De paseo con la Panda

Querido diario
 
Tras nuestra grandiosa victoria en la cueva del Mal pudimos descansar nuestros doloridos pies en las comodidades que oferta la pension en la que nos alojamos. Poco me sorprendio ser el único que se ducho anoche ya que el resto de mis compañeros parece ser que tienen la costumbre de ahorrar agua, tanto en su aseo corporal como al hecho de que lo único que entra por su gaznate sea alcohol.
 
Esta mañana tras mucho debatir decidimos centrarnos en el tema de la cueva y sus posibles interesados. Para empezar Pete aun nos debia no solo dinero si no tambien explicaciones sobre los enemigos que alli nos encontramos. Los pajaros se aceptan y los topos gigantes se pueden entender pero encontrarnos a unos mercenarios no venia escrito en ninguna parte del contrato.
 
Al final Pete no pudo resolver ninguna de nuestras dudas, tanto él como su padre no son mas que unos pobres hombres cuyas seseras estan más vacias que sus bolsillos. Desconocian que alguien pudiese estar interesado en su cueva y de la perforación vertical el padre solo recordaba que se hubiese utilizado como zona para un asecensor.
 
El resto de la mañana estuvimos investigando la ciudad, paseando por sus calles y conectando con el pueblo como unos campesinos más. Mi elocuencia y cercanía nos consiguios unos puñales de hierro frio a precio de fabrica, se los cedí a mis amigos ya que yo no preciso de ese tipo de armas, yo poseo a mi querida Sangre Nocturna, mi precioso tesoro, aquella que me ayudara en mi camino hacia el amor y la amistad.
 
Con la información que obtuvimos nos enteramos que aquellos que estaban interesados en la cueva de Pete eran 2 de los gremios de herreros de la ciudad: el gremio de la Mano Negra (los cuales controlan el mithrill de la ciudad) y el gremio del Amanecer Dorado (dedicados a crear joyas).
 
El Amanecer Dorado fue nuestro primer objetivo; igual sabian algo que desconociamos de las cadenas que hemos venido a investigar. Asi que nos acercamos a su gremio y en una taberna cercana sonsacamos informacion a un pobre hombre que ahogaba sus penas entre vino y pan como menú para comer, una dieta muy "variada" a mi parecer. Kalister decidió acompañarlo en su dieta, llevaba ya unas horas sin beber y se le notaba nervioso (un día tendré que hablar seriamente con él ya que dejó de estar funcionante desde ese momento...)
 
Nuestra entrada en el gremio del Amanecer Dorada fue más fácil que una prostituta de 1 moneda de cobre. A la mínima mención del contrato Boquir un capitán del gremio nos llevó con la Gran Maestra Yia. Este portento de mujer no fue más que un títere en mis manos de marionetista, no solo nos pago el dinero de un contrato si no que nos dio información muy útil para nuestra misión y para Grangal que desea participar en el torneo de Herreros. No sólo contento con ello nos ofreció trabajar para ella como espías en otros gremios, algo que mi aceptamos ni rechazamos (así somos, nosotros no nos atamos a nadie).
 
Con los bolsillos llenos de monedas de oro Grangal quiso dedicarse el resto del día a comprar materiales y mejorar su arma, podrá adornarla todo lo que quiera pero nunca podrá hablar con ella como yo con mi Sangre Nocturna, a veces tengo miedo que desplace a Mordiscos como mi mejor amiga.
 
El resto de nosotros pusimos camino hacia el gremio de las runas, nuestro gran desconocido. Poco sabemos de él, liderado por elfos vimos en la raza nuestra mejor baza para poder entrar. En la taberna del gremio nos atendió Admaris un cabeza de las Runas. Que decir que nuestro carisma derritió sus barreras y nos presento al mismisimo Luzeiros en la biblioteca principal del gremio, antiguo maestro de Vivian. El líder parecía verdaderamente preocupado por el equilibrio del eje, algo que el resto de gremios podían poner en peligro con su avaricia. Decidimos no sacar el tema de nuestra misión principal en la ciudad sin antes hablar con Vivían pero consegui unirme a su gremio, algo del que no solo yo me puedo beneficiar si no también Grangal (puede que sepan algo de esa forja que anda buscando...).
 
Finalmente pusimos camino de nuevo a casa de Pete, mis recuerdos a partir de aqui son borrosos, mezclados entre lagunas y dolores de cabeza. No se muy bien pero acabe durmiendo en la posada.