Sesión 69: Espina de Confluencia
General Summary
Los Buscadores debatieron brevemente sobre a qué podía referirse el acertijo que la dama del lago les había dicho después de que Keothi cogiera la corona que les había tendido. Sin muchos preámbulos, decidieron ir a la Torre de la Rabia para hablar con el guardián y ver qué les contaba sobre la corona, por si podían recabar nueva información. Aunque Molliver parecía estar en desacuerdo, ya que consideraba que era mucho más urgente rescatar a sus compañeros que resolver el enigma de la corona. Cuando llegaron a la torre, se dieron cuenta de que, a diferencia de la Torre de la Envidia, aquí no había una puerta de acceso desde el jardín, sino que parecía que la puerta de acceso era desde el palacio. Krik se ofreció a escalar hasta la entrada usando sus Babuchas de Trepar cual arácnido, pero el grupo consideraba que no era una buena idea, ya que si ocurría algo, no podrían llegar para ayudarle. Así que decidieron buscar la entrada juntos y se dirigieron hacia el palacio.
Cuando llegaron a la entrada del palacio, se percataron de que la puerta principal era una plancha de madera adornada con motivos plateados simulando enredaderas, y en el centro estaba el símbolo del ciervo. El marco de la puerta era de mármol, decorado con los mismos motivos, y en la parte superior tenía un ciervo rampante. Los Buscadores dedujeron que estas eran las puertas a las que hizo referencia Envidia, aquellas que solo se abrirían si descubrían quién era el guardián correcto al que entregarle la corona. Al buscar otra entrada al palacio, encontraron una puerta abierta con acceso a las cocheras. Allí hallaron un carruaje de cristal enganchado a un par de estatuas también de cristal con forma de pegasos. En el techo del carruaje, unas alas de mariposas de seda estaban unidas. El grupo no le dio mucha importancia, excepto Krik, que se asomó al interior del carro y descubrió una llave de cristal en el asiento trasero. Como no sabían cómo abrir el carro, ya que las puertas no tenían manijas ni cerraduras, decidieron continuar sin la llave.
Arsen abrió una puerta ubicada a la derecha de la estancia, revelando el centro del palacio. Allí se encontró con un espacio abierto al crepúsculo, desprovisto de suelo visible. En su lugar, un vórtice de nubes oscuras y tormentosas giraba incesantemente. Desde este torbellino emergía una torre de mármol, rodeada por siete torretas. Cuatro escaleras de piedra se extendían desde las zonas exteriores del palacio hasta una de estas torres, formando parte de contrafuertes que cruzaban el vacío y estabilizaban la estructura.
Arsen sugirió la posibilidad de que esta puerta condujera a otro plano, pero esta idea fue descartada al notar que la estancia carecía de techo, revelando el cielo del plano feérico. Concluyeron que se trataba de un vórtice tormentoso dentro del propio palacio.
Malkian tomó la decisión de avanzar por una puerta que conducía hacia el norte. Al cruzarla, se encontraron en una estancia adornada con una alfombra tejida con imágenes de rosas blancas espinosas. En ambos lados de la habitación, las puertas este y oeste presentaban pedestales de alabastro, cada uno sosteniendo un jarrón del mismo material lleno de rosas blancas de tallo largo. Talladas en los pedestales, las palabras "Toma uno" estaban presentes en común.
Cuando Malkian se acercó para examinar la inscripción en el pedestal, la alfombra animadase alzó detrás de él, envolviéndolo con la intención de devorarlo. Rápidamente, Erdan acudió en su rescate, agarrando los tobillos de Malkian para liberarlo, mientras el resto del grupo aprovechaba la oportunidad para derrotar a la alfombra, siendo el golpe final ejecutado por Keothi.
Con el enemigo vencido, el grupo se dispuso a explorar las puertas. La de la derecha los condujo de nuevo al patio con el vórtice tormentoso, mientras que la de la izquierda reveló una nueva puerta sellada, esta vez decorada con el símbolo del león. Arsen intentó descifrar el significado de los altares, ya que no ocurría nada cuando tomaban una rosa. Después de varios intentos sin éxito, decidieron proseguir hacia el norte.
Allí llegaron a un largo pasillo y, durante su recorrido, se toparon con tres nuevas puertas selladas a la izquierda: dos con el símbolo del león y una con el símbolo del ciervo. A la derecha, sin embargo, encontraron una torre interior con una escalera circular que ascendía al piso superior. Prosiguieron por el pasillo, que giraba hacia la derecha en su extremo, para hallar un camino que continuaba en la planta baja. Al cruzar otra puerta, se encontraron con una estancia completamente vacía, a excepción de las paredes y muebles destrozados.
Siguiendo el rastro de destrucción, llegaron al origen de la misma: un gran salón de baile. La parte norte de la sala estaba cubierta de restos astillados de tres puertas arrancadas de sus bisagras. En todo el salón de baile, los cortesanos reales permanecían inmóviles, con la mirada fija en un caldero de hierro negro sobre un estrado en el centro de la cámara. Vapores oscuros en movimiento se elevaban del caldero, y el jabberwock se enroscaba a su alrededor. Su cuerpo se contraía levemente por la respiración, y sus párpados cerrados se movían mientras soñaba.
Dos figuras estaban congeladas, como estatuas, a un lado del caldero: una mujer de belleza imperiosa de mediana edad con largo cabello castaño y túnica azul, y una mujer más joven vestida con armadura y una capa amarilla. La mujer mayor extendía su mano desesperadamente hacia el caldero cuando fue congelada, mientras que la mujer con armadura a su lado agarraba un bastón en posición de prepararse para el combate.
Molliver informó al grupo que la joven era su compañera, Mercion, una clériga de Aeus. La otra mujer fue deducida por el grupo como Zybilna. Parecía evidente que, para acercarse al caldero o rescatar a Mercion, el grupo debía descubrir cómo deshacerse del Jabberwock.
El grupo optó por evitar las estancias cercanas al Jabberwock y decidió continuar explorando el castillo por el camino que este había seguido para ingresar al palacio. Siguiendo su rastro, llegaron a una inmensa piscina de agua caliente dentro del palacio. El suelo de baldosas que rodeaba la bañera estaba agrietado, como si algo enormemente pesado lo hubiera pisoteado. La causa de este daño también había dejado un enorme agujero en una pared, a través del cual se podía ver el aire libre y el cielo crepuscular.
Desde esta sala, accedieron a un vestuario cuyo suelo presentaba un mosaico con imágenes de demonios. Este detalle sorprendió al grupo, ya que era la primera referencia visual de este tipo de criaturas desde su llegada a este plano. Arsen aprovechó para desnudarse y dejar su ropa en uno de los casilleros de la estancia, con la intención de sumergirse en la piscina de agua caliente. Sin embargo, al dejar la ropa en el casillero, se vio afectado por un hechizo de invisibilidad. El grupo descubrió que este hechizo solo afectaba a una persona cuando dejaba su ropa en un casillero y no llevaba nada más puesto. Como no encontraron una forma inmediata de aprovechar esta habilidad, decidieron no utilizarla por el momento.
Dado que no deseaban atravesar la habitación donde se encontraba el Jabberwock y no tenían más opciones de camino, decidieron que era el momento de explorar la planta de arriba. Avanzaron por un pasillo con numerosas puertas, optando por no abrirlas hasta llegar al final, donde encontraron una puerta con la talla de la cara de un gato.
Cuando se acercaron lo suficiente, el gato abrió los ojos y, al verlos, les dio la bienvenida. Les explicó que para abrirse, necesitaba la contraseña, la cual el grupo no poseía. A pesar de ello, el gato les informó que llevaba mucho tiempo sin abrirse, y que si debatían un rato sobre temas que le interesaban, estaría dispuesto a abrirse para ellos. El grupo aceptó con gusto esta propuesta.
El primer tema de debate fue: ¿Qué es más importante, la inteligencia o la sabiduría? El segundo: ¿Estamos atados por el destino o somos nosotros quienes creamos nuestro propio destino? Y el último: ¿Qué es más fuerte, la pluma o la espada? El gato mostró gran interés en todas las opiniones, pero fue gracias a un convincente argumento de Arsen en el último tema de debate que decidió abrirse, permitiendo al grupo continuar su camino.
Llegaron a otro pasillo con cuatro puertas; tres de ellas estaban selladas, pero la última al final del pasillo no lo estaba. Al acercarse, notaron que estaba bellamente tallada con una representación de Zybilna sentada en su trono, con hadas volando a su alrededor. Krik decidió escuchar antes de intentar abrir la puerta y oyó gemidos de un hombre y una mujer. Malkian pensó que sería mejor no molestar a quienes estuvieran dentro, pero Keothi decidió asomarse.
Descubrieron dos seres extraños: de cintura para arriba, sus cuerpos eran humanos, pero de cintura para abajo, tenían la misma forma que los centauros, salvo que en lugar de caballo, tenían cuerpo de león. Ambos estaban en excelente forma física, según pudo deducir Keothi de la parte humana de las criaturas, y eran extremadamente bellos. Krik también aprovechó para asomarse y ver a las extrañas criaturas mientras mantenían relaciones de manera apasionadamente violenta sobre una enorme cama, la estancia parecia ser la habitación de la propia Zybilna.
El grupo se sintió indeciso, ya que lógicamente no querían enfadar a las criaturas ni interrumpir lo que estaban haciendo, pero eran las únicas criaturas que habían visto que no estaban congeladas en el tiempo, aparte del Jabberwock. Arsen finalmente decidió que lo mejor era llamar a la puerta de forma educada. El hombre la abrió y los observó desde su imponente altura, luego informó a su mujer que tenían invitados y los invitó a pasar.
El sirvió una copa de vino tanto a su acompañante como a él mismo, presentándose como Trizzian y ella como Nemesatra. Ambos estuvieron de acuerdo en que lo mejor para ambos grupos era ser completamente sinceros acerca de por qué estaban allí y compartir información. Arsen intentó mentirles sin éxito sobre porque se encontraban allí, provocando la irritación de ambos, Los Buscadores decidieron que lo mejor era, a partir de ese momento, decir la verdad y evitar un posible enfrentamiento. Explicaron por qué habían llegado al palacio, y ellos se revelaron como lamias y les contaron que eran enviados por su señor Graz'zt para descubrir la verdadera identidad de Zybilna, ya que Graz'zt estaba convencido de que ella no era quien decía ser.
Graz'zt tenía acuerdos con Zybilna, sobre los cuales Trizzian y Nemesatra no tenían información. No podían regresar ante su señor sin pruebas de la verdadera identidad de Zybilna. Tanto Los Buscadores como las lamias creían que la verdadera identidad de Zybilna era Iggwilv, pero ninguno de los dos grupos tenía pruebas que respaldaran esta teoría, solo pistas. Las lamias habían encontrado lo que creían que era El Tablero de Dragon Chess de Mordekainen, que sabían que el mago perdió en una partida contra Iggwilv y que a esta le apasiona dicho juego. Malkian preguntó si podía quedarse con el tablero, pero las lamias le dijeron que no, a menos que les proporcionaran una prueba real de que Zybilna era Iggwilv, en cuyo caso ya no necesitarían el tablero.
Además, las lamias compartieron que habían escuchado a alguien recorrer las estancias del palacio, pero siempre que lo buscaban, lo perdían, sugiriendo que esa figura podía cambiar de tamaño.
La habitación de Zybilna solo conducía a un vestidor y el grupo no podía avanzar por aquí, así que decidieron dar la vuelta y revisar las puertas que no habían explorado en esta planta. Descubrieron cinco lujosas habitaciones, cada una pintada completamente de un color y amueblada acorde a esa tonalidad: la habitación roja, azul, blanca, negra y verde. Todos los ocupantes de las habitaciones estaban congelados en el tiempo.
Desde la habitación azul, pudieron observar el vórtice. Desde allí, notaron que parte de la pared de la torre central había estallado hacia el exterior, con fragmentos de piedra suspendidos en el aire, congelados en el tiempo. Entre los escombros, suspendido sobre el vórtice de la tormenta, se encontraba un caballero con armadura y una espada en una mano. Parecía haber sido arrojado hacia atrás a través del muro antes de quedar congelado en el tiempo. Para cualquier observador, resultaba evidente que el caballero sería absorbido por el vórtice una vez que terminara el efecto de la congelación del tiempo que lo afectaba. Molliver reconoció al caballero como otro de sus compañeros, Fortecor, un paladín y líder de La Llamada del Valor.
Arsen sugirió usar a Mirai para atar una cuerda a Fortecor y así poder tirar de él entre todos para reintroducirlo en la torre y rescatarlo. Dado que el grupo había perdido sus cuerdas a manos de los bandidos liebrenes, Keothi ató todas las mantas y cortinas de la habitación entre sí para improvisar una cuerda. Con todo lo necesario para el rescate, el grupo se dirigió hacia la torre central.
Ascendieron por una de las escaleras que conectaban el palacio con las torres centrales. Al llegar al centro de dicha torre, se encontraron con un cofre de color verde esmeralda. Krik lo abrió y halló en su interior una gema verde perfectamente pulida, redonda y del tamaño de una mandarina. Al tomarla, Krik empezó a experimentar sensaciones que no eran propias, pero logró concentrarse lo suficiente para discernir que estaba percibiendo el deseo de Zybilna de permanecer oculta ante sus enemigos.
Tras este descubrimiento, el grupo intentó proseguir con su ruta de manera sigilosa, pero al abrir la puerta central, fueron detectados por unos personajes inesperados.
La sala albergaba un círculo de pilares de mármol, cada uno esculpido con imágenes de hadas y demonios, sosteniendo el techo arqueado de esta cámara circular. Siete arcadas, dispuestas regularmente en el perímetro de la sala, conducían a unas torretas vacías con altas vidrieras en sus paredes, cada una con la imagen de un caballero con armadura. En el centro de la sala, cerca de un trono de oro, un hombre de barba negra y vestido con una túnica oscura se recostaba. Sostenía unas correas con las que ataba a seis criaturas con aspecto de aves pero cubiertas de escamas; Tharcon y Malkian las reconocieron como cocatrices. Junto al trono se encontraba otro hombre musculoso, equipado con restos de armaduras que no parecían pertenecer al mismo conjunto, aunque gran parte de su cuerpo estaba desprotegido. Este hombre llevaba un yelmo que ocultaba todo su rostro, excepto unos ojos rojos y brillantes, y la espada que sostenía estaba envuelta en llamas. Frente al trono, se destacaba una estatua de una elfa en una pose que sugería estar lista para la batalla, con una espada corta aferrada firmemente en cada mano.
El hombre sentado en el trono se presentó como Kelek, el nuevo rey de Prismalia, y su compañero es El Duque de la Guerra. Kelek informó a Los Buscadores que sabía cómo usar el cuerno para liberar a la gente del hechizo que los dejaba paralizados en el tiempo. Sin embargo, si querían dicha información, debían recuperar el bastón que se encontraba en lo alto del tallo de judías. El grupo decidió, por el momento, seguirle la corriente a Kelek, ya que no buscaban un enfrentamiento directo en ese momento. Kelek les indicó cómo dirigirse al tallo, y el grupo partió hacia allí.
Mientras se dirigían hacia el tallo, pasaron por otra de las torres. En esta torre, encontraron un cofre rojo que contenía una joya similar a la anterior, aunque esta vez de tonalidad roja. Krik no logró conectar con las emociones que la gema intentaba transmitir, así que le pidió a Tharcon que lo intentara, y este sí lo consiguió. La joya transmitía los deseos de Zybilna de castigar a aquellos que la habían agraviado o desafiado. Con las dos joyas en su poder, el grupo continuó su camino.
Optaron por no seguir exactamente las indicaciones de Kelek. En cambio, decidieron intentar acceder a la segunda planta del castillo desde esa ubicación con la esperanza de encontrar la biblioteca, la cual Zarak les había mencionado en su día y que contenia libros de gran valor. Pensaron que allí podrían hallar información suficiente para comprender cómo proceder. Al subir, se dieron cuenta de que tampoco podían alejarse mucho más del tallo. En ese punto, el grupo se dividió: la mitad escaló el tallo para localizar el bastón que Kelek deseaba tanto, pensando que podrían utilizarlo para enfrentarse a lo que vendría, mientras que la otra mitad continuó explorando las habitaciones para ver qué descubrían.
Malkian, Keothi, Thorin, Syleneth y Molliver ingresaron a la siguiente estancia, la cual estaba completamente vacía, salvo por dos puertas en las paredes norte y sur, y cuatro escotillas de madera distribuidas en cada pared. Keothi decidió abrir una escotilla y tras hacerlo, encontró la cabeza cercenada de un trasgo que le dijo un simple "Ya". Cuando Malkian abrió la siguiente escotilla, descubrió la cabeza de una arpía que le respondió con un "ba". Tras abrir la tercera escotilla, hallaron la cabeza de un ogro que emitió un sonido similar, un "ba". Fue Thorin quien resolvió el enigma al pronunciar en voz alta el nombre de "Baba Yaga". Este acto provocó que los cinco miembros de este grupo fueran teletransportados a otro lugar en el instante en que pronunció ese nombre.
Aparecieron en la torre central, un piso por encima de donde se encontraba Kelek y muy cerca de Fortecor. Una vez ubicados, escucharon risas de mujeres bajando las escaleras para encontrarse con el Aquelarre del Reloj de Arena. Las sagas mostraban interés en negociar, argumentando que un enfrentamiento a esas alturas no beneficiaría a ninguno de los dos grupos. Confirmaron que Zybilna era su hermana Iggwilv y que, en esta historia, ellas eran las "buenas", habiendo atrapado a una tirana. Sin embargo, debido a Los Buscadores, habían perdido gran parte de sus poderes y deseaban recuperarlos. Para ello, propusieron una alianza entre el aquelarre y los Buscadores para vencer al Jabberwock y así ellas poder acceder al caldero. Una vez con acceso al caldero, prometieron restablecer el bosque verde y devolver a los Buscadores a su plano de origen.
Malkian sugirió que lo mejor para lograr eso sería liberar a La Llamada del Valor, pero las sagas se negaron a tener más héroes correteando por el palacio. Malkian les dijo que hablarían con el resto de sus compañeros y que volverían si aceptaban el trato. Molliver no quería aceptar la propuesta, ya que no estaba dispuesto a irse sin sus compañeros, y el resto tampoco parecía dispuesto a aceptar la oferta. Sin embargo, seguían sin saber cómo liberar a sus compañeros de su estasis temporal, y la trama se complicaba. El resto de Los Buscadores llegó a la cima del tallo de judías, donde este bloqueaba el acceso a la torre con unas enredaderas de espinas de gran grosor. De entre las enredaderas emergió una enorme flor roja que se movía como si tuviera conciencia, analizando a Krik y Tharcon, quienes estaban más cerca. Tras entablar una conversación con la flor, comprendieron que era el propio bastón el que daba vida a esa extraña naturaleza, siendo un vestigio creado por Sylvanus. La flor les permitió pasar al interior de la torre, donde encontraron el espíritu de un elfo llamado Caeda Caijyre. Les relató que en vida fue considerado el druida más poderoso de todos, luchando y muriendo durante La Divergencia. Caeda les explicó que estaba allí porque es posible que parte de la esencia de un portador que logra vincularse de manera extraordinaria con un vestigio queda dentro del objeto cuando este muere, dando lugar a que el vestigio adquiera de cierta manera la personalidad de sus antiguos portadores e incluso habilidades nuevas.
Caeda les contó que Kelek había subido muchas veces pero nunca lograría obtener el bastón, ya que es una persona que cree que todo se puede conseguir con poder. Astilla de Confluencia busca a alguien que comprenda para qué fue creado. Les explicó que Zybilna había utilizado el bastón como un canalizador para absorber la energía del plano feérico y dirigirla al caldero. El problema era que el Jabberwock se estaba alimentando del interior del caldero, y por eso los bosques como del que ellos venían estaban muriendo, ya que el Jabberwock estaba consumiendo su energía vital. Zybilna se volvió mucho más poderosa cuando comenzó a absorber la energía de Prismalia, y cuando fue congelada, sus hermanas continuaron haciéndolo.
Tharcon y Caeda tuvieron una conversación en druídico, donde Caeda le explicó que el objetivo de los druidas no debía ser simplemente preservar el equilibrio existente, sino intentar siempre mejorar el mundo mientras se preserva dicho equilibrio. Al ver que Tharcon entendía en cierta medida lo que intentaba transmitirle en tan poco tiempo, deshizo la barrera que protegía el vestigio, ya que Astilla tenía ganas de salir al mundo e intentar mejorarlo. La barrera consumió gran parte del poder que tenía Caeda y ya no podría manifestarse de nuevo, pero se despidió de Tharcon sabiendo que él y Astilla de Confluencia eran la misma cosa y que los tres seguirían el camino juntos a partir de ahora. Una vez volvieron a encontrarse los dos grupos debajo del tallo todos se pusieron al día con lo que habían descubierto, tras esta conversación en el que el grupo parecia tener claro que no querían aliarse con las sagas ni darle el bastón a Kelek decidieron seguir explorando el castillo. Llegaron a una habitación que contenia ocho vitrinas de gran tamaño, dentro de estas vitrinas había un maniqui y cada maniqui llevaba un conjunto de ropa completamente distinto. En la habitación contigua encontraron 8 cunas que contenian ocho criaturas completamente deformes y con garras afiladas como navajas. Tharcon pudo canalizar a traves de la joya roja que esas criaturas eran los pensamientos negativos de Zybilna convertidos en criaturas, el grupo abandono la habitación con cuidado de no perturbar a las criaturas. Con el bastón en su poder, el grupo decidió descender nuevamente por el tallo.
Una vez que ambos grupos se reunieron debajo del tallo, compartieron la información recopilada. Después de una discusión en la que quedó claro que no querían aliarse con las sagas ni entregar el bastón a Kelek, decidieron continuar explorando el castillo. Llegaron a una habitación que contenía ocho vitrinas de gran tamaño. En cada vitrina, un maniquí lucía conjuntos de ropa completamente diferentes. En la habitación contigua, encontraron ocho cunas con criaturas deformes y garras afiladas como navajas. Tharcon canalizó de nuevo los sentimientos de Zybilna a través de la joya roja y concluyó que esas criaturas eran los pensamientos negativos de Zybilna convertidos en seres. El grupo abandonó la habitación con precaución para no perturbar a las criaturas.
Finalmente, el grupo llegó a una estancia amplia iluminada por velas flotantes que se movían de forma aleatoria. La habitación estaba repleta de estanterías llenas de libros, todos encuadernados en cuero negro y sin títulos. En el centro de la sala se encontraba una mesa con una pluma negra y un tintero. Al abrir uno de los libros, descubrieron que las páginas estaban completamente en blanco, excepto por la primera, en la que se leía la pregunta: "¿Cuál es el título de este libro?". A pesar de intentar escribirnombres al azar, ninguno funcionó ya que el libro absorvia la tinta y respondia "Ese libro no se encuentra en esta colección". Decidieron dar media vuelta y buscar algo o alguien que pudiera proporcionarles información sobre los libros, ya que aún quedaban partes del castillo por explorar.
Cuando llegaron a la entrada del palacio, se percataron de que la puerta principal era una plancha de madera adornada con motivos plateados simulando enredaderas, y en el centro estaba el símbolo del ciervo. El marco de la puerta era de mármol, decorado con los mismos motivos, y en la parte superior tenía un ciervo rampante. Los Buscadores dedujeron que estas eran las puertas a las que hizo referencia Envidia, aquellas que solo se abrirían si descubrían quién era el guardián correcto al que entregarle la corona. Al buscar otra entrada al palacio, encontraron una puerta abierta con acceso a las cocheras. Allí hallaron un carruaje de cristal enganchado a un par de estatuas también de cristal con forma de pegasos. En el techo del carruaje, unas alas de mariposas de seda estaban unidas. El grupo no le dio mucha importancia, excepto Krik, que se asomó al interior del carro y descubrió una llave de cristal en el asiento trasero. Como no sabían cómo abrir el carro, ya que las puertas no tenían manijas ni cerraduras, decidieron continuar sin la llave.
Arsen abrió una puerta ubicada a la derecha de la estancia, revelando el centro del palacio. Allí se encontró con un espacio abierto al crepúsculo, desprovisto de suelo visible. En su lugar, un vórtice de nubes oscuras y tormentosas giraba incesantemente. Desde este torbellino emergía una torre de mármol, rodeada por siete torretas. Cuatro escaleras de piedra se extendían desde las zonas exteriores del palacio hasta una de estas torres, formando parte de contrafuertes que cruzaban el vacío y estabilizaban la estructura.
Arsen sugirió la posibilidad de que esta puerta condujera a otro plano, pero esta idea fue descartada al notar que la estancia carecía de techo, revelando el cielo del plano feérico. Concluyeron que se trataba de un vórtice tormentoso dentro del propio palacio.
Malkian tomó la decisión de avanzar por una puerta que conducía hacia el norte. Al cruzarla, se encontraron en una estancia adornada con una alfombra tejida con imágenes de rosas blancas espinosas. En ambos lados de la habitación, las puertas este y oeste presentaban pedestales de alabastro, cada uno sosteniendo un jarrón del mismo material lleno de rosas blancas de tallo largo. Talladas en los pedestales, las palabras "Toma uno" estaban presentes en común.
Cuando Malkian se acercó para examinar la inscripción en el pedestal, la alfombra animadase alzó detrás de él, envolviéndolo con la intención de devorarlo. Rápidamente, Erdan acudió en su rescate, agarrando los tobillos de Malkian para liberarlo, mientras el resto del grupo aprovechaba la oportunidad para derrotar a la alfombra, siendo el golpe final ejecutado por Keothi.
Con el enemigo vencido, el grupo se dispuso a explorar las puertas. La de la derecha los condujo de nuevo al patio con el vórtice tormentoso, mientras que la de la izquierda reveló una nueva puerta sellada, esta vez decorada con el símbolo del león. Arsen intentó descifrar el significado de los altares, ya que no ocurría nada cuando tomaban una rosa. Después de varios intentos sin éxito, decidieron proseguir hacia el norte.
Allí llegaron a un largo pasillo y, durante su recorrido, se toparon con tres nuevas puertas selladas a la izquierda: dos con el símbolo del león y una con el símbolo del ciervo. A la derecha, sin embargo, encontraron una torre interior con una escalera circular que ascendía al piso superior. Prosiguieron por el pasillo, que giraba hacia la derecha en su extremo, para hallar un camino que continuaba en la planta baja. Al cruzar otra puerta, se encontraron con una estancia completamente vacía, a excepción de las paredes y muebles destrozados.
Siguiendo el rastro de destrucción, llegaron al origen de la misma: un gran salón de baile. La parte norte de la sala estaba cubierta de restos astillados de tres puertas arrancadas de sus bisagras. En todo el salón de baile, los cortesanos reales permanecían inmóviles, con la mirada fija en un caldero de hierro negro sobre un estrado en el centro de la cámara. Vapores oscuros en movimiento se elevaban del caldero, y el jabberwock se enroscaba a su alrededor. Su cuerpo se contraía levemente por la respiración, y sus párpados cerrados se movían mientras soñaba.
Dos figuras estaban congeladas, como estatuas, a un lado del caldero: una mujer de belleza imperiosa de mediana edad con largo cabello castaño y túnica azul, y una mujer más joven vestida con armadura y una capa amarilla. La mujer mayor extendía su mano desesperadamente hacia el caldero cuando fue congelada, mientras que la mujer con armadura a su lado agarraba un bastón en posición de prepararse para el combate.
Molliver informó al grupo que la joven era su compañera, Mercion, una clériga de Aeus. La otra mujer fue deducida por el grupo como Zybilna. Parecía evidente que, para acercarse al caldero o rescatar a Mercion, el grupo debía descubrir cómo deshacerse del Jabberwock.
El grupo optó por evitar las estancias cercanas al Jabberwock y decidió continuar explorando el castillo por el camino que este había seguido para ingresar al palacio. Siguiendo su rastro, llegaron a una inmensa piscina de agua caliente dentro del palacio. El suelo de baldosas que rodeaba la bañera estaba agrietado, como si algo enormemente pesado lo hubiera pisoteado. La causa de este daño también había dejado un enorme agujero en una pared, a través del cual se podía ver el aire libre y el cielo crepuscular.
Desde esta sala, accedieron a un vestuario cuyo suelo presentaba un mosaico con imágenes de demonios. Este detalle sorprendió al grupo, ya que era la primera referencia visual de este tipo de criaturas desde su llegada a este plano. Arsen aprovechó para desnudarse y dejar su ropa en uno de los casilleros de la estancia, con la intención de sumergirse en la piscina de agua caliente. Sin embargo, al dejar la ropa en el casillero, se vio afectado por un hechizo de invisibilidad. El grupo descubrió que este hechizo solo afectaba a una persona cuando dejaba su ropa en un casillero y no llevaba nada más puesto. Como no encontraron una forma inmediata de aprovechar esta habilidad, decidieron no utilizarla por el momento.
Dado que no deseaban atravesar la habitación donde se encontraba el Jabberwock y no tenían más opciones de camino, decidieron que era el momento de explorar la planta de arriba. Avanzaron por un pasillo con numerosas puertas, optando por no abrirlas hasta llegar al final, donde encontraron una puerta con la talla de la cara de un gato.
Cuando se acercaron lo suficiente, el gato abrió los ojos y, al verlos, les dio la bienvenida. Les explicó que para abrirse, necesitaba la contraseña, la cual el grupo no poseía. A pesar de ello, el gato les informó que llevaba mucho tiempo sin abrirse, y que si debatían un rato sobre temas que le interesaban, estaría dispuesto a abrirse para ellos. El grupo aceptó con gusto esta propuesta.
El primer tema de debate fue: ¿Qué es más importante, la inteligencia o la sabiduría? El segundo: ¿Estamos atados por el destino o somos nosotros quienes creamos nuestro propio destino? Y el último: ¿Qué es más fuerte, la pluma o la espada? El gato mostró gran interés en todas las opiniones, pero fue gracias a un convincente argumento de Arsen en el último tema de debate que decidió abrirse, permitiendo al grupo continuar su camino.
Llegaron a otro pasillo con cuatro puertas; tres de ellas estaban selladas, pero la última al final del pasillo no lo estaba. Al acercarse, notaron que estaba bellamente tallada con una representación de Zybilna sentada en su trono, con hadas volando a su alrededor. Krik decidió escuchar antes de intentar abrir la puerta y oyó gemidos de un hombre y una mujer. Malkian pensó que sería mejor no molestar a quienes estuvieran dentro, pero Keothi decidió asomarse.
Descubrieron dos seres extraños: de cintura para arriba, sus cuerpos eran humanos, pero de cintura para abajo, tenían la misma forma que los centauros, salvo que en lugar de caballo, tenían cuerpo de león. Ambos estaban en excelente forma física, según pudo deducir Keothi de la parte humana de las criaturas, y eran extremadamente bellos. Krik también aprovechó para asomarse y ver a las extrañas criaturas mientras mantenían relaciones de manera apasionadamente violenta sobre una enorme cama, la estancia parecia ser la habitación de la propia Zybilna.
El grupo se sintió indeciso, ya que lógicamente no querían enfadar a las criaturas ni interrumpir lo que estaban haciendo, pero eran las únicas criaturas que habían visto que no estaban congeladas en el tiempo, aparte del Jabberwock. Arsen finalmente decidió que lo mejor era llamar a la puerta de forma educada. El hombre la abrió y los observó desde su imponente altura, luego informó a su mujer que tenían invitados y los invitó a pasar.
El sirvió una copa de vino tanto a su acompañante como a él mismo, presentándose como Trizzian y ella como Nemesatra. Ambos estuvieron de acuerdo en que lo mejor para ambos grupos era ser completamente sinceros acerca de por qué estaban allí y compartir información. Arsen intentó mentirles sin éxito sobre porque se encontraban allí, provocando la irritación de ambos, Los Buscadores decidieron que lo mejor era, a partir de ese momento, decir la verdad y evitar un posible enfrentamiento. Explicaron por qué habían llegado al palacio, y ellos se revelaron como lamias y les contaron que eran enviados por su señor Graz'zt para descubrir la verdadera identidad de Zybilna, ya que Graz'zt estaba convencido de que ella no era quien decía ser.
Graz'zt tenía acuerdos con Zybilna, sobre los cuales Trizzian y Nemesatra no tenían información. No podían regresar ante su señor sin pruebas de la verdadera identidad de Zybilna. Tanto Los Buscadores como las lamias creían que la verdadera identidad de Zybilna era Iggwilv, pero ninguno de los dos grupos tenía pruebas que respaldaran esta teoría, solo pistas. Las lamias habían encontrado lo que creían que era El Tablero de Dragon Chess de Mordekainen, que sabían que el mago perdió en una partida contra Iggwilv y que a esta le apasiona dicho juego. Malkian preguntó si podía quedarse con el tablero, pero las lamias le dijeron que no, a menos que les proporcionaran una prueba real de que Zybilna era Iggwilv, en cuyo caso ya no necesitarían el tablero.
Además, las lamias compartieron que habían escuchado a alguien recorrer las estancias del palacio, pero siempre que lo buscaban, lo perdían, sugiriendo que esa figura podía cambiar de tamaño.
La habitación de Zybilna solo conducía a un vestidor y el grupo no podía avanzar por aquí, así que decidieron dar la vuelta y revisar las puertas que no habían explorado en esta planta. Descubrieron cinco lujosas habitaciones, cada una pintada completamente de un color y amueblada acorde a esa tonalidad: la habitación roja, azul, blanca, negra y verde. Todos los ocupantes de las habitaciones estaban congelados en el tiempo.
Desde la habitación azul, pudieron observar el vórtice. Desde allí, notaron que parte de la pared de la torre central había estallado hacia el exterior, con fragmentos de piedra suspendidos en el aire, congelados en el tiempo. Entre los escombros, suspendido sobre el vórtice de la tormenta, se encontraba un caballero con armadura y una espada en una mano. Parecía haber sido arrojado hacia atrás a través del muro antes de quedar congelado en el tiempo. Para cualquier observador, resultaba evidente que el caballero sería absorbido por el vórtice una vez que terminara el efecto de la congelación del tiempo que lo afectaba. Molliver reconoció al caballero como otro de sus compañeros, Fortecor, un paladín y líder de La Llamada del Valor.
Arsen sugirió usar a Mirai para atar una cuerda a Fortecor y así poder tirar de él entre todos para reintroducirlo en la torre y rescatarlo. Dado que el grupo había perdido sus cuerdas a manos de los bandidos liebrenes, Keothi ató todas las mantas y cortinas de la habitación entre sí para improvisar una cuerda. Con todo lo necesario para el rescate, el grupo se dirigió hacia la torre central.
Ascendieron por una de las escaleras que conectaban el palacio con las torres centrales. Al llegar al centro de dicha torre, se encontraron con un cofre de color verde esmeralda. Krik lo abrió y halló en su interior una gema verde perfectamente pulida, redonda y del tamaño de una mandarina. Al tomarla, Krik empezó a experimentar sensaciones que no eran propias, pero logró concentrarse lo suficiente para discernir que estaba percibiendo el deseo de Zybilna de permanecer oculta ante sus enemigos.
Tras este descubrimiento, el grupo intentó proseguir con su ruta de manera sigilosa, pero al abrir la puerta central, fueron detectados por unos personajes inesperados.
La sala albergaba un círculo de pilares de mármol, cada uno esculpido con imágenes de hadas y demonios, sosteniendo el techo arqueado de esta cámara circular. Siete arcadas, dispuestas regularmente en el perímetro de la sala, conducían a unas torretas vacías con altas vidrieras en sus paredes, cada una con la imagen de un caballero con armadura. En el centro de la sala, cerca de un trono de oro, un hombre de barba negra y vestido con una túnica oscura se recostaba. Sostenía unas correas con las que ataba a seis criaturas con aspecto de aves pero cubiertas de escamas; Tharcon y Malkian las reconocieron como cocatrices. Junto al trono se encontraba otro hombre musculoso, equipado con restos de armaduras que no parecían pertenecer al mismo conjunto, aunque gran parte de su cuerpo estaba desprotegido. Este hombre llevaba un yelmo que ocultaba todo su rostro, excepto unos ojos rojos y brillantes, y la espada que sostenía estaba envuelta en llamas. Frente al trono, se destacaba una estatua de una elfa en una pose que sugería estar lista para la batalla, con una espada corta aferrada firmemente en cada mano.
El hombre sentado en el trono se presentó como Kelek, el nuevo rey de Prismalia, y su compañero es El Duque de la Guerra. Kelek informó a Los Buscadores que sabía cómo usar el cuerno para liberar a la gente del hechizo que los dejaba paralizados en el tiempo. Sin embargo, si querían dicha información, debían recuperar el bastón que se encontraba en lo alto del tallo de judías. El grupo decidió, por el momento, seguirle la corriente a Kelek, ya que no buscaban un enfrentamiento directo en ese momento. Kelek les indicó cómo dirigirse al tallo, y el grupo partió hacia allí.
Mientras se dirigían hacia el tallo, pasaron por otra de las torres. En esta torre, encontraron un cofre rojo que contenía una joya similar a la anterior, aunque esta vez de tonalidad roja. Krik no logró conectar con las emociones que la gema intentaba transmitir, así que le pidió a Tharcon que lo intentara, y este sí lo consiguió. La joya transmitía los deseos de Zybilna de castigar a aquellos que la habían agraviado o desafiado. Con las dos joyas en su poder, el grupo continuó su camino.
Optaron por no seguir exactamente las indicaciones de Kelek. En cambio, decidieron intentar acceder a la segunda planta del castillo desde esa ubicación con la esperanza de encontrar la biblioteca, la cual Zarak les había mencionado en su día y que contenia libros de gran valor. Pensaron que allí podrían hallar información suficiente para comprender cómo proceder. Al subir, se dieron cuenta de que tampoco podían alejarse mucho más del tallo. En ese punto, el grupo se dividió: la mitad escaló el tallo para localizar el bastón que Kelek deseaba tanto, pensando que podrían utilizarlo para enfrentarse a lo que vendría, mientras que la otra mitad continuó explorando las habitaciones para ver qué descubrían.
Malkian, Keothi, Thorin, Syleneth y Molliver ingresaron a la siguiente estancia, la cual estaba completamente vacía, salvo por dos puertas en las paredes norte y sur, y cuatro escotillas de madera distribuidas en cada pared. Keothi decidió abrir una escotilla y tras hacerlo, encontró la cabeza cercenada de un trasgo que le dijo un simple "Ya". Cuando Malkian abrió la siguiente escotilla, descubrió la cabeza de una arpía que le respondió con un "ba". Tras abrir la tercera escotilla, hallaron la cabeza de un ogro que emitió un sonido similar, un "ba". Fue Thorin quien resolvió el enigma al pronunciar en voz alta el nombre de "Baba Yaga". Este acto provocó que los cinco miembros de este grupo fueran teletransportados a otro lugar en el instante en que pronunció ese nombre.
Aparecieron en la torre central, un piso por encima de donde se encontraba Kelek y muy cerca de Fortecor. Una vez ubicados, escucharon risas de mujeres bajando las escaleras para encontrarse con el Aquelarre del Reloj de Arena. Las sagas mostraban interés en negociar, argumentando que un enfrentamiento a esas alturas no beneficiaría a ninguno de los dos grupos. Confirmaron que Zybilna era su hermana Iggwilv y que, en esta historia, ellas eran las "buenas", habiendo atrapado a una tirana. Sin embargo, debido a Los Buscadores, habían perdido gran parte de sus poderes y deseaban recuperarlos. Para ello, propusieron una alianza entre el aquelarre y los Buscadores para vencer al Jabberwock y así ellas poder acceder al caldero. Una vez con acceso al caldero, prometieron restablecer el bosque verde y devolver a los Buscadores a su plano de origen.
Malkian sugirió que lo mejor para lograr eso sería liberar a La Llamada del Valor, pero las sagas se negaron a tener más héroes correteando por el palacio. Malkian les dijo que hablarían con el resto de sus compañeros y que volverían si aceptaban el trato. Molliver no quería aceptar la propuesta, ya que no estaba dispuesto a irse sin sus compañeros, y el resto tampoco parecía dispuesto a aceptar la oferta. Sin embargo, seguían sin saber cómo liberar a sus compañeros de su estasis temporal, y la trama se complicaba. El resto de Los Buscadores llegó a la cima del tallo de judías, donde este bloqueaba el acceso a la torre con unas enredaderas de espinas de gran grosor. De entre las enredaderas emergió una enorme flor roja que se movía como si tuviera conciencia, analizando a Krik y Tharcon, quienes estaban más cerca. Tras entablar una conversación con la flor, comprendieron que era el propio bastón el que daba vida a esa extraña naturaleza, siendo un vestigio creado por Sylvanus. La flor les permitió pasar al interior de la torre, donde encontraron el espíritu de un elfo llamado Caeda Caijyre. Les relató que en vida fue considerado el druida más poderoso de todos, luchando y muriendo durante La Divergencia. Caeda les explicó que estaba allí porque es posible que parte de la esencia de un portador que logra vincularse de manera extraordinaria con un vestigio queda dentro del objeto cuando este muere, dando lugar a que el vestigio adquiera de cierta manera la personalidad de sus antiguos portadores e incluso habilidades nuevas.
Caeda les contó que Kelek había subido muchas veces pero nunca lograría obtener el bastón, ya que es una persona que cree que todo se puede conseguir con poder. Astilla de Confluencia busca a alguien que comprenda para qué fue creado. Les explicó que Zybilna había utilizado el bastón como un canalizador para absorber la energía del plano feérico y dirigirla al caldero. El problema era que el Jabberwock se estaba alimentando del interior del caldero, y por eso los bosques como del que ellos venían estaban muriendo, ya que el Jabberwock estaba consumiendo su energía vital. Zybilna se volvió mucho más poderosa cuando comenzó a absorber la energía de Prismalia, y cuando fue congelada, sus hermanas continuaron haciéndolo.
Tharcon y Caeda tuvieron una conversación en druídico, donde Caeda le explicó que el objetivo de los druidas no debía ser simplemente preservar el equilibrio existente, sino intentar siempre mejorar el mundo mientras se preserva dicho equilibrio. Al ver que Tharcon entendía en cierta medida lo que intentaba transmitirle en tan poco tiempo, deshizo la barrera que protegía el vestigio, ya que Astilla tenía ganas de salir al mundo e intentar mejorarlo. La barrera consumió gran parte del poder que tenía Caeda y ya no podría manifestarse de nuevo, pero se despidió de Tharcon sabiendo que él y Astilla de Confluencia eran la misma cosa y que los tres seguirían el camino juntos a partir de ahora. Una vez volvieron a encontrarse los dos grupos debajo del tallo todos se pusieron al día con lo que habían descubierto, tras esta conversación en el que el grupo parecia tener claro que no querían aliarse con las sagas ni darle el bastón a Kelek decidieron seguir explorando el castillo. Llegaron a una habitación que contenia ocho vitrinas de gran tamaño, dentro de estas vitrinas había un maniqui y cada maniqui llevaba un conjunto de ropa completamente distinto. En la habitación contigua encontraron 8 cunas que contenian ocho criaturas completamente deformes y con garras afiladas como navajas. Tharcon pudo canalizar a traves de la joya roja que esas criaturas eran los pensamientos negativos de Zybilna convertidos en criaturas, el grupo abandono la habitación con cuidado de no perturbar a las criaturas. Con el bastón en su poder, el grupo decidió descender nuevamente por el tallo.
Una vez que ambos grupos se reunieron debajo del tallo, compartieron la información recopilada. Después de una discusión en la que quedó claro que no querían aliarse con las sagas ni entregar el bastón a Kelek, decidieron continuar explorando el castillo. Llegaron a una habitación que contenía ocho vitrinas de gran tamaño. En cada vitrina, un maniquí lucía conjuntos de ropa completamente diferentes. En la habitación contigua, encontraron ocho cunas con criaturas deformes y garras afiladas como navajas. Tharcon canalizó de nuevo los sentimientos de Zybilna a través de la joya roja y concluyó que esas criaturas eran los pensamientos negativos de Zybilna convertidos en seres. El grupo abandonó la habitación con precaución para no perturbar a las criaturas.
Finalmente, el grupo llegó a una estancia amplia iluminada por velas flotantes que se movían de forma aleatoria. La habitación estaba repleta de estanterías llenas de libros, todos encuadernados en cuero negro y sin títulos. En el centro de la sala se encontraba una mesa con una pluma negra y un tintero. Al abrir uno de los libros, descubrieron que las páginas estaban completamente en blanco, excepto por la primera, en la que se leía la pregunta: "¿Cuál es el título de este libro?". A pesar de intentar escribirnombres al azar, ninguno funcionó ya que el libro absorvia la tinta y respondia "Ese libro no se encuentra en esta colección". Decidieron dar media vuelta y buscar algo o alguien que pudiera proporcionarles información sobre los libros, ya que aún quedaban partes del castillo por explorar.
Fecha del informe
05 Jan 2024
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