Ofrenda de las Aguas

Si la codicia de los hombres atrajo la ira divina, las mujeres encontrarán la manera de reparar la herida.

Se dice que la avaricia y las ansias de poder de los hombres fue lo que causó la destrucción de Lais, la tierra original de los Otinob. Es por esto que, para evitar que el desastre se repita, las comunidades repartidas por el mundo están siempre gobernadas por una o más mujeres, las Paileb. Ellas se encargan de las decisiones importantes, así como de organizar la vida religiosa de sus comunidades. En Airebi, esto incluye la elección de las muchachas que presentarán la Ofrenda en el Templo de las Aguas. Aproximadamente cada quince años (puede variar de una comunidad a otra), una joven (o más, en comunidades especialmente numerosas) es enviada al Templo, donde permanecerá un mínimo de tres años. Durante ese tiempo, la muchacha será instruida en todos los saberes médicos a disposición del santuario, en función de su propia capacidad e interés. También se la animará a explorar las nuevas sensaciones y deseos que trae consigo su cuerpo de mujer. Si esta exploración produce algún fruto, el recién nacido permanecerá en el templo como ofrenda. Se espera que cada muchacha aporte un bebé, si es niña, o dos, si el primero es varón. Después de esto, si han pasado los tres años mínimos de servicio, podrá regresar a su comunidad si lo desea. Si la joven no llega a quedar encinta o no siente inclinación por el tipo de prácticas que producirían tal resultado, deberá servir en el Templo durante tres veces tres años, ayudando a traer al mundo a las ofrendas de sus hermanas. Los niños y niñas ofrendados, son educados en el templo y permanecerán en él mientras no sean enviados a servir en otro lugar. A las niñas se las instruye en las artes de la salud, como reverencia al don de la vida otorgado a los supervivientes de la destrucción de la tierra natal. Los niños son castrados como símbolo del traspaso de poder de los hombres a las mujeres en reparación de los males que los primeros causaron al Pueblo por su avaricia y arrogancia. Después de ello, también se los educa y entrena para servir al Templo y al Pueblo.

Historia

Zimbia Animi Uror inició esta costumbre en el año 798, mediante un acuerdo con la paileb de la comunidad de Sarcusa, Aroula Calos Otinim. Otinim solicitó el envío de una comadrona a su creciente comunidad. Uror, que no disponía de personal para andar repartiendo por las distintas comunidades de la isla, le propuso entrenar gratuitamente a una de sus propias muchachas y enviársela de vuelta en unos pocos años. A medida que la noticia se extendía por otras comunidades otinob, el templo comenzó a llenarse de jóvenes dispuestas a aprender, pero difíciles de controlar con las pocas sacerdotisas disponibles. Sin embargo, Uror no tardó en convertir un problema en una ventaja y, con el tiempo, en una solemne tradición.

Primary Related Location

Templo de las Aguas

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