22: Sombras del Este
General Summary
Tras la reunión con Teclis, los
Portadores de Talión
empezaron los preparativos para su nuevo viaje.
Aprovecharon que Langwald había prosperado y empezaba el bullicio de gente y los artesanos llegaban a sus puertas.
Contactaron con varios de los mejores y les facilitaron los extraños materiales que habían encontrado durante sus periplos por todo el mundo, para preparar equipo especial para todos, incluyendo un brazo para Fennec.
Un mes más tarde partieron hacia el este.
Pararon en Nachthafen, tenían que agradecer a sus vecinos la ayuda en la defensa de Langwald, pero también aclarar cuales eran los límites que tenían establecidos, ya que la fama que precedía a aquellos que sufrían la maldición de la sed les dejaba en una situación difícil.
El encuentro, pese a ser tenso, fue muy satisfactorio para ambas partes. Los portadores de Portadores de Talión pasaron una noche en el castillo de sus vecinos y les invitaron a entrar en la biblioteca. En la cual pudieron encontrar libros de incalculable valor y conocimiento.
Continuaron su camino hacia el este y al llegar a Karak-Kadrin entregaron el cadáver del enano matador y el Hacha-reliquia que portaba. Cantaron canciones sobre sus gestas y presentaron sus respetos. Había cumplido con su cometido y Langwald siempre le recordaría.
Broll se reunió con los rúnicos y les habló del entrelazado de runas, consiguiendo la burla de los más mayores pero el interés de los más jóvenes. Les habló de Judga Ascuaprofunda y de la espada que había portado VonClaire.
Los portadores continuaron su camino al este, esquivando goblins y adentrándose en las tierras oscuras.
Encontraron una caravana de Hobgoblins que llevaba varios esclavos enanos y humanos. No esperaron más y les atacaron. Fennec usando su magia, movió al jefe delante de su lobo, haciendo que los dos tropezasen. Se teletransportó detrás del cánido, atacándole varias veces antes de que este pudiera darse la vuelta. Para cuando el lobo cayó al suelo muerto, Fennec se encontraba ya sobre su caballo de nuevo. Broll cargó sobre Skree contra los esclavistas lanzándoles por los aires. Stroldin se lanzó en mitad de los enemigos aguantando su furia mientras Hellga y Patrick iban matando al resto de ellos.
Ayudaron a los esclavos a salir. Al interrogar a uno de ellos consiguieron información sobre lo que estaba haciendo Grimgor con los orcos. Los exploradores se encargarían de transmitirla antes de volver a sus Karaks.
Una vez los esclavos partieron, continuaron con el interrogatorio de los Hobgoblins que dejaron inconscientes. Les habló de otra caravana con “cozaz brillantez” que vendría en unos días.
Idearon un plan para asaltar el cargamento, ya que necesitarían algo con lo que negociar con los ogros “Pielferro”.
Cuando se hicieron con la caravana encontraron 3 cofres y unos documentos. Esta había partido originalmente de un Karak enano, pero no especificaba cual, hacia el frente de guerra del Imperio. En el primero de los carros había un cofre lleno de lingotes de acero enano, en el segundo un cofre lleno de monedas y en el tercero, un arcón que portaba un cofre sellado con runas de protección.
Mientras hablaban y discutían sobre lo que hacer, Patrick se dio cuenta de que algo vibraba en su bolsillo. Era la empuñadura de la daga con la que, presuntamente, habían asestado el golpe fatal a Aurora y con la que le habían aplicado la Maldición que fue su perdición y la de Randal.
Con mucha precaución Broll manipuló las runas para poder abrir el cofre y dentro encontraron un mandoble con una hoja cuyo grosor era de unos 40cm y en la cruz tenía un cráneo blanco y negro. Era la espada del primer elegido de Malal.
Mientras miraban consternados y se preguntaban por qué estaba esto en posesión de los enanos y por qué podrían estar mandándolo al frente de batalla, Patrick empezó a ponerse blanco del horror, pues durante unos instantes, le pareció ver las llamas de su antigua compañera y amiga, Aurora, recubriendo la espada.
Broll no esperó a ver si ocurría algo más y cerró el cofre, pero en el último momento sintió una pequeña resistencia y pudo oír el martillar de su hermano en las forjas en las que habían crecido juntos.
Esto les trastornó a ambos, pero en cierta medida, eran “buenas noticias”.
Decidieron llevar todo esto a Karak-Kadrin, no podían dejarlo aquí. Ya verían después que hacían con toda la información conseguida. Pero una vez allí, dejando en custodia de los enanos la valiosa carga, e intentando asegurarse de que los enanos y humanos habían llegado a salvo, los matadores confirmaron el paso del grupo, pero los nombres de los enanos rescatados no coincidían con lo que sabían.
Con las ideas mezcladas y preocupados, partieron de nuevo hacia su destino. Esto les hizo perder casi un mes y medio entre idas y vueltas, pero al final llegaron al campamento de los ogros.
Las negociaciones fueron duras. Hellga sacrificó 2 de sus barriles de pólvora y el fusil que había traído de Arabia para conseguir la información. Pero eso no fue suficiente para los ogros, pues vendiendo como esclavos a los Portadores conseguiría mucho dinero.
Stroldin se ofreció para un duelo con su mejor guerrero a cambio de poder salir de allí todos ilesos.
Los llevaron a la arena y se juntó un gran número de ogros mientras ayudaban a que Stroldin a prepararse.
El enano salió a la arena con el Cráneo de Krovein y empezó el combate.
En un solo movimiento engañó al ogro para que atacara bajando su enorme cabeza y le asestó un golpe en la sien que le dejó inconsciente en el momento.
El combate terminó demasiado pronto y los ogros miraban con desprecio a su mejor guerrero. Stroldin, cumpliendo con las tradiciones ogras, le arrancó una oreja al vencido y se la comió delante de todo el mundo.
Les dejaron salir del campamento, lo cual hicieron sin esperar más.
Mientras avanzaban por las montañas, Fennec, de avanzadilla, fue capaz de ver un par de mantícoras que acechaban en el camino. Aprovechando la oportunidad asesinó a una sin que reaccionase y tras un pequeño momento de duda, mató a la segunda en 6 segundos.
Mientras el resto del equipo llegaba a su posición, Fennec le había arrancado un corazón siempre palpitante a una de ellas.
Todo este evento hizo que el grupo mirara a Fennec con otros ojos.
Cuando llegaron a la ciudad de los enanos del Caos, se pudieron internar esquivando a las patrullas hasta que encontraron el Zigurat en el que les había dicho el ogro que estaría el pergamino. Pero la seguridad era demasiado alta para poder acercarse sin peligro.
Encontraron el barracón en el que estaban los esclavos orcos, pero no eran orcos cualesquiera, eran “Grandotez”. Hellga se internó con Fennec en el mismo y se encargó de accionar todo el mecanismo de seguridad, liberando a la vez a todos los ogros. Fennec les sacó de allí con un teletransporte y fueron todos al Zigurat.
Cuando entraron vieron una especie de almacén con muchísimas cosas por todas partes.
Los magos pudieron encontrar el rastro mágico del pergamino sin demasiados problemas, pero justo cuando iban a irse, algo poderoso captó su atención.
Una espada de hielo forjada en Kislev se encontraba allí
La espada de su desaparecido amigo, Makarov .
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11 Jun 2020
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