Sesión: Sacrificio de Honor
General Summary
De intrigas y juegos políticos
Anochece en el último día de otoño en Argoreth. El viento helado del crepúsculo no distingue de razas y credos y acaricia todas las ropas con su gélido soplido. Las elecciones que se dieron en el mediodía pasado han despertado intrigas y preguntas entre los protagonistas. Particularmente el historiador Mironwe se interesa de sobremanera por establecer relaciones de mutuo beneficio con la oligarquía local, como era de esperarse, pero con el condimento de este misterio detrás de la elección de la reina y el cómo esto cambias las criaturas que agobian las costas en la noche helada. Al aproximarse a la alcaldesa, Dasyra Luncan ,esta recibe a él y a Velaq Lorenz con una sonrisa protocolar ya gastada, pero al sorprenderse por la melodía y elegancia de las palabras que Mironwe le hace escuchar, solicita ir a un lugar más tranquilo y los invita a su oficina. Allí los viajantes se presentan y estos se presentan como reclamadores y parte del salvataje de la cultura élfica. Velaq recorre la oficina mientras la conversación tiene lugar, atento al lenguaje verbal y no verbal de la mandataria, mientras ojea las grandes bibliotecas que adornan las paredes de la oficina. Mironwe lleva la conversación hacia el coronamiento de la reina, adornado con términos que buscan causar una buena impresión en la alcaldeza. Dasyra rápidamente introduce a Umbraella, la diosa del mar que veneran localmente y la coloca como causal de la buenaventura del pueblo. El elfo historiador nota entonces que no existe actividad pesquera por más que sea un pueblo costero. Velaq se percata de las respuestas evasivas de la madame y vuelve su atención hacia ella y la intima para que diga la verdad sin rodeos. Ella se ve convencida sobre la legitimidad de los estudiosos y los invita a la ceremonia del sacrificio al día siguiente a la noche. También invita a Mironwe a cenar a su mansión en la noche. Para el amigo de Velaq, este es un evento, de los más importantes a los cuales fue invitado y va a urgir a la gruñona anfitriona de la taberna puede ofrecerle un baño.El concilio del Cithara
Tiao Kain llega El Cithara y subiendo la rampa escucha el llamado del erudito Velaq. Lo recibe y le pide la acompañe ya que recién está llegando. Encuentran a todos reunidos en la cubierta, y al unísono anuncian que tienen noticias sobre lo que pasa en Sokeby . La reina que tanto clamaban será sacrificada mañana en la noche en una especie de ceremonia a una diosa. Varis se enoja al escuchar que Altalas estuvo como candidata para la elección a una reina que será sacrificada. Velaq les ofrece su información y les cuenta que sabe lo que son "los ahogados del Este". Esto provoca que la beata busque entre sus vestiduras y produzca la tableta que reza la parte de la profecía:"ha ba khangoa ke metsi ba ka bochabela ba ka utloa" (cuando los ahogados del Este escuchen)Sirio en la Tormenta se acerca a la paladin y respetuosamente solicita de su atención. La capitana lo acompaña al nivel de la galería y este le cuenta de una polizona que se subió al barco aéreo el día anterior. Enojada reprime al navegante. La armadura plateada blanquecina refleja el sol de la tarde que entra por la claraboya e ilumina toda la habitación. En ella una prisionera trata de enfocar los ojos tal resplandor. La capitana Tiao se muestra inquisidora y gallarda cuando pregunta sobre la naturaleza de tal intromisión en su barco. Larissa, así dice llamarse es a todas luces una Tiefling que se ha escurrido huyendo de algo y ha terminado en el calabozo de la carabela. La prisionera juega su carta de criatura desprotegida y sus ropas le ayudan a pertrechar a una desprotegida criatura de los páramos del Norte. Tiao quiere reportarla a las autoridades locales pero no hay una autoridad militar en Sokeby. La prisionera ofrece su ayuda, pero Tiao le comenta que no puede prestarle atención, hay otros temas que tienen más prisa.
Un pueblo demasiado tranquilo
Al comentar Tiao el nombre de la reina elegida, Eyalín Themoria, Varis encoge los hombros y cierra los puños. Al contestar, el semi-elfo descarga contra la tranquilidad del pueblo en sacrificar a sus habitantes. Le urge ir a rescatarla. Altalas Birdiir le pone una mano en el hombro y confiesa:"Ustedes han hecho mi trabajo demasiado tiempo, es hora de que yo los siga a ustedes."Después de un breve debate sobre la situación, de Varis despotricando contra los elfos aún con la religiosa a su lado y como los ahogados están detrás de los sacrificios, deciden ir a reclamarle a la alcaldesa. Parten inmediatamente, sin mediar mucha preparación.
Sonámbulos en el castillo
Golpean las puertas del pequeño castillo y una voz severa contesta del otro lado. Solicitan a la alcaldesa y esta los rechaza, al estar ocupada. Los guardias toman formación en el frente de la casa y repiten el rechazo de la anfitriona. Varis les grita y amenaza con avisar a todo el pueblo, reina incluída. Velaq intercede y trata de tener acceso ya que Mironwe tenía una cena esa misma noche. Los guardias después revisar le comentan a Velaq que su amigo nunca llego hasta la gran morada. Velaq sale corriendo...La prisionera que no suelta
En el Cithara, Sirio se dispone a llevar la cena a la prisionera cuando esta le agradece y le insinúa estar desprotegida. El capitán del barco le deja la bandeja. La encantadora tiefling muestra su lado seductor al ofrecer su compañía al felino y este se deja llevar por las palabras de su prisionera y comienza a ponerlo nervioso. La mano de uñas oscuras como la noche comienza a recorrer el brazo musculoso del marinero. El tabaxi recupera la compostura y se retira con un saludo muy amable para un prisionero.El buscador de tesoros, no encontrado...
Hanna termina de limpiar unos jarros y ve pasar al elfo apresurado a la habitación de su amigo. En la habitación las ropas están sobre la cama acomodadas. No parece que alguien haya interrumpido en el lugar. Al salir habla con Hanna que desde el mostrador se queja de que "su trabajo no es el de ser botones". Se mofó de Mironwe que había pedido bañarse y después lo vio irse con atuendos pintorescos. Velaq corre hacia el Cithara a medida que la noche se cierra sobre la costa oriental. Allí informa que su amigo desapareció y que es imposible que no esté en el castillo de Dasyra. Calum resuelve que deberían ir a buscar a la reina y custodiarla en el barco aéreo. El arlequín posa su mano en la cabeza de Altalas que con los ojos casi cerrados sonríe antes de bostezar por 3ra vez.La difícil prosperidad, y una historia de hermanas
El tiempo apremia y la oscuridad se hace carne en los aventureros que deciden ir a la residencia Themoria, donde la reina electa descansa su última noche. Tiao, Calum, Varis y Velaq caminan por el centro de un pueblo que ya no tiene murmullos. Al llegar son recibidos por Un gruñón granjero que les grita como si ya antes los hubieran visitado. Velaq le comenta que hay otra forma de salvar a su hija y el granjero los hace pasar, antes "que esas cosas entren a mi casa". Al ingresar, el viejo Sanam Yelric toma de los hombros a Varis, lo mira bien y pone una sonrisa en su cansada cara. "Eres tú eh? Kesiir, Kesiir, mira!" la corpulenta elfa abraza a Varis y él le devuelve el abrazo a su tía. Varis, les cuenta del choque de Montañas en Khor Ulum , y el fatídico destino de la madre de Varis, Solana. Mientras Kesiir llora desconsolada, Calum Faedan discute con Varis que no le dijo que era la prima.Kesiir, Solana y Kastora dejaron el pueblo de Nelannor cuando eran muy chiquitas. Su madre Brosta y su padre Eldynnar siempre soñaron con vivir en la esplendorosa Ifndell . Brosta consiguió un puesto en la guardia real y llegó a ser consejera de la reina, lo que le dió un puesto muy alto en el consejo de la reina. Kesiir se fue a un Sokeby por una vida más sencilla mientras que Kastora aspiraba por el puesto de la madre. Y la madre de Varis, Solana, decidió criar a su hijo en Khor Ulum donde sucumbió ante la catástrofe del El choque de Montañas .
El granjero está convencido que los sacrificios son un bajo precio a pagar por la tranquilidad y prosperidad. Varis le replica enojado, para proteger a su prima y elegida por el pueblo. El viejo discute brevemente pero Calum interrumpe diciendo que tienen una forma de solucionar el problema de raíz.
Eyalín, su prima, está contenta de dar su vida por el honor y riquezas que traería a su familia y a su pueblo. La cara del semi-elfo no para de asombrarse. Calum le ofrece albergue en el Cithara para asombro de Tiao, pero el granjero insiste en quedarse, para tener una coartada, y que de última se lleven a la joven reina.