12: A través niebla Report
General Summary
Tras prepararse lo más rápido posible, el grupo partió de Wurzen hacia Petragrad, acorde a la información que habían recopilado.
El camino fue duro, ya que se internaban cada vez más en el territorio conquistado por el caos. Con lo que extremaron las precauciones a la hora de avanzar a su destino.
En una de las exploraciones llevadas a cabo por Hellga y Fennec, descubrieron un grupo del Caos, que estaba escoltando unos prisioneros de guerra. Una vez reunidos todos, idearon una estrategia para intentar liberarlos usando unas colinas en el camino.
Hellga, al colocarse en la parte superior de la colina para iniciar la batalla con un disparo dirigido al jefe, resbaló y provocó un pequeño desprendimiento, delatando su posición. No perdió el tiempo y disparó de todas maneras, pero al estar atento a ella pudo bloquearlo con su colosal escudo. Stroldin y Aenath, al oír el disparo se lanzaron al combate y se colocaron en primera fila, seguidos de Patrick y Broll, pero no tardaron en quedar todos rodeados. Fennec utilizó su magia para despistar a parte del grupo entre las colinas, mientras Hellga profería cobertura disparando de continuo.
Tras un combate encarnizado, en el que Patrick resultó gravemente herido, y mientras se le daban los primeros auxilios, Fennec, junto a Stroldin, liberaron a los presos y les ayudaron a equiparse para su vuelta a la ciudad. Ya que el grupo tenía que continuar con el viaje, y no podían escoltarlos.
Tras unas breves indicaciones por parte de Aenath, para poder evitar al máximo las fuerzas del caos, el grupo partió hacia Petragrad de nuevo.
El combate había salido caro, pues estaba Patrick muy malherido y Aenath bastante. Buscaron una zona relativamente segura junto al bosque que evitaban las fuerzas del caos. Pero mientras Broll operaba a Aenath y, Fennec y Stroldin, vigilaban, un Oso siendo consumido por corrupción se acercó al grupo. Y tras analizar la situación Fennec intentó purificar con su magia a la criatura, pero su magia se quedó corta y no puedo ayudarle. Este pareció perder los estribos y atacó sin querer a Stroldin, pero al final consiguieron calmarle. El Oso, que más tarde con la descripción Aenath identificaría como un Fae, se perdió en la espesura del bosque. No tenían tiempo para poder ayudarle.
A medida que avanzaban, justo cuando llegaban a la ciudad, una niebla densa, no mágica, impedía mucho la visión. Con lo que Aenath usando su magia, creó una cúpula para dispersarla y facilitar el moverse por la misma.
Justo cuando estaban acercándose a la biblioteca, a través de la niebla, unas sombras aparecieron y la zona se inundó del olor a sangre. Les dio tiempo a prepararse justo a tiempo para recibir el ataque de una extraña raza conocida como los Fimir, un grupo formado por esclavos y nobles se abalanzaron contra los Portadores de Talión.
La batalla fue dura. Puesto que los magos del grupo estaban siendo debilitados por un efecto en el ambiente, lo que a Patrick le dificultó mucho la batalla. Aenath por su parte, se dio cuenta de que los enemigos estaban potenciados, y se adelantó para atacar rápidamente a un sacerdote de Khorne que estaba en la niebla. Lo cual hizo que todos los enemigos enloqueciesen y se abalanzasen contra él. Pero Stroldin y Hellga abatieron al resto de enemigos rápidamente.
Tras la pelea, en la que Broll acabó grave, el grupo decidió retirarse a recuperarse de las heridas. No sin que Hellga dejase un explosivo con mecha, oculto cerca del altar sangriento de Khorne en la zona.
Tras recuperarse de la batalla, decidieron usar la bomba como distracción para despejar un camino a la biblioteca. Fennec se adelantó al grupo y detonó en sigilo la bomba, generando una mega explosión que devastó las tropas del caos y el altar.
Aprovechando ese momento, el grupo agilizó la marcha hacia la biblioteca. Y al llegar, Fennec exploró los alrededores, notando que estaba vacía, con lo que parecía un portal en su interior.
Tras cerciorarse de que no había enemigos cerca, el grupo se adentró en la biblioteca, y tras estudiar el supuesto portal, se decidieron a cerrarlo. Con Aenath liderando el ritual. Los magos se concentraron para cerrarlo, pero la magia se estaba desbordando rápidamente, hasta que Broll golpeando con su bastón en el suelo, dio el último empujón a Aenath, permitiéndole cerrar la puerta mágica.
Tras el esfuerzo, los Portadores de Talión se repartieron por la biblioteca, para buscar la información que estaban buscando sobre la Orden del Sello. Y tras un periodo medio de tiempo, encontraron entre los restos, unos indicios de donde estaría la sede de la Orden. Pero justo cuando estaban guardando los documentos. Oyeron un sonido de gente que se acercaba. Haciendo que saliesen rápido de la biblioteca y huyesen de la ciudad.
Una vez a salvo y lejos de la ciudad. Se pusieron a investigar las pistas sobre el templo de la Orden. Determinando su ubicación al norte de Kislev. En un territorio que pertenece a los troll. Y temiendo el largo viaje que se les presentaba, dedicaron una semana a cazar por la zona mientras se recuperaban y descansaban.
A los pocos días reanudaron la marcha hacia el norte, bordeando el rio y esquivando las patrullas y guardias del caos, hasta que llegaron a una zona, en la que Fennec usó su magia, para tele-transportar al grupo al otro lado. Justo en ese instante, el mago de sombras notó como una mirada se cernía sobre él. Y tras avisar al grupo, siguieron la marcha. Montando un campamento en una colina cercana.
A la mañana siguiente, Fennec sintió de nuevo la mirada que había percibido al usar su magia, y al despertar al grupo, a la entrada de su refugio, se hallaba un guerrero del caos, que le miraba fijamente, con un jugernaut detrás de él.
Sin perder el tiempo, Hellga descargó un disparo en el guerrero, matándolo en el acto. Y desatando la ira del jugernaut, que cargó contra el grupo, embistiéndolo, lanzando a todo el mundo por el aire y generando explosiones allí por donde pasaba.
Ante el poder de la bestia, Stroldin llamó su atención mientras intentaba esquivar a la bestia y profiriéndole mazazos, mellando su cuerpo. Hasta que sus heridas empezaron a ser demasiado graves como para poder seguir aguantando las embestidas del monstruo. Aenath consiguió atraer su atención activando su legendaria espada y Hellga disparó su rifle. Con lo que el jugernaut cargó contra ella, aplastando a Patrick en el proceso.
En el último momento, antes de desmayarse, Hellga usó su último hilo de consciencia para disparar una nueva vez a la bestia, matándola. Aenath, al ver como la criatura se desplomaba, corrió hacia el inerte cuerpo de Patrick y le dio el Elixir de Kutzal, reviviendolo.
Tras descansar unos días, en los que el grupo se recuperaba de las heridas, y Hellga aprovechaba y desmontaba el cuerpo del jugernaut. Los Portadores de Talión prosiguieron su marcha hacia el territorio de los trolls. Donde localizaron una zona laberíntica hecha de pequeñas montañas de piedra.
Tras unos instantes, los magos notaron que toda la zona estaba rodeada de magia, y tras inspeccionar, descubrieron que en algún punto del laberinto, había una columna de luz mágica. Pero en ese momento, sobrevolando el laberinto y perdiéndose en él, vislumbraron a un dragón del Caos.
Una vez se adentraron en el laberinto con el destino claro, Hellga convenció a Fennec de que se subiera a una de las montañas para poder ver desde arriba y encontrar algún camino seguro o algo extraño en el mismo. Pero lo que encontró fue una bola de fuego del dragón que voló directamente hacia él.
A duras penas consiguió sobrevivir a la caída en llamas, y su brazo estaba torcido en un extraño ángulo. Broll le practicó los primeros auxilios hasta que oyeron el batir de las alas del dragón que venía a buscarles.
El grupo salió galopando por el laberinto esquivando al dragón hasta que oyeron como este cayó derribando algunas de las pequeñas montañas que formaban el paisaje. No era el momento ni el lugar para operar a Fennec, no podían hacer más que mantenerle con vida y esperar a encontrar un lugar seguro.
Pasaron la noche en el laberinto, y encontraron extrañas criaturas, extraños sucesos ocurrieron y podían oír voces en sus cabezas. Hellga parecía oír el sonido de maquinaria mientras que Aenath les llevó por caminos erróneos creyendo que eran los buenos.
Entonces se vieron rodeados de extraños hilos rojos, no se atrevían a tocarlos, pues claramente era una trampa. Pero Stroldin, demostrando lo parcos que son los enanos, no se dejó amedrentar. Cogió el pico de las alforjas de su caballo y fue a picar uno de los muros antes de que este fuera recubierto por los hilos para tirar la roca y poder seguir su camino.
Tras el primer golpe el “muro” gritó, los hilos desaparecieron y algo extraño se perdió entre las montañas del laberinto.
Creían estar seguros tras esto, hasta que se dieron cuenta de que el grito había atraído al Dragón del Caos.
Cabalgaron a la desesperada, pero el dragón les alcanzó, tomó aire para bañarles en su aliento de fuego, pero Hellga, demostrando una vez más su pericia y reacción impulsiva con el fusil, le disparó dentro de la boca haciendo que el dragón escupiera las llamas en otra dirección. Creyeron perderle, pero volvió a aparecer para destruirles, Hellga volvió a intentar el disparo, pero falló. Parecía estar todo perdido hasta que Patrick invocó un Vortex frente a la cara del Dragón desviando el aliento de nuevo.
El grupo llegó a la fuente de luz. Cruzaron el portal. El dragón desapareció de su vista.
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08 Apr 2020
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