El Guardian de la Noche

Querido Diario,
 
 
Ayer mi día fue muy completo, por fin mis nuevos compañeros estan empezando a darse cuenta de todo el potencial que poseo y puedo aportar a nuestra pequeña comunidad, esperemos también que el tiempo que falta para que hagan lo mismo con nuestro amado Mordiscos sea corto.
 
El día comenzó con un desayuno equilibrado a base de pan con hongos (el moho aporta nuevos sabores y propiedades a los alimentos). Nos habíamos cobijado en una cueva en las montañas tras acabar con el gigante reptil del día anterior y como cabe esperar teníamos las espaldas algo contracturadas de dormir abrazados a la Madre Tierra.
 
Tras unas horas de caminata nos encontramos en la frontera de la región, donde tuvimos que hacer cola junto a unos jóvenes con buenas intenciones que querían cruzar al otro país para vender sus mercancías. Conocí a una nueva amiga la cual se quedo atónita de ver a una criatura tan dulce como Mordisquitos y no pudo evitar ocultar sus ganas de llorar de emoción; se quedo tan encandilada que casi no me volvió a dirigir la mirada a mi y es que mi querida Mordiscos tiene un carisma que engancha.
 
Una vez cruzamos las frontera empezamos a ver una gran cantidad de caravanas de mercaderes todos ellos se dirigían a la misma ciudad que nosotros, por lo que decidimos acampar y pasar la noche todos juntos como una pequeña y estrecha comunidad.
 
Ya acampados decidí dar una vuelta y saludar a todos nuestros nuevos compañeros y en poco tiempo me hice amigo de ellos. Me nombraron por unanimidad General de la Guardia de la Noche! Tal honor me calo muy dentro, se sentían tan cercanos y seguros a mi, que me daban el honor de velar por su seguridad por la noche mientras ellos dormían.
 
Durante mi guardia oí unos alborotos entre los mercaderes de 2 caravanas, estaban discutiendo sobre unos robos y sobre quien de ellos merecía ser mas mi mejor amigo. En un principio yo me acerque pero viendo que no me necesitaban y era algo meramente verbal decidí seguir con mi guardia.
 
Cual equivocado estaba cuando vi que su amor por mi los obligo a sacar sus armas, allí sentado que estaba yo decidí levantarme y correr a parar la confrontación. Con el uso de mi don de la palabra y mis habilidades mágicas conseguí terminar con la pelea.
 
Todos me lo agradecieron e incluso me regalaron un anillo de la amistad, no pude contener mi alegría y debo reconocer que llore junto a Mordisquitos.