Sesión 13: Hierro y sal Report

  El viaje por el pulmón negro es les castiga con tormentas y la emboscada de un nutrido grupo de bandidos que les obliga a perder un par de días, para recuperarse del ataque, antes de llegar a Sindr , su última parada en el Protectorado antes de continuar su ruta hacia el Desierto de Stukov tras reponer sus suministros.   No tardan en comenzar las sorpresas, pues a las varias horas de marcha un chatarrera que les seguía se aproxima al grupo indicando que lleva un mensaje de Grindr "Si hacéis localizado el rastro de Jeneda, recuperad el cilindro blanco y reuniros conmigo cerca de las ruinas de Exaltar."   Un mensaje corto, peor ya tienen un objetivo hacia el que apuntar.   El grupo viaja por el desierto de sal durante una semana, teniendo algún encuentro con ejemplares de la extraña fauna del lugar, pero consiguen llegar a su objetivo sin grandes perdidas, al llegar a su objetivo todos quedan consternados.   Una única antena emerge del suelo. no hay nada más al rededor, solo la infinita extensión de sal del desierto.   El grupo no pierde tiempo y procede a investigar los alrededores , encontrando una maltrecha pantalla y un botón a los pies de la antena. Sin ninguna pista más a seguir Karim lo presiona, mientras el grupo vigila los alrededores con expectación.   Durante unos minutos nada ocurre, pero la pantalla parece mostrar como algo se acerca rápidamente y, un tiempo después, ven como desde el horizonte se acerca un extraño vehículo que flota, casi siempre, sobre el suelo. Al llegar a su altura el vehículos e para y una de sus puertas se abre con un estruendo a la par que una mecánica y distorsionada voz les habla desde su interior. El vehículo está en muy mal estado, con el armazón oxidad y agujerado por el tiempo, todos tienen claro que es un milagro algo tan antiguo siga moviéndose.   Llegan a la conclusión de que no les queda otra opción que subir y rezar.   El vehículo les lleva, a duras penas, a través del desierto durante varias horas, durante el viaje una de las pocas ventanas que se mantiene entera, muestra numerosas imágenes y textos en idiomas desconocidos. Karim logra sacar de la oleada de información. Entre otras cosas, parece que se dedicaban principalmente a la investigación medica. Además encuentra algunos nombres ya conocidos por el grupo, como el Grupo de Recombinación y otros desconocidos, como la sociedad de Anubis. Nada que les ayude en este momento, pero aprovechan el viaje para descansar y atender sus heridas.   El viaje, finalmente, les lleva a travesar un túnel de hormigón, tras el cual el vehículo se detiene en una suerte de hangar.   Mientras el grupo sale del vehículo, Karim discierne que la voz de su interior les ofrece conectarse al complejo para hacer de guía, a lo cual acceden al pulsar el spitaliano una imagen en el cristal de la ventana.   Tras unos instantes las imágenes en el vehículo comienzan a parpadear y cambiar de manera frenética y, unos instantes después, el vehículos e pone en marcha, estrellándose contra uno de los muros del hangar. Acompañando el estruendo, todas las luces del lugar se encienden y, para el horror del grupo, varios hombres máquina, que habían pasado desapercibidos en una de las paredes, cobran vida y comienzan a moverse.   El grupo se prepara para huir, pero para su sorpresa los hombres máquina no les prestan atención y se dirigen a uno de los pasillos que salen del hangar, al rato comienzan a oír el sonido de una batalla, los ecos de gritos, disparos y explosiones llenan en hangar.   Siguiendo el origen del caos llegan al lugar donde la batalla se desata, múltiples personas, muchas ataviadas con uniformes de cronistas y Spitalianos se defienden del asalto de los hombres maquina. No obstante no acuden en su ayuda, pues no pueden evitar ver el colo del liquido blanco que se mezcla con su sangre.   La batalla parece estar decantándose en favor de los hombres máquina, cuando el grupo de desconocidos activa un artefacto de gran tamaño que reposaba en una esquina. En un instante las luces del lugar se apagan, siendo sustituidas, poco después, por las luces de emergencia de complejo.   Los hombres máquina quedan completamente inertes.   El grupo se retira entonces, a buscar un lugar oculto en el que ocultarse, pero Bajan alcanza a oír como uno de los extraños grita que alguien verifique como algo llamado "servidor" ha podido conectarse a la corriente del complejo.   Tras encontrar un lugar en el que ocultarse, Paco de García y Karim comienzan a encargarse de aquellos aun heridos tras la travesía por el desierto, dejando que los miembros restantes exploren el complejo y espíen a los extraños, pasando así un par de días reuniendo información.   Descubren que el grupo de desconocidos está intentando acceder al cilindro que han de conseguir, pero se encuentran en un callejón sin salida debido a que si activan los sistemas del complejo, los hombres máquina y otras medidas de seguridad responden automáticamente con un ataque contra ellos. Descubren también que un grupo de pálidos les trae suministros de manera regular en un vehículo a motor, lo cual levanta una nueva oleada de preguntas en e incógnitas en el grupo.   El grupo no tarda demasiado en trazar un plan, Saray saboteará el artefacto que vieron utilizar para apagar los hombres máquina, tras lo cual, Karim, Saray y Bajan se infiltrarán en la sala de "servidores" y Karim tratará de conectar los sistemas. El grupo aprovechará entonces la batalla para acceder al cilindro y huir.   Muy arriesgado, pero estaban decididos a no marcharse con las manos vacías.   Al caer la noche comienzan a moverse. Al principio todo sale a la perfección. Saray logra sabotear el artefacto sin ser vista, encienden a los hombres máquina y logran hacerse con el cilindro en la confusión de la batalla. Es en ese momento cuando las cosas comienzan a salirse de lo planeado.   Durante su huida, Karim decide hacerse con una muestra de la sustancia blanca de los extraños, pero menos de dos minutos después el terror le embarga al ver que uno de los hombres máquina se gira y le identifica como enemigo. Tratando un suspiro en hacer la conexión, Karim tira la muestra mientras echa a correr, librándose de la atención de la máquina.   Cuando el grupo está llegando a la salida, una nueva alarma resuena por el hangar. Karim palidecer al entender lo que dice la voz que resuena junto a la alarma. Un hombre máquina fuertemente armado se dirige a recuperar el cilindro.   Walter, que llevaba el cilindro se lo cede a Bajan, que monta en su caballo y galopa hacia el desierto como alma que lleva el diablo con la esperanza de perder al hombre máquina. Unos instantes después, este cruza frente al resto del grupo.   Walter se arrodilla y apunta con su rastreador. El eco de la ráfaga de disparos resuena por el túnel al impactar en el hombre máquina, que se gira hacia la amenaza.   El esto del grupo huye fuera del túnel.   Walter solo llega a poner un pie en el exterior, esperando haber conseguido algo de tiempo para el Juez.   Con un disparo que apenas emite sonido, el lateral de la entrada al túnel estalla envolviendo al hellvético.   Cuando la nube de polvo y fragmentos pasa, el hombre máquina ha reiniciado su persecución y Karim se aproxima a los escombres. Walter esta tumbado, gravemente herido, cubierto de cascotes y con su armadura destrozada... pero con vida.   No tiene tiempo de celebrar.   Otra máquina sale del túnel y se lanza directamente contra Paco, atravesándole varias veces con una ráfaga de proyectiles. El Spitalianos cae al suelo, quedando inconsciente en el acto.   Karim se gira, llegando a ver por azar, en la mano de Paco el destello del vial con la muestra de sustancia blanca que había tirado en el hangar. De un salto se la quita de las manos y la arroja lo más lejos que puede antes de que el hombre máquina dispare de nuevo...   Funciona.   El imponente golem se aleja por el túnel a toda velocidad, la batalla seguramente aún continúe en el complejo.   ...   En la lejanía, Bajan cabalga perseguido por la muerte. El hombre máquina le esta dando alcance y, aunque aún esta a una distancia respetable, cada pocos minutos un silencioso proyectil hace estallar el suelo cerca del caballo. Ya ha dejado caer toda la comida y el agua que cargaba la montura y no es suficiente. Pronto le alcanzara o no fallara el tiro, y será el fin.   Por el rabillo del ojo, ve, durante un instante, una figura a lo lejos.   Fruto de la desesperación, sin saber que más hacer, hace girar al caballo y se dirige hacia la visión. Cuando está acercándose el caballo se frena en seco, encabritándose y obligando a Bajan a desmontar. Es entonces cuando lo ve, surgiendo de la nada en mitad el aire, la criatura que les atacó en la Fábrica de falso quemazón.   "La ambrosía" dice señalando al cilindro.   Bajan no tiene espíritu para discutir, si la criatura no le mata, lo hará el hombre máquina que está cada vez más cerca.   La criatura toma el cilindro, que se derrite en sus manos y se infiltra por todas las grietas y orificios de su cuerpo. Con un rugido triunfante la criatura señala al hombre máquina y un fugaz rayo de luz roja sale de una de sus manos y, unos instantes después, el tórax del hombre máquina estalla, generando una lluvia de fragmentos que esparcen los restos del golem por todo el área.   "Has cumplido con el trato del cronista" dice la criatura mientras le lanza una pequeña pieza de tecnología. "En ese lugar encontrareis el origen del noble" indica mientras comienza a desvanecerse "Si localizáis más ambrosía, hacedmelo saber." dice mientras le lanza otro dispositivo al juez.   Justo antes de que desaparezca el Bajan vuelve en sí, alcanzando a preguntar que ha sido de Grindr.   "El cronista ya no existe" expresa la criatura antes de desvanecerse del todo.   El juez queda tendido unos instantes, permitiéndose recuperarse de su roce con la muerte, tras lo cual se levanta y comprueba que su caballo siga vivo y en buen estado. Poco después el resto del grupo les alcanza.   Mientras Karim atiende a los heridos, el resto del grupo recupera uno de los brazos armados del hombre máquina y lo cargan en el caballo. Si logran salir del desierto, podrán conseguir un buen dinero por el, aunque existe el problema de que no saben exactamente donde están y muchas de sus provisiones se han perdido.   Tras explorar la zona encuentran una antena similar a la que llamó al transporte predecesor al primera vez así que, faltos de ideas, prueban de nuevo. Unos minutos después, un vehículo similar al anterior llega hasta su posición, solo que este es mucho más pequeño, para entrar todos en un solo viaje, deberían dejar cosas atrás, entre ellas el brazo del hombre máquina.   Comienza una discusión, parte del grupo no está dispuesta a dejar el botín atrás y propone, incluso, esperar a una de las entregas de los Pálidos y tratar de emboscarles. La otra parte no está dispuesta a arriesgarse a atraer más la atención de los hombres maquina en una batalla con parte del grupo herido.   La discusión queda interrumpida cuando Saray propone que Karim trate de manipular el sistema de la antena para llamara a otro vehículo. Sin animo para continuar la discusión, el Spitaliano accede y comienza a meter mano al sistema de la antena.   Un chispazo le hace retroceder a la vez que todos oyen como se desata una nueva alarma.