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Condado de Barcelona

EL condado de Barcelona corresponde al territorio regido por los condes de Barcelona desde el siglo IX. Se creó en el año 801, cuando Luis el Piadoso de Francia conquistó la ciudad de Barcelona yla incorporó al reino franco, estableciéndola como un condado dependiente del rey. En el transcurso de los siglos posteriores, los condes de Barcelona fueron reforzando su autonomía, alejándose de la influencia franca hasta que, con la caída de la dinastía carolingia y el ascenso de los Capetos a finales del siglo X, los condes aprovecharon para desligarse por completo de los francos y convertirse en un condado independiente.
El condado siguió reforzando su poder en siglos posteriores y creciendo en tamaño, llegando a incluir brevemente Mallorca y el mismísimo Condado de Gerona. Cuando Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila de Aragón se casaron en 1150 creando la Corona de Aragón, el condado había llegado hasta Lérida y Tortosa por el sur y el oeste, limitaba al norte con el condado de Gerona y el de Osona (ambos bajo la autoridad de Barcelona) y con el Condado de Urgel por el oeste. Además de los condados de Gerona y Osona ya mencionados, el condado de Barcelona también gobierna los de Berga, Besalú y Manresa. Barcelona es la capital del condado y también su población más importante.

Estructura

En términos políticos, el condado de Barcelona está organizado bajo un sistema feudal. El conde de Barcelona es el gobernante supremo y ejerce el poder centralizado sobre sus tierras. Sin embargo, la estructura política también involucra a la nobleza local y a los vasallos, quienes le rinden homenaje al conde a cambio de tierras y protección. El conde gobierna con la asistencia de consejeros y cortesanos, que participan en la toma de decisiones políticas y en la administración del territorio.

Historia

Orígenes

Sus orígenes se remontan al siglo VIII, cuando con motivo de la conquista musulmana de los dominios del Toledo Reino visigodo de Spania y su posterior expansión sobre las Galias, la confrontación entre los Francos y las fuerzas musulmanas condujo a una respuesta defensiva de los monarcas carolingios, consistente en la creación de la denominada. Esta se realizó mediante la dominación de los territorios del sur de Francia y del norte de la península ibérica y derivó en la formación de un conjunto de pequeños condados. La dominación franca se hizo efectiva tras la conquista de Gerona y principalmente, cuando, en el año 801, la ciudad de Barcelona fue conquistada por el rey de Aquitania Luis el Piadoso (o Ludovico Pío) y es incorporada al reino franco, estableciéndose en ella el condado de Barcelona, con dependencia del rey franco. El primer conde de Barcelona fue Bera (801-820).1 Inicialmente, la autoridad condal recayó en la aristocracia local, tribal o visigoda, pero la política de Bera, favorable a preservar la paz con Al-Ándalus, motivó que fuera acusado de traición ante el rey. Tras perder un duelo, según la tradición jurídica visigoda, Bera fue destituido y exiliado, y el gobierno del condado pasó a nobles francos,2 como Rampón o Bernardo de Septimania. Sin embargo, la nobleza visigoda recuperó la confianza real con el nombramiento de Sunifredo I de Urgel-Cerdaña como conde de Barcelona en 844. Pese a todo, los lazos de dependencia de los condados catalanes con respecto a la monarquía franca se fueron debilitando. La autonomía se consolidó al afirmarse los derechos de herencia entre las familias condales. Esta tendencia fue acompañada de un proceso de unificación de los condados hasta formar entidades políticas más amplias. El conde Wifredo el Velloso (840-897), hijo de Sunifredo y último conde nombrado por los reyes francos, representó esta orientación. Consiguió reunir bajo su mando una serie de condados y transmitirlos en herencia a sus hijos. Aunque Wifredo, muerto a manos de los musulmanes, dividió sus condados entre sus hijos, el núcleo formado por los condados de Barcelona, Gerona y Osona se mantuvo indiviso (si bien algún historiador, como Ramón Martí, cuestiona que Gerona se mantuviese inicialmente bajo el dominio de los hijos de Wifredo, y sugiere que la casa de Ampurias dominó el condado hasta el año 9083).

El condado hasta la Corona de Aragón

Durante el siglo X, los condes de Barcelona reforzaron su autoridad política y se fueron alejando poco a poco de la influencia franca. En el 985 Barcelona, entonces gobernada por el conde Borrell II, es atacada e incendiada por los musulmanes, liderados por Al-Mansur . El conde se refugia entonces en las montañas de Montserrat, en espera de la ayuda del rey franco, pero no aparecen las tropas aliadas, lo que genera un gran malestar. En el año 988, en el reino franco termina la dinastía Carolingia y es sustituida por la dinastía Capeta. Borrell II es requerido para prestar juramento de fidelidad al nuevo rey franco, pero no consta que el conde barcelonés acudiese a la llamada, pues el rey franco tuvo que acudir al norte a resolver un conflicto. Esto ha sido interpretado como el punto de partida de la independencia de hecho del condado. El conde Ramón Borrell, hijo del anterior, gobierna ya como un soberano con todas sus atribuciones, tales como la libre disposición del patrimonio fiscal, otorgar privilegios y acuñar moneda con su efigie y nombre, Raimundus. Posteriormente, el condado de Barcelona va creciendo en importancia y en territorio con los sucesivos condes. Va absorbiendo otros condados de la Marca Hispánica y se expande lentamente hacia el sur gracias a las batallas contra al-Ándalus y la repoblación de territorios como Tarragona y el campo circundante.
Tras el gobierno de Ramón Borrell, seguido del de su débil hijo Berenguer Ramón I, dominado por la enérgica figura de su madre Ermesenda de Carcasona, con Ramón Berenguer I se refuerza el poder condal: somete a los nobles levantiscos del Penadés, establece alianzas con los condes de Urgel y Pallars, adquiere los condados de Carcasona y Rasez, cobra parias de las taifas de Lérida y Zaragoza y renueva las bases jurídicas del condado al iniciar la compilación de los Usatges de Barcelona, conjunto de disposiciones, usos y costumbres que irá aumentando en los años posteriores. En los Usatges se hace referencia en diversas ocasiones al soberano, es decir, al conde de Barcelona, como princeps (príncipe), y llaman principatus (principado) al conjunto de los condados de Barcelona, Gerona y Osona.
En su testamento, Ramón Berenguer I decide no dividir sus territorios, sino que los transmite en condominio a sus dos hijos gemelos, Ramón Berenguer II y Berenguer Ramón II.
Tras la crisis provocada por el asesinato de Ramón Berenguer II y la acusación de fratricidio lanzada contra su hermano, quien murió en la Primera Cruzada, el hijo y sucesor del primero, Ramón Berenguer III, supo consolidar y ampliar los límites del condado. Conquistó parte del condado de Ampurias y, al frente de una amplia coalición, emprendió también la conquista de Mallorca, narrada en el documento pisano llamado Liber maiolichinus (1117), en el que se llama a Ramón Berenguer III Dux Catalanensis y catalanicus heros, mientras que sus súbditos son denominados christicolas catalanenses, en lo que se considera la referencia documental más antigua a Cataluña. Sin embargo, el conde tuvo que abandonar sus conquistas ante el avance de las tropas almorávides en la península. Recibió asimismo mediante herencia los condados de Besalú y Cerdaña, formando progresivamente un espacio territorial muy similar al de la llamada Cataluña Vieja, además de avanzar hacia Lérida y repoblar territorios fronterizos como la ciudad de Tarragona, restaurándola efectivamente como sede episcopal. Asimismo amplió sus dominios transpirenaicos al incorporar el condado de Provenza gracias a su matrimonio con la condesa Dulce.

El condado en la Corona de Aragón

Sin embargo, otro matrimonio, el de Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila de Aragón, heredera del trono de Aragón, constituye una unión dinástica entre la dinastía condal de Barcelona y la casa real de Aragón y es prueba fehaciente de la potencia política y socioeconómica que el condado ya representaba. Ramón Berenguer IV, veintitrés años mayor que Petronila, concertó el matrimonio cuando ella apenas tenía un año de edad, y así recibió todo un reino como dote a partir de la celebración de la boda en 1150. Ramón Berenguer IV fue hasta su muerte conde de Barcelona y príncipe de Aragón. El hijo de ambos, Alfonso II, fue el primer rey de Aragón que a su vez fue conde de Barcelona, títulos que heredarán a partir de entonces todos los reyes de la Corona de Aragón. Cada uno de los territorios que formarán la unión mantendrán sus usos, costumbres y moneda propia y con el tiempo crearán instituciones de gobierno privativas.

Laws

En términos jurídicos, el condado de Barcelona sigue las tradiciones del derecho romano y el derecho canónico, pero también desarrolló su propio sistema legal conocido como Usatges de Barcelona. Los Usatges son una recopilación de leyes y costumbres que regulan la vida jurídica y social del condado. Estas leyes abarcan diversos aspectos, como el derecho de propiedad, la sucesión, los contratos y las normas penales. Los Usatges se aplican en los tribunales locales, que son presididos por los condes o sus representantes.
Tipo
Geopolitical, County / March
Successor Organization
Ruling Organization
Organización a la que pertenece
Localización
Territorios controlados
Naciones vecinas


Cover image: by Montedemo

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