La Jaula Infalible
A quien se atrevió a desafiar a los dioses, he condenado a vagar conmigo, inerme, desventurado, sin poder nunca más provocar mi ira, condenado a nunca más tener entre sus manos la magia que osó deformar con un indigno fin.
Historia
Como es conocido por toda criatura, La Guardiana se dedicó con esmero a estudiar el zeclón y su potencial para ser canalizado y crear todo tipo de seres, formas, pensamientos, sonidos e imágenes. A medida que fue avanzando, logró traer visiones del pasado y consultar el futuro, después creo las escuelas de magia para ordenarla, sin embargo, mientras todos estos descubrimientos surgían, se fue revelando lo caótico que podía ser el poder de la magia, logrando destruir incluso planos enteros, por lo que para no intranquilizar a Los Primordiales, la diosa se lo guardó para sí misma.
A través de las escuelas de magia, los elfos enseñaron poco a poco a los humanos algunos conjuros y lo que podía lograrse al manipular el zeclón, con gran asombro las creaciones de Lerman veían cómo los hijos de Eiláatir movían objetos con su mente, creaban ilusiones y muchas otras maravillas que aprendieron con gran agilidad, puesto que estas criaturas se destacaban por su adaptabilidad y capacidad de aprendizaje.
Con el paso del tiempo y tras haber adquirido una cantidad importante de conocimiento acerca de las artes mágicas, un grupo de humanos decidió crear El Imperio de Helkadil, edificado por y para la magia, en este lugar comenzaron a especializarse en ciertos campos, nacieron extraordinarios archimagos y lograron aprender magia sumamente avanzada a través del apoyo oportunista e intermitente a los bandos que se crearon durante los casi 500 luxantes que duraron las Guerras élficas, a cambio de conocimiento.
Entre los campos que se dedicaron a estudiar cierto pequeño grupo de helkadinos, estaba el arte de la destrucción, concentrando el zeclón para destruir objetos, criaturas y todo lo que fuera posible, sólo con el ánimo de experimentar hasta donde podían llegar, sin embargo, un archimago muy destacado logró en algún punto ir más allá, consiguiendo destruir conexiones entre planos, algo que Ázafhel percibió de inmediato con preocupación, pues estaban llegando a límites insospechados e inseguros, por lo que La Guardiana envío a sus clérigos para advertirles de que no debían continuar por ese camino, sin embargo, los helkadinos se sentían ajenos a cualquier deidad y sin la obligación de rendir cuentas o detener sus proyectos, por lo que hicieron caso omiso a estos avisos.
Tras varios luxantes, el destacado archimago comenzó a preparar un conjuro más poderoso que aquellos que ya había creado, Ázafhel analizó aquello y se percató de que esta nueva magia le permitiría al humano destruir el zeclón, algo que la diosa no podía dejar pasar, pues la mera posibilidad resultaba muy peligrosa, por lo que esperó al momento apropiado e hizo uso de uno de sus artilugios secretos, con el cual encerró al archimago a través de una especie de cárcel que anulaba todo tipo de magia, aunque el humano usó todos los conjuros conocidos por él y trató de liberarse de todas las formas posibles, no hubo escapatoria.
Luego de recluir al revoltoso archimago, La Guardiana selló todos los conjuros superiores al noveno nivel, limitando la cantidad de zeclón que podía ser usado por las criaturas, evitando así cualquier peligro futuro que ella no pudiera controlar.
Nunca se pudo hallar el paradero del archimago que provocó tan descuidadamente a la diosa de la magia, las leyendas dicen que Ázafhel lo lleva consigo encerrado en el bastón que le acompaña, por lo que este tomó el nombre de La Jaula Infalible.
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