1. De la Magia, los Tiempos y las Razas del Mundo

Aunque mi intención original era comenzar con un tratado sobre la orografía e hidrografía de Úrim, he relegado esta sección al Anexo: Geografía, pues muchos de los nombres son ya bastante familiares para casi todos los urímacos — para la gente que me lea desde Tule o Hiva y quiera tener un mayor marco de referencia, le pido que consulte el mapa agregado en las primeras páginas de este texto. Decidí, pues, empezar con las cosas que dieron pie y forma al mundo: El descubrimiento de que el día da paso a la noche y ésta a un nuevo amanecer, las estaciones y cómo éstas son cíclicas y, por fin, la unión de estos conocimientos para definir un ciclo. Después de esto, hablaré de los rasgos generales que han marcado a cada una de las razas de Úrim; por el momento, me limitaré a las razas conocidas durante la Primera Era, siendo que éstas fueron las que desataron la magia sobre el mundo. Tampoco mencionaré los continentes de Hiva, Tule o El Dorado, descubiertos hasta la Segunda Era; baste, por ahora, decir que existen y que su descubrimiento y colonia alteró de manera irreversible a los urímacos y a los pueblos de cada uno de los continentes. Dicho esto, procedo al primer descubrimiento que hicieran las razas de Úrim: el tiempo, su desarrollo y cómo se llegó al calendario moderno.