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Ninfas

HADAS de la Fertilidad que toman la forma de hermosas doncellas desnudas, normalmente asociadas a parajes naturales, -acuáticos en su mayoría (fuentes, arroyos, estanques, lagos)-, que actúan como seductoras o engatusadoras de los jóvenes mortales o en iniciadoras de su sexualidad. 

Descripción

Las ninfas no son criaturas del desierto: viven en el borde de la tierra domesticada fuera de las ciudades. Pueden representar una característica natural, como un arroyo o un roble o una fuente, pero necesitan humanos y viven cerca de sus comunidades. Muchas de las ninfas que viven más cerca de los humanos no atrapan físicamente a sus amantes. En cambio, prefieren ser el primer amor idealizado que captura la vitalidad de la sexualidad emergente de una serie de adolescentes del pueblo más cercano.

Personajes

La ninfa descrita aquí es una de las más débiles de su especie. Las ninfas que son más poderosas se diseñan utilizando las estadísticas de las Hadas Corteses, que se detallan más adelante.
Esta doncella forma parte de un grupo que se reúne para bailar en lo profundo del bosque. Como muchas ninfas, carece de habilidades de combate efectivas. Esto la convierte en ocasiones en presa de hombres inseguros y crueles. Tiene aliados sátiros a los que puede convocar si tiene dificultades, usando su glamour, que toca el de ellos.
Las ninfas menores pueden reemplazar a los personajes compañeros. Se recomienda a los jugadores que cambien el Poder Feérico Glamour Extendido. La ninfa descrita como ejemplo necesita tres Defectos más para estar equilibrada y necesita una Virtud o Defecto de Interacción Social. Su poder de Enredadar a las plantas trepadoras también podría modificarse. Se deben reducir las pretensiones de música y atletismo y agregar pretensiones de combate. Los rasgos de personalidad también deberían cambiar a algo más adecuado para la interacción con otros personajes jugadores.

Historia

En la mitología griega, una ninfa (en griego antiguo, νύμφα) es una deidad menor femenina típicamente asociada a un lugar natural concreto, como puede ser un manantial, un arroyo, un monte, un mar o una arboleda.
Se les aplicaba el título de olímpicas, y se decía que eran convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo y que eran hijas de Zeus. Diferentes de los dioses, las ninfas suelen considerarse espíritus divinos que animan la naturaleza, se representan en obras de arte como hermosas doncellas desnudas o semidesnudas, que aman, cantan y bailan. Poetas posteriores las describen a veces con cabellos del color del mar. Se creía que moraban en los árboles, en las cimas de montañas, en ríos, arroyos, cañadas y grutas. Según el lugar que habiten se las llama Nereidas (Νηρείδες), Oréades (Ὀρειάς) y Náyades (νηϊάδες). Aunque nunca envejecen ni mueren por enfermedad, y pueden engendrar de los dioses hijos completamente inmortales, ellas mismas no son necesariamente inmortales, pudiendo morir de distintas formas, aunque para Homero todas las ninfas son inmortales; y, como a diosas, se les hacían sacrificios.
Homero las describe con más detalle presidiendo los juegos, acompañando a Artemisa, bailando con ella, tejiendo en sus cuevas prendas púrpuras y vigilando amablemente el destino de los mortales. A lo largo de los mitos griegos actúan a menudo como ayudantes de otras deidades principales, como el profético Apolo, el juerguista dios del vino Dioniso y dioses rústicos como Pan y Hermes. Los hombres les ofrecían sacrificios en solitario o junto con otros, como por ejemplo Hermes. Con frecuencia eran el objetivo de los sátiros.
El matrimonio simbólico de una ninfa y un patriarca, a menudo el epónimo de un pueblo, se repite sin fin en los mitos fundacionales griegos; su unión otorgaba autoridad al rey arcaico y su linaje.

Adaptación latina

Las ninfas griegas eran espíritus invariablemente vinculadas a lugares, no muy diferentes de los Genii Loci latinos, y la dificultad de transferir su culto puede verse en el complicado mito que llevó Aretusa a Sicilia. En las obras de los poetas latinos educados en griego, las ninfas absorbieron gradualmente en sus categorías a las divinidades indígenas italianas de los manantiales y los cursos de agua (Juturna, Egeria, Carmenta, Fonto), mientras que las Linfas (originalmente Lumpae) o diosas del agua italianas, debido a la similitud fortuita de sus nombres, pudieron ser identificadas con las ninfas griegas. Es improbable que las mitologías de los poetas romanos clasicistas influyeran en los ritos y cultos de las ninfas individuales veneradas por los campesinos en las fuentes y cañadas del Lacio. Entre los romanos cultos su esfera de influencia fue reducida, y aparecen casi exclusivamente como divinidades del medio acuático.

Clasificación y adoración

Las ninfas pueden ser divididas en dos grandes clases:
  1. La primera abarca a todas aquellas consideradas como un tipo de divinidad inferior asociada al culto de la naturaleza. Los griegos antiguos veían en los fenómenos naturales una manifestación de la divinidad. Fuentes, ríos, grutas, árboles y montañas; todos les parecían cargados de vida y no eran más que las encarnaciones visibles de agentes divinos. Los saludables y beneficiosos poderes de la naturaleza eran, pues, personificados, y las sensaciones producidas por la contemplación del paisaje (tales como sobrecogimiento, terror, alegría y placer) se atribuían a la acción divina. 
  2. La segunda clase de ninfas son personificación de tribus, razas y estados, como es el caso de Cirene.
Las ninfas de la primera clase deben ser de nuevo divididas en varias especies, según las diferentes partes de la naturaleza de las que sean representativas:
  • Ninfas del elemento acuático: Deben mencionarse primero a las ninfas del océano, las Oceánides (Ὠκεανίδες u Ὠκεανῖναι; o ninfas marinas, νύμφαι ἅλιαι), que son consideradas hijas de Océano, y a continuación a las ninfas del Mediterráneo o del mar interior, que son consideradas hijas de Nereo, por lo que son llamadas Nereidas (Νηρεΐδες). Los ríos eran representados por las Potámides (Ποταμηΐδες), que, como divinidades locales, eran llamadas según sus ríos: Aqueloides, Anigrides, Amnisíades o Pactólides. Pero las ninfas del agua dulce, ya sea de ríos, lagos, arroyos o pozos, son también designadas por el nombre general de Náyades (Νηΐδες), aunque tengan además sus nombres específicos, como Creneas (Κρηναῖαι), Pegeas (Πηγαῖαι), Ἑλειονόμοι, Limnátides (Λιμνατίδες) o Limnades (Λιμνάδες). Incluso los ríos de las regiones inferiores (el Inframundo) se describen con sus ninfas, de ahí las Nymphae infernae paludis (‘ninfas del pantano infernal’) y las Lámpades o Avernales. Muchas de estas ninfas presidían sobre las aguas o las fuentes, creyéndose que inspiraban a quienes bebían de ellas, por lo que se pensaba que las propias ninfas estaban dotadas de poderes proféticos u oraculares y los inspiraban a los hombres, otorgándoles así el don de la poesía. Los adivinos o sacerdotes inspirados eran por esto llamados a veces «ninfileptos» (νυμφύληπτοι). Sus poderes, sin embargo, varían con los de la fuente sobre la que presiden, considerándose así que algunas tenían el poder de devolver la salud a las personas enfermas, y como el agua es necesaria para alimentar a la vegetación así como a todos los seres vivos, las ninfas acuáticas (Hidríades, ἱδριάδες) eran también adoradas junto con Dioniso y Deméter como dadoras de vida y bendición a todas las criaturas, y este atributo es expresado por una variedad de epítetos, tales como καρποτρόφοι, αἰπολικαί, νόμιαι (‘nomias’), κουροτρόφοι (‘curótrofas’) y otros. Como su influencia era de esta forma ejercida sobre todas las secciones de la naturaleza, aparecen con frecuencia relacionadas con divinidades superiores, como por ejemplo con Apolo, el dios profético y protector de las manadas y rebaños;23 con Artemisa, la cazadora y protectora del juego, pues ella misma fue originalmente una ninfa arcadia; con Hermes, el fructífero dios de los rebaños; con Dioniso y con Pan, los Silenos y los Sátiros, a quienes se unían en deleites y bailes báquicos.
  • Ninfas de las montañas y grutas, llamadas Oréades (Ὀρειάδες) y Orodemníades (Ὀροδεμνιάδες), pero a veces también por nombres derivados de las montañas concretas que habitaban, como Citerónides (Κιθαιρωνίδες), Pelíades (Πηλιάδες), Coricias (Κορύκιαι), etc.27
  • Ninfas de los bosques, arboledas y praderas, donde se creía que a veces se aparecían y asustaban a los viajeros solitarios. Eran designadas por los nombres Alseides (Ἀλσηΐδες), Ὑληωροί, Auloníades (Αὐλωνιάδες) y Napeas (Ναπαῖαι).
  • Ninfas de los árboles, de las que se creía que morían junto con los árboles en los que vivían y con los que habían llegado a existir. Eran llamadas Dríades (Δρυάδες), Hamadríades (Ἁμαδρυάδες) o Adríades (Ἀδρυάδες), de δρῦς, que significa no solo ‘roble’ sino también cualquier árbol silvestre que crece majestuoso. Las ninfas de los árboles frutales eran llamadas Mélides (Μηλίδες), Melíades (Μηλιάδες), Epimélides (Ἐπιμηλίδες) o Hamamélides (Ἁμαμηλίδες). Parecen ser de origen arcadio y nunca aparecen junto con los grandes dioses.
La segunda clase de ninfas, que estaban relacionadas con ciertas razas o localidades (Νύμφαι χθόνιαι), tienen normalmente un nombre derivado de los lugares con los que estaban asociadas, como Nisíadas, Dodónidas o Lemnias.
Los sacrificios ofrecidos a las ninfas solían consistir en cabras, corderos, leche y aceites, pero nunca vino. Eran adoradas y honradas con santuarios en muchas partes de Grecia, especialmente cerca de las fuentes, arboledas y grutas, como por ejemplo cerca de una fuente en Cirtones, en Ática, en Olimpia, en Mégara, entre Sición y Fliunte y en otros lugares.
Ancestro(s) genético(s)
Descendientes genéticos
Fueron felices y comieron perdices no es más que una forma placentera de morir
Los jugadores impresionados por la representación de ninfas en otros juegos de rol pueden no entender cómo un personaje puede oponerse a una vida inmortal llena de sexo. Los personajes de la Europa mítica tienen una vida futura, por lo que, en un sentido importante, ya son inmortales. Tienen mayores ambiciones que finalmente encontrar a alguien que se acueste con ellos regularmente. Así como los bebés sin nombre se convierten en hadas que intentan matar a otros bebés antes del bautismo, las ninfas, que están a punto de convertirse en mujeres jóvenes, son adultos incompletos y hacen que las personas que atrapan sean igualmente eternamente adolescentes. Una vida eterna en la que nunca sucede nada significativo es idéntica al Hades clásico.


Cover image: by Montedemo

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