En un mundo donde la magia y las sombras tejían un tapiz en constante movimiento, surgió un individuo cuyo carisma y ansias de grandeza marcarían su destino y el de su linaje. Dharokar, un alto elfo de porte noble y cabellos dorados, irradiaba una mirada ardiente y una ambición insaciable. Antes de adentrarse en los abismos de la magia oscura, su apariencia resplandecía con la elegancia característica de su estirpe. Con una figura alta y esbelta, y cabellos dorados que enmarcaban un rostro de facciones distinguidas y mirada inquisitiva, portaba vestimentas finamente confeccionadas que dejaban entrever símbolos de poder y ambición.
La vida de Dharokar transitaba por caminos que entrelazaban intrigas palaciegas, leales aliados y ambiciones sin límites. Sin embargo, su sed de poder lo condujo a desentrañar un antiguo tomo prohibido, cuyas páginas resonaban con secretos oscuros. Fascinado por la promesa de un poder sin igual, no dudó en sumergirse en el estudio de lo oculto.
El ritual, enigmático y ominoso, exigió un precio de proporciones titánicas: la sangre y las almas de su propia descendencia. Dharokar, cegado por la codicia y el anhelo de perfección para su raza, no dudó en emprender el pacto. Su determinación implacable lo impulsó a desafiar las advertencias y a enfrentar los límites del mundo conocido.
Con la realización del ritual, su mirada ardiente se tornó inquebrantable. Dharokar se sumergió en la magia oscura con una sed insaciable. Pero este acto de desafío a lo desconocido desencadenó una transformación que jamás habría imaginado. La influencia de Vecna, el rey liche, tejió su destino con un poder oscuro más allá de su comprensión.
La maldición que se abatió sobre él y su linaje transformó sus vidas en un entramado de tragedia. Los descendientes de Dharokar, la estirpe Abyssi, surgieron con cabellos blancos y nombres malditos. La endogamia y el incesto se convirtieron en una necesidad, un sacrificio para preservar la pureza de su raza y alcanzar la magnificencia deseada.
Dharokar dejó de ser un alto elfo noble para convertirse en un paria atormentado por su elección. La influencia de Vecna y el precio de su pacto lo transformaron en un tiefling, un ser con cuernos, piel oscura y rasgos infernales. Su rostro, antaño orgulloso y desafiante, se tornó una máscara de tormento. Su búsqueda de poder y grandeza lo llevó a una caída ineludible hacia la oscuridad.
Cuenta la leyenda que Dharokar pervive en la penumbra, oculto en algún rincón insospechado, tal vez en el plano de las sombras u otro lugar secreto. No obstante, su poder es tan vasto que, si regresara a Dilmund, sería casi como vivir bajo el yugo de Vecna. La sombra de su legado se proyecta sobre las vidas que quedan atrapadas en su influencia, como un eco incesante de la ambición desmedida que arrastró a todos hacia la oscuridad.