Totulogía
El inicio de todo
Los Guardianes de Eiláar son un par de fuerzas mayores, Goohk, Guardián de la oscuridad y Senith Guardián de la luz, éstos descubrieron que en el momento de su creación los residuos de poder del ser supremo, al cual llamaron Kil’hadel tomaron forma y propiedades diferentes, convirtiéndose estos en una fuente de poder eterno llamado zeclón, inició entonces una carrera entre Goohk y Senith para apoderarse del zeclón del multiverso.
Pasado un tiempo, Senith empezó a notar una anomalía en la forma en que el zeclón se movía a través del multiverso, al parecer el consumo excesivo de esta energía había creado inestabilidad en lo que Kil’hadel había implantado, de inmediato y bastante preocupados los Guardianes intentaron controlar y encerrar las diversas corrientes de zeclón que habían nacido de las inestabilidades, pero estando en medio de esto, el zeclón se salió de control y generó varios estallidos de energía en todo el multiverso, una vez terminó la sucesión de explosiones siderales, los Guardianes observaron con inexplicable intriga que todo el zeclón que antes les servía de alimento ahora se había condensado en espacios cerrados en los cuales esta energía eterna y ancestral se había materializado en lo que hoy se conoce como mundos o planos de existencia.
Con sorpresa los Guardianes enfrentaron su decepción más grande, al darse cuenta que no podían entrar en estos planos, temiendo por su supervivencia, ambas entidades empezaron a buscar la manera de sacar su preciado sustento de estos sitios. tras varios intentos descubrieron que podrían transmitir parte de su energía dentro de estos planos, así que lo hicieron, con la idea que esta energía introducida sacara para ellos el zeclón, sin embargo ambos Guardianes querían tener la prioridad al momento de sacar la energía, y así inició una contienda entre ambos por apoderarse de los medios para adquirir el zeclón, despertaron dentro de ellos mismos una nueva fuerza, las expresiones, y comenzaron a experimentar el Odio, la Esperanza, el Miedo, la Bondad…. estas llamadas expresiones, se mezclaron con la energía que se estaba introduciendo a los planos, tomando formas diferentes a las cuales denominaron Dioses.
La rebelión
Los primeros Dioses surgieron directamente de las expresiones de Senith y Goohk, éstos Dioses nacieron en los planos, podían viajar entre ellos, pero no podían convivir con sus creadores, los Guardianes, combatieron, inicialmente para ganar control sobre el zeclón, ahora materializado en sus planos, los Guardianes entonces controlaban lo que sus hijos ganaban. Esta lucha se extendió por eones, donde cada Dios aprendió a manipular el zeclón para dar lugar a creaciones que fueron llenando poco a poco los planos, inicialmente se crearon mares enteros de agua que se arremolinaba y se movía sin cesar, desiertos vastos y vacíos de vida, extensiones de aire enrarecido y cavernas sin fin de roca, lava y carbón.
Este control del zeclón permitió a los Dioses darse cuenta que ellos mismos podían crear lo que quisieran para sus propios fines, fue entonces cuando se alejaron de los objetivos iniciales para los que habían sido engendrados, resguardar el zeclón y sus secretos para sus padres los Guardianes. Inició entonces una carrera de cada Dios por independizarse de su Guardián, creando, construyendo, moldeando y entendiendo cada vez más profundo del funcionamiento del zeclón.
Los Guardianes en su afán de obligar a los Dioses a servirles de nuevo, intentaron ingresar a los planos de existencia, cosa inútil, también procuraron destruirles, y en ese momento, nació una segunda generación de Dioses, con experiencias más fuertes que los anteriores, la sed de sangre, la avaricia, la desesperación….entre estos nuevos Dioses apareció la Diosa de la Muerte, Iyaki, cuando comenzaron a caer los primeros Dioses, a manos de sus nuevos hermanos. Los planos se sacudieron una y otra vez, y poco a poco los Dioses fueron tomando bandos, planos enteros, y comenzaron a moldear el zeclón, ahora no solo por poder, sino por la satisfacción de crear algo propio, donde habitar y donde tener ventaja en la guerra.
La segunda generación de Dioses nunca vio a los Guardianes como padres ni similares, y pronto abandonaron cualquier interés en ellos, concentrándose en sus propios intereses. Los Guardianes cesaron sus intentos de acabar nuevamente con los Dioses, según estos últimos, había disminuido a tal nivel el zeclón original, que el poder de sus padres ahora era cosa del pasado.
El moldeo del multiverso
Cada Dios tomó poder de un plano, lo habitó, lo construyó. Algunos planos que no eran habitados por Dioses tenían creaciones de varios de ellos, fue así como las aguas, arenas, vientos y demás, comenzaron a formar grupos y a tener forma, algunos planos eran puro fuego, magma y lava, mientras otros eran riscos, acantilados, abismos y yermos grises. Un plano, se comenzó a diferenciar de los demás, pues cada Dios comenzó a ubicar sus creaciones en este plano, el material. Y así se diferenciaron los mares llenos de agua, de la tierra cubierta de arena, y las montañas hechas de roca, el cielo se llenó del aire y formó una atmósfera.
Las creaciones estáticas de los Dioses eran aburridas, y fue entonces cuando Eiláatir, creó una criatura con conciencia, inteligencia y capaz de usar las cosas que los planos tenían, fue el nacimiento de la primera raza, los elfos. Los demás Dioses viendo esto comenzaron a poblar igualmente sus planos con criaturas, engendros, razas y todo tipo de monstruos, bestias, elementales, aberraciones y otras cosas más. Cada plano comenzó a tener un tipo de criatura que lo predominaba, en el material, eran los elfos, aún cuando otros seres llegaron hasta el plano material, los elfos supieron mantenerlos a raya.
El límite de la magia
Fue Ázafhel, una de las diosas más estudiosas del zeclón, quien no había realizado creación alguna, la que vio que el zeclón tenía mas utilidades que solo materializarlo en rocas, agua y demás elementos, también podía transmutarlo, canalizarlo y usarlo para transformar la realidad misma de los planos, a éstas transformaciones Ázafhel llamó conjuros. Y creó muchos conjuros, que tomaban grandes cantidades de zeclón y permitían un control casi total de la materia misma, a tal punto que varios planos de existencia fueron destruidos.
Era tal el poder e inestabilidad de estos conjuros, que Ázafhel los encerró todos en un plano secreto, bajo protecciones que solo ella conoce, para que ningún ser pudiera usarlos de nuevo, pues comprometería la existencia del multiverso, luego de esto Ázafhel limitó el poder de los conjuros que podían ser lanzados canalizando el zeclón. Es desde entonces que los conjuros no sobrepasan el noveno nivel de poder.
Las razas primordiales
Al ver la proliferación de vida élfica y los cambios que éstos producían al plano material, otros Dioses quisieron crear más razas para poblar este plano, algunos por simple envidia y otros para complementar la labor de Eiláatir.
Nacen así las llamadas razas primordiales, Kefhos , Dios creador de las montañas, formó de estas rocas a los enanos, Feberraltir, quien hiciera las colinas y llanuras, creó una raza pequeña, pero inteligente, la llamó gnomos, Hapirith, señor creador de los bailes y juegos, creó a los medianos, y, finalmente, Lerman, quien hasta el momento no había usado el zeclón más que para investigarlo, sin crear nada, fue quien en su primer intento hizo a los humanos, criaturas muy adaptables, de gran capacidad de aprendizaje, pero de corta vida, debido a la inexperiencia de Lerman.
Éstas cuatro razas, junto con los elfos, poblaron el plano material, construyendo culturas únicas y ciudades majestuosas.
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