Compendio de Maldiciones y Cómo se han combatido
El Compendio de Maldiciones y Cómo se han combatido es el resultado de un exhaustivo trabajo de investigación que llevaron varios años, en los que incluso hubo participación por parte de los Elfos, dirigido y escrito, en su mayoría, por Luciano Escribano. Con este trabajo se ganó el título de Sabio, además de numerosas críticas no solo por parte del propio Gremio de Escribas, sino de todas partes de la sociedad. El motivo principal fue una de las conclusiones que el propio Luciano hace en el libro, que el propio Merlín Eterium llegó a sufrir la recién reconocida, en parte por este trabajo, Maldición del Héroe.
Si bien el texto trata de cientos de maldiciones, el propio Luciano reconoce que invirtió más esfuerzo, y espacio en su compendio, sobre esta maldición en concreto. Hasta la salida de este compendio, no solo se creía que las maldiciones del alma, aquellas a las que afectan el espíritu de las personas, eran algo que sufrían los seres débiles, sino que no eran nada común.
La realidad es que, según una gran colección de diarios personales, así como informes internos de las milicias humanas, esta maldición, y muchas otras de este estilo, llegaron a afectar al 60% de la población militarizada, y un 40% de la población civil. Y lo peor, es que los datos cronológicos indicaban que eran contagiosas.
En varias entrevistas, Luciano Escribano confesó que dudaba de publicar el trabajo que tantos años y esfuerzo le habían costado, a él, su equipo, amigos y asistentes externos. Una de las maldiciones, la Maldición del Enemigo Invisible, parece provocarse cuando la idea de un mal que no puede ser percibido lo amenaza, teóricamente creada por Pajad, el dios del miedo. Pero uno de sus jóvenes asistentes le insistió que a Pajad siempre se le vence con la acción, y que los humanos siempre acabarían por vencerle. Cuando el joven falleció en un accidente, Luciano Escribano decidió publicar la obra en su honor.
Si bien el texto trata de cientos de maldiciones, el propio Luciano reconoce que invirtió más esfuerzo, y espacio en su compendio, sobre esta maldición en concreto. Hasta la salida de este compendio, no solo se creía que las maldiciones del alma, aquellas a las que afectan el espíritu de las personas, eran algo que sufrían los seres débiles, sino que no eran nada común.
La realidad es que, según una gran colección de diarios personales, así como informes internos de las milicias humanas, esta maldición, y muchas otras de este estilo, llegaron a afectar al 60% de la población militarizada, y un 40% de la población civil. Y lo peor, es que los datos cronológicos indicaban que eran contagiosas.
En varias entrevistas, Luciano Escribano confesó que dudaba de publicar el trabajo que tantos años y esfuerzo le habían costado, a él, su equipo, amigos y asistentes externos. Una de las maldiciones, la Maldición del Enemigo Invisible, parece provocarse cuando la idea de un mal que no puede ser percibido lo amenaza, teóricamente creada por Pajad, el dios del miedo. Pero uno de sus jóvenes asistentes le insistió que a Pajad siempre se le vence con la acción, y que los humanos siempre acabarían por vencerle. Cuando el joven falleció en un accidente, Luciano Escribano decidió publicar la obra en su honor.
Por el joven que fue valiente hasta el final
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