Sesión 09: Verdades y mentiras

En una emotiva despedida, la party se prepara para dejar atrás a la familia Castelblanc.
Harisa talla un arco de primera calidad para Liam, e improvisa regalos para Sam y Minnie también, ganándose nuevamente la adoración de los niños. Mientras tanto, la vieja Ilsa se pone emocional e instiga a Wrenn a pedirle ayuda a ella y no a su hijo Abel, cosa que Yardis aprovecha para pedirle un nuevo hechizo para su libro. Esi tiene una despedida más privada con su padre, y a pesar de que están limando asperezas, recibe un montón de pociones de alto nivel hechas por él. Ella se despide de todos los niños por igual, como sus hijos, y le promete a Liam que volverá a salvo. Öz por su parte, sagazmente, le adhiere un dardo mágico de traqueo al muchacho.

La última parada antes de emprender la misión es nuevamente Faesys.

Discretamente Yardis acarrea a sus amigos a su casa para hablar con Elektra. Luego de la disputa que tuvieron la vez pasada, él le ofrece el libro sobre razas nuevas que encontró y ella, que está parcialmente enterada de los incidentes que ha atravesado la party en los últimos días, le pide una aclaración al respecto. Yardis se quebra y le cuenta sobre como la Academia de Neverwinter fue quemada. Elektra le promete que la reconstruiran y crearan becas, lo que tranquiliza a Yardis, quién decide mentir y no contarle sobre el detalle del pacto con los fantasmas, con tal de pausar sus conflictos de pareja. Elektra se disculpa por el ultimatum que le dio y luego de un tierno momento juntos, le da un collar con el mismo sol de los aros que él le había regalado hace años, profesándose amor y lealtad una vez más.


El mago guía a la party al castillo de Faesys para reportarse con la reina Katlin. La reina tiene un mal semblante que sólo Oz y Esi distinguen y atribuyen a cansancio extremo, y ella los increpa sobre el accidentado viaje y el incidente en Neverwinter, una vez más cuestionándolos sobre su determinación de emprender la misión del orbe falso.
Katlin juzga que la única forma de saber que todos confían y están en acuerdo total sobre el procedimiento, es a través de una sesión de preguntas entre ella y la party, bajo la influencia del hechizo de Zona de la Verdad.

Con todos los presentes, incluidos Nadalz, Micarlin y Akordia inmersos en el hechizo, Katlin es la primera en tomar la palabra. La reina cuestiona sin miramientos a Harisa sobre poner a su hermano por delante la misión, a lo que la ranger responde con dificultad que su hermano va primero. Harisa, devolviendo la mano, hace un par de preguntas que toman a todos por sorpresa: Qué opina de Yardis? A lo que la reina responde que le tiene gran estima y que prefiere no revelar más, cosa que incita la segunda pregunta, le gusta? La reina se niega a responder y la tensión está a punto de reventar, mientras el mago conecta en su mente todas las instancias del comportamiento extraño de Katlin, pero decide interrumpir y preguntar sobre la ubicación del orbe.

Para shock de Yardis, la reina contesta que lo tiene Modderna y las otras investigadoras, y recalca que ella confía en ellas, quienes les han entregado su vida al reino. Katlin increpa ahora al mago y le pregunta si elegiría a Elektra por sobre la misión. Esta vez, para shock y decepción de ella, Yardis responde que en el momento de realmente estar en esa posición, su respuesta no sería la misma respuesta racional que le daría ahora.

Es el momento de Esi de cuestionar a la reina sobre la información que tiene de la imposibilidad de realizar viajes interplanares, y Katlin, tomándoselo como un insulto a su honestidad, responde que ella no los hubiera puesto en esta misión si supiera la causa detrás de ello. Katlin recalca que Selena, su antigua amiga y hermana de la hechicera, es más inteligente que Esi, y ella no puede evitar pedirle que comparta cualquier información que consiga de su paradero. En la interrogación de Esi, Katlin le pide elegir entre su esposo Alistair y la misión, a lo que, para absoluta sorpresa de la reina, la hechicera responde que la mision es más importante, si esto significa que sus hijos tendrán un mundo donde vivir.

En el turno de Wrenn, éste pregunta sobre la resistencia de Faesys ante un ataque de los dioses o Bismark y Katlin admite que no resistiría más de un día. Ella le pregunta de vuelta el por qué de su confianza hacia ella y Faesys, a lo que el dragonborn simplemente apunta a su amigo Yardis.

La interrogación continúa con Oz, a quien Katlin cuestiona sobre su lealtad con sus amigos versus la misión. Dejando entrever su culpa por el pasado y por su ex-amigo Cela, Oz admite llanamente que nunca más dejará a un amigo atrás. Finalmente la sesión termina con la pregunta del bardo hacia la reina: Una vez revelada la información del orbe, con quién se aliará ella y Faesys? Katlin, políticamente señala que, llegado el momento, eso dependerá de qué beneficie más a su reino y a la gente, y no descarta una alianza con dioses ni con Bismark.

Disconforme con las respuestas, la reina anuncia que sólo sigue con el plan porque es su mejor opción, y despacha a la party, enviando a Harisa y Oz a validar el sello de la tiefling, y a Wrenn y Esi a encargarse del asunto sobre el dragonborn criminal más buscado. Todos se retiran, pero antes de irse Yardis le confiesa que su respuesta se aplicaría a sus amigos y a ella también.




En la plaza de Faesys, una comitiva inquisidora de sellos tiefling espera a Harisa y Oz.
Una larga fila de tieflings con sellos mágicos separa a Harisa de Ons Jabeur, a quien el bardo reconoce como una de las inquisidoras más duras y de peor fama. Harisa, por su parte, no parece reaccionar; el terror absoluto la invade con cada paso que avanza hacia el frente de la fila.
Frente a ellos, una pequeña tiefling tiembla tanto como ella, y finalmente, de un momento a otro, se da a la fuga. El grupo de inquisidores la atrapa de inmediato y se la llevan burlonamente para confinarla. Despertando por fin de su estupor, Harisa reacciona justo a tiempo para lanzaler Hunter's Mark a la chica, con el fin de averiguar hacia donde será llevada.
Finalmente es el turno de Harisa, y Oz reconoce la necesidad de distraer a la comitiva frente al sello de mentira que él mismo creó en el hombro de la tiefling. Haciendo uso de su labia y talentos musicales, el bardo logra captar la atención de todos los presentes, y el análisis del sello de Harisa resulta aprobado. Ahora, con una marca mágica de validación sobre el tatuaje falso, Harisa y su acompañante se marchan de la plaza, apenas conteniéndose cuando otro tiefling detrás de ellos es azotado violentamente por la comisión.

Mientras conversan sobre su hermana, Katlin, Nadalz guía a Wrenn y Esi a través de Faesys, hacia el barrio alto. Les explica entre otras cosas, como Katlin siempre tiene un plan B, y en esta ocasión éste consiste en emplear a changelings, una raza cambiaformas, para suplantar a Wrenn en su pena de muerte. Katlin hace años habría realizado pactos de sangre con diferentes criminales changelings bajo pena de muerte, con el fin de usar sus servicios a futuro, a cambio de alargar sus años de vida y darles toda la comodidad y lujos en los años previos a ese momento.

Nadalz, incómodo por la situación, le pide a Wrenn y Esi que le informen a Igmond Gilbert, el changeling en cuestión, ellos mismos, y los deja fuera de una lujosa casa. El par es recibido por un amable gnomo, con la apariencia de David Davidson, quién rápidamente entiende la situación y los invita a pasar. El grupo comparte una última comida, la salsa de tomates favorita del cambiaformas, mientras discuten sobre el perdón. El changeling cuenta que de un día para otro dejó de recordar su violento crimen contra una familia entera y pide el perdón de los dos extraños sentados en su mesa, mientras le advierte a Wrenn sobre medir las consecuencias de sus actos.
El cambiaformas a terminado su transformación y Wrenn se ve a sí mismo ahora, con un rostro marcado por el remordimiento. Ambos le agradecen y aseguran que no lo olvidarán, y se despiden de él recitando las palabras mágicas que Katlin les había instruído. Hojas de jazmin, y el changeling, fuera de sí mismo, se marcha por su cuenta hacia el cuartel general.

Todo el grupo vuelve a reunirse en el laboratorio secreto de Faesys, donde, de improviso, Katlin le pide a Yardis que ceda su puesto de vuelta a Modderna, dando inicio al engaño sobre la misión secreta. Las investigadoras no entienden la nueva posición de su ex-jefe y se despiden de él, haciendo los preparativos para emprender la nueva misión.
Ahora con artículos, pociones, armas nuevas, y 5 poderosos anillos mágicos preparados, Katlin y Nadalz guía al grupo a su último destino: El desembarcadero secreto de Faesys ubicado en la Cascada del Sol.

Los Guardianes de Willum se despiden a su manera del príncipe y la reina, y ésta hace entrega de una pequeña caja de plomo, en un incómodo adiós, a Yardis. Elektra no ha aparecido para despedirse, pero el grupo debe subirse a la embarcación que empieza a ser descendida hasta el agua. Oz rápidamente se posiciona, como en los viejos tiempos, atras el timón del barco, mientras Wrenn, por su parte, luce sus nuevos conocimientos adquiridos en la tripulación de Barba Rosa, enviando a Arken a izar las velas.

Las velas son liberadas y la party contempla en sorpresa como el simple barco cobra vida, revelándose ante sus ojos como una versión renovada de su antiguo Susurro Descuidado. Una nota en la letra de Elektra resalta en el mástil de la embarcación: Lo estuve buscando por años hasta que lo encontré. La reina Katlin lo mandó a arreglar. En esos momentos la sátir aparece balanceándose desde una de las cadenas del embarcadero, despidiéndose efusivamente desde la cascada.
El Susurro Descuidado se alza flotando por sobre sobre el puente en el río y se embarca, con los Guardianes de Willum y el orbe viajero, hacia el horizonte.