20: Cienagas de la locura
General Summary
Los
<br>Portadores de Talión<br>
, avanzaron rápidamente a través de las ruinas iniciales a la entrada del valle. Allí, al salir, les esperaban los hechiceros de la tribu Muzil, que ante su regreso, se pusieron en guardia, con los hechizos preparados para sellar al Ifrit.
Tras unos instantes, Stroldin avanzó y comunicó el resultado de la empresa, así como la promesa del Ifrit para el pueblo Muzil.
Ante los resultados de la incursión, el líder de la tribu, comunicó que no era suficiente, y que no se fiaba de la palabra del Djinn, y que sintiéndolo, les escoltarían a la capital de la que partió el grupo, y terminarían las negociaciones.
Tras un breve viaje de vuelta a la capital. Mientras Broll , Hellga y Patrick se dirigían con los caballos y los objetos a la posada, Aenath , Stroldin y Fennec se dirigieron al mercado, tal como les había comentado el Ifrit, vieron a un muchacho con un pergamino, huyendo de unos captores. Stroldin agarró al muchacho, y todos se lanzaron a callejear por la ciudad para perder a los perseguidores.
Cuando ya creían haberlos perdido, Stroldin se quedó el pergamino, y le dio al muchacho 20 dinares para que se fuera y no se metiera el líos.
De vuelta a la posada, y con la habitación privada preparada por su amigo el posadero, se pusieron a investigar la localización de la ciudad que buscaban gracias al pergamino, que contenía un mapa muy detallado de la zona de Nehekhara y sus alrededores, así como la localización de la ciudad que buscaban.
El posadero les ayudó a vender lo que habían encontrado y a preparar un viaje por barco, hacia la zona más cercana posible al norte de su objetivo. Allí, el capitán del barco les especificó que les esperarían un mes.
Una vez en tierra, y gracias a la orientación de Aenath, llegaron a las montañas que les separaban de su objetivo, los pantanos. Y mientras viajaban, una de las noches, un gran ser, con forma de dragón sin alas, compuesto de piedras y gemas, acompañado por una tormenta silenciosa. Se cruzo en su camino.
El grupo intentó pasar desapercibido, pero Broll , en el último instante, trastabilló y apoyó su estandarte haciendo ruido, llamando la atención del ser. Rápidamente, Stroldin lanzó una piedra con mucha fuerza para despistar a la criatura. Que se perdió en esa dirección, no sin antes hablar, en un Árabe muy antiguo, que quería hablar con los que se habían colado en la montaña.
Tras este pequeño susto, el grupo llegó a los pantanos, y poco a poco se dirigió a la zona donde se hallaba la ciudad. La cual encontraron, rodeada de una enorme muralla, muy complicada de escalar, y una puerta cerrada, sin cerradura. Tras unos análisis sobre la misma, determinaron que necesitaban un objeto de poder que funcionase como llave. Tras investigar un poco más, Broll identifico símbolos pieles verdes sobre las ruinas. Con lo que decidieron investigar los rastros de los mismos hasta que llegaron a su asentamiento.
Los enemigos eran numerosos. Y fue Ielmae la que se aventuró primero en la marcha, gracias a sus dotes de rastreadora.
Tras contarles sobre el campamento, le confesó a Aenath la visión de un árbol hecho de barbas enanas. Tras comentarlo con el grupo, se decidieron a destruirlo y buscar el objeto de poder.
Esa noche, Fennec, cargado con un dispositivo explosivo, se coló en el campamento, colocando la dinamita en la base del árbol, y recuperando el objeto de poder que creía que era la llave de la puerta.
Tras volver con el grupo, Ielmae disparo a la carga, provocando la explosión que medio derrumbó el árbol y le prendió fuego. Momento en el que los portadores decidieron ir a la ciudad sellada para investigarla.
Una vez allí, y con la puerta abierta. Les llamó la atención el exquisito estado de conservación de la ciudad, y la cantidad de pieles verdes que estaban mutilados por el suelo. Ante estos eventos, Fennec e Ielmae se adelantaron para investigar la ciudad, y descubrieron un lugar donde se hallaba una magia de ilusión.
Tras romperla, y que la ciudad recobrase el aspecto decadente que debería tener, investigaron un poco más, llamándoles la atención 3 edificios. Y regresaron con el grupo.
Tras hablar de los enemigos no muertos que habían encontrado, los magos decidieron hacer un ritual para encontrar el canalizador que mantenía la magia nigromántica del área, y tras unos intentos, localizaron el objeto en la torre principal de la ciudad, custodiada por un no-muerto con una gran hacha.
La pelea la inició Stroldin, llamando la atención del enemigo, momento en el que Fennec se coló dentro para localizar el artefacto.
Patrick usó su magia para atar al no-muerto y mermar sus habilidades, este agarró a Aenath y lo lanzó contra el mago, pero Broll consiguió pararlo para evitar que sufriera demasiados daños. Después agarró a Stroldin y lo volvió a lanzar contra ellos. Mientras sus compañeros peleaban fuera, Fennec localizó el artefacto, y tras un análisis rápido, determinó que solo podía apagar el objeto si lo manipulaba. Sin más investigaciones por su parte, tocó el cetro. Y este le atacó con violencia la mente.
Fennec apenas lo resistió, pero ya era tarde, el bastón había sido absorbido por su brazo. En ese momento, desactivó el hechizo nigromántico, y salió de la estancia.
Sus compañeros fuera, vieron como el ser, de pronto, se deshizo y dejó de moverse, celebrando que Fennec había tenido éxito en su empresa. Pero la felicidad les duró muy poco.
El mago les contó lo ocurrido dentro. Ante la nueva evidencia de su actuación y consternados, se debatían entre matar a su compañero, ahora fuertemente corrompido, hasta que se les ocurrió cortar su brazo.
Con agilidad y precisión, Patrick amputó el brazo del mago, que se deshizo en el aire, revelando el cetro.
Con la nueva situación, y sin pistas, el grupo descansó brevemente. Aun les quedaba trabajo por hacer.
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