ʿUmar ibn Abī Ṭūṭ
POLÉMICO magus de la Casa Ex Miscellanea, cabecilla de la alianza de Chazāʾir.
ʿUmar abandonó los preceptos Sufíes y la Casa Criamon cuando su parens fue ejecutado por los hoplitas de la Orden, por lo que perdió los estigmas de su piel. Considera que Bayt al-Ḥikma fue un error, aunque de menor magnitud que la propia Orden. ʿUmar se muestra rebelde con todo lo relacionado con el Código y, cuando cree que este entorpece su propia supervivencia, termina violándolo, lo que le ha supuesto severas multas, ultimátum y amonestaciones por parte de los jueces y los Trianomae.
Tras el desastre de las Navas de Tolosa, Duresca lanzó un comunicado para impedir que ningún magus o afiliado acudiera al campo de batalla, ni siquiera los quiñoneros
funcionarios reales encargados de recoger, valorar y repartir el botín tras la batalla, y de contar las bajas del adversario. Para ello, tenían que recorrer e inspeccionar el campo de batalla tras el combate.
Como no podía ser de otra forma, ʿUmar desoyó la petición y acudió a Jaén a investigar lo que había pasado. De sus pesquisas dedujo que los responsables habían sido los saḥires de Oriente, y aunque nunca publicitó sus conclusiones, sí que se las comentó a otros magi y la noticia se extendió por todo el Tribunal.
En 1220, ʿUmar afronta numerosas multas y ha contraído deudas con Porta Pandere para poder satisfacerlas, lo que no le ha impedido volver a violar el Código en repetidas ocasiones.
ʿUmar abandonó los preceptos Sufíes y la Casa Criamon cuando su parens fue ejecutado por los hoplitas de la Orden, por lo que perdió los estigmas de su piel. Considera que Bayt al-Ḥikma fue un error, aunque de menor magnitud que la propia Orden. ʿUmar se muestra rebelde con todo lo relacionado con el Código y, cuando cree que este entorpece su propia supervivencia, termina violándolo, lo que le ha supuesto severas multas, ultimátum y amonestaciones por parte de los jueces y los Trianomae.
Tras el desastre de las Navas de Tolosa, Duresca lanzó un comunicado para impedir que ningún magus o afiliado acudiera al campo de batalla, ni siquiera los quiñoneros
funcionarios reales encargados de recoger, valorar y repartir el botín tras la batalla, y de contar las bajas del adversario. Para ello, tenían que recorrer e inspeccionar el campo de batalla tras el combate.
Como no podía ser de otra forma, ʿUmar desoyó la petición y acudió a Jaén a investigar lo que había pasado. De sus pesquisas dedujo que los responsables habían sido los saḥires de Oriente, y aunque nunca publicitó sus conclusiones, sí que se las comentó a otros magi y la noticia se extendió por todo el Tribunal.
En 1220, ʿUmar afronta numerosas multas y ha contraído deudas con Porta Pandere para poder satisfacerlas, lo que no le ha impedido volver a violar el Código en repetidas ocasiones.
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