Sesión 8: Persecución Report

El grupo parte de Redali.   Durante una semana el grupo rastrea a los preservistas por el bosque y la cordillera oeste de Las Fauces, siguiendo un reguero de cuerpos de un clan conocido como los pieles negra y enfrentándose a los supervivientes de los enfrentamientos con los preservistas.   Al final del rastro, encuentran a Alecor, el chatarrero de los grupos preservistas, herido e inconsciente en un saliente a 6 metros de caída en el interior de una falla. Awambe decide bajar a buscarle tras asegurarse con un acuerda de la que el resto del grupo tirará para subirla, la pared rocosa es bastante irregular, por lo que se baja fácilmente hasta que el chatarrero se despierta por el ruido y, en un ataque de pánico, dispara una escopeta contra Awambe , que casi pierde el equilibrio, pero, por suerte, los perdigones fallan o rebotan contra su armadura debido a la distancia.   Sin querer arriesgarse más, Awambe se deja caer sobre Alecor, desarmándole, a lo que el chatarrero responde con suplicas por su vida y disculpas. El grupo le necesita, pues es la única pista que tienen ahora que han perdido el rastro, así que le suben junto a Awambe y le interrogan.   No cuesta mucho hacerle hablar, pues parece que su relación con los preservistas es completamente profesional. Les cuenta como, tras "purgar" Cartina, algunos de los famulantes expresaron un terrible descontento con la forma de actuar de los preservistas y como estos, más tarde, habían ejecutado a uno de de los famulantes y se preparaban para castigar al resto cuando sufrieron un ataque. Alecor no estaba presente durante el ataque, pero Arrido y sus hombres, le habían mencionado que usaban armas de fuego.   Por último menciono como los preservistas habían usado beso purpura para tratar a los supervivientes de Cartina, volviéndolos adictos, y como, tras encontrar una pista del cronista Data en las montañas, habían decidido acelerar su búsqueda tras ser acusados por Bajan y su grupo.   Ahora los preservistas se dirigían al asentamiento de los pieles negras, donde, supuestamente, el cronista había sido llevado tras ser capturado.   Esta nueva pieza de información liberó cualquier duda sobre que rumbo tomar y, con el chatarrero como acompañante forzado y las instrucciones de Anata, se comenzaron la marcha hacia el asentamiento.   El viaje, no obstante, no transcurrió sin sobresaltos, pues una de las noches fueron asaltados por un grupo de otra tribu, que habían permanecido ocultos en grietas y bajo montones de piedras a la espera de emboscarlos, enfrentamiento que Alecor aprovecha para huir dejando al grupo en mitad de la emboscada Por suerte el grupo salió del encuentro con heridas leves y continuó la persecución sin perder demasiado tiempo.   Cuatro días después, llegaron a su objetivo.   El asentamiento no era especialmente grande, con una empalizada rodeando el borde de la cuenca donde se asentaban chozas y cabañas de manera desordenada, en torno a una tienda bastante más grande que las demás y un gran edificio construido completamente con madera. El asentamiento estaba activo, y no parecía que hubiese sufrido ningún ataque de los preservistas.   Al anocehecer, el grupod ecide que Bajan y Anata se infiltrarán en el asentamiento durante la noche para buscar el paradero de Data. Por desgracia lo único que peuden encontrar sobre el cronista, es uno de sus artilugios tecnológicos, antes de que, de manera accidental, Anata prenda fuego a la tienda central y que, poco después, un grupo de media docena de Bitrazos enfurecidos se lance contra el asentamiento.   Mientras Bajan y Anata huyen con el artilugio mientras se desata el caos en el campamento, pueden ver como por el lado noroeste del asentamiento comienza a formarse una nube de gas. Asumiendo que son los preservistas y que han conseguido la ventaja con el artefacto, el grupo se retira a una distancia prudencial para analizar el artefacto.   Tras varios intentos, Karim logra hacer funcionar el artilugio. Parece que este marca la ruta seguida por Data, así como un punto situado al suroeste de su posición, pero se encuentran casi sin provisiones, por lo que deciden regresar a Redali para aprovisionarse antes de continuar explorando las montañas de Las Fauces.   Tras dos semanas de caminata y exploración, llegan al lugar que marca el artefacto, una torre de radio, de la época de los predecesores, situada en mitad de una zona de nidos de Bitrazo. Como Anata es un lugar extremadamente peligroso, pero el grupo decide intentarlo de todas maneras, necesitan llegar a la torre.   Deciden actuar por la noche, cuando la mayor parte de las bestia se aleja en búsqueda de alimento, intentando cruzar la zona con sigilo. Por desgracia son interceptados por una hembra de Bitrazo y, en el caos de la batalla Awambe hiere de gravedad a Bajan, casi matándole. Además el sonido de la pelea atrae a más bestias, por lo que no les queda otra opción que correr a la torre mientras cargan con Bajan, llegando justo a tiempo para entrar en la torre y cerrar la puerta en el momento en el que las criaturas cargaban contra ellos.   En la oscuridad de la estructura, encuentran un montón de aparatos funcionando y, en una de las terminales, un log escrito, supuestamente, por Data.   En lo contado en el manifiesto, pueden corroborar la historia contada por Alecor, habiendo aprovechado el cronista el ataque ocurrido durante la ausencia del chatarrero para escapar y rastrear la señal hasta la torre, indicando en su última entrada que alguien le seguía.   Cuando el grupo se dispone a discutir sobre lo encontrado, oyen en el exterior los alaridos de los Bitrazos y el sonido de una poderosa arma de fuego que dispara sin cesar. Bajan no pierde un segundo y se lanza hacia la puerta para ver que ocurre.   Parado, en mitad de la noche, una figura blindada, de más de dos metros, se mantiene inmóvil mientras dispara sin pausa a los Bitrazos que tratan de llegar hasta él.   Antes de que Bajan pueda girarse a informar al resto, una pálida mano le agarra y le derriba. Una pálida le mantiene en jaque contra el suelo mientras una segunda aparece, apuntando con una pistola al resto del grupo, que aparecía en dicho momento. Con rapidez y sin permitir preguntas, una de ellas inyecta algo a Bajan, detrás de la oreja, haciendo que pocos minutos después la verborrea le domine, haciéndole escupir todo lo que saben sobre Data.   Tras oír el rugido de una legión de Bitrazos acercándose, atraídos por la tormenta de balas, el grupos Palidos huye justo antes de lanzar un frasco lleno de sangre contra el Bajan y Karim, que se había acercado rápidamente para atenderle, obligandoles a recluirse de nuevo en la torre cuando los Bitrazos, que han sido atraídos por el olor, se lanzan contras ellos.   Encerrados y sin una nueva pista sólida, el grupo decide esperar hasta que las bestias se calmen mientras analizan la información que tienen, decidiendo que el mejor curso de acción es seguir el camino que tomo Data desde la torre hasta el asentamiento piel negra. Por el camino descubren los restos de una pelea entre los Pieles negras y, según Anata, el clan de Los dientes .   Tras analizar el poco rastro que queda y rumiando la información que tienen, llegan a la conclusión de que Data, fue capturado por los pieles negra y posteriormente una partida de guerra de Los dientes les robo al Cronista.   Así pues, tras escapar de la zona de nidos Bitrazo, el grupo regresa a Serdeta para prepararse para el viaje hacia el territorio de Los dientes, situado al extremo sur de Las Fauces.