Tercera Edad - Ascenso de la Humanidad
Las Grandes Migraciones
Pero la esclavitud de la humanidad no duraría eternamente. Aprovechando el caos y la debilidad de los elfos en la última etapa de la guerra de los quinientos años, las revueltas de esclavos comenzarían a sucederse en todo Azimdalar continental. Los humanos recibirían ayuda en forma de conocimiento y armas de los norrœnir que los percibieron como un aliado potencial en su conflicto, y las sublevaciones continuarían y aumentarían en intensidad. Este combate desigual se fue estancando, y el odio y las atrocidades aumentaron entre ambas razas, hasta que entre los humanos surgió un poderoso líder y caudillo guerrero llamado Herakles. Herakles, junto a sus diez compañeros, unificó gran parte de las tribus humanas, y por fin comenzaron a obtener victorias de importancia. Los elfos no obstante conseguirían apresar a Herakles tras ser traicionado y le dieron martirio encadenándolo a una rueda de carro, en un lugar situado en la Bahía de las Batallas, donde hoy se alza la capital imperial de Illiria. Pensaron los elfos que tras la muerte de su líder aplastarían definitivamente las revueltas de esclavos, pero se equivocaron. Todas las esperanzas de libertad, la devoción, la admiración de millones de esclavos por su líder, toda la ira causada por su martirio, se convirtió en fe. Así Herakles ascendió a la divinidad. Se enfrentó a los Doce Dioses del Olimpo, superó todas sus artimañas, y bajo su tutela y protección, los humanos obtuvieron la libertad. La sociedad élfica colapsó. La mayor parte de las colonias continentales fueron abandonadas y los elfos del alba se refugiaron en sus polis insulares. Los elfos que quedaron en el continente (elfos del ocaso) se vieron obligados a abolir el sistema de castas, aprendieron a convivir y a comerciar con los humanos en auge y fundaron sus repúblicas mercantiles, como Alexandria o Arcadia. Aunque la esclavitud no fue abolida por completo y continuó existiendo en las polis, en el resto el continente, los humanos se emanciparon y o bien formaron sus propias estructuras de gobierno o se integraron en comunidades multirraciales. Los diez compañeros de Herakles fundaron Illiria, “la tierra de los libres”, en el año 1 CI, el que sería desde entonces el mayor estado del continente. Herakles sería adorado desde entonces como patrón de los humanos, como el libertador, o el rompedor de cadenas. Su símbolo sagrado, la rueda de carro.
Los siguientes siglos de relativa paz consolidaron los nuevos órdenes sociales surgidos de la guerra de los quinientos años y las guerras de los esclavos. Los humanos medraron y demostraron ser una raza adaptable, ávida de aprendizaje y llena de capacidad, lo que la llevaría a la predominancia no sólo en el imperio Illirio, sino en la mayor parte del continente.
(*) Aunque este hecho es desconocido para los humanos de Azimdalar, lo cierto es que proceden del este, de más allá del Espinazo del Mundo. Allí fueron creados por Ishtar, la diosa de la sexualidad, la vida y la belleza para enfurecer a su madre Innana, diosa del amor, la guerra y el poder. Algunos de ellos llegarían al continente tras una migración masiva sólo para caer en las manos de los elfos.
HISTORIA DEL CONTINENTE
Inicio
1 C.I.
Final
412 C.I.
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