Olocantos
El “olocanto” es un árbol que anda, de instintos terribles y destructores, muy peligroso, pues ataca especialmente al hombre mediante un aguijón retráctil y veloz de unos tres metros de longitud. Fue descubierto por san Jerónimo, cuando hacía penitencia en el desierto, un día de mucho calor y en el que resultaba una bendición del cielo hallar un poco de sombra, fresca y rumoreante.
Apariencia
Tienen la apariencia de grandes árboles, pero se mueven velozmente gracias a sus tres patas —que en reposo disimulan como raíces—, atacando a sus víctimas gracias a un aguijón retráctil que surge con gran rapidez de entre las ramas bajas de la copa. En este aguijón, que puede llegar a alcanzar las tres varas de longitud y está siempre impregnado de un veneno mortal, se encuentra también su vía de alimentación, ya que los olocantos mantienen ensartadas con él a su víctima, absorbiendo mientras tanto sus sustancias vitales.Naturaleza
Aunque nacen en el Infierno, como engendros que son , en el Bosque de los Suicidas, también es posible encontrarlos a veces en la Tierra si así lo manda su amo y señor, el demonio Andrialfo, y así han dejado esparcir su semilla por las tierras de los hombres. Los olocantos y las Mandrágoras Arbóreas se odian a muerte.
Ancestro(s) genético(s)
Comentarios