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06. Buscadores de estrellas Report

General Summary

Un silencio intenso, recorrió el pasillo del templo. Mientras los portadores de Portadores de Talión y el Kroxigor se mentalizaban de la batalla. En un abrir y cerrar de ojos, Stroldin se lanzó contra el guardián, alabarda en mano, atacándole sin cuartel, pero logrando bien poco, ante su curtida defensa.   Aenath procedió a mejorarse con sus poderes del bosque, imbuyéndose y rodeándose de energía mágica, mientras se iba acercando; Broll Rocanegra, Fennec y Hellga se dispusieron para dar apoyo a sus guerreros.   La batalla fue dura. Stroldin acabó herido después de que un proyectil explosivo de Hellga errara la dirección y golpease cerca de él. Broll Rocanegra acabó también herido, tras sufrir la embestida y uno de los golpes de la criatura, no sin antes de perder el aliento, arengar al aterrorizado Patrick, para liberarle del miedo que le atenazaba. El cual, con fuerzas renovadas, lanzó un potente hechizo que formó cadenas alrededor del Guardián, debilitándolo. Aenath, que tras encontrarse batallando cuerpo a cuerpo contra el guardián y asestar un golpe especialmente fuerte, hizo que el Kroxigor abandonara sus armas y toda defensa. El guardián se lanzó a garras y mordiscos contra el elfo, quien acabó siendo golpeado repetidamente contra las paredes y el suelo del templo, quedando al borde de la muerte.   Cuando todo parecía perdido, Stroldin reunió las fuerzas que le quedaban y golpeó con certeza al Kroxigor. Cuya vida abandonó sus ojos, y se desplomó en el suelo con un ruido sordo. En ese instante, la sangre del guardián cobró vida y fue arrastrándose por la superficie del templo hasta la puerta que estaba custodiándolo, abriéndola de par en par para el grupo.   Al abrirse las puertas una oleada de la magia más pura posible inundó el pasillo y el cuerpo de los Portadores de Portadores de Talión, cerrando sus heridas y soldando los huesos rotos.   Una vez cruzaron la puerta, vieron que era una pequeña sala con un altar, a simple vista, quedaban restos de unas vendas y una máscara de bronce apoyada en este. Inspeccionaron un poco la estancia, hasta que Aenath, sin poder reprimirlo, comenzó a hablar con una voz que no le pertenecía.   La voz habló al soñador y a sus compañeros, de una Profecía que hablaba de la búsqueda del martillo sacrificial. Con lo que, sin pausa, Aenath recitó la visión de Tonatiuh, para sí mismo y para el grupo. Y una vez que hubo terminado, un portal apareció delante de ellos.   El grupo se quedó mirando que podía ser ese portal, surgido del entrelazado de unas raíces, pero Aenath escuchó una voz familiar que le pedía ayuda, y siendo el único en escucharla se lanzó al portal sin pensarlo.   Justo cuando el grupo iba a perseguirlo, se oyó la voz de Ielmae, pidiendo auxilio, paralizados durante unos instantes, pero dejándose llevar por la experiencia, Broll Rocanegra y Hellga siguieron a Aenath, y Patrick, Stroldin y Fennec se dirigieron al auxilio de su amiga elfa.   El grupo de Aenath, tras un fugaz viaje en el portal, aterrizó en mitad de un bosque. Él era el único que sabía dónde se encontraban, el bosque de Athel Loren, pero ese pensamiento se escurrió de su mente con rapidez, al darse cuenta de que una elfa, la que le había llamado, estaba siendo atacada por un capitán de la guardia negra. Rápidamente sacó su espada y se lanzó en su ayuda, mientras que Broll Rocanegra y Hellga conscientes de la situación, empezaron a ver como 4 guardias les empezaban a rodear. Hellga no perdió el tiempo y disparó al pecho del más cercano mientras Broll Rocanegra invocaba el poder de las runas para proteger a la elfa y a Aenath que se quedaba entre los enemigos.   El grupo de Stroldin por su parte, había llegado a la entrada del templo, y veían como Ielmae, cargando con un malherido Dhioslos, se acercaban al templo, pidiendo ayuda, mientras una marabunta de pieles verdes se les acercaban.   Ante tal situación y mientras Stroldin y Fennec ponían a resguardo a los elfos en el interior del templo, Patrick creó un vórtex de muerte, entre la puerta y los pieles verdes. Impidiendo que estos se acercasen y dándoles tiempo a estudiar la situación. El problema vino cuando, tras esos pequeños instantes, vieron como el portal por el que habían cruzado sus compañeros, y la puerta que guardaba la sala comenzaban a cerrarse. Con lo que, sin pararse a pensar, todos se lanzaron al portal. No sin que antes Patrick recogiese la máscara de la sala, perdiendo la visión al contacto de esta, mientras el resto del grupo junto a los elfos eran tragados por el portal antes de desaparecer.   Tras unos instantes viajando, todos aparecieron junto a Broll Rocanegra y Hellga, que estaban sacando sus armas, y Aenath cargaba para ayudar a su misteriosa compañera. En ese instante de viaje, y debido a su ceguera, Patrick se lanzó un hechizo para fingir su muerte, engañando a todos sus compañeros al aparecer en el bosque junto a ellos, inerte, con la máscara en las manos. Pero no había tiempo para eso, pues los 4 elfos se acercaban amenazadoramente al grupo.   Mientras Stroldin se disponía a defender a Hellga, herida por uno de los elfos, y Fennec se dedicaba a escabullirse entre los soldados, golpeándolos desde donde no se lo esperaban. Aenath fue atacado desde su propia sombra por una elfa seguidora del dios del asesinato. La cual logró golpearle un par de veces, dejándole mal herido. Pero en un último momento, logró bloquear uno de sus ataques y con una habilidosa maniobra, amputarle ambas manos. Pero la asesina había impregnado sus armas de un veneno mortal que ahora recorría las venas del elfo.   Mientras la pelea avanzaba, Broll Rocanegra seguía invocando el poder de las runas protectoras, Stroldin estaba resistiendo contra dos soldados y el capitán, que, tras caer en sus provocaciones, abandono a la exhausta elfa. Aenath se tapaba la herida envenenada de la bruja, mientras esta soltaba alaridos de dolor, por sus manos faltantes. Hellga retrocedió unos metros y lanzó una granada incendiaria prendiendo fuego a todos los enemigos y aliados a su alcance. Por suerte para estos últimos, los talismanes que recibieron de los elfos en el Valle de Tonatiuh les evitó morir calcinados por la intensidad de las llamas.   En mitad del mar ígneo, Fennec atacó desde puntos ciegos a los enemigos, profiriendo daños mortales, mientras Stroldin aguantaba indemne sus ataques y Aenath, tirado en el suelo, víctima del veneno, era atacado nuevamente por la elfa, que había regenerado sus manos tras beber de un extraño vial. Justo cuando Aenath iba a recibir la puñalada final, una estaca de piedra se clavó en la espalda de la asesina, matándola en el acto. La misteriosa elfa, parecía que había usado la poca magia que le quedaba en defender a Aenath, y ahora ambos se arrastraban el uno hacia el otro. Broll Rocanegra remató al guardia que intentó evitar que invocara las runas y fue a atender a la malherida elfa y a su envenenado amigo.   Justo cuando el resto del grupo acababa con los enemigos que quedaban, un dragón salió de entre las copas de los árboles, dispuesto a atacar. Y la misteriosa elfa, conjuró su magia para sacarles de allí y teletransportarlos a un bosque del imperio.   Tras unos días de operaciones, medicina y descanso, en el que Fennec estudió la máscara que le quitó la visión a Patrick, confirmando que si quería recuperarla, necesitaría hacer un ritual o devolver la máscara a su lugar de origen. Escogiendo este, el ritual. Kira (la elfa amiga de Aenath) se presentó como la maestra del mismo, y ofreció su ayuda a él y sus compañeros. Su primera tarea fue regresar al valle de Tonatiuh, junto a Aenath, para asegurarse de su estado tras la pelea contra Abrazaesporaz. Mientras, Fennec y Stroldin irían a esperarles al pueblo cercano donde dejaron el carro, y Broll Rocanegra, Hellga y Patrick volverían a Langwald para seguir organizando su reconstrucción.   Mientras Patrick se encargaba de organizar a los nuevos integrantes de la ciudad. Leonhard, el nuevo capitán de los mercenarios de Makarov, ahora encargado de la guardia y defensas de la ciudad de Langwald; Gerwinne, la Abadesa de Sigmar que rescataron dos años atrás, ya presente en la ciudad y trabajando en la fe y la purificación de las tierras; Adressa, representante de la fe, de parte de Gerwine, en la ciudad; y Karazal Nariznegra, un enano del clan ThunderShout, al que pertenecían Broll Rocanegra y Stroldin.   Unas semanas después, el grupo se reunió de nuevo.   Una vez en la sala de reuniones de Langwald, los Portadores de Portadores de Talión y Kira, se dispusieron a decidir su siguiente paso. Kira habló con Aenath de que habían localizado, gracias a Teclis, un nuevo fragmento de pergamino, que estaba en manos del mago de luz Hadebrand, y tras investigar sobre él, descubrieron que este se había dirigido a ayudar a la línea de pelea contra el Caos, y allí se había perdido su rastro. Asique con un nuevo objetivo, se dispusieron a planificar su viaje, en busca de pistas sobre el paradero del mago y su fragmento.   Pero la vida de los Portadores de Portadores de Talión no es tan fácil, y siempre alberga sorpresas. Justo cuando terminaba la reunión, Leonhard irrumpió en la sala diciendo que el Duque Rodion Rabe, de una ciudad vecina, solicitaba una audiencia con el Lord de la ciudad, más, sin esperar repsuesta, ya se encontraba en la ciudad, esperando pasar a reunirse con Sir Patrocklo.   El cual, mientras se preparaba para recibirle, pudo ver con sorpresa, como una rata, que, en mitad de la habitación del Lord de la ciudad, se convertiría en un mago. Con algo que discutir con él.

Rewards Granted

  • 8 px.
Campaign
Camino de Redención
Protagonists
Broll Rocanegra
Fennec
Report Date
28 Feb 2020
Primary Location
Secondary Location

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