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05. El valle de Tonatiuh Report

Written by Zhalim

General Summary

Una vez puesta en común la situación en la que se encontraban y las opciones que tenían, el grupo se dirigió a la sala del puzle. Allí, Stroldin se dispuso a ir resolviendo las partes del acertijo oculto en la misma sala y fue desbloqueando de manera precisa las 3 salas que guardaban pequeños tesoros, un anillo, una capa y una poción.   Después se dirigieron a la puerta de bronce. Una vez que entraron, la sala se iluminó con la luz de los braseros. Tras unos instantes, unos pilares de cristal explotaron en luz llenando la sala de un fulgor cegador y apareció una Serpiente gigantesca, hecha de metal y rocas, cuya frente se alzaba en llamas.   Con agresividad, la serpiente ordeno que abandonasen la sala, y tras un pequeño dialogo con Aenath enloqueció y atacó al grupo.   En ese instante, Patrick cayó presa del pánico ante la situación, y corrió a esconderse en una columna cercana. Stroldinencaró a la serpiente y detuvo su golpe, pero fue lanzado por los aire por la colosal criatura. Aenath se aproximó a ella y le enseñó el zafiro que les había llevado a las ruinas. La serpiente al verla se detuvo en el acto. Y susurro la palabra "soñador" con gran pesar y esperanza. Pero justo cuando la pelea parecía haber terminado. Los 4 pilares de cristal de la sala comenzaron a brillar, castigando a la serpiente con un dolor agudo, reanudando la batalla.   Mientras los guerreros encaraban a la serpiente, Fennec se escabulló cerca de uno de los pilares de cristal y lo estudió rápidamente, sacando en claro que eran el origen de la agresividad del monstruo. Tras advertir a sus compañeros de ese hecho, Broll Rocanegra y Patrick se lanzaron cada uno a un cristal para romperlo. Pero justo cuando Broll Rocanegra estaba a punto de destruir uno, la serpiente le golpeó repentinamente, saliendo este despedido al centro de la sala.   Con Aenath también malherido tras recibir un aliento de ácido de las serpiente por activar el poder de su espada contra la serpiente, Stroldincruzó toda la sala y saltó sobre la serpiente, con su lucerne silbando en el aire, y aunque la serpiente intentó detenerle con otra de sus embestidas. Stroldinfue más rápido y la clavó al suelo con un golpe decisivo. Lo cual le dio a Patrick el tiempo que necesitaba para romper un pilar. Que al agrietarse y escupir lava, provocó que la serpiente cayera inerte mientras susurraba un "al fin..."   Mientras el grupo se reagrupaba en silencio y lamiendo sus heridas, una puerta al fondo de la sala se desbloqueó. Abriendo un camino grupo más allá del templo. Pero malheridos como estaban, se volvieron al templo del puzle y se dedicaron a descansar para reponer sus fuerzas. Decididos a terminar de explorar el templo, antes de salir de él.   Tras 10 días, los Portadores de Talión, se dirigieron a la sala morada. Allí, solo los magos a través del zafiro, veían una sombra que les miraba fijamente desde el interior del cristal. Pero no daba señales de responder a ninguna de las palabras de Aenath, que resonaban en la sala. Cuando no sabían muy bien que más hacer en la estancia, la puerta por donde entraron se fue bloqueando mientras los cristales de las paredes se extendían. Y del cristal principal, salía un humanoide con forma de lagarto hecho completamente de cristal, al grito de darles muerte.   Unos segundos fueron necesarios para que Stroldin, esta vez alabarda en mano, se lanzase a por el lagarto y le golpease con precisión, seguido de Aenath. Mientras el lagarto se llenaba de grietas y profería agudos gritos. Dos drones cristalinos salieron en su ayuda y se dedicaron a curarlo. En ese instante, el lagarto emitió un alarido que empezó a reverberar en los cristales de la sala.   La pelea continuaba mientras el lagarto escupía esquirlas de cristal, mordía, arañaba e intentaba cegar al grupo. Justo cuando el monstruo se disponía a lanzar otro ataque, Stroldinse posicionó a un costado, con la alabarda brillando del color más rojo que un rubí, y de un arco con la misma, decapitó a la criatura. Con la muerte del hombre lagarto, todos los cristales de la sala explotaron, y el grupo pudo más o menos ponerse a cubierto, menos Patrick que fue golpeado de nuevo y llevado hasta las mismas puertas de la muerte.   Una vez pasado el peligro, Broll Rocanegra y Aenath se pusieron a atender al malherido Patrick, el cual vivía a duras penas, y no podía ser tratado de manera adecuada, Fennec encontró una pequeña pirámide en la base del gran cristal. Aunque en ese momento no sabía muy bien para qué podía servir.   Sin muchas más opciones y con sus raciones agotándose, el grupo prosiguió la marcha a través de las puertas que se habían abierto en la sala de la serpiente. El camino fue sencillo, teniendo en cuenta todo lo anterior. Hasta que llegaron a una sala medio derruida con una puerta al fondo. Tras abrirla, el frio de las montañas y la nieve les golpeó. Habían cruzado parte de las montañas, y ahora solo tenían una furiosa ventisca delante. Tras estudiar sus posibilidades, decidieron atarse entre todos con una cuerda, usar la cabra de Broll Rocanegra como guía, y Aenath con su ciervo en la retaguardia, con Patrick asegurado en el mismo.   El camino comenzó lento pero seguro, avanzaban por un camino cubierto de nieve en la montaña, descendiendo lentamente hasta que de pronto, un gran derrumbe de nieve y piedras se les vino encima. Todos comenzaron a correr, mientras esquivaban la nieve y las piedras como podían, Broll Rocanegra conducía a su cabra para que no se descontrolase y siguiese guiando, mientras los demás corrían y esquivaban los trozos de alud que les iban cayendo.   En mitad de toda esa vorágine, Aenath vislumbró una pequeña cueva en una de las bajadas de la montaña donde podrían guarecerse, con lo que el grupo corrió con más fuerzas intentando llegar. Hasta que en uno de esos instantes, la avalancha se les echó encima y tuvieron que saltar al otro lado del camino para no ser sepultados.   Justo cuando estaban llegando a la apertura de la pequeña caverna, un carámbano de hielo chocó contra la pared cerca de ellos. Los que se giraron para mirar, solo alcanzaron a ver dos alas blancas en mitad de la ventisca. Tras esa visión, todos apretaron el paso, pero justo antes de llegar otro carámbano chocó en el suelo rompiendo la cuerda entre Fennec y Stroldin, Haciendo que Broll Rocanegra, su cabra y Fennec se separasen del grupo. En un intento desesperado, Aenath controló a la cabra con sus dotes animales, y Broll Rocanegra ayudo a Fennec a recuperarse, dándoles la oportunidad de correr a la caverna.   Justo en ese momento, Stroldin, que ya estaba guarecido, salió a la ventisca, jabalina en mano y se la lanzó a una de las alas de la criatura, la cual gritó dolorida mientras se alejaba momentáneamente. Dando pie a que todos pudiesen llegar a la cueva, justo cuando el alud les alcanzaba. Tapando la entrada de la misma.   En la completa oscuridad de la caverna, se aseguraron de que los integrantes estuviesen bien, y se adentraron en la caverna, hasta que dieron con una puerta en la pared, con grabados de un árbol enorme a su alrededor. Al poco, lograron abrir la puerta, y la alta concentración de magia pura, sacudió a los magos. Que perplejos, vieron como estaban delante de la entrada a un bosque.   Aenath rápidamente hablo con la naturaleza, que le transmitió bienvenida, esperanza y dolor.   El grupo se internó en la espesura, mientras investigaban, hasta que al cruzarse con un río e intentar atravesarlo fueron atacados por un grupo de elfos.   Al principio, estos se declaraban abiertamente hostiles, pero a medida que hablaban con Aenath , y cuando vieron el zafiro, se presentaron como los guardianes del valle, aquellos que guardaban al Soñador con sus guerreros. Cuando terminaron las presentaciones, condujeron al grupo a su ciudad, y durante la travesía, explicaron a los Portadores de Talion la situación en el valle, y ellos lo que había pasado en el mundo en el tiempo que los guardianes estaban aquí encerrados.   Una vez en la ciudad, metieron a Patrick en unas aguas curativas, donde poco a poco fue recuperándose de sus heridas hasta que sanó, y fueron conducidos a la capital del valle por los dos elfos que les encontraron al principio, Ielmae y Dhioslos.   Una vez en la capital, la señora del valle, Anathena Fildereth, los puso al día de la situación. Hace milenios, su antepasado firmó un pacto con los hijos de los dioses para proteger el valle hasta que el Soñador y sus guerreros vinieran al mismo, y cumpliesen su destino en el Templo. Esto incluía que no podrían abandonar el valle hasta cumplir con ese cometido. A cambio se les aseguró que el propio valle les protegería del exterior y les proporcionaría todo lo que necesitasen.   No obstante, uno de sus antepasados, intento coger el sello del templo para poder irse del valle, y como resultado, se desató la maldición sobre los elfos, llamado el castigo.   Una de las zonas se tornó de fuego, y de una grieta en la montaña acabó apareciendo Abrazaesporaz. Un chamán piel verde.   El grupo se preparó para ir al templo del castigo, escoltados por un grupo de elfos hasta la linde del bosque. Una vez allí se internaron en la tierra en llamas por la maldición.   Con cierta prisa llegaron al templo, donde una vez que entraron todos, Patrick otorgó el descanso a las almas que allí no habían podido encontrarla. Al adentrarse en el templo, llegaron a la cámara principal, donde un esqueleto armado con espada y escudo les esperaba junto al altar. Se trataba de uno de los antepasados de la señora del valle, que les advirtió que la llave que buscan para el otro templo se hallaba en el altar, mas la maldición le obligaría a atacarlos.   Sabiendo que el alma estaba atrapada en un destino cruel, los Portadores de Talion se lanzaron a la batalla, en la que al final, Patrick y Fennec acabaron heridos. Pero dieron descanso al alma del elfo.   Aunque antes de desaparecer, lanzó una pregunta al aire:   -"¿Protegeréis a mi pueblo o iréis al templo a cumplir con vuestro destino?"   Sin dudarlo, Stroldin juró proteger al pueblo del elfo, y este antes de desaparecer, dejo caer su escudo, dándole las gracias.   Cuando la situación se calmó, abrieron uno de los dos altares, y una seta apareció donde debía de estar la llave. Asumiendo que Abrazaesporaz la había robado, rompieron la seta con cuidado y se decidieron a abrir el otro altar.   Tras un análisis descubrieron que no había cerradura ni ningún indicio de como abrirlo, hasta que Fennec acercó la pirámide que encontraron anteriormente y esta se tornó en la llave del altar. Del que sacaron una gema roja, que al ser engarzada en el escudo ofrecido por el espíritu, se forjó un nuevo artefacto.   Tras abandonar la zona y llegar al bosque, comprobaron que quedaban pocos elfos esperándoles, y se enteraron de que las hordas de Abrazaesporaz estaban atacando la frontera.   Sin perder el tiempo, Stroldin, firme a su juramento, regaló el escudo a los elfos, que asombrados, se arrodillaron a agradecérselo, y en ese momento un pequeño brillo rodeó al enano, en señal de que había cumplido su cometido y del respeto del ancestro elfo.   El grupo se separó para ponerse en marcha, Aenath y Stroldin fueron a la frontera y Fennec y Patrick fueron a ser tratados a la ciudad.   En el periodo que los magos se recuperaban, el Elfo y el enano se dedicaron a planificar la incursión para recuperar la llave, y se percataron que todos los pieles verdes se comportaban de manera extraña a lo que usualmente harían. En ese periodo de tiempo, un anciano elfo, regaló al Soñador una daga ceremonial que le aseguró que le traería la mejor de las suertes en un momento crucial.   Cuando el grupo se reunió para partir, los elfos que se prestaron a la incursión eran Ielmae y Dhioslos. Los cuales, usando un pez, hicieron que el grupo cruzase el lago por debajo de su superficie.   Una vez al otro lado, y en mitad de un bosque corrompido de setas por los pieles verdes, se apresuraron a la antigua capital, donde intuían que estaba el chamán enemigo.   Una vez que llegaron a la ciudad, y Ielmae encontró una ruta hacia el castillo, pero había un extraño goblin guardando la puerta, Fennec no estaba dispuesto a perder el tiempo, así que usó su arco mágico para dejarle inconsciente de un solo disparo. Se adentraron en el palacio, donde descubrieron que el Chamán no estaba. Y tras una pequeña escaramuza, el grupo echó a correr mientras un gigante les lanzaba piedras en su huida.   En más de una ocasión estuvieron a punto de ser alcanzados por los proyectiles del gigante. Y cuando estaban terminando la huida. Stroldin iba a ser alcanzado por un cascote lanzado por la criatura, y en su empeño de ayudarle, Dhioslos intentó sacarle de la trayectoria, quedándose ambos atrapados en el recorrido de la piedra.   Fue entonces cuando Stroldin, se equipó su escudo, y haciendo gala de su fuerza bloqueó el cascote y lo desvió para evitar el golpe.   Tras unos instantes de estupor, en la que la huida no estaba finalizada, los elfos del valle, acordaron separar el grupo, Dhioslos llamaría la atención de los atacantes y sería trabajo de Ielmae llevarles hasta la Grieta, donde moraba el Chaman Abrazaesporaz.   Tras despedirse del elfo y ocultarse para pasar desapercibidos, oyeron un grupo de enemigos hablar de que se dirigían a una trampa. Y temiendo por la vida del elfo, Aenath usó su poder para proyectarse delante del elfo y advertirle de la trampa.   Con toda la prisa, el grupo se dirigió a la grieta. Sorteando a los enemigos de camino.   Al llegar, se percataron de que no había nadie, y Fennec y Ielmae se adentraron en la misma a investigar. Allí vieron lo que parecía la llave colgada del techo, y con mucha maestría, la elfa de una flecha, cortó la cuerda de la llave, que cayó al suelo. Justo en ese instante, y aun escondidos, todos los pieles verdes de la zona atacaron el lugar de la llave, y desconcertados por no ver enemigos, mandaron a uno a buscar al chaman.   Usando a Ielmae para espiar la ruta, Fennec reunió al grupo, y entraron a tropel por la puerta donde les esperaba el chamán.   La criatura era un trol de dos cabezas, con el torso del chamán goblin en su espalda. Pero al fijarse con mayor atención, se percataron de que era un señuelo, y lo despacharon con rapidez.   Tras unos instantes, el verdadero chaman apareció, era igual que el constructo, con la diferencia de que el goblin tenía la llave con él, un bastón del caos y unas cestas, con la cabeza de un antepasado de la señora del valle y una cabeza de un elegido de Tzeentch.   Aenath y Stroldin cargaron contra la criatura. Y rápidamente Patrick lanzó un hechizo de frio sobre la cabeza del elegido del caos, pudriéndola y haciendo que Abrazaesporaz lanzase quejas y gritos de consternación, aunque no le sirvió de mucho porque recibió de seguido una oleada de fuego, del anillo de Patrick, que golpeó tanto al goblin como al trol.   La batalla fue encarnizada, Fennec se escabulló en la oscuridad de la sala y disparó a la cabeza un flechazo de su arco encantado, haciendo que el Chamán casi se desvaneciese. En venganza, empezó a canalizar una tormenta de fuego de gran magnitud. La cual fue anulada por Aenath de manera eficiente. Pero a su alrededor y por toda la sala, empezaron a crecer hongos que les empezaban a dificultar el trabajo   El chamán no paraba de lanzar quejas e insultos al grupo mientras estos luchaban valientemente contra la criatura. Mientras Abrazaesporas canalizaba otro hechizo en el Trol de dos cabezas, Aenath de nuevo interrumpió la magia. Y en mitad de la ristra de improperios y quejidos del chaman, Fennec activo su arco de nuevo y golpeó de nuevo en la cabeza a Abrazaesporas, dejándolo inconsciente.   Incluso sin el chamán, el Trol era muy resistente, y tras varios minutos, al final la criatura cayó. Tras recuperar la cabeza del antepasado, poner a resguardo el bastón y recuperar la llave del templo, partieron raudos al templo. Mientras, contemplaban como todas las setas del bosque se iban marchitando. Y como las setas de los pieles verdes explotaban matándolos en el acto.   Mientras el grupo se dirigía al templo, llego a sus oídos que Dhioslos se hallaba herido, y permitieron a la elfa que fuese en su auxilio.   Al llegar al templo siguiendo las indicaciones de Ielmae. La entrada estaba abierta, y plagada de cadáveres de pieles verdes.   Aenath fue el primero en entrar. Y ahí se encontró con un Kroxigor muy viejo, ciego pero imponente. Que al notar a Aenath y sus amigos, señaló un grabado en la pared y se puso en guardia.   El grabado representaba como el Soñador, daba muerte al guardián del templo y se abría una puerta.   Ante tal situación, los portadores de Portadores de Talión empuñaron sus armas. Les quedaba trabajo por hacer.

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  • 12 xp.
Campaign
Camino de Redención
Protagonists
Broll Rocanegra
Fennec
Report Date
21 Feb 2020
Primary Location

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