Un amanecer en la larga noche

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Bienvenidos señoras, señores, criaturas de este plano y toooooodos los demás, a este, el registro histórico más fiel, más preciso, más fidedigno, más fantabuloso, más mejor y menos pior del mundo mundial… ¡El olvido creador! –Ovaciones, el público llora, mujeres gritan de emoción. Gente desmayada-. Con ustedes, su humilde servidor: ¡Nadie!   Como todos saben, hacía un mes, o así, que el grupo de desempleados se había embarcado en una serie de misiones conjuntas, relacionadas con el exterminio de criaturas salvajes que procuran invadir tierra de otros. Tarea fácil dirían unos, matar algunos animales terribles aquí y allá. Tal vez uno que otro grande, como un Oso o Alce; no obstante, a nadie se le ocurre que lagartijas sobrealimentadas del tamaño de una casa, con púas y una cola del tamaño de medio hombre adulto puedan aparecer, o que de la nada un puerco con colmillos afilados como cimitarras y un aliento de los mil infiernos hagan de las noches de reposo unas rotundas pesadillas.   Y dicho esto, es así como hoy, su muy humilde servidor Nadie, el más famoso de los bardos, tiene la honrosa tarea de traerles a ustedes algunos datos interesantes de las aventuras de estos variopintos sujetillos. ¿Qué es la vida de aventurero sin una que otra escaramuza; qué clase de aventurero no tiene una cicatriz hecha por algún esperpento que casi le cobra con la vida el oro de la recompensa? Pues absolutamente nada, a menos que tengan a alguien para contarlas, para hacerlas leyendas! Jojoojo, Nadie es tan valiente como para hacerlo… por un módico precio –cofcof-. Puras emociones fuertes es lo que han visto este grupo de aventureros, ¿o desadaptados sociales?, que en seguida les presentaré, con inspirado acento –y en orden alfabético-:   Arpad Esta mole de 2.40 mts es puro amor en color gris clarito. Su camino monástico lo ha hecho acreedor a un gusto excéntrico por los materiales extraños, las piedras incrustadas en la piel y las criaturas que se transforman en animales- Hola, enano poderoso de Meikos-. Está en primer lugar porque es el más guapetón del grupo. Su frase favorita es: “A mí me gusta como el café en las mañanas: fuerte y sobre el mesón de la cocina.”   Alaska La niña bien de la compañía, esta semielfa se pasa el día entre limarse las uñas, desprestigiar al proletariado de Meikos, quejarse porque no vive en Zarquitania, y decidir qué color de saeta le combina mejor con el color de las botas. Sus pasatiempos son esconderse del enemigo, jugar a ser un maniquí y leer el horóscopo. Su frase cita favorita es: “Yo quiero algo súper genial o nada que ver, Ok?”   Damalfit El rarito del grupo, es el único que tiene una cosa horrible con nombre horrible, y que habla, como “compañero animal”. Además, le encanta utilizar la táctica de fingir estar inconsciente para que otras criaturas se acerquen a él, desconocemos los propósitos de tales actos, pero sospechamos que tienen una fuerte connotación sexual. Es el mago más generoso del mundo, trabaja por hechizos, no por oro, pero al final nunca cobra. Además le encanta repartir el daño equitativamente entre todos los enemigos. Ya le conocen en el bajo mundo como “Damalfit, el fogoso”, por su manera cálida de tratar a los humanoides. Es políglota, le encanta saber cualquier idioma que no sea del plano material. No le gusta el hechizo de comprender lenguajes, montura, resistir elementos o volar. Su frase favorita es: “Es mejor adentro que afuera”. Ya ustedes sabrán interpretar.   Helios La bailarina de la guerra, el explorador del grupo. De niño le encantaba bailar ballet, pero como sus padres no lo apoyaron decidió volverse un aventurero, en ellos ganaría mucho dinero y se compraría su propio tutú, luego pondría su propia academia de ballet, con juegos de azar y mujerzuelas/elfezuelas/orcozuelas y las zuelas de todas las razas, no discrimina. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente, luego de unas cuantas experiencias cercanas a la muerte, nuestro querido explorador tuvo una epifanía: “El dinero no puede comprarlo todo, pero casi, entonces es mejor hacer lo que a uno le gusta todo revuelto como en un buen sancocho”. Por eso decidió aplicar sus conocimientos de baile en la pelea, dando vueltas con gracia y estilo, pica enemigos al por mayor y al detal. Frases favoritas: “¿Su mamá sabe cocer?” y “¡Sacúdelo que tiene arena!”   Ryobak El nudista pirómano. A este buen hombre le encanta hacer dos cosas en la vida: dañar los harapos que tiene por ropa y prenderle fuego a lo que se le cruce por el camino. Aunque, a veces lo veremos en otros roles más emocionantes como el de embestir empalizadas o intentar montarse en lo que se mueva, literal. –Hola, marrano poderoso-. Si Darwin existiera en este mundo, él sería el eslabón perdido en la cadena de evolución de las especies. Su frases favoritas son: “Me lo mecatié en cositas” y “Así estaba cuando llegué”.   Y ahora sí vamos a los hechos que me invocan para esta especial ocasión:   En algún momento entre Sexmón 4 y 7 del 2273 CH – Época octava En capítulos anteriores, este grupo estaba jugando el papel de mercenarios para Meikos; sin embargo, ante algunos eventos sorpresivos, terminaron dirigiéndose hacia el Bosque Profundo para jugar a los comandos, pero ahora contratados por los hijos de Tehamú. Batalla tras batalla, nuestros valientes muchachitos se lograron escapar de las hermosas, deliciosas, suavecitas y encantadoras manos de Iyaki. Hasta que cierto ciclo, mientras reponían fuerzas durante la larga noche y adecuaban una zona del bosque profundo con trampas y algunos puntos de reconocimiento, de modo tal que les sirviera de avanzada y base para los ciclos posteriores, quienes realizarían el primer turno de guardia, Arpad y Helios, estarían a cargo de esta labor. Entre tanto, Damalfit era arrebatado del mundo onírico por un repentino acceso de ansiedad.   Helios solicitó amablemente a Arpad que fuese a revisar qué ocurría con Damalfit, a lo que Arpad respondió que de sueños él no se daba por enterado; así que el buen Helios se acercó hasta el lecho del grupo, dispuesto en lo alto de un árbol, inquiriendo por el bienestar de su camarada. Damalfit dejó de manifiesto que algo malo había ocurrido, o eso le parecía, posiblemente su familiar –cuyo nombre horrible no quiero recordar, y él tampoco- estaba en peligro o algo peor, ya que no logra percibir su vínculo. Ante dicha situación, Helios propuso hacer algunas rondas, con él, alrededor de la zona para probar suerte, tal vez podría restablecer su vínculo con ello.   Mientras estaban en ello, Helios y Damalfit, nuestro explorador estrella detectó algunas cosas inusuales muuuuy a lo lejos, parecían resplandores, semejantes a los que se verían en el horizonte al alba, pero era la larga noche y eso, por supuesto, era todo menos corriente. Luego de algunas pesquisas desde varias posiciones, sus sentidos de súper elfo le llevaron a definir que eran llamas, llamas generadas por fuertes explosiones que estaban cubriendo zonas relativamente pequeñas, pero con una potencia inusualmente elevada. Las llamas habían ya consumido una porción del bosque a lo lejos, factor que preocupó profundamente a Helios –Larga noche, muuuucha nieve, fuego que tarda en apagarse, explosiones, orcos avanzando contra demonios durante esta época del año… algo no huele bien, y no era él, de pronto sí el mago, no tiene por costumbre bañarse-   De vuelta al campamento, Helios informó lo sucedido, entre los 5 decidieron acercarse hacia lo que parecía era el foco del fuego, donde se producían las llamas –Hay gente a la que le gusta meter la mano al fuego para ver si quema- y así pues se fueron acercando precavidamente hacia el resplandor. Vale decir que el único que veía alguna cosa era Helios, los demás bien podrían haber perdido la nariz y las orejas, pero ni se darían por enterados. Entre más cerca estaban, más fácil era para Helios ir detallando la escena, entre las potentes llamas pudo identificar 3 figuras, Orcos, uno de ellos con una risa típica de sanatorio mental, con su aspecto desaliñado, lo que podríamos llamar pelo más parecían trozos de raíz pegados a la cabeza; mientras que las otras dos figuras eran, a todas luces, guerreros, especialmente por sus atavíos, armadura, armas, detalles que distinguen al que le gusta romperse la testa contra los otros sin magia.   De pronto, Helios queda estático, apenas gesticulando con sus labios le dice al grupo que se oculten de manera rápida. El orco de pelos tiesos lo había visto, probablemente a los demás. Los muchachos no tardaron un brinco en despabilar y de ocultarse lo mejor que podían. Ryobak se trepó sobre un árbol, Arpad y Damalfit quedaron uno junto al otro detrás de otro enorme árbol, pero a nivel de tierra. Helios hizo lo propio y con sus increíbles habilidades se dispuso a mimetizarse y seguir de cerca los pasos de los orcos, que ahora se acercaban a la posición del grupo. La sorpresa de todos, hasta para ella misma, fue que Alaska se desvaneció en el aire, se escondió tan bien que no habría podido encontrarse a ella misma. Los orcos fueron dirigidos por el maniaco pelos necios hacia la dirección del grupo, separándose un poco el uno del otro buscaron abarcar terreno, mientras pelos necios se cubrió con las ramas de los árboles para no ser detectado, en lo que tuvo éxito frente a todos, menos Helios, que lo tenía en la mira desde el inicio, y Alaska, que por alguna razón desconocida podía notar a la perfección, desde donde sea que estuviera escondida, hasta los malos pensamientos de todos y cada uno.   La pelea dio inicio cuando los orcos llegaron al campo de visión de Arpad y Damalfit, los cuales iniciaron con un par de maniobras de campo. Arpad de inmediato se posicionó frente al que mejor armado parecía estar, un orco con pedazos de varias armaduras como propias, además de un escudo de buen tamaño en la espalda. El otro orco parecía algo más rudimentario, con armadura de cuero y unas rocas atadas de alguna manera a sus manos, extraño para unos, normal para los orcos. El pelos necios estaba a lo lejos, inexistente para quienes ya luchaban, poco a poco acortando distancia. Helios le seguía de cerca sin que, al parecer, lo notara.   Damalfit, posicionado tras el monje, utilizó agrandar persona en Arpad, que resulto en una maniobra sobradamente eficaz para hacer frente al enemigo, un golpe del monje era como ser embestido por una casa pequeña, el orco del escudo sintió el daño de inmediato, dando aviso al otro para que lo apoyara a la brevedad. De un movimiento ágil, muy ágil, el orco de escudo ataca a Arpad y se aleja hacia el otro orco de rocas, fallando en lo primero, pero con tal destreza que el monje sabe al instante que no podrá atacarlo de manera desprevenida, es un guerrero muy hábil. Luego de esos, de la nada, una maraña de brezos se alza en el terreno, cubriendo una amplia zona, de inmediato hacia todo el terreno dificultoso para los dos camaradas, los orcos quedaron, misteriosamente, fuera de la zona. El pelos necios había usado un hechizo para esto, Damalfit había podido identificar el hechizo, no su efecto o lanzador, pero estaba claro para él que no era ninguno de los orcos a la vista.   Acto seguido, Damalfit ataca con hechizos a los orcos, causándoles daño. Pelos necios, sin dar espera, utiliza otro hechizo sobre Arpad, que logra resistirlo lo mejor que puede, pero se encuentra en problemas por estar dentro de la maraña, la cual hace daño a cada movimiento. Parece que nadie más decide actuar, Arpad se limita a enfrentar lo que yace ante sus narices, así que decide, a pesar del daño, salir de la maraña, pero antes de actuar, una fuerte explosión de fuego le hace una buena cantidad de daño. Damalfit había fallado una bola de fuego, Arpad ignora esto.   Eventualmente Arpad se libra de la maraña a costa de unos rasguños dolorosos, choca de frente contra los dos orcos, ‘escudo’ y ‘roca’, logrando derribar al segundo luego de un fuerte impacto de la maza que iba en dirección al del ‘escudo’. Por su parte, orco de escudo ataca a Arpad, infringiendo buen daño y haciendo la pelea más peligrosa para el monje. De la nada surge el pelos necios, que hasta ahora estaba oculto a los otros. Utilizando un poderoso conjuro, hace explotar en fuego todo a su alrededor, hiriendo gravemente a Arpad, quien ahora carga con un daño casi igual a su vida.   Pelos necios se vio obligado a revelar su presencia ya que Alaska, Ryobak y Helios le atacaron, casi de manera simultánea, tomándolo por sorpresa y causando tal cantidad de daño, que no le quedó más remedio que utilizar su último recurso, después de todo con la cantidad de daño causado no podía conjurar, al menos no tenía sentido intentarlo siquiera. La pelea se tornó a favor de los aventureros, quienes entre invocaciones, flechas, espadazos y mazazos, se habían deshecho de los dos orcos en tierra y a poco de lograrlo con el del pelos necios, quien en un acto desesperado utiliza de nuevo la explosión, haciendo suficiente daño a Arpad para mandarlo vía exprés a los brazos de Iyaki. Pelos necios, en un acto final le dice a Helios en común: ¡Alto!, pero éste no atiende y lo ataca, dejándolo inconsciente.   El monje ha caído, dos orcos inconscientes, ‘escudo’ y pelos necios. El “compañero animal” de Damalfit perdido, el esmalte de uñas de Alaska agotado, las pintas de aceite de Ryobak casi terminadas, los zapatos de baile de Helios ya piden cambio de tapas, la suerte está echada. ¿Y ahora qué? En una secuencia de eventos absolutamente aleatorios y afortunados, Helios inicia una plática con el pelos necios y en un acto de astucia le pregunta si tiene los medios para regresar a la vida a su camarada Arpad, por el cual pelos necios muestra respeto –también por Helios-. Esto lo hace como respuesta al interés del pelos necios por la suerte de sus camaradas, también, y el resaltar que ha sido inteligente por parte del grupo el hecho de no matar a ‘escudo’. Pelos necios dice que sí, luego de ellos hay una corta negociación, acuerdan preservar la vida de ‘escudo’, a cambio de que pelos necios vuelva Arpad a la vida, luego intercambiarán a éstos y cada uno por su lado, muy bonitos y orondos. El acuerdo se llevará a cabo en 4 ciclos, o algo así. –No me pagan por llevarles las cuentas de los días-   El grupo se retira, así mismo lo hace pelos necios, de suerte que ambos logren sus cometidos. Por lo pronto, los aventureros han hecho un retroceso de su zona inicial hasta las cercanías de la línea de defensa más próxima a la ciudad de los hijos de Tehamú. Las criaturas allí son mucho más poderosas y temibles, de hecho, se presenta ante ellos la criatura que había negociado con ellos, al menos se parece a esa, un demonio Babau. Éste les consulta las novedades de los últimos ciclos, además de confirmar qué clase de objetos son requeridos como parte de su pago, de modo tal que puedan equiparse mejor y ser más útiles en los ciclos por venir. Entre tanto, aunque el grupo intentó ocultar la presencia del orco prisionero al dejarlo dentro de un saco y mezclado con más bultos, el demonio lo advierte y decide llevárselo para interrogarlo, prometiendo devolverlo con vida, además de traer consigo los objetos que solicitan.   Al tiempo reaparece el demonio, entrega a Helios una cimitarra muy especial, poderosa y fácil de llevar. A Damalfit unos pergaminos con poderosos hechizos y a Ryobak, quien solicita información sobre Ufrengak, es llevado ante unos seres enigmáticos, le narran algunos acontecimientos de carácter secreto, advirtiéndole que si llegase a revelar lo que sabe, será objeto de su ira, o sea, si abre la jeta le mandan los del jabalí. Luego lo devuelven con los demás y, como había prometido el demonio, les entregan al orco, quien se encuentra en un estado de debilidad extrema, pero vivo.   ¿Será que reviven a Arpad? ¿Será que el grupo sobrevive este Noxante? ¿Será que Helios logra comprarse ése tutú rosado que tanto quiere? ¿Encontrará Damalfit a su cosa horrible de nombre horrible? ¿Seguirá Ryobak quemándose hasta los calzones?   ¡No se pierda el próximo capítulo!
Fecha Eiláar
Sexmón 5 del 2273 CH Época octava
Campaign
El Olvido Creador
Protagonists
Fecha del informe
12 Jul 2015
Localización principal
Localización secundaria

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