Lope IV Díaz de Haro

Lope IV Díaz de Haro (1124-1170) se vio desposeído de su título de Señor de Vizcaya tras la intervención de Alfonso el Batallador, centrando su poder en La Rioja. Sirvió durante años lejos de Vizcaya a la corona de Castilla, para posteriormente pasar sus lealtades al Reino de Navarra. El señorío de Vizcaya quedaría entonces en manos de los Vela.
Con todo fue un vasallo muy tibio, siguiendo la tradición familiar de constituirse en tercera fuerza entre los dos poderosos reinos vecinos, hasta que en 1162, Sancho VI el Sabio, Rey de Navarra, invadió La Rioja para acabar con la doblez de este noble bisagra.
La invasión fue, no obstante, rechazada, y a partir de entonces Lope IV Díaz de Haro fue fiel a la corona de Castilla.
Le sucedió al frente del señorío su primo Diego II el Bueno quien recuperará el Señorío de Vizcaya para los Díaz de Haro

Relationships

Diego II el Bueno

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Towards Lope IV Díaz de Haro

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Lope IV Díaz de Haro

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Towards Diego II el Bueno

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Parents

Diego I López el Blanco

Spouses

Siblings

Diego II el Bueno (cousin)

Children

• Diego II el Bueno

La leyenda

En el Livro das Linhagens de Pablo Alfonso, escrito en 1340 se narra esta leyenda en torno a don Diego y a su hijo.
Estando Diego López el Blanco cazando jabalíes, encontró en el bosque a una mujer bellísima de la que se enamoró al punto. La mujer que no era otra que la Dama de Amboto o la Mari, accedió a casarse con él siempre que nunca se satiguara en su presencia. Tuvieron un hijo y una hija, y vivieron felices pues Diego quería mucho a su mujer pese a que supiera que esta no fuera ni cristiana ni humana pues tenía un pie de cabra. Un mal día, sentados todos a la mesa, don Diego se santiguó distraídamente, y al punto ella echó mano de su hija y salió con ella por la ventana, convertida en estela de fuego. Y hubiera hecho lo mismo con el niño de no impedirlo su padre, sujetándolo fuertemente.
Pasaron los años y Diego López fue hecho prisionero por los sarracenos. Para liberarlo, su hijo Lope fue a pedir ayuda a su madre, la Dama, y ésta le dio un caballo de nombre "Pandal", que "le duraría toda la vida" y "que no entraría con él en lid que no venciese". A cambio, no debía dar de comer ni beber al caballo, y mucho menos ponerle herraduras. Lope así lo hizo, y con esa montura mágica realizó grandes hazañas, no siendo la menor rescatar a su padre.
Buena falta le hizo una ayuda así, pues en 1116 el rey Alfonso el Batallador, rey de Navarra y Aragón, arrebató a los Díaz de Haro el Señorío de Vizcaya.