Tráiganlas ya
General Summary
Luego de derribar la estructura de la fosa, se decidieron a descansar antes de emprender el camino hacia la cueva antes explorada brevemente por Flek, no sin antes cavar una trinchera, en la que Flek lanzó un hechizo de protección que creó una especie de domo a su alrededor.
Antes de ingresar a la trinchera, Abeloth llevó a cabo un ritual para calmar a los elementales de piedra, mientras esto sucedía, los demás lo escuchaban hablar en primordial y sentían una tenue vibración en el aire, al finalizar, las rocas se agrandaron y comenzaron a caminar con más seguridad, en el transcurso del ritual, les comentaron que eran una comunidad que vivía pacíficamente dentro de la montaña, que fueron atacados por los sofocadores y los plañideros y luego no recordaban nada más. Tras ver que los pequeños elementales se sentían más seguros, decidieron esconderlos, ya que no podían llevarlos con ellos, por lo que los ubicaron debajo de un árbol fácilmente identificable para los aventureros, los enterraron un poco y los cubrieron con hojas y ramas.
En el domo protector, Flek decidió enviar un mensaje a Rugen para saber si ya llegó a Avzazilo, de inmediato recibió respuesta por parte del druida, diciéndole que había tenido que esquivar varios ataques perpetrados por los súbditos de Favalas y que incluso estaba siendo seguido en ese momento por algunos Imezi, por lo que Flek envió otro mensaje a Favalas para avisarle que Rugen se dirigía hacia ella, que estaba siendo atacado y que la situación era más difícil de lo que pensaban, antes de lograr advertirle que las criaturas parecían ir por ella, el gato invocado para fungir como mensajero se marchó, tras unos instantes, recibió la desalentadora respuesta de la Señora de Avzazilo, en la que le indicó que ya perdió un frente completo y que por prevención, todo el que trate de ingresar será atacado, por lo que no puede ayudar a Rugen.
Tras el desesperanzador mensaje, se dispusieron a descansar, pero la dicha no fue mucha, ya que en la segunda guardia, Calypso escuchó una especie de quejido lejano, así que rápidamente despertó a Cenizo para que estuviera atento y luego descendió a la trinchera para avisar a los demás. En la cruenta batalla, se enfrentaron a 5 sofocadores y 2 plañideros, lograron acabar con varios de los enemigos y entre aquellos que quedaron acorralados, se escuchó en abisal una tenebrosa frase, sólo comprendida por Zeth: ¡traiganlas ya!
Antes de que los aventureros se fueran de aquel funesto lugar (algunos sumamente mal heridos, entre ellos incluso el majestuoso Cenizo o volaballo, como le decía Flek), Zeth alcanzó a recoger del suelo una especie de piedra o moneda que uno de los plañideros dejó tras su muerte, la examinó brevemente y vio lo que parecía ser un cuerno, rodeado de una especie de serpiente llena de arrugas.