Bosque de Cabor

Con mi grupo solíamos hacer expediciones constantes a los Bosques de Cabor. En aquellos días encontrábamos una gran variedad de hierbas, comida, visitábamos las ruinas de antiguas tribus y disfrutábamos de días acampando en medio de la naturaleza, pero eso fue acabando gracias a esta guerra sin sentido contra la Alianza de Plata. Los bosques comenzaron a volverse más fieros y es que era lo esperado, los animales y distintas criaturas que allí viven necesitaban protegerse del hostil ambiente que viene desde Ecet. Espero que alguna vez toda la paz y tranquilidad vuelva a los bosques del eterno otoño.

— Raslen Whistlekind, arqueólogo

Desde siempre, Cabor se ha caracterizado por sus eternos tonos marrones, anaranjados y amarillentos que cubren toda la vista en sus frondosos bosques y planicies. Hogar de una gran variedad de flora y fauna, entrega espacios para que pantanos existan en comunión con terrenos más secos generando una biodiversidad muy particular. En la historia del tiempo, esto ha atraído la atención de tribus nómades que han encontrado un lugar definitivo para asentarse y cambiar el estilo de vida que habían tenido durante generaciones y es que no es para menos: la riqueza de los bosques lo hace un lugar placentero y lleno de vida para quienes buscan un nuevo hogar en la naturaleza.
El vínculo de las personas que hicieron de Cabor su hogar ha llegado a niveles muy especiales. Los animales participan activamente dentro de las congregaciones de los círculos druidicos como señal del profundo amor y preocupación que sienten de los habitantes. Las plantas mismas también se han vuelto muy importantes para el día a día y la bendición de la Pachamama permitió que muchas personas con los corazones más puros pudieran convertirse en grandes druidas encargadas y encargos de sus círculos. La paz se esparciría por los vientos y este llamado también llegaría a druidas de otros lugares, los cuales traerían consigo un vínculo divino que conectaría este mundo con otro lleno de vida.
Lamentablemente durante el último tiempo, los climas de incertidumbre y hostilidad provenientes de la guerra han propiciado un contexto de preocupación entre los druidas y las tribus de los bosques al ver como la tierra es dañada por las matanzas de personas, flora y fauna. Algunas agrupaciones más pequeñas de tribus y druidas han logrado mantenerse conscientes y vivos gracias a la colaboración mutua, pero ven en peligro su sobrevivencia y es que no solamente la guerra ha sido un factor gigante. Al parecer, energías negativas han llegado también para adueñarse de la vida entre medio de los árboles, convirtiendo a cualquier ser vivo en un esclavo.

Vida en los bosques

Al principio, los bosques de Cabor fueron poblados por una gran cantidad de animales como el oso pardo, los mapaches, ciervos, linces, pajaros carpinteros, ranas del bosque, etc, gracias a su gran cantidad de espacio y diversidad de flora. A pesar de la variedad de especies y gracias al místisismo mágico proveniente de los eternos árboles, se ha logrado una estabilidad en cuanto a la relación entre animales, permitiendo una paz muy dificil de ver en cualquier otro ecosistema. En este sentido, se cuenta como leyenda en las ciudades cercanas como Nimloth que el aura de paz germinado en los bosques es capaz de atravesar cualquier maldad y purificar el corazón de las criaturas que se adentran en las profundidades de Cabor. De ahí nace la explicación de las tribus goblins pacíficas que habitan entre la frondosa hierba y las orillas de los ríos y lagos.
Los habitantes más comunes a encontrar dentro de Cabor son gnomos del bosque, goblins y elfos de los bosques. Llegaron hace muchísimas generaciones y aunque al principio se establecían en tribus separadas, la llegada de los círculos druidicos han permitido una especie de conexión entre cada villa, haciendo que las razas comiencen a mezclarse. No es para nada raro ver a un gnomo con un goblin sentados juntos pescando en un lago mientras un elfo ayuda a preparar otras cosas. Esto ha permitido una fuerte resiliencia para todos los seres vivos de Cabor y no solamente los animales o las personas, si no que también para la flora tan pintoresca de este lugar.
La flora ha tenido un rol bastante importante en cuanto a la entrega de ambientes sustentables gracias a sus aportes a la tierra. Según se dice, este lugar se ha llenado de un condimento mágico bastante misterioso y que no se ha visto en otros lugares. A través de varios años de investigación, se ha determinado que las mismas plantas y árboles son el origen de la magia tan especial que se siente, pero no se ha logrado determinar nada más allá. Mientras el bosque sigue creciendo y desarrollando nuevas especies, flores como los tulipanes reinas de la noche, physocarpus diabolo, coleo principe negro, dientes de león, margaritas, bouvardia, etc, crecen enormes para entregar sus propios aportes a la tierra y al paisaje. Estas flores también han ayudado a los druidas a la protección de los bosques gracias a la magia natural, pues varias personas que han hecho expediciones a los bosques cuentan que han visto como las flores son capaces incluso de levantarse de la tierra y tomar formas impensadas como eternos guardianos ante el mal.
Existen algunos lugares bastante llamativos y que atraen la atención de todos los visitantes de los bosques. Se han visto entre la vegetación y a veces cercanos a las villas o antiguas cavernas naturales, la germinación de hermosos árboles y flores de color rosa, además de hermosos manantiales con una calidad de agua que solamente se ve en las profundidades de las montañas más heladas. Estos lugares han sido considerados sagrados por los habitantes del lugar y suelen realizar comuniones con las criaturas de la naturaleza en ellos, ofreciendoles semillas, inciensos, rezos y alabanzas que permitirían el bienestar de los pueblos.

Círculos naturales

Con el paso del tiempo, muchas de las personas que habitan los bosques comenzaron a sentir conexiones mucho más profundas con la magia de la naturaleza y la misma Pachamama. Las congregaciones en lugares sagrados empezaron a celebrarse más a menudo por una sensación que nacía en el corazón de cada persona. El vínculo espiritual y emocional con la tierra calaba cada vez más en las vidas de las tribus y varios de ellos fueron aceptandolo con más fuerza ya sea por su sentimiento de amor tan puro y profundo con la naturaleza como la preocupación y la busqueda del bienestar por sus pares. Fue así como empezaron a nacer los primeros druidas dentro de los bosques de Cabor. Dotadas y dotados con la bendición de la Pachamama y los mismos Kruziik que observaban con gozo como los mortales lograban una conexión tan especial dentro de sus corazones, los habitantes empezaron a formar los círculos druidicos que a día de hoy viven entre los árboles.
El primer círculo druidico en nacer fue el de la luna. Los ánimales que han hecho a Cabor su hogar, se vieron interesadas y interesados en el vínculo tan especial que se estaba dando entre las personas. Su curiosidad y llamado por parte de la Pachamama fue inevitable y la primera pieza para lograr una comunión con la naturaleza fueron ellos. Los primeros druidas vieron con felicidad como los animales que habían criado y los salvajes se les acercaban al momento de celebrar las congregaciones con intenciones incluso de participar en ellas. El vínculo espiritual estaba listo y los animales empezaron a ver a través de los ojos de los mortales y vice versa. Gran parte de la zona sur de los bosques son parte de este círculo.
El segundo círculo fue el de la tierra. Las plantas lentamente con el paso de los años después de ser testigos de la hermosa conexión de las personas con la fauna, comenzaron a emitir un aura de tranquilidad y bienestar como señal de felicidad. Los druidas y líderes de villas sintieron esta sensación proveniente de las plantas, los árboles y la tierra misma, respondiendo ante tal gozo. La comunicación fue creada y los druidas entenderían entonces el lenguaje de su compañera más antigua: la flora. Esta última respondía cuando habían momentos de necesidad y participaba activamente como productora de materiales para la vida y la religiosidad. Las personas levantarían altares como agradecimiento a todo lo entregado por la tierra y lentamente las personas se acercarían a las plantas, a los árboles y a la tierra más allá que cualquier otra villa y casi de forma accidental se originaría el círculo.
Finalmente, la magia y el bien vivir de las personas de los bosques se esparciría por los vientos, llegando a comunidades hacia el norte de Nimloth. Muchos de los exploradores residentes de la ciudad de Norfielth sentirían este llamado de paz y lo comunicarían con los druidas que allí habitan. Comenzaría entonces una peregrinación hacia Cabor y conocerían a las y los líderes de cada comunidad vínculadas con la naturaleza a un punto tal que no dudarían un segundo en llevar esto un paso más allá. Los druidas de Norfielth traerían consigo los secretos para conectar con la Kruziik Ikra y víncularían este maravilloso lugar con el Feywild. Sus vínculos serían muchísimos más poderosos gracias a que la divinidad de Ikra viajaría a través de los planos y los elementos se conectarían en armonía en el norte de los bosques. Nacería entonces el círculo de los pastores que cuidaría los lugares sagrados y la magia que la Pachamama había entregado como bendición a sus habitantes.

Tipo

Forest