Belial
PRINCESA de las Vasijas de la Iniquidad. Diablesa de la Lujuria.
También conocida con los nombres de Masabakes, Sitry, Bitru y Gomory, sus atributos son el amor mentiroso, la perfidia, la vanidad, la estafa y el robo. Se le adoró en Babilonia, Israel y Egipto, y se decía que podía adoptar tanto apariencia masculina como femenina. Las únicas ciudades que se consagraron totalmente a su culto, sin embargo, fueron Sodoma y Gomorra, ya que, aunque su culto llegó a hacerse muy importante en la ciudad de Nínive, fue detenido gracias a la predicación del profeta Jonás (Libro de Jonás 3, 1-10). Algunos aseguran que llegó incluso a enfrentarse al mismísimo rey Salomón para impedir que construyera el templo de Jerusalén, y aunque Salomón consiguió vencerla y encerrar su espíritu dentro de una botella que arrojó a continuación al interior de un pozo, fue rescatada por Lilith, que para conseguirlo tuvo que introducirse en la corte judía seduciendo al rey, y consiguiendo finalmente que unos babilonios bajaran al pozo con la esperanza de encontrar un tesoro y así abrieran la botella, liberándola de su encierro. También se dice que tuvo un papel de gran importancia en los días anteriores a la rebelión de Lucifer, ya que junto con Astarot fueron los encargados de defender la causa de la rebelión y convencer a muchos ángeles indecisos.
Le atraen sexualmente tanto los hombres como las mujeres, en especial si son de conducta casta y temerosa de Dios. Asimismo, ayuda a cometer actos de adulterio y promiscuidad, excitando la libido de las gentes. Sin embargo, muchas veces le divierte hacer que los amores prohibidos o los vicios secretos salgan a la luz, trayendo la desgracia o el ridículo sobre los amantes o pecadores. Belial es, con diferencia, el espíritu más disoluto del Infierno, ya que adora el vicio por el vicio mismo y no porque, a través de él, se condenen los humanos. A Belial le atrae la lujuria mal reprimida, la castidad forzosa y los amores mentirosos. Ante estos casos envía diversos tipos de manifestaciones, todas ellos relacionadas con el sexo y que pueden variar desde alucinaciones eróticas más o menos veladas (por ejemplo, una sombra que, en la penumbra de una celda del convento, le recuerda por un instante a un solitario monje el cuerpo voluptuoso de una mujer), hasta sueños húmedos, incluyendo, por supuesto, el ya tradicional asalto nocturno usando íncubos, súcubos y belaam. Por el contrario, Belial siente un fuerte rechazo hacia el amor verdadero y la sinceridad, los cuales son el mejor remedio frente a sus maquinaciones. Belial toma casi siempre la apariencia de una mujer de belleza inhumana, de cuerpo perfecto y siempre se aparece completamente desnuda. Su única deformidad es que tiene la lengua bífida.
También conocida con los nombres de Masabakes, Sitry, Bitru y Gomory, sus atributos son el amor mentiroso, la perfidia, la vanidad, la estafa y el robo. Se le adoró en Babilonia, Israel y Egipto, y se decía que podía adoptar tanto apariencia masculina como femenina. Las únicas ciudades que se consagraron totalmente a su culto, sin embargo, fueron Sodoma y Gomorra, ya que, aunque su culto llegó a hacerse muy importante en la ciudad de Nínive, fue detenido gracias a la predicación del profeta Jonás (Libro de Jonás 3, 1-10). Algunos aseguran que llegó incluso a enfrentarse al mismísimo rey Salomón para impedir que construyera el templo de Jerusalén, y aunque Salomón consiguió vencerla y encerrar su espíritu dentro de una botella que arrojó a continuación al interior de un pozo, fue rescatada por Lilith, que para conseguirlo tuvo que introducirse en la corte judía seduciendo al rey, y consiguiendo finalmente que unos babilonios bajaran al pozo con la esperanza de encontrar un tesoro y así abrieran la botella, liberándola de su encierro. También se dice que tuvo un papel de gran importancia en los días anteriores a la rebelión de Lucifer, ya que junto con Astarot fueron los encargados de defender la causa de la rebelión y convencer a muchos ángeles indecisos.
Le atraen sexualmente tanto los hombres como las mujeres, en especial si son de conducta casta y temerosa de Dios. Asimismo, ayuda a cometer actos de adulterio y promiscuidad, excitando la libido de las gentes. Sin embargo, muchas veces le divierte hacer que los amores prohibidos o los vicios secretos salgan a la luz, trayendo la desgracia o el ridículo sobre los amantes o pecadores. Belial es, con diferencia, el espíritu más disoluto del Infierno, ya que adora el vicio por el vicio mismo y no porque, a través de él, se condenen los humanos. A Belial le atrae la lujuria mal reprimida, la castidad forzosa y los amores mentirosos. Ante estos casos envía diversos tipos de manifestaciones, todas ellos relacionadas con el sexo y que pueden variar desde alucinaciones eróticas más o menos veladas (por ejemplo, una sombra que, en la penumbra de una celda del convento, le recuerda por un instante a un solitario monje el cuerpo voluptuoso de una mujer), hasta sueños húmedos, incluyendo, por supuesto, el ya tradicional asalto nocturno usando íncubos, súcubos y belaam. Por el contrario, Belial siente un fuerte rechazo hacia el amor verdadero y la sinceridad, los cuales son el mejor remedio frente a sus maquinaciones. Belial toma casi siempre la apariencia de una mujer de belleza inhumana, de cuerpo perfecto y siempre se aparece completamente desnuda. Su única deformidad es que tiene la lengua bífida.