Sesión 110: Crystalcross caerá

General Summary

Después del combate en el viñedo, Los Buscadores interrogaron a uno de los druidas que dejaron con vida. Aunque no proporcionó mucha información, les advirtió que matar a Mariska había sido un grave error y que Dorian se vengaría de ellos. El druida les aseguró que su vida ya había terminado por haber fallado a Dorian. Krik intentó entrar en su mente, pero no pudo obtener más información de la que ya poseía el grupo.

Mientras buscaban la manera de curar a Syleneth de su enfermedad, el grupo decidió quitarle la mordaza al Oinoloth que los druidas estaban utilizando para contaminar el vino. Este les ofreció eliminar la enfermedad de Syleneth a cambio de que le regeneraran sus miembros y lo enviaran de vuelta a Los Nueve Infiernos. Como el grupo no contaba con la magia necesaria para llevar a cabo la regeneración, el Oinoloth propuso devorar a uno de los druidas para poder regenerarse. Aunque algunos en el grupo se opusieron a sacrificar a una persona, ante la falta de alternativas tuvieron que ceder.

Una vez que el Oinoloth tuvo sus miembros regenerados, curó a Syleneth, y Thorin lo envió de regreso a Los Nueve Infiernos. Posteriormente, el grupo decidió incinerar el viñedo para asegurarse de que el vino contaminado no llegara a la ciudad. En su camino hacia Crystalcross, Syleneth y Malkian compartieron con el grupo los descubrimientos que habían hecho durante su infiltración. Al enterarse de que Crystalcross caería al día siguiente, decidieron apresurarse para advertir a Talia.

Mientras relataban lo que habían descubierto a Talia y a Iggwilv, varios magos entraron en la sala, incluidos miembros de las torres anexas y magos de La Orden de los Milagros, exigiendo a Talia una mejor coordinación de la situación. Necesitaban reunirse para planificar cómo enfrentar la amenaza que representaba Dorian. Syleneth sugirió que todos se reunieran en el templo de Aeus, una idea que fue bien recibida, aunque Arsen expresó su preocupación por reunir a tantas personas en un solo lugar. Sin embargo, no había otra opción; era vital coordinar las defensas.

Mientras volvian a la posada Syleneth y Malkian decidieron ir al templo de Aeus para entregar la parte que el grupo decidio darles del dinero que recuperaron de La Torre Del Cielo y se lo entregaron a Lucian quien les conto que bajo la luz de Aeus y de La Llama Del Guardian le estaba dando refugio a los desplazados y comida ya que no quería que vivieran en la calle con las cosas que se ocultan en la niebla.

El grupo decidió regresar a El Faro para descansar, pero Krik tenía otros planes. Se marchó junto a Erdan, Thorin y Keothi para investigar a Malic y descubrir lo que sabía sobre la desaparición de los peces. Encontraron a Malic en su casa, ebrio y en condiciones de higiene deplorables. No les dijo mucho, salvo que la culpa de la desaparición de los peces recaía sobre la gente de Crystalcross y que estaban pagando por ser malas personas. Malic sugirió que si se dedicaran a hacer felices a los demás, las cosas cambiarían. Thorin utilizó su magia para quitarle la borrachera, lo que hizo que, al estar despejado, Malic se negara a hablar con Los Buscadores. Al darse cuenta de que Malic estaba enfadado, el grupo decidió dejarlo para que continuara bebiendo.

Esa noche, Arsen volvió a tener pesadillas sobre la noche en que Reeva atacó su pueblo en busca de un dragón. Recordó cómo su maestro, Angkar, que resultó ser un dragón rojo, protegió el pueblo del ataque de Reeva. El dragón derrotó al ejército invasor con facilidad, pero luego apareció una gigante de las tormentas que Angkar reconoció como Iymrith. Depues de que esta lo fulminara con un rayo, Angkar le dijo a Arsen que bebiera su sangre, ya que si sobrevivía, eso le daría el poder para proteger a su pueblo. Desgraciadamente, uno de los generales del ejército escuchó esto y capturó a Arsen, llevándolo a Reeva para que lo entrenaran como un arma del imperio.

Malkian despertó a Arsen, que estaba gritando y sudando debido a sus pesadillas. Este le contó lo que había soñado, y Malkian le explicó que Iymrith era la gigante que Keothi estaba buscando, sugiriendo que discutirían esto más adelante. Por la mañana, la guardia de la ciudad despertó a Los Buscadores, ya que alguien había robado La Llama del Guardián. No tenían pistas para encontrarla, así que Iggwilv convocó a Los Buscadores para que les ayudaran.

Afortunadamente, Tharcon pudo seguir el rastro de la llama utilizando su forma animal de mastín. Siguiendo el rastro, llegaron a la casa de un ayudante de Lucian llamado Vladek, un joven de dieciseis años. Este confesó que el carpintero Henrik le había ofrecido cien monedas de oro para robar la llama. Aunque no quería traicionar a Lucian, sus padres habían muerto recientemente y ahora debía cuidar de sus cuatro hermanos pequeños; cien de oro era una suma considerable.

Al grupo le pareció extraño que un carpintero tuviera tanto dinero, así que decidieron investigar si la llama seguía en su poder. Cuando llegaron a la carpintería, Henrik se negaba a hablar con ellos, alegando que tenía mucho trabajo. Entonces, Arsen lo durmió con su magia y se colaron en su casa, donde encontraron a un grupo de engendros vampíricos que se escondían, usando la carpintería como refugio. Los Buscadores lucharon contra los vampiros, eliminando a todos menos a uno, al que querían interrogar.

Fecha del informe
03 Nov 2024
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