Cúpulas Astrales
Las Cúpulas Astrales son esferas de luz blanca creadas a partir del conjuro avanzado Andavías Estelar. El nombre viene de su forma, ya que a pesar de verse como esferas lumínicas por el exterior, desde dentro solamente se ve una cúpula de luz blanca, la intensidad de la cual varía según la habilidad del Conjurador, siendo más tenue quién mejor control tiene sobre el hechizo.
Nada puede salir ni entrar de las cúpulas mientras estas se mueven por las vías estelares creadas siguiendo la constelación del conjuro. La distancia que puede recorrer una depende de la cantidad de conecciones entre estrellas haya, y para replicar un camino hay que replicar la constelación, por lo que constelaciones complejas, si bien requieren más tiempo, son más seguras para quienes no desean de ser seguidos.
Cuando los humanos descubrieron que dicha magia existía, los Elfos perdieron gran parte de la ventaja que tuvieron en la guerra contra los Dragones. Un sistema de transporte que en pocos minutos podía hacerte cruzar Eterios de una punta a la otra revolucionó la capacidad de organización de los humanos para oponerse a sus amos, los elfos.
Aunque no todos eran buenas noticias, el hechizo tenía unas normas muy difíciles de seguir. La primera era que tenía que haber estrellas en el cielo para poder trazar una constelación, esa era solucionabel gracias a la nueva Magia Arcana. La segunda requería de una superficie los suficientemente plana, con 10 centímetros de diferencia, como máximo, de altitud entre todos los pasajeros. La tercera, ya más complicada, era que el Conjurador tenía que conocer el lugar al que quería ir.
Por si fuera poco, las tres siguientes condiciones eran las peores. Si la diferencia de altitud no se mantenía en el sitio del aterrizaje, la cúpula explotaba. No era letal, pero podía llegar a producir quemaduras de primer grado además de pérdida de visión y algún miembro. La siguiente sí es letal, ya que cuando se crea la cúpula, para mantenerse dentro, hay que mantener un equilibrio mágico, ya sea con Maná o manipulando el Éter alrededor de una persona. Esto implica que alguien que no pueda usar magia, perderá la capacidad de moverse junto con la cúpula y será desintegrado por el propio Éter que la protege. Esto se descubrió cuando la hermana de Merlín Eterium, Elizabeth Merlín, se ofreció como miembro de prueba para el traslado de no-magos. Fue el propio Merlín Eterium quién hizo el viaje y llego a su destino sin su hermana.
Por último, pero no menos importante, los objetos que no tengan una alta Conductividad Etérica han de ser envueltos en un material que sí la tenga y controlada por un Mago, limitando la capacidad de transporte de cada cúpula. Además de esto hay que tener en cuenta el agotamiento que produce en el cuerpo de un Mago, alguien del nivel de Merlín Eterium era capaz de usar el conjuro dos veces al día, cada tres días.
Nada puede salir ni entrar de las cúpulas mientras estas se mueven por las vías estelares creadas siguiendo la constelación del conjuro. La distancia que puede recorrer una depende de la cantidad de conecciones entre estrellas haya, y para replicar un camino hay que replicar la constelación, por lo que constelaciones complejas, si bien requieren más tiempo, son más seguras para quienes no desean de ser seguidos.
Una esperanza lejana
Cuando los humanos descubrieron que dicha magia existía, los Elfos perdieron gran parte de la ventaja que tuvieron en la guerra contra los Dragones. Un sistema de transporte que en pocos minutos podía hacerte cruzar Eterios de una punta a la otra revolucionó la capacidad de organización de los humanos para oponerse a sus amos, los elfos.
Aunque no todos eran buenas noticias, el hechizo tenía unas normas muy difíciles de seguir. La primera era que tenía que haber estrellas en el cielo para poder trazar una constelación, esa era solucionabel gracias a la nueva Magia Arcana. La segunda requería de una superficie los suficientemente plana, con 10 centímetros de diferencia, como máximo, de altitud entre todos los pasajeros. La tercera, ya más complicada, era que el Conjurador tenía que conocer el lugar al que quería ir.
Por si fuera poco, las tres siguientes condiciones eran las peores. Si la diferencia de altitud no se mantenía en el sitio del aterrizaje, la cúpula explotaba. No era letal, pero podía llegar a producir quemaduras de primer grado además de pérdida de visión y algún miembro. La siguiente sí es letal, ya que cuando se crea la cúpula, para mantenerse dentro, hay que mantener un equilibrio mágico, ya sea con Maná o manipulando el Éter alrededor de una persona. Esto implica que alguien que no pueda usar magia, perderá la capacidad de moverse junto con la cúpula y será desintegrado por el propio Éter que la protege. Esto se descubrió cuando la hermana de Merlín Eterium, Elizabeth Merlín, se ofreció como miembro de prueba para el traslado de no-magos. Fue el propio Merlín Eterium quién hizo el viaje y llego a su destino sin su hermana.
Por último, pero no menos importante, los objetos que no tengan una alta Conductividad Etérica han de ser envueltos en un material que sí la tenga y controlada por un Mago, limitando la capacidad de transporte de cada cúpula. Además de esto hay que tener en cuenta el agotamiento que produce en el cuerpo de un Mago, alguien del nivel de Merlín Eterium era capaz de usar el conjuro dos veces al día, cada tres días.
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