Rarddric Ricda

Creado por: Santiago Álvarez

A pesar de las heladas corrientes, los niños revoloteaban entumecidos a los alrededores del carromato tirado por dos grandes Taurfrigos de pelaje azul oscuro, abarrotado de provisiones y suvenires, perfumado por el atrapante olor a pan recién salido del horno.Los pequeños agradecidos recibían en sus manos una hogaza tan tibia y tan perfecta que delataba no ser producto de la mano de ningún artesano, pero por más que la comida fuera solo una consecuencia del uso del Zeclón, la alegría en sus rostros era auténtica.

Poco a poco la masa de jóvenes menesterosos se fue diseminando dejando solo a un tímido y harapiento comensal a unos cuantos metros del carro que se detuvo por un momento.

-Acércate- se escuchó una profunda voz.-Sujeta mi mano.

Las carcajadas del pequeño se podían oir aun mientras tenia la boca llena, el hombre de pelo negro y ojos verdes contaba una antigua y vulgar historia subida de tono mientras con sus manos dirigía las bestias por un camino empedrado, el niño, vestido con una camisa amarillenta sin mangas, pantalon astroso y mocasines desgastados, tiritaba de frio por el viento que subia cordillera arriba en el temprano Primon.

-Cubrete en mi seno pequeño, dijo el hombre mientras lo rodeaba con su gruesa capa gris.

Los pocos adultos del pueblo que habían sobrevivido a la La Perversión descargaban cajas repletas de alimentos y las llevaban a un antiguo granero para después repartir la mercancía con los lugareños.

-Señor, ¿usted cree que vuelva? .- el chico que aparentaba no más de 30 luxantes abrazaba una bolsa repleta de comida.

-¿El qué?, ¿la enfermedad?.

El niño asintió.

-Sinceramente, no lo sé. Pero eso no debería preocuparte.

El hombre hizo una pausa y miró detenidamente a su alrededor, hincó una rodilla en el verde pasto de la plaza que aún tenía cristales de la última larga noche y posó su mano enguantada en el hombro del pequeño mientras en su rostro se dibujaba una amable sonrisa.

-A ninguno de ustedes realmente.

Los ojos encharcados del niño buscaron paz en el cordial rostro mientras se fundía en un cálido abrazo con aquel sujeto.

-Confía en mi cuidado.

Por un instante los ojos del infante se quedaron perdidos en el horizonte, las lágrimas cayeron arrastrando la suciedad de su cara y sus labios descubrieron una macabra sonrisa. la sangre brotó por la boca del hombre con un gutural quejido mientras sus manos sostenían un puñal clavado en su pecho.

-Siente como desgarro tus músculos con mis dientes. -Susurró una inocente voz en su oído.

Rarddric altruista by MJ
Especie
Mediano
Edad
244 Luxantes
Fecha de nacimiento
9 de Quamon del 2037 CH ép octava
Lugar de nacimiento
La Aislada
Ojos
El color de sus ojos cambian segun su estado de conciencia
Pelo
Rubio rizado a la altura de los hombros
Deidad
Ivasha
Organizaciones relacionadas
Clero de Ivasha

Rarddric es un Mediano, cosmogonista y un poderoso clérigo de la diosa Ivasha que dedica su vida a la investigación, la sed de venganza, la acumulación de poder, las alianzas duraderas, el placer desenfrenado, la vida entre aventuras y diferentes objetivos erráticos como consecuencia de una bendición otorgada por su diosa que le permite vivir la vida a través de cinco filosofías completamente diferentes.

Historia

Los inicios

Nacido a las orillas del Mar de la Perdición en un pueblo en el extremo suroeste de La aislada, en el continente de Abadtrah, Rarddric pasó gran parte de su juventud dedicado a la caligrafía y a la encuadernación, su naturaleza curiosa lo llevo a realizarse grandes preguntas sobre los orígenes del mundo, la naturaleza de la realidad y la existencia misma. Todos sus mitos y teorías los registró en un único libro: El canto del vacío, que por su contenido y por sus terminaciones de alta calidad llamaron la atención de maestros y artistas por igual. Fue así como gracias a su obra logró trabajar durante varios luxantes como consejero para investigadores y estudiosos ganando acceso a circulos intermedios en la Biblioteca de Abjanel, lugar en el que alternaba residencia con su pueblo de origen.

El accidente

Con el paso de los Luxantes las ideas de Rarddric tomaron un semblante más oscuro y divagante. Luego de La gran visión sus escritos tomaron un aire premonitorio y la reputación que había ganado con sus tempranas ideas visionarias de la realidad cayó por la borda al atribuir gran parte de su trabajo a manifestaciones y revelaciones de entidades de otro mundo. Fue durante uno de sus regresos a La Aislada cuando una de las corrientes del mar atrapó el barco en el que viajaba Rarddric y lo arrastró hasta las profundidades meridionales del continente, sufriendo una lenta y fría muerte.

La verdad

Desde muy temprano en su adolescencia la mente del mediano comenzó a deambular por caminos escabrosos a la deriva de los caprichos impredecibles de Ivasha, El canto del vacío nació como producto de las semillas implantadas por la diosa de la locura en la mente de un joven calígrafo que podía ver como la tinta cobraba vida y le susurraba al oído el contenido de la siguiente página, poco a poco su mente se fue resquebrajando y su comportamiento se tornó frenético, lo que lo llevo, en breves instantes de lucidez a intentar eliminar el conocimiento que se le había revelado de la faz de Eiláar, desencadenando una secreta enemistad con Los Svedcar, un fanatico grupo de seguidores de Lerman que garantizaron que aquel barco que partía hacia la aislada rompiera su casco contra los helados Dientes Brumosos de Rugenko.

Durante veinte largos ciclos toda la tripulación de aquel barco descendió en una vorágine de imparable locura a causa del frío, el hambre, la desesperación y la propia demencia de Rarddric que, para aquel entonces fungía secretamente como Clerigo de la diosa de la locura. Tan intensa y desenfrenada fue la vesanía, que luego de sangrientas mutilaciones, traiciones y canibalismo entre los tripulantes quedaron junto a Rarddric cinco destruidas y fragmentadas mentes con vida que saciaron los deseos de Ivasha y fueron aceptadas como una ofrenda por su fiel seguidor.

Una filosofía por cada hombre

Desde aquel incidente del barco, Rarddric recibió una bendición de la diosa Ivasha que, unió la locura de cada uno de los tripulantes a la mente del joven clérigo que adquirió cinco maneras diferentes de ver el mundo que van cambiando de manera aleatoria. Su personalidad se mantuvo intacta, Rarddric al ciclo de hoy se sigue identificando como sí mismo y sus impulsos frenéticos que caracterizaban su demencia anterior desaparecieron por completo para dar paso a filosofías radicalmente diferentes entre sí que le permiten tener múltiples enfoques a la hora de lograr sus objetivos.

Físicamente se diferencian la una de la otra únicamente por un cambio en el color de sus ojos.

Concupiscencia

Cuando su mente adopta esta filosofía sus ojos se tornan de un color rojo oscuro, su forma de ver el mundo se vuelve carnal e impulsiva, su temperamento se torna agresivo y sus instintos más primigenios florecen, se deja dominar por sus deseos de venganza contra Los Svedcar y un recelo peligroso contra los humanos.

Rarddric en estado de concupiscencia by MJ

Megalomania

Su comportamiento se torna frío y calculador con un ansia incontrolable por aumentar su autoridad, a pesar de que en todas las filosofías Rarddric es consciente de la existencia de las demás, en esta especialmente idea planes a largo plazo que aprovechan los diferentes puntos de vista que puede llegar a tener en un futuro con la intención de no desviarse en su búsqueda de poder. Sus ojos adquieren un color verde oscuro.

Tuciorismo

Esta filosofía se caracteriza por un sentido estricto de la moral y el respeto por las normas, tradiciones y leyes del lugar en el que se encuentra. Su enfoque a la hora de realizar sus planes es más burocrático y políticamente correcto, llegando a trabajar en algunas ocasiones con miembros seguidores de Lerman que ven en Los Svedcar un peligro para el Clero, sus ojos son de un tono café claro.

Nihilismo

Con ojos grises y penetrantes se presenta una versión más fiel a lo que en su juventud representó Rarddric, desganado y sumido en constantes depresiones esta forma representa un peligro constante para sí mismo, consciente de esto suele recluirse en templos y avanza de manera obsesiva en sus investigaciones cosmogónicas y concentrando todos sus pensamientos en servicios a su clero.


Altruismo

Sus ojos azul claro esconden detrás una bondad y una visión del mundo ingenua, como un niño inocente que busca compañía en la gente que lo rodea y lo ha llevado a perdonar a sus más grandes enemigos, regalar todas sus pertenencias o unirse a grupos de aventureros con empresas sin relación alguna con sus intereses únicamente por el deseo de vivir y sentirse acompañado.


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