitación. La cena es de un muy buen estofado, y cerveza de raìz bien recibida y agradecida los aventureros se van a sus respectivas habitaciones (1 de 6 cómodas camas, y una simple para la niña elfa). No sin antes tener un momento con su compañero de raza,
Frugg Hengeborn , quien ya se había mostrado interesado en la forma de vuelo de los barcos aéreos, le comenta sobre la arquitectura del lugar y Bafir responde que el es hijo del último de los mineros de esta veta d cuarzo y que heredó esta taberna cuando su padre la construyera de los vestigios del emprendimiento minero, y que por eso la lleva adelante con orgullo.
Esa noche, una vez cerrado el negocio, Bafir golpea gentilmente los maderos de la puerta de los 4 hèroes, algunos de los cuales habían recostado sus cabezas, y escondido sus instrumentos musicales. El enano ingresa con un café para cada uno y una vela que dispone en una mesita de luz mientras se sienta. Al cuestionamiento de los aventureros el propietario les responde con parte de la historia de la ciudad.
Al finalizar la reconstrucción de la ciudad después del evento "El sonar de trompetas" y la posterior conquista de la alianza. Windcliff Landing se establece como una democracia independiente y partidaria, con elecciones (o hócilmë) cada 10 años. El parlamento está compuesto exclusivamente de humanos, semi-elfos y elfos, aunque en la ciudad generalmente los elfos que existen son los altos elfos, muy poco elfo del bosque.
El gobernador electo actual está terminando su mandato la elección se acerca, pero hace 3 meses empezó con una serie de medidas que la sociedad aceptó como "una manera de no volver atrás", hablando de los intentos de supremacía élfica. Se instauró el Clero de Pretores y comenzaron las incursiones y expropiaciones. Ahora entregan a todos un aposito, un compuesto al que llaman "Altodan"
Tal vez causal de esto, la próximas hócilmë peligran puesto que el partido oficialista "Taesi" ha recibido una carta de los partidos opositores renunciando a la postulación, perpetuando a Taesi como unico partido capaz de gobernar.
Los aventureros se prestaron a preguntar si se habia formado algún tipo de resistencia ante la opresión pretoriana, el enano titubeó para contestar, pero sugirió contactar a
Merla Brownback del gremio de ladinos, cerca de la forja, en Villa la Trompeta. Dicho esto el enano se paró en gesto de retirarse, diciendo que su intención es informarlos para que puedan manejarse por la ciudad con precaución.
En eso se escucha un ruido desde la habitación de Altalas, aunque no parece interesante y deciden no molestarla.
A la mañana siguiente, bajan a desayunar y son recibidos de inmediato por el tabernero que les entrega un ademán y una taza de te, el mismo té que todos en el local están tomando. Los clientes llegan con pocas palabras y se van sin murmullo alguno, simplemente toman su té con pan y se van, todos el mismo té, todos el mismo pan. Uno a uno bajaron a desayunar y son recibidos de la misma manera, pero falta alguien.
Cuando todos habían terminado su desayuno, una dormilona monja baja torpemente la escalera. Con cara de dormida se sienta en la mesa de todos y no habla por unos segundos. Luego, exaltada contiene un grito y sonríe a todos, llamando la atención de todos en el comedero. Algunos se apresuran a salir.
"Me ha contactado la Madre
Talila que feliz me puso!" Exclamó la doncella mientras varios en el local apresuraban su paso y el mesero hacía señas para que se caye. "Ella está bien y la niña también!" dice con un entusiasmo que la supera. "Pero al mago enano no lo vi bien, tenía algo oscuro en la mano como si estuviera hecha de cristal negro". Todos se levantan y se disponen a salir de la taberna.
Varis la arrastra afuera hacia un callejón aledaño a "Las Velas Cruzadas" y los varones le explican que no hay que demostrar emociones puesto que atraerían problemas en la ciudad hasta tanto se resuelva la situación o puedan salir de la misma. En eso escuchan un ruido en los tejados arriba de sus cabezas...
Peleas de callejón
Todos miraron hacia arriba, en ambos lados unas capuchas oscuras asomaban,
Thomson que a esta altura había perdido la paciencia lanza sin mucha suerte una llamarada de su boca encendiendo brevemente la punta de los tejados. "Quienes son Uds." gria mientras
Frugg consagra la pelea a
Fafnir bendiciendo a sus compañeros. "Los muertos no hacen preguntas" se escucha desde el techo cuando un gran número de sombras se abalanza ante ellos.
Varis Themoria, quien aún estaba un poco lejos corre y arremete contra una de estas túnicas negras mientras descienden, el sonido de su espada contra la piedra del costado de la taberna enana afloja al maleante que cae sin mediar palabra. Por un segundo el semi-elfo cree ver un hombre sin rostro. Otro de los maleantes desciende sobre
Altalas y asesta con su cimitarra en la novicia que con grito sordo cae de rodillas, y esto enciende al grupo.
El trovador dracónido, rábido de esta situación, hace uso de su nuevo instrumento y con un rasguido del laúd provoca una onda expansiva que manda a todos, incluyendo a la herida monja, contra las paredes. 3 sombras más se desploman al suelo. El herrero
Frugg toma su martillo con las dos manos y arremete con fuego en los ojos contra el cultista que logró esquivar en su descenso y la furia de Fafnir se vió en todo el callejón al consumir entre las llamas las ropas oscuras del malhechor. También el enano, durante un segundo, ve como una tela blanca se funde con la carne y el cráneo de su adversario. Ya habían caído 4 y aùn faltaba lo peor.
Thorn se veía como un alto semi-orco en comparación con los intrusos de estatura humana o menor, se acerca a defender a la elfa y arremete con furia de golpes sobre las telas negras que envuelven a su adversario, el cual se desploma sin mediar acción. A su lado, otra sombra quiso descender sobre el grandulón verdoso y este demuestra su improbable agilidad con un salto hacia atrás en el momento exacto, para luego empujar al manto negro contra la pared, un clavo saliene en la madera del muro del pasillo hace el resto cuando tiñe de rojo la tela que cubre el rostro de quien lo atacaba.
Un grito de rabia se escucha desde atrás del callejón. "Inútiles!!" declara el adversario mientra se deja ver, con una capucha roja y su túnica negra que da paso a una mano flaca y temblorosa sosteniendo un cráneo. Sin mediar palabra alguna,
Varis toma de la mano a Altalas y la saca de su trance que había estado usando para curarse. "No es seguro que estes acá" piensa el semi-elfo sin emitir vocablo.
Los tenebrosos brazos se alzan y una neblina toma forma entre ellos, se densifica y se convierte en una espada mientras el mago la proyecta sobre
Frugg que estaba en línea directa, hiriendo al enano religioso. La pelea se cierne sobre el nuevo opositor, al final del callejón, pero no todo es agresión, el dragón del laúd se acerca a su enano amigo y con una mano en el hombro le transmite una nueva paz reconfortante, no está solo en la pelea y eso afianza los lazos del grupo.
El brujo, ensañado con el enano forjador, transforma su mano en un burbujeante humo negro y la proyecta entre las armaduras de Frugg, produciendo un ardor que no se quitaría en un tiempo. El artista marcial semi-orco decide que esto debe terminarse y arremete contra el brujo no sin antes utilizar las escamas del trovador como catapulta para proyectarse contra el némesis. El golpe hace retroceder al sectario que alza sus dos manos contra el enano nuevamente, pero no atina al proyectar una columna de fuego que calcina un círculo al lado de Frugg.
El
maestro semi-orco no pierde tiempo y comienza a girar sobre si mismo, y usando a sus dos compañeros com peldaños la patada voladora manda a su enemigo al suelo. Ya casi todo estaba dicho, porque la furia de Fafnir se volvió a encender cuando sobre su martillo ejecutor proyecto el fuego de sus entrañas, iluminando todo el callejón y encendiendo al fanático cultista en una pila de carne y ropas.
El callejón guarda silencio de nuevo, al salir entre los cadáveres,
Thorn le lanza unos ropajes oscuros a Varis, y salen a la calle de una ciudad que parece no haberse dado cuenta de los estragos que sufrieron estos turistas. La cámara sube dejando a los protagonistas diminutos en el gran acantilado de la enorme ciudad. Al final de la calle una ochava en pendiente pronunciada tiene un cartel sin sombra reza: Hacia arriba, Hirilorn sagrado...