Victrix
PODEROSA alianza hermética en las tierras del Temple en la Corona de Aragón. La alianza de Victrix continúa la larga tradición de la Casa Tremere de Iberia. Además del significado explícito de su nombre (del latín, «victoriosa»), los magi Tremere lo eligieron porque su inicial coincide con el número cinco romano (pues es la quinta alianza Tremere del Tribunal).
Aunque recién llegados, Coeris les facilitó la información que tenían de Iberia y los contactos que habían dejado los Tremere que les habían precedido. Sitt Nasim y Anteo se asentaron no muy lejos de donde antaño se habían levantado las alianzas de Prima, Secunda, Tertia y Tremébriga. Para elegir el lugar adecuado, investigaron la zona unos años y escogieron el recién formado Reino de Monzón. En 1083, la ciudad de Monzón había sido conquistada por el Cid para el rey hūdí de Zaragoza, y en 1089 había pasado a manos del rey de Aragón, Sancho Ramírez, quien se la había entregado a su hijo Pedro, quien, a su vez, la había convertido en capital del pequeño reino de Monzón, feudatario del de Aragón. Así, los Tremere se asentaron cerca de la ciudad, a las orillas del río Cinca, y pronto abordaron a los poderes eclesiásticos de la zona. Los fundadores de Victrix también se habían fijado en la recién creada iglesia de San Juan (que había sido nombrada capilla real), de la que esperaban que pudiera convertirse en un enclave de importancia (de hecho, en 1220 dependen de ella treinta iglesias).
En aquellos años, Monzón era un bastión defensivo que protegía la frontera sur del reino y contenía las incursiones de la taifa de Lérida. Cuando, en 1104, la fortaleza pasó a manos del esposo de doña Cristina Rodríguez (una de las hijas del Cid), Anteo y Sitt Nasim ya se habían granjeado el favor del clero y la baja nobleza del reino, por lo que la Tremere pudo marcharse para ingresar en la alianza toledana de al-Dhahabī (futura Issah), donde Coeris la había destinado. Anteo se convirtió entonces en Exarca de Iberia y se quedó a la cabeza de los Tremere de la Península y la Provenza, justo cuando el panorama mundano empezaba a ponerse en su contra. En 1126, la alianza fue atacada por las fuerzas musulmanas que tomaron Monzón y los Tremere de Victrix tuvieron que refugiarse en Iššáh, de donde no salieron hasta 1130, cuando la zona fue recuperada por Alfonso I el Batallador. Pero la paz duró poco. En 1136, la alianza volvió a atestiguar la conquista de la ciudad, aunque en esa ocasión Anteo pudo salvar la situación con magia y no hubo que desalojarla. Así, Monzón estuvo en manos musulmanas hasta que, en 1141, fue conquistada por Ramón Berenguer IV, princeps de Aragón. Con la Concordia de Gerona de 1143, Anteo aprovechó su relación con los templarios en beneficio de Victrix. Los caballeros del Temple renunciaron al testamento de Alfonso I a cambio de donaciones del Reino de Aragón en forma de encomiendas y castillos: la ciudad de Monzón pasó a estar en sus manos; se les concedieron derechos de aduanas y convirtieron la iglesia de San Juan en la encomienda de Monzón. A cambio, Anteo les ayudó a construir sus acequias, un hospital para peregrinos y a explotar sus tierras. Con el tiempo, los templarios construyeron una ceca y la encomienda se convirtió en la más poderosa del reino, para beneficio y gloria de Victrix.
Anteo sufrió su Crepúsculo Final a mediados del siglo XII, y la maga Medea de Tremere se hizo con el título de Exarca y el liderazgo de la alianza. Medea gobernó con fuerza Victrix, y aunque sufrió un duro revés con la muerte de Prosérpina de Tremere en Alarcos , lo superó con creces cuando, en 1214, aprovechó la llegada del infante Jaime y su primo Ramón Berenguer (futuro conde de Provenza) al castillo de Monzón.
Ambos estuvieron bajo la tutela del reputado templario catalán y maestre del Temple, Guillem de Montrodón, quien los educó como a caballeros templarios hasta los nueve años, lo que propició que Jaime estuviera cerca de la orden el resto de su vida. Así, gracias a la estrecha relación que la Tremere tenía con los templarios, pudo supervisar muy de cerca la educación y crianza del futuro Jaime I el Conquistador.
En 1220, Medea posee un gran poder y una gran reputación, pues ha conseguido acercarse a la Orden del Temple en Spania, y como Exarca gobierna a los Tremere de los Tribunales de Provenza e Iberia (Pedro Gutiérrez de Duresca y Sitt Nasim de Iššáh le reportan directamente). Además, controla el castillo de Chalamera (bajo la encomienda de Monzón), en la confluencia de los ríos Alcanadre y Cinca, por donde pasa el camino catalán secundario de Santiago, y donde su guarnición (compuesta por entre diez y quince templarios) se encarga de proteger los caminos. Su influencia llega hasta un pequeño templo de la Orden del Temple dedicado a Santiago, junto al camino jacobeo (cerca de Chalamera), cuyos ingresos son constante motivo de discusión con el obispo de Lérida. Gracias a Medea, los templarios han cedido parte de los derechos de explotación del comercio en la desembocadura del Ebro y su importante puerto marítimo a la alianza y Casa Mercer de Aedes Saturni , lo que ha contribuido a la riqueza general del Tribunal, y de Victrix en particular.
Historia
Tras la Guerra del Cisma , la única Tremere que sobrevivió en Iberia fue, de hecho, una aprendiza: la jovencísima Fata. Aunque la muchacha intentó sacar adelante la alianza de Tertia, en 1046 tuvo que abandonar Iberia e ingresar en una alianza del Tribunal Normando, pues Duresca la condenó a pagar una cuantiosa multa so pena de exilio. Los Tremere no volvieron a la Península hasta 1089, cuando Coeris envió a la maga natural de Bagdad, Sitt Nasim al-Tremeriyya, y al que sería el Exarca de Iberia, Anteo de Tremere filius Gaia, con el propósito de volver a tener una representación política allí y dar apoyo a la Orden en el territorio de Spania.Aunque recién llegados, Coeris les facilitó la información que tenían de Iberia y los contactos que habían dejado los Tremere que les habían precedido. Sitt Nasim y Anteo se asentaron no muy lejos de donde antaño se habían levantado las alianzas de Prima, Secunda, Tertia y Tremébriga. Para elegir el lugar adecuado, investigaron la zona unos años y escogieron el recién formado Reino de Monzón. En 1083, la ciudad de Monzón había sido conquistada por el Cid para el rey hūdí de Zaragoza, y en 1089 había pasado a manos del rey de Aragón, Sancho Ramírez, quien se la había entregado a su hijo Pedro, quien, a su vez, la había convertido en capital del pequeño reino de Monzón, feudatario del de Aragón. Así, los Tremere se asentaron cerca de la ciudad, a las orillas del río Cinca, y pronto abordaron a los poderes eclesiásticos de la zona. Los fundadores de Victrix también se habían fijado en la recién creada iglesia de San Juan (que había sido nombrada capilla real), de la que esperaban que pudiera convertirse en un enclave de importancia (de hecho, en 1220 dependen de ella treinta iglesias).
En aquellos años, Monzón era un bastión defensivo que protegía la frontera sur del reino y contenía las incursiones de la taifa de Lérida. Cuando, en 1104, la fortaleza pasó a manos del esposo de doña Cristina Rodríguez (una de las hijas del Cid), Anteo y Sitt Nasim ya se habían granjeado el favor del clero y la baja nobleza del reino, por lo que la Tremere pudo marcharse para ingresar en la alianza toledana de al-Dhahabī (futura Issah), donde Coeris la había destinado. Anteo se convirtió entonces en Exarca de Iberia y se quedó a la cabeza de los Tremere de la Península y la Provenza, justo cuando el panorama mundano empezaba a ponerse en su contra. En 1126, la alianza fue atacada por las fuerzas musulmanas que tomaron Monzón y los Tremere de Victrix tuvieron que refugiarse en Iššáh, de donde no salieron hasta 1130, cuando la zona fue recuperada por Alfonso I el Batallador. Pero la paz duró poco. En 1136, la alianza volvió a atestiguar la conquista de la ciudad, aunque en esa ocasión Anteo pudo salvar la situación con magia y no hubo que desalojarla. Así, Monzón estuvo en manos musulmanas hasta que, en 1141, fue conquistada por Ramón Berenguer IV, princeps de Aragón. Con la Concordia de Gerona de 1143, Anteo aprovechó su relación con los templarios en beneficio de Victrix. Los caballeros del Temple renunciaron al testamento de Alfonso I a cambio de donaciones del Reino de Aragón en forma de encomiendas y castillos: la ciudad de Monzón pasó a estar en sus manos; se les concedieron derechos de aduanas y convirtieron la iglesia de San Juan en la encomienda de Monzón. A cambio, Anteo les ayudó a construir sus acequias, un hospital para peregrinos y a explotar sus tierras. Con el tiempo, los templarios construyeron una ceca y la encomienda se convirtió en la más poderosa del reino, para beneficio y gloria de Victrix.
Anteo sufrió su Crepúsculo Final a mediados del siglo XII, y la maga Medea de Tremere se hizo con el título de Exarca y el liderazgo de la alianza. Medea gobernó con fuerza Victrix, y aunque sufrió un duro revés con la muerte de Prosérpina de Tremere en Alarcos , lo superó con creces cuando, en 1214, aprovechó la llegada del infante Jaime y su primo Ramón Berenguer (futuro conde de Provenza) al castillo de Monzón.
Ambos estuvieron bajo la tutela del reputado templario catalán y maestre del Temple, Guillem de Montrodón, quien los educó como a caballeros templarios hasta los nueve años, lo que propició que Jaime estuviera cerca de la orden el resto de su vida. Así, gracias a la estrecha relación que la Tremere tenía con los templarios, pudo supervisar muy de cerca la educación y crianza del futuro Jaime I el Conquistador.
En 1220, Medea posee un gran poder y una gran reputación, pues ha conseguido acercarse a la Orden del Temple en Spania, y como Exarca gobierna a los Tremere de los Tribunales de Provenza e Iberia (Pedro Gutiérrez de Duresca y Sitt Nasim de Iššáh le reportan directamente). Además, controla el castillo de Chalamera (bajo la encomienda de Monzón), en la confluencia de los ríos Alcanadre y Cinca, por donde pasa el camino catalán secundario de Santiago, y donde su guarnición (compuesta por entre diez y quince templarios) se encarga de proteger los caminos. Su influencia llega hasta un pequeño templo de la Orden del Temple dedicado a Santiago, junto al camino jacobeo (cerca de Chalamera), cuyos ingresos son constante motivo de discusión con el obispo de Lérida. Gracias a Medea, los templarios han cedido parte de los derechos de explotación del comercio en la desembocadura del Ebro y su importante puerto marítimo a la alianza y Casa Mercer de Aedes Saturni , lo que ha contribuido a la riqueza general del Tribunal, y de Victrix en particular.
Estructura
La cámara de concilio de los magi es una autocracia gobernada por la ductrix Medea. El puesto es vitalicio y está vinculado al cargo de Exarca de Iberia y Provenza, por lo que solo es accesible mediante certamen o por designación directa de Coeris. Bajo esa figura se encuentra el resto de magi de Victrix, después el autócrata y, por último, el capitán de la turba (una o ambas de estas figuras deben ser de una familia noble de Aragón y pertenecer a la Orden del Temple). La presencia de los miembros de Victrix en el concilio está estrictamente regulada por Medea; es rara la reunión a la que asisten todos los miembros de la alianza, salvo la consabida reunión de los solsticios de invierno, donde se juntan para renovar el Aegis de la Alianza, siempre ejecutado por la ductrix.
Cultura
Los habitantes de Victrix viven sometidos a las estrictas normas del autócrata. En sus muros no se puede alzar la voz, se ha de trabajar en silencio y están estrictamente prohibidos los placeres sensuales, como la música, la poesía o la bebida (aunque, por supuesto, se puede jugar al ajedrez). En muchos aspectos, en Victrix se vive como en un monasterio. Por su relación con los templarios, los habitantes de Victrix pueden ser requeridos por el autócrata para realizar labores para el Temple y los mismos magi a veces tienen que realizar algún encargo o dar soporte a las actividades (en tiempos de paz o guerra) que el maestre Guillem de Montrodón requiera de ellos.
Territorios
El Concilium
La sede de alianza de Victrix se encuentra en un pequeño cerro, junto al río Cinca, a unos ocho kilómetros al sur de Monzón, en el lugar ahora conocido como Conchelos (Concilios). Sobriamente fortificada (posee una torre albarrana erigida con permiso del Temple), tiene la apariencia exterior de un castillo compacto, aunque sin torre del homenaje. Todos sus edificios se encuentran tras el lienzo de una muralla de unos cinco metros de altura, con adarve almenado al oeste y al norte, para controlar los flancos que no están expuestos al río. Sin embargo, la «fortaleza» carece de patio de armas. Los edificios mundanos están en las zonas norte y oeste, mientras que las dependencias de los magi (cámara de concilios, biblioteca y sancta) están al sur y al este, con vistas al río Cinca y organizados en torno a un patio que se parece en todos los aspectos a un claustro, aunque en el caso de Victrix posee dos alturas.Las dependencias mundanas están separadas de las de los magi por tres accesos custodiados, que solo pueden ser franqueados por los grogs de rango más alto de la alianza. En las dependencias mundanas existe un pozo de agua y una guarnición de caballeros comandados por un compañero que pertenece a la Orden del Temple y que posee ciertos privilegios en la encomienda de Monzón.
La existencia de la alianza ha empezado a congregar un pequeño arrabal en torno a la fortaleza y se ha fundado una pequeña capilla que Medea vigila de cerca para evitar que el aura divina crezca.
Victrix tiene una serie de pasajes subterráneos que los arquitectos Tremere construyeron tras el primer ataque musulmán a la alianza. Los túneles llegan hasta la villa de Monzón y cuentan con un acceso en la ladera sur del promontorio donde se asienta la alianza. En 1215, Medea orquestó un encuentro con el infante Jaime precisamente en aquella cueva: disfrazada de un viejo anciano, le dijo que bañara su espada en la fuente del Saso, ya que si lo hacía, nunca sería derrotado mientras defendiera a la cristiandad.
El castillo de Chalameran
Victrix controla el castillo de Chalameran, ubicado en la confluencia de los ríos Alcanadre y Cinca, a una jornada de camino al sur de Monzón. La villa de Calameran es un lugar que usan los peregrinos que vienen de Cataluña para descansar, lo que reporta grandes riquezas al Temple en primera instancia y a Victrix en última. La fortaleza de Calameran es un castillo pequeño, con un patio de armas donde los diez o quince caballeros templarios que lo custodian pueden entrenar y dejar sus caballos. Entre sus funciones está la de proteger los caminos para que puedan ser transitados de forma segura, tanto por los comerciantes como por los peregrinos que siguen la ruta del Camino de Santiago catalán. Estos templarios obedecen a Guillem de Montrodón, por lo que Victrix solo puede contar con ellos en ausencia de cualquier mandato de su maestre. Por eso Medea siempre mantiene una pequeña guarnición de dos o tres soldados afines a Victrix que, por norma general, suelen ponerse al servicio de cualquier orden emitida por la guarnición templaria.
Asuntos exteriores
Victrix está en buenas relaciones con los poderes del Tribunal y siempre ha colaborado con ellos. Su presencia en Iberia no tiene nada que ver con los anteriores asentamientos Tremere de Spania, por lo que en 1220 es una alianza que despierta confianza entre los magi del Tribunal. Tanto es así, que de los tres asientos vacantes de la cámara íbera, uno suele estar reservado para la Exarca Medea de Tremere, invitada tanto por Duresca como por Durato, pues quienes la conocen hablan de ella maravillas, tanto por la sensatez de sus consejos como por su pragmatismo.
Fecha de fundación
1095
Tipo
Geopolitical, Magocracy
Título del líder
Sistema de Gobierno
Dictatorship
Organización a la que pertenece
Miembros destacados
Los Magi
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