Tras sobrevivir a duras penas en la linde del bosque de los grifos, quedó claro que tenía que acercarse a algún campamento y encontrar la manera de viajar hacia el sur.
Pero antes de hacerlo había que prepararse, si no eran capaces de identificarla, todo sería más fácil. Cogió los restos carbonizados de su pequeña hoguera, los mezcló con con agua y cuando consiguió esa pasta oscura procedió a teñirse su característico pelo blanco de color negro.
Mientras vendía las pieles y los huesos que había conseguido en el bosque escuchó hablar sobre las festividades de Talión en Langwald y los rumores sobre el afamado "Arvid Stig" que siempre solía aparecer, uno de los ASCENDIDOS.
Había conseguido su primera pista, estuvo unos días más en la aldea y se unió a una caravana de mercaderes que seguían la ruta de Seuthes. Pues si seguía todo el camino hacia el sur terminaría llegando a la ciudad universitaria de Langwald. Donde vivía Broll Rocanegra, el único de los portadores que residía en el Imperio.
Siempre alerta y con una mano cerca de su bastón, comenzó su búsqueda de la verdad.
Por suerte, el camino fue tranquilo y no hubo más incidentes, fue cambiando de caravana siempre que podía, para que fuera más difícil seguirle la pista y para no viajar sola por las carreteras imperiales, hasta que llegaron a Zipf, que desapareció sin despedirse y realizó el último tramo sola y aprovechando la protección de la noche.