Lop Garcés Cajal
MAGUS hermético de la Casa Tremere y miembro de la alianza de Victrix.
Lop desciende de una importante familia nobiliaria de Aragón a la que Alfonso I El Batallador concedió tierras y honores allá por el siglo XI. La relación de su familia con el Temple ha propiciado su buena relación con Victrix, hasta el punto de que, cuando se descubrió el Don en el muchacho, la familia lo entregó a la alianza para que se hicieran cargo de su educación, por lo que es tanto templario como magus. Lop tiene en su poder dos sigils, el suyo y el de su filius Deucalión (en Victrix).
Lop es un magus maduro y ambicioso con una brillante carrera en la Casa. Pero su ambición asusta a Medea. Lop no es más capaz que Alexírroe, pero sí posee la suficiente fuerza como para dejarla atrás. Medea cree que mantener la posición de Victrix es algo complicado y, de forma algo soberbia, piensa que nadie podría hacerlo mejor que ella. Teme que, en su ausencia, Lop se incline demasiado hacia el Temple y Victrix incurra en un delito hermético, algo que Medea no piensa consentir.
Como templario, Lop debe cumplir su deber para con la orden y responder ante Guillem de Montrodón. Sin embargo, gracias a las negociaciones que ha mantenido Medea con los templarios, Lop suele permanecer al margen de los asuntos del Temple, salvo que Victrix considere lo contrario.
Lop desciende de una importante familia nobiliaria de Aragón a la que Alfonso I El Batallador concedió tierras y honores allá por el siglo XI. La relación de su familia con el Temple ha propiciado su buena relación con Victrix, hasta el punto de que, cuando se descubrió el Don en el muchacho, la familia lo entregó a la alianza para que se hicieran cargo de su educación, por lo que es tanto templario como magus. Lop tiene en su poder dos sigils, el suyo y el de su filius Deucalión (en Victrix).
Lop es un magus maduro y ambicioso con una brillante carrera en la Casa. Pero su ambición asusta a Medea. Lop no es más capaz que Alexírroe, pero sí posee la suficiente fuerza como para dejarla atrás. Medea cree que mantener la posición de Victrix es algo complicado y, de forma algo soberbia, piensa que nadie podría hacerlo mejor que ella. Teme que, en su ausencia, Lop se incline demasiado hacia el Temple y Victrix incurra en un delito hermético, algo que Medea no piensa consentir.
Como templario, Lop debe cumplir su deber para con la orden y responder ante Guillem de Montrodón. Sin embargo, gracias a las negociaciones que ha mantenido Medea con los templarios, Lop suele permanecer al margen de los asuntos del Temple, salvo que Victrix considere lo contrario.
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