Aénai
El Aénai es un gran refugio natural en la isla de Bleik dominado por Los Hyalenos, un grupo de druidas congregados alrededor de un Árbol Padre al que han bautizado con este nombre. A pesar de que la isla entera pertenece a este grupo étnico, es este lugar en especial el que consideran sagrado y protegen de manera extrema de cualquier tipo de intervención tanto externa como propia.
Infraestructura
Los druidas del Aénai construyen sus guaridas a lo largo y ancho del inmenso tronco del Árbol Padre, creando un sistema de recamaras que adaptan respetando los movimientos naturales de la madera, en la que habitan sin construir o modificar la estructura física del lugar.
Normalmente, las partes altas del árbol son destinadas para el descanso y el alojamiento de los miembros que suelen pasar los ciclos en formas animales que les permiten desenvolverse con facilidad. A medida que se desciende, los espacios empiezan a ser cada vez más amplios, hasta el punto de encontrar lugares huecos de tamaños considerables que son utilizados como zonas comunes con fines sociales y religiosos.
Al llegar a las raíces se encuentra el lugar más importante de todo el Aénai, en esta zona subterránea los druidas entran en comunión con el gran árbol. Los más ancianos permanecen dormidos, encerrados en gruesos capullos de madera hasta el ciclo de su muerte. Es desde este sitio donde Los Hyalenos controlan la presencia de todas las criaturas que se encuentran en sus dominios.
Geografía
Es difícil definir con certeza los límites físicos del santuario dado que estos se extienden mucho mas allá del alcance de las raíces del gran padre, solo los druidas y gracias a la conexión natural que tienen con el lugar pueden llegar a determinar las fronteras hasta las cuales llega la influencia mistica del arbol. Es por esto que la misma comunidad ha definido zonas externas lo más alejadas posibles del Aénai dentro del mismo Bleik que utilizan para comerciar y relacionarse con criaturas forasteras evitando que alguna de estas profane por error con su presencia el suelo que protegen evitando muertes indeseadas.
Dada su ubicación cercana a uno de los extremos de la isla, un hermoso manglar cristalino se extiende hasta el interior de la región, creando una corriente que llega hasta el centro del santuario en donde descansan las raíces del gran árbol que endulzan el rio que fluye a su alrededor, formando un gran espejo de agua pura que rodea la base y continua su camino durante varios kilómetros para finalmente desembocar nuevamente en el Mar Ladrón.
Recursos naturales
En el santuario Los Hyalenos controlan todas las especies vegetales que crecen en el lugar, respetando siempre sus propias filosofías. Mucha de la flora del sitio crece aceleradamente y alguna adquiere características especiales como la potenciación de propiedades medicinales aprovechadas para la creación de remedios naturales para su uso y comercio, frutos de gran tamaño que se echan a perder más lentamente o semillas que germinan con mayor facilidad.
356
Comentarios