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Asturianos

Cuando el Reino de Asturias creció hasta la frontera del Duero, no todos los astures bajaron al llano sino que también estaban los que se quedaron en su tierra vieja de Asturias. Así es como se conocerá al país montañoso entre los ríos Eo y Deva, con el Vindio, M. como espina dorsal, y los que allí quedaron, herederos directos de los Astures, serán los asturianos.

Culture

Grupos lingüísticos y dialectos importantes

El Asturleonés, lengua romance también conocida como bable.

Cultura y herencia cultural

Cultura y herencia cultural

Códigos de conducta y valores compartidos

Códigos de costumbres y valores compartidos

Nivel tecnológico medio

Niveles tecnológicos conseguidos

Normas de cortesía comunes

Etiqueta común

Código de vestimenta común

Vestimenta

Arte y arquitectura

Las viviendas están hechas de troncos y ramas, reforzadas con barro y piedras. Llueve demasiado para hacerlas de adobe, que se desharía al segundo o tercer granizo. Como en otras partes, conviven bajo el mismo techo animales y personas, para darse mejor calor unos a otros. Suelen, eso sí, estar separados por una cerca o un par de tablas. La familia vive en una única estancia que hace las veces de cocina, comedor, salón y dormitorio. Allí se enciende el fuego y alrededor de él se apiñan todos. La vida normal, por otra parte, de cualquier rústico de ese tiempo.

Foods & Cuisine

En la mesa de los asturianos nos encontramos cereales (centeno, escanda, trigo), ya sea en forma de pan o de gachas; frutos que se recolectan en los bosques (castañas y bellotas, principalmente), y para el que se lo pueda permitir, carne: ovejas, vacas, cerdos, gallinas, patos y otros cuya procedencia es más sospechosa, pero que se ofrece como pollo o conejo, que es a lo que sabe cuando aprieta el hambre.
En la zona costera se consume pescado, así como en las comarcas por donde pasan ríos caudalosos. Tanto el cerco como el pescado se ahúman y salan para conservarlos mejor, por lo que la industria de las salinas en la costa es de gran importancia, así como el posterior transporte de la sal al interior, para hacer salazones. Por último, tanto en las brañas como en las aldeas cada choza tiene su huerto, donde la familia siembra y recoge alubias, guisantes, cebollas, ajos, berzas y nabos, siempre para consumo familiar. Y manzanas, claro, para la fabricación de sidra, la sustituta del vino en estas tierras altas donde la uva no prospera.

Costumbres, tradiciones y rituales comunes

Calendario

Nochebuena Como todo buen cristiano sabe, esta noche es la última del año, pues el siguiente empieza con la Natividad del Señor, que no podría ser de otro modo. Es cosa tenida por muy cierta en Asturias que en esta noche santa el Cielo quiere que los espíritus del mal no hagan de las suyas, y por ello, dicen los más avisados, el Arcángel San Gabriel es encargado en persona de velar por la paz y seguridad de las buenas gentes. No podría ser de otro modo, ya que en una noche como esa vino Jesús a la tierra a luchar contra el Maligno. La cena tradicional de esta noche, tanto para humildes como poderosos, debe empezar con una sopa de almendras. 
Ofrendas
Es costumbre en este día, en determinadas comarcas, dar lo que se llama “el tributo al cura”, que consiste en que cada cabeza de familia (y entendemos por familia los que viven en una misma casa) van al atardecer a ver al sacerdote de la zona y le entregan comestibles: huevos, cebollas, manteca, etc., según los posibles de cada uno. Los ancianos hacen el llamado “tributo de leña”, que consiste en llevarle cuando oscurece haces de madera seca, para que no pase frío por la noche, y los niños de las zonas costeras, la mañana de Navidad, le hacen la “ofrenda de pexes”, normalmente peces pequeños o demasiado espinosos que piden a los pescadores de madrugada, cuando vuelven de faenar. Hay quien dice que estas ofrendas son mucho más antiguas que la llegada del cristianismo a nuestra tierra, pero ya se sabe que el mundo está lleno de gente que habla demasiado.
Zamarrón
Otros dicen que las ofrendas al cura son para que haga la vista gorda y no proteste con el Zamarrón, que eso sí que es una fiesta pagana y que se quiten las tonterías que hacen los Vascones allá en su tierra.
Se trata de una especie de desfile en el que los participantes, disfrazados de modo grotesco, recorren las calles y caminos, y hasta entran en casas y caseríos pidiendo limosna a las gentes. Ni que decir tiene que los que componen el Zamarrón son jóvenes, y que luego se correrán con lo recaudado una juerga monumental. Pocas veces se les entregan monedas, sino comida y, más a menudo, bebida. Dirige el Zamarrón uno al que llaman “el capitán”, vestido al modo de los caballeros o los soldados, a veces hasta montado, escasas veces en un caballo, las más en un pollino, en un buey o incluso en una vaca. Agita una espada de madera, lleva un casco igual de falso y va guiando a su improvisado ejército.
Le preceden los guirrios, normalmente dos. Van cubiertos de pieles de oveja blanca, con la cara pintada de rojo y llevan cencerros atados a la cintura. Llevan unas pértigas de madera de avellano con las que van saltando, en ocasiones haciendo auténticos ejercicios acrobáticos, pues cambian la dirección del cuerpo en pleno salto dando un par de vueltas sobre sí mismos.
Tras el capitán, a manera de guardia de honor, van los vexigueros, normalmente cuatro u ocho, también vestidos de manera estrafalaria, un poco a su aire, armados con látigos de ganadero y vejigas de animal, que hinchan para luego dejar soltar poco a poco el aire produciendo un silbido estridente.
Por fin llegan los zamarrones propiamente dichos, que suelen llevar no menos de cuatro cencerros colgando de la cintura y van vestidos con ropas viejas y raídas.En muchas zon
as acompañan a tan variada farándula dos personajes: una cenicera y una barredora. En ambos casos son hombres disfrazados de mujer vieja: el primero lanza puñados de ceniza a las chicas guapas con las que se cruza la compañía, mostrando especial atención a las que alguno de sus compañeros le ha dicho que es su amada (o que pretende que lo sea). La segunda se mete en las casas para barrer la suciedad, (o hacer ver que lo hace) y hay quien ve en ese acto un gesto pagano, de limpiar los rencores y malos humores del año viejo para dejar paso al nuevo.
Sea como fuere, se trata de una fiesta tumultuosa y en extremo ruidosa, que suele acabar como el rosario de la aurora, pues, como en otras fiestas, se bebe más que se come.

Antroxu

Con este nombre se conoce comúnmente al carnaval en las tierras de Asturias. No se me extrañen del nombre, que al fin y al cabo en la vecina Galicia llaman “Antroito” a la misma fiesta. De todos modos, si les disgusta la palabreja, pueden llamar a esta celebración Antroxo o Antroido, que por tales nombres también se conoce. Y para que no se me extrañen más, piensen que a las máscaras, en esta tierra, se les llama antroxos, y antroxar viene a querer decir divertirse pero mucho, mucho, mucho...
Días de festejo, gula y pecado
Aunque la Iglesia se opone, era tradición en tiempos pasados (y sigue siéndolo en muchos pueblos y aldeas) que el tiempo del Antroxu se inicie acabadas las fiestas de la Natividad del Señor y dure hasta la Cuaresma. En otras zonas más civilizadas, donde la religión se ha impuesto, la fiesta (si es que se puede llamar así a semejante desenfreno) dura unos diez días, dos semanas como mucho. Sea como fuere, ni aunque durase un solo día no dejaría de ser motivo de preocupación: es tiempo de grandes comilonas, y al devorar hasta el hartazgo y mucho más se le une el no menos beber, que no se sabe qué es peor, si lo uno, o lo otro, que ya se sabe que no hay dos sin tres, y al comer y al beber en exceso les suele acompañar el fornicio. Eso sí, la mayoría de los banquetes incluyen cerdo, lo que señala el carácter cristiano, en el fondo, de tales desenfrenos, que estamos entre creyentes y no ante judíos o moros, que desprecian tal yantar. Y si la carne del puerco es la reina de la comida, el frisuelo es el rey, aunque como tal aparece al final, en los postres. Se trata de un dulce que en estas tierras y estas fechas se consume, una especie de torta de harina de centeno, huevos batidos y leche, frita en manteca de cerdo y bien recubierta de miel.
Disfraces
El más humilde es, simplemente, tiznarse la cara de hollín. Los novios suelen ennegrecerse el rostro el uno al otro, y si antes no lo han dicho, es un buen símbolo para parientes y amigos de que se gustan, que ninguna moza se dejaría tiznar así como así la cara por un joven si la cosa no fuera bastante en serio. Y hollín no falta, que de eso se encarga el probón, individuo que, cargado con un saco lleno de cenizas al hombro, cubierto el rostro con una capucha de tela roja o negra, y con cencerros colgando del cuello y la cintura recorre las calles con un grupo de zarrapastros (de zarrapastrosos, pues van vestidos con harapos) tiznándole la cara, de grado o a la fuerza, a todo aquél que la lleve limpia, que es ofensa en estas fechas y algún forastero ignorante de tales costumbres se ha llevado un disgusto.
También es común en estos días el personaje de la destrozona, que no es otro que un hombre vestido con ropas de mujer, que con una escoba al hombro se dedica a dar escobazos a diestro y siniestro, persiguiendo a quienes encuentra a su paso y dando gritos y chillidos. Si es hombre casado, o mozo comprometido, suele acompañarle su mujer o novia, vestida de hombre, con un garrote al hombro, para que no se desmadre demasiado. Malas lenguas dicen que como para intercambiarse la ropa hay que quitársela primero, entre el desnudarse y el vestirse las parejas aprovechan el estar en cueros para hacer otras cosas.
Sacrificios
Si el lector hasta aquí no ha fruncido el ceño disculpando lo anterior como inocentes costumbres populares, mejor será que empiece a hacerlo ahora: pues es parte importante del Antroxu matar, al finalizar el mismo y antes de empezar la Cuaresma, al que ha sido rey en estos días, y que no es otro que el Diablo, al que llaman el Pelele. Se trata de un muñeco que hacen con trapos y pala, y que los niños insultan, golpean, arrastran por el suelo y finalmente entierran, queman o arrojan fuera de los lindes del pueblo. Y hasta aquí bien sería la cosa si no fuera que, en ciertas comarcas, no es muñeco de paja sino gato vivo. En otros tal suerte corresponde a un gallo, que es perseguido por los niños que le dan de palos y pedradas, hasta que al final, más muerto que vivo, lo cuelgan cabeza abajo de la rama de un árbol, y los niños, por turnos y con los ojos vendados, tratan de rematarlo a golpes con un palo de madera.
El Goxu y las gamberradas
Siguiendo con nuestra descripción de “barbaridades”, está el Goxu. Consiste en llevar al Pelele hasta las cercanías del pueblo vecino y arrojarlo allí, o de meter al gato que lo sustituye dentro de un hato de paja y arrojarlo contra dicho pueblo envuelto en llamas. Ni que decir tiene que con ello se pretende desterrar la mala suerte y pasársela a los vecinos, pero como éstos no están por la labor de recibir sin más tales “atenciones” suelen estar alerta, y la cosa acaba convirtiéndose en una batalla campal entre los mozos de ambos pueblos.
Aparte de ello, es habitual que los vecinos se gasten unos a otros bromas más o menos pesadas: desde atar una cuerda cruzando la calle para que quien por allí pase tropiece y caiga hasta lanzar por las ventanas agua, orines y otras porquerías. Rondan cuadrillas dispuestas a lanzar con no mala puntería naranjas o huevos podridos contra quien se cruce en su camino, mantear a despistados solitarios o lanzar en medio de una multitud gatos o perros con las colas prendidas en llamas.

Cuaresma

Miércoles de Ceniza
Tras el desenfreno del Antroxu, llega la quietud y la reflexión de la Cuaresma, que se inicia con el Miércoles de Ceniza, y que ha de durar cuarenta días. En las iglesias se realiza el ritual de imposición de la ceniza, que consiste en untar con un poco de esa ceniza sagrada las frentes de los fieles allí presentes, como señal de luto por la pasión y muerte de Nuestro Señor. Esta ceniza está formada por un ramo de laurel, alloru.
El Miércoles de Ceniza, también, se lavan con esmero (y públicamente) ollas y otros utensilios de cocina, para sacar de ellos cualquier rastro de carne que pudieran tener.
El ayuno
Los buenos cristianos han de realizar, en estas fechas, una única comida diaria, tras la misa de vísperas, y de abstenerse de beber, fornicar, cantar, bailar, comer carne o caldo del mismo y hablar sólo lo indispensable. Costumbre esta que la morisma, siguiendo los dictados de Mahoma, su falso profeta, también cumple, aunque ellos lo llaman “Ramadán” y lo realizan en fechas diferentes.
Domingo de Ramos
La sagrada ceniza de la que antes hemos hablado se crea con uno de los ramos de alloru que los niños le ofrecen al cura en esta fecha. El ramo elegido se deja quemar lentamente, y sus cenizas se guardan para la Cuaresma del año que viene. Familias de descreídos hay que le presentan al cura, casi a modo de burla, enormes ramos no de laurel, sino de acebo, que era en tiempos paganos árbol sagrado en estas tierras.
Sea como fuere, cargados de ramos van los niños a la iglesia, pero antes que ellos entran sus madres, y extraña al forastero la dura competencia que hay para ver quién lo hace la primera, pues es costumbre muy extendida que la mujer que primero cruce ese día el umbral de la iglesia verá bendecidos los campos de su familia con la mejor cosecha del año.
Si atolondrada es la entrada al templo, no menos lo es la salida, pues en la plaza frente a la iglesia tiene lugar la “ramascada”, una pelea de todos contra todos entre la chiquillería, bien armada con los ramos (ya sean de alloru o de acebo) que tan solemnemente ha bendecido el sacerdote desde el altar. Hay quien dice que son estas batallas (o simulacro de las mismas) lo que antaño sacralizaba los ramos.
Sea como sea, esos ramos son sagrados, y como tales tienen virtudes que bien saben aprovechar los piadosos: las ramas y las hojas del ramo adornan las ventanas, para que el mal no entre en ellas. Se colocan también en la cabecera de las camas ramos pequeños, para proteger a los durmientes de los malvados demonios de la noche y de los sueños. Cuando hay tormenta, un puñado del ramo sagrado arrojado al fuego impedirá que el rayo caiga sobre la casa, y aun ciertos males del ganado, enfermedades la mayor de las veces causadas por aojamientos o maldiciones, pueden curarse con esas hojas sagradas.

Semana Santa

Matutina Tenebrarum
Más conocido por el pueblo llano como “Oficio de Tinieblas” o“Matanza de Judíos”, consiste en una misa que hasta hace relativamente poco (siglo XII) se llevaba a cabo de noche, aunque ahora se ofrenda con mucha fe por la tarde, para facilitar que la gente humilde pueda asistir. Esta misa tiene lugar el lunes, martes y miércoles previos al Jueves Santo, y se caracteriza por colocarse en lugar destacado en el templo un tenebrario como única iluminación de la iglesia. Se trata de un candelero triangular, que puede tener entre diez y quince cirios, que se van apagando uno a uno tras recitar cada salmo, menos el último, que se esconde tras el altar dejando el templo completamente a oscuras. En ese momento se empiezan a dar golpes contra los bancos de la iglesia, las más de las veces con garrotes, pese a que el sacerdocio recomiende darlos con la mano desnuda. En Somiedo es costumbre romper contra el suelo de la iglesia varas de chopo o (más a menudo) de acebo. Estas ramas rotas son sagradas, y se colocan en forma de cruz sobre los corrales, ahuyentando así las tempestades. O eso dicen y creen los supersticiosos.
Mandato
Esta costumbre tiene lugar el Jueves Santo, y consiste en que, durante la misa, el sacerdote lava los pies a doce pobres, tal y como Nuestro Señor se humilló lavando los pies a sus doce apóstoles. En la catedral de Oviedo el obispo se quita la capa, para mayor humildad, y es dato curioso que lave los pies a trece, y no doce, personas con gran necesidad. Es costumbre que luego, a estos pobres, se les dé como limosna algo de dinero y comida, y en algunos sitios se llega a más, que los poderosos sientan a estos pobres a su mesa, que es costumbre tenida por muy buena y santa y hace al Buen Dios perdonar los pecadillos que los mayores puedan haber tenido.
En el campo tiene lugar una costumbre similar, que es que el señor o terrateniente se cambia las tornas con sus hombres de mayor confianza, y como criado los agasaja. Murmuran los licenciados que esta es costumbre pagana, que se remonta a tiempos de los romanos, que durante las fiestas llamadas “Saturnales” hacían justamente lo mismo.
El agua bendita del Sábado Santo
Acabada la misa del sábado, mujeres y niños (nunca hombres) recogen en el baptisterio o en la sacristía agua bendita, que el sacerdote, conociendo la costumbre, ha sacralizado sus buenos litros de más. Este agua se esparce en las casas, establos y corrales de cada cual, siempre en lugares cerrados, nunca al aire libre. Esta costumbre (asperxar, la llaman en estas tierras), se debe a la superstición de que con motivo de la muerte del Señor puede haber aprovechado el Diablo para colarse en las casas, y hay que sacarlo de nuevo, claro está. Las familias más pudientes hacen que el sacerdote venga en persona a bendecir sus haciendas, invitándolo luego a su mesa, que de curas tumbaollas el mundo está lleno. Con todo, injustos seríamos si no lo dijéramos todo, y cuentan que dicen que, en ocasiones, cuando una casa es tenida por maldita, sacerdotes hay que le echan redaños al asunto y sacan malos espíritus y demonios varios a golpes de hisopo bien empapado en agua sagrada.
El agua bendita es usada también para sacralizar los campos, usando como hisopo el alloru o el acebo. Se suelen utilizar diferentes oraciones rituales, muy poco cristianas, que para empezar, ni siquiera se dicen en la lengua sagrada, que es el latín:
Afuxi mures ya mundicia, Que aquí vos va el agua bendita; Afuxi mures ya ratones Que ahí vos va l´agua de las pasiones Afuxi mures, afuxi mures…
No podemos terminar sin añadir la falsedad que cuentan algunos, de que estas tradiciones son más antiguas que el cristianismo, sólo que antes, en lugar de usar la bendita agua bendecida, se usaba agua lustral, es decir, agua de lluvia, que se recogía de determinados huecos en piedras tenidas por sagradas por los paganos.
Pascua
Aprovechando la natural alegría de la resurrección del Señor, tienen lugar diferentes actos que los buenos cristianos ven con cierta reprobación. Citaremos sólo algunos casos:
  • En Bello, por la noche, los mozos engalanan con flores y ramas de acebo las ventanas de las casas donde viven mozas casaderas, guapas y solteras, para que se sepa que se han fijado en ellas, vamos.
  • En Quirós se reúnen también los mozos, pero es para hacer mil y una diabluras, que en ocasiones pasan por inocentes travesuras y en otras son auténticas gamberradas. Y dejaremos a la imaginación del lector el qué pueden ser tales zipizapes.
  • Más sobrios, en la zona oriental los mozos lo que hacen es el llamado “baile de la raposa”, que tiene tufillo de pagano, y si no, escuchen con atención los entendidos la estrofa de tal baile:
Tengan cuidado, señores La raposa está resabiada Alguno de estos majitos Puede quedarse sin dama Más pagana es, si cabe, la danza de pascua que hacen en Llanes sólo las mujeres, cogidas en círculo con el dedo meñique y caminando con rapidez dos pasos adelante y dos atrás, al compás. Suerte que su canto bien cristiano que es, que hace referencia al Jesucristo Nuestro Señor y a no sé qué de querer bañarse en el Jordán, donde él lo hizo. Claro que no faltan maliciosos que dicen que esa no es la letra original, y que lo de meterse en el agua puede tener otros significados. Maldicientes, sin duda, ¿no? 
Más reciente es la Balesquida de Oviedo, que data de 1232, cuando la muy piadosa doña Velasquita Giraldes hizo donación de dineros para construir un hospital en una heredad propiedad suya, para asilo y refugio de pobres y necesitados, en especial del gremio de alfayates y sastres de Oviedo, de cuya cofradía era protectora. En su nombre se hace misa solemne, procesión por las calles y romería hasta la ermita de Santa Ana de Mexide. Y ya se sabe, que en las romerías hace mucho calor y se trasiega no poco vino, con lo que la sagrada fiesta empieza como empieza y termina como ya se podrá el lector imaginar.  

Mayu

 
La Cruz de Mayo
Se tiene por muy antiguo la devoción que en Asturias existe por la Santa Cruz en la que sufrió Nuestro Señor por nuestros pecados. Tanto es así, que el primer templo cristiano que tras la invasión árabe se erigió fue en Asturias (que no podía ser de otro modo), por iniciativa del príncipe Favila y su esposa Froleva. En concreto, se erigió en Cangas de Onís, una humilde iglesuela que se alzó, vete qué casualidad, sobre el montículo de un sepulcro megalítico al que en tiempos profanos (es decir, en los de nuestros padres) se tenía como lugar de peregrinaje. Como los primeros días de mayo eran para los astures objeto de mucha festividad, se instauró en esta tierra la fiesta de la Cruz de Mayo, que tiene lugar el tercer día de dicho mes (en el calendario litúrgico, busquen la fiesta en concreto como Invención de la Santa Cruz, que no sabe éste humilde escriba por qué ensalzar el invento que sirvió para hacerle martirio a Nuestro Señor, si no es que fue para redención de nuestros pecados).
Árbol de mayo
El último día de abril (o el primero de mayo, que la costumbre varía de una población a otra) es costumbre plantar en el centro de la plaza de la iglesia, el llamado árbol de mayo, que no es otra cosa que el robusto tronco de un árbol, bien pelado de ramas, que sólo algunas se dejan en la punta, y en ellas se cuelga comida o aperos valiosos, ganándolos el mozo que sea capaz de trepar por él. A veces lo llaman simplemente “el Mayo”, y se hace una hoguera con él cuando acaban las fiestas. Cuando el fuego está bajo, los mozos saltan con pértigas las llamas como prueba de amor hacia sus amadas.
Agua de mayo
No es fiesta, sino superstición, pero tan arraigada y poderosa que vale la pena mentarla. El agua de lluvia, al caer en mayo sobre el surco ya sembrado, trae consigo todas las bendiciones de fertilidad, por lo que augura buen año y excelente cosecha. Ni que decir tiene que las mozas que se bañen con esa agua (o que salgan desnudas bajo la lluvia en este mes) serán muy fértiles, quedando embarazadas al roce del primer varón que se les acerque. Se atribuyen a unas pocas gotas de agua de mayo propiedades milagrosas, tanto para enamorar como para sanar, siempre haciendo bien, nunca haciendo mal, pues es agua bendita. Poniéndonos serios, mayo suele ser en Asturias mes seco, por lo que la llegada de la lluvia, tan oportuna para los campos, es considerado motivo de gran regocijo.

San Xuan

Les Fogueres
¿Qué sería la noche de San Juan sin hogueras? Se dice que la hoguera quema mucho más que leña, pues con las ramas de árgoma, ginesta y brezo se queman la calma de los meses lentos, así como la melancolía de los días lluviosos. Es tarea de los jóvenes y los niños recoger la leña, y es obligación de los vecinos (incluyendo gremios, cofradías y sacerdotes) dar buenos leños de grado, que si no, se los robarán con mayor o menor picaresca. La madera se carga en un carro, que no va tirado por ningún animal, sino por los mozos mismos. En algunos lugares, más o menos escondidos del cura, se hacen antorchas con cortezas de abedul, y con ellas en la mano, muy serios, los mozos, alrededor de la hoguera, lanzan un exconsuro (anticonjuro) contra las plagas de los campos. Por ello, tras recitarlo, van con las antorchas por los campos, para así protegerlos de manera tan pagana. Se baila en círculo entorno a la hoguera cuando está alta, y todos han de hacerlo, nadie en la aldea puede quedarse simplemente mirando. Y cuando las llamas están bajas, los jóvenes saltan sobre ellas: el mozo al que las llamas no lo alcancen se casará antes de un año.
Los vaqueiros, que ya se sabe que son gente medio pagana (por mucho que adoren a su Santina) ahúman a los niños y al ganado la noche antes de San Juan, con foleto (helecho), laurel bendito, finoyo (hinojo) y cimble (sándalo). En las hogueras vaqueiras, para que prendan bien, no puede faltar una buena bosta de vaca, bien seca, que hace que arda como la yesca, y un cagajón de cerdo, para dar buena suerte y prosperidad. Pero ya se sabe que San Juan es la Navidad del Infierno, y que los vaqueiros son malas gentes descreídas, y de costumbres cuanto menos raras. Los buenos cristianos lo que hacen es dejar sal al sereno durante esa noche, para dársela a los animales después, mezclada con el forraje, que así se les protege y purifica.
Enrame de fuentes y La “Flor de Agua”
En San Juan no sólo es sagrado el fuego, que también lo es el agua. No podría ser de otro modo, que no hay luz sin oscuridad, ni calor sin frío, ni puede dejarse que las llamas se hagan las amas, pese a ser reinas por una noche: las aguas han de mantenerse vigilantes, como enemigas mortales suyas que son, para que no se salgan de madre. Por ello de los manantiales y las fuentes, en San Juan, mana agua de propiedades muy salutíferas, por no decir mágicas, que es mejor decir santas. Es por eso costumbre que se engalanen con flores o ramas llenas de hojas verdes, y se anden atentas las mozas, que el primer rayo de sol del amanecer hará brotar, según dicen, la mítica “Flor de agua” que avaramente guardan para sí las xanas. Dicen los descreídos que no es más que el reflejo del sol sobre el agua del manantial, y los poetas que es el primer beso del sol naciente sobre el agua limpia. Sea como fuere, no me discutan que la primera mozuela que vea la Flor del Agua tendrá amor, belleza y salud, que por desdecidos mucho menores se han empezado reyertas y se han quebrado huesos.
Tomar baños de rocío
Curiosa costumbre que hacen tanto jovencitas sanas como hombres enfermos: las primeras para encontrar marido que las quiera y las trate bien, los segundos para curarse de la sarna. Unas y otros han de revolcarse desnudos por los campos con el primer rocío de la mañana de San Juan, con lo cual, pese a que el natural pudor hace que trate de ser acción discreta, hace que muchos mirones vayan a la caza, no siendo menor rijosidad el que mozos que ilusionados por ciertos ruidillos espían entre ramajes se encuentren, no las prietas carnes de una hembra de merecer, sino los enfermos pellejos de un tiñoso. Los que no quieren someterse a tan impúdico ritual se contentan con tender la ropa para que se impregne con el rocío, que quien se la ponga luego sobre la piel bien protegido contra enfermedades andará.
Otras costumbres sanxuaneiras
Es la noche de San Juan buena para recoger plantas medicinales y mágicas, que tienen doble efecto del normal. Por ello andan de recolecta curanderos, alquimistas y brujos, adoren a Dios o al Diablo, y sin molestarse entre sí, que noche de San Juan sólo hay una y no es tiempo de perderlo en rencillas, que ya habrá luego el resto del año.
Recordemos que es esta noche también buena para desencantar ayalgas y xanas, si el mozo (o moza, que también hay encantos) se atreve a ser valiente.
Es San Juan el mejor día del año para cambiar de casa, de amo o de mozo. También para bautizar a los niños, pues ya se ha hablado que el agua bien buena que es si se ha recogido la noche de la víspera. Y si el chicuelo es bendecido tanto por la religión de los cristianos como por la tradición de los ancianos, ¿qué mal le puede hacer ser bendecido dos veces?
Bromas de san juan
Noche de risas y baile, noche de vino y bravatas, ¿es de extrañar que tan rijosa noche sea también de mofa y de befa? Bandas de jóvenes (y algunos que no lo son tanto) se dedican a subir los carros a los árboles, a bajar las campanas del campanario, bloquear los caminos con barricadas improvisadas, pedir peaje para pasar o, cosa clásica, en las poblaciones costeras, colocar un burro en una barca y dejarlo a su suerte en medio del agua del puerto, que el animal, borrico pero no tonto, ya despierta a quien corresponda a base de rebuznos, que estar rodeado de agua hace que no las tenga todas consigo. Ya se comenta en los textos que corresponden “que en ciertas brañas jóvenes de ambos sexos celebran la fiesta de San Juan con demasiada libertad”. Dicen que los que más alegremente la celebran son los de Piedrajueves, pero claro, eso lo dicen sobre todo ellos, que de Somiedo tenían que ser.
Baile del Sol
Es cosa bien sabida en tierras astures que el sol baila la mañana de San Juan, por lo que lo mejor es no dormir en toda la noche, para así poder subir en tropel a las alturas a verlo salir y hacer su baile, que al ser la noche más corta del año, y haberse encendido hogueras para que no haya oscuridad, bien contento que está. Los mejores lugares para verlo, dependen de a quién se le pregunte. Los de Caravia dicen que el pico Babú es el mejor; los somedanos, que nones, que la braña de Piedrajueves. Y a los de Proaza, vaya usted a preguntar, que yo no lo he hecho. Poco importa que el clero se desgañite diciendo que, en las mañanas claras, los primeros rayos de sol parecen moverse, y jugar unos con otros. Los que esperan la salida del sol oyen, pero no escuchan, lo saludan y ríen con alborozo. Pues un año más, la luz ha vencido a la oscuridad.

Fiesta de Difuntos

Que la noche del primer día de noviembre se abren las puertas del Purgatorio para que las ánimas de los difuntos visiten a sus familiares es cosa bien sabida por todo buen cristiano. Por ello se hace en Asturias la llamada “Ronda de las ánimas”, que empieza a la atardecida de ese día y dura toda la noche. Precedidos por el más viejo de los penitentes, con antorchas y garrotes, peregrinan entre las tinieblas hombres hechos y derechos (nunca mujeres) por las calles y los caminos de la feligresía, que no todas las ánimas vienen con buenas intenciones, y a las que no espanta la cruz, lo hacen los garrotes. Dicen que hasta la misma Güestia deja paso a la Ronda de ánimas esa noche. Que una cosa es estar muerto, y otra ser tonto.
Dicen algunos que es el origen de la fiesta pagano, como tantos otros, que los antiguos astures, de origen celta como eran, empezaban este día su año. Ni quito ni pongo, ni digo ni dejo de decir, pero escrito queda. Sea como fuere, hoy en día bien santificada que es, y en la iglesia se hace al día siguiente misa especial, en memoria de los difuntos, siendo especialmente solemne la de San Salvador de Oviedo, que por algo están allí enterrados los reyes de Asturias. Se hacen también rezos y penitencias en cumplimiento de promesas hechas a lo largo del año, con destino a acortar el tiempo de espera de las ánimas en el Purgatorio. Lo de las promesas y penitencias es cosa de cada cual, y nadie se extrañe ver gentes andando de rodillas, o rezando padrenuestros boca abajo, o aullando oraciones a la noche desde lo alto de los cerros.

Ritos de nacimiento y bautismo

Durante el embarazo
Para saber el sexo del bebé: 
  • si calculando las fechas a partir de la primera falta se sabe que el parto tendrá lugar cuando la luna esté en cuarto menguante, será niña. Si por el contrario ha de suceder en cuarto creciente, será niño. 
  • si la embarazada toma por costumbre subir las escaleras con el pie derecho. 
  • Si la preñada tiene el vientre abultado hacia el lado derecho, será niño; si por contra está en el lado izquierdo, será niña. 
  • Enciertos concejos se dice que si el vientre está grande y redondo será un niño, si está pequeño y plano, niña.
  • algunos dicen que si la madre vomita mucho, será niño, pero si lo que hace es orinar en abundancia, a buen seguro será niña.
Para evitar que el aborto conviene sangrar por los tobillos a la embarazada el quinto y séptimo mes, eliminando así el exceso de sangre mala (y obligándola a descansar), y administrarle una purga que la limpie los meses segundo y séptimo de su preñez.
Buenos partos
El primer parto marca como serán los demás. Es de buen augurio, pues, que no haya en él complicaciones y que la madre no sufra en demasía.
Las mujeres embarazadas le rezan a San José y a Santa Ana (en Tineo), a Nuestra Señora de Villaoril (en Navia), a Nuestra Señora del Rosario (en Pillarmo), a Jesús Nazareno de Galiana y a San Benito de Palermo (en Avilés).
Pero no hay mejor garantía para tener un parto con escaso dolor que hacer un corderito de cera o sebo, de tamaño pequeño, que quepa en la palma de la mano, y que tras ser bendecido por un sacerdote (mejor si es sin que él lo sepa) se coloca bajo la cabeza de la parturienta o se le hace tragar a trozos con agua.
El día del nacimiento
El carácter del recién nacido está muy influido por el día en el que nace, o eso dice al menos el saber popular. Los que nacen en lunes serán afortunados, en cambio los que nazcan en martes serán siempre desgraciados, y a menudo, vivirán y morirán en la pobreza. Los nacidos en miércoles serán buenos negociantes, los nacidos en jueves, sabios, en viernes artistas pero andarán siempre enamoriscados. Los del sábado serán bajos y esmirriados, pero los nacidos el domingo, que es el día del señor, gozarán de todas las virtudes de los nacidos durante la semana y ninguno de sus defectos. 
Apadrinamiento
Una mujer embarazada no puede apadrinar a un niño, pues malograría a su propio hijo. Del mismo modo es creencia muy extendida que si dos novios apadrinan juntos a un niño nunca llegarán a casarse.
Bautismo
En los pueblos de Allande se cree que si el sacerdote se equivoca y unge al niño con los óleos de difuntos en vez de con los de bautizar, el niño, una vez convertido en hombre, tendrá visiones premonitorias, convirtiéndose en un Vedorio. En la zona oriental se dice que si el padrino toma al niño con la mano izquierda, la maldad se apoderará de él.
La madre nunca asiste al bautismo, pues está en la cuarentena, y aún no ha sido purificada. Se queda, pues, en la casa.
Los Vaqueiros, que son medio paganos, al ir a bautizar a un niño (suponiendo que lo bauticen) llevan un pan que llaman “pan del choro” (pan del llanto) y que entregan al primer mendigo con el que se encuentren. Así, creen ellos, el niño no tendrá mal carácter.
Tierna infancia
El primer diente del primogénito, si sale muy pronto, es señal segura de que la madre pronto quedará embarazada de nuevo. La primera palabra que el niño ha de saber pronunciar es Jesús. Eso es muy eficaz e infalible remedio contra el aojamiento y otra enfermedades maléficas provocadas por la envidia. 
Gueyada
También llamada aojamiento, o simplemente mal de ojo. Lo padecen sobre todo los niños, aunque tampoco se libran los adultos, si el que les lanzó el maleficio era persona de mucho poder. El agüeyau empieza a sentirse enfermo y cansado, sin lesión aparente, pierde peso hasta quedar demacrado, y si no se le cura puede acabar muriendo. Para curarlo no bastan los amuletos, que tenían que haberse puesto cuando estaba sano, que de nada sirve cerrar la puerta del establo cuando los caballos se han ido. Es necesario hacer uno o varios de los siguientes rituales: contratar los servicios de un ensalmador, dar a beber al niño agua en la que haya estado un objeto de plata, ahumar la ropa del niño con el humo de una rama de laurel bendito o darle agua de alicornio, aunque este remedio se da más en la vecina Cantabria.
Ingalius
Es una enferemedad maléfica que padecen los niños y se atribuye su origen a la envidia de un vecino. Consiste en que un niño empieza a adelgazar sin motivo aparente. El remedio para curarlo consiste en atarle las piernas con un hilo de lana hilado en la misma casa. El padrino o el padre de la criatura (a veces un hermano) sale con el niño en brazos y se detiene en la primera encrucijada de caminos. Allí espera hasta que pasa la primera persona y dándole un cuchillo le dice:
Tú que vienes con fortuna
corta los ingalius a esta criatura.
El hombre (o mujer) así requerido ha de cortar el hilo, y con él se corta la enfermedad. Pero el rito ha de hacerse en silencio y el forastero ha de seguir su camino sin despedirse.

Ritos de mayoría de edad

Emparejamiento
La fiesta de las Estrechas, es una fiesta que se celebra el día de San Silvestre, el último del año. Consiste en una especie de sorteo en el que todos los hombres del lugar se emparejan con todas las mujeres del lugar, pero de manera completamente fortuita. También se incluyen en el sorteo un buey y una vaca, y participan los niños y los ancianos. Las parejas así formadas han de bailar juntas, entre risas, buen humor, mucho vino y más sidra. Aunque más de un mozo y una moza han empezado su noviazgo de esta manera.
La fila, es la reunión que hacen las mujeres para hilar juntas, y claro, cuando hay mujeres casaderas, se arriman los mozos y entre bromas y veras, alguna pareja se forma.
Otra manera que tienen las parejas de conocerse es en una romería, en la que las gentes de los pueblos y las aldeas circundantes van en peregrinación a alguna ermita, el día de la celebración del santo al que está consagrada. Tras los ritos religiosos, se organiza en los prados cercanos una comida en la que cada cual aporta lo que trae en los cestos y las alforjas, y luego se baila, y los jóvenes pueden conocerse, a veces más a fondo de lo que se debiera, que más de una pareja hay que se han “perdido” por entre los matojos del bosque.
El salto de la Hoguera, en la noche de San Juan, se encienden hogueras, como en muchos otros lugares y se canta, baila, come y bebe alrededor de las mismas. Los mozos, para demostrar su amor por sus enamoradas, saltan por encima de las llamas cuando, ya bien entrada la fiesta, las llamas están bajas. Si logran saltar sin quemarse, habrá boda en menos de un año.
Boda
Formalizado el noviazgo, el padre de la novia ha de dar su consentimiento para que la boda se celebre como Dios manda. En caso de que no lo dé, pueden pasar dos cosas: que los enamorados rompan, o que le echen un par, de lo que sea, y se escapen juntos, que no sería ni la primera ni la última de las parejas que solucionan las cosas de esta manera.
Aunque tus padres no quieran y los míos digan no, si tú quieres y yo quiero eso será y otro no. Para formalizar la boda, se reúnen los padres de los novios a hacer un tratao, es decir, a ponerse de acuerdo en qué dote aporta cada una de las familias. Para mediar entre ellos está el personaje del “embustero”, un amigo del novio conocido de ambas familias.
Se acompaña a la novia desde su casa hasta la iglesia en medio de una gran algarabía: los hombres hacen sonar timbales y las mujeres panderetas. Todo ello para asustar a los espíritus malignos que puedan acudir envidiosos de la felicidad de la pareja.
Durante la boda hay que fijarse en el cirio que arde en el lado de la novia: si arde más que el del novio, acabará quedando viuda; si por el contrario da menos luz, será ella la que morirá primero.
Al terminar la ceremonia, las puertas de la iglesia han de quedarse abiertas un rato. Si se cerraran inmediatamente tras la salida de los novios, se cerrarían las posibilidades de las solteras que han asistido a la boda de poder casarse.
Es signo de mal agüero que los novios se crucen con un entierro. En cambio, es señal de mucha suerte que se crucen con un rebaño: su vida en común será larga y armoniosa.
Entre los Vaqueiros , el peor signo que pueden encontrarse los recién casados es un gato negro: por ello, de verse uno, hay que matarlo al instante, para que no se lleve la felicidad de la pareja.
En muchos concejos se cuece un pan en casa de la novia, que el novio y sus amigos reparten entre los familiares y amigos: comer ese pedazo de pan da siempre buena suerte. A dicho pan lo llaman “el cantelo”. La cencerrada, también conocida cmo pandorga, lloquerada y turga, se trata de un gran tumulto que se organiza con cencerros, pitos o cualquier cosa que haga ruido y escándalo, para aguar la noche de bodas a los viudos que se vuelven a casar o a los que ya mayores se casan con una que bien podría ser su hija. Se suelen cantar coplas más o menos rijosas, como por ejemplo esta:
Más quisiera ser gallina
y que´l raposu me comiera
que casarme con un vieyu
siendo yo moza soltera.

Costumbres funerarias y de homenaje

Avisos de muerte
Son avisos de muerte ver cerca de la casa de un enfermo:
  • Pasar La güestia o el “Carro de la muerte”, un carro sin caballos ni carretero que surge de la oscuridad y se lleva las almas de los que mueren plácidamente.
  • Ver volar cuervos.
  • El canto de la pega (la urraca).
  • El aullido de un perro.
  • Que una gallina cante como un gallo.
  • Que cante la coruxa (lechuza) u otro pájaro nocturno, que son heraldos de la muerte.
  • Según los Vaqueiros , que todo el mundo sabe que son gentes sin Dios, ver besarse dos cuervos significa que morirá un matrimonio, y el cuervo es animal funesto, pues es el que corta el hilo que une el alma al cuerpo. Del mismo modo si una madre vaqueira ve agonizar un pajarillo en la puerta de su casa, sabe que ha venido a buscar el alma de uno de sus hijos.
El Velatoriu
La muerte de un familiar o ser querido reúne a todos, sea cual sea su edad o condición: se encienden velas para que el alma del muerto encuentre su camino, y se abren de par en par puertas y ventanas para que salga de la casa y no se convierta en ánima errante.
También hay que cerrarle las mandíbulas con un paño y cerrarle los ojos, pues no hacerlo es una invitación a que la muerte vuelva a la casa.
El velatorio o mazaricón consiste en que halla siempre alguien junto al cuerpo del difunto, rezando o simplemente haciéndole compañía, para evitar que su cuerpo sea poseído por algún ser maligno. Mientras tanto, el resto de sus familiares y amigos beben sidra y aguardiente, y comen castañas asadas, que al igual que en Galicia, son la comida de los muertos.
La iglesia, que no podía ser menos, también hace lo suyo, para sacralizar costumbres que de otro modo podrían pasar por paganas: cuando muere alguien del poblado las campanas repican a la hora del Ángelus, tres si ha muerto un hombre, dos si lo ha hecho una mujer. Si muere un niño bautizado, se hace un repique de campanas festivo, al que llaman repique de Gloria, pues al ser un alma limpia de pecado a buen seguro que irá al Cielo. Ninguna campanada se da por los niños muertos sin bautizar, pues al no ser cristianos ni siquiera pueden ser enterrados en tierra sagrada. Sin embargo, son enterrados en los pellovios (debajo de los aleros) de la iglesia parroquial, más o menos a hurtadillas y mientras el cura, si es buena gente, mira para otro lado.
El entierro
El cadáver es envuelto en un sudario de cáñamo, o lino si la familia se lo puede permitir, pues existe la creencia de que los muertos sólo alcanzan el descanso eterno cuando se pudre su sudario, y el cáñamo es más resistente. Ya lo dice el ensalmo:
Non terná descanso y folgura
en Purgatorio ni ena sepultura,
si el sábanu en que fora sepultada
non s´apodrez hasta que queda en nada.
El cadáver, transcurrido el velatoriu, es trasladado con unas simples andas a la iglesia, donde lo guardaban envuelto en un paño negro. Lo antes posible se hacía el funeral y el entierro.
Costumbres funerarias
El adra es una vieja costumbre asturiana, consistente en que los vecinos se van turnando para llevar el cuerpo del muerto, a hombros, desde la iglesia hasta el cementerio. el orden está establecido de antemano, por caseríos, no por personas, y cuando uno ha realizado esa macabra funión, pasa al siguiente de la lista.
Los que pueden permitírselo contratan a un grupo de “lloronas”, mujeres de cierta edad que por una limosna en dinero o comida van tras el difunto llorando, lanzando alaridos y alabando sus virtudes en vida. En algunos concejos, como Siero, no van con el cortejo fúnebre, sino que se colocan en los altozanos por donde va a pasar la procesión y desde las alturas lanzan sus alaridos de dolor.
Tras el entierro se ofrece un banquete fúnebre a todos los presentes, normalmente compuesto por pan negro y sidra, aunque si la familia puede permitírselo se añade carne y caldo. En la mayoría de los concejos corre a cuenta de la familia del muerto, pero en algunos, como el de Riosa, los vecinos y parientes traen a la casa del muerto una cesta con comestibles para ayudar a la celebración del banquete.
Para no variar, los Vaqueiros tienen costumbres diferentes hasta a la hora de enterrar a sus muertos: el banquete fúnebre se realiza antes del entierro, y en presencia del difunto. Está mal visto que nadie de la familia, por mucho amor que sintiera hacia el difunto, derrame una lágrima antes de concluido el banquete, que es en realidad una fiesta de despedida.
Cuando el cuerpo se encuentra en el hoyo (y esta costumbre es tanto de buenos cristianos como de endemoniados vaqueiros), familiares y amigos desfilan ante la fosa, agarrando un puñado de tierra, besándola y arrojándola sobre el difunto. Cuando terminan, el enterrador remata la faena.
El luto es muy importante y la familia del difunto se encierra en casa durante ocho días. Luego puede salir, pero durante seis meses han de hablar lo menos posible, y no pueden hacer visitas, ni asistir a fiestas, ni celebrar siquiera la Navidad. Además, han de ir a la misa del alba diariamente, para bien del difunto. Al año de la muerte se celebra Cabu d´año, otro banquete fúnebre. Al igual que en el primero, puede limitarse a pan y sidra o vino entre los pobres, o a manjares más sustanciosos entre los que tienen más posibles.

Tabús comunes

Supersticiones relacionadas con los animales

Propiedades curativas
El colmillo de un lobo arrancado en vivo protege y cura la mastitis. La pezuña del ciervo, por su parte, aplicada a la cabeza, cura el dolor de la misma. La piel del oso, por otro lado, cura del reuma cubriendo la parte dolorida. El reuma también puede aliviarse si se machaca viva una culebra: el unto resultante se aplica en las zonas afectadas. También sirve la culebra para el dolor de muelas, que se alivia si se ata una “camisa” (piel) de serpiente en la cabeza. La culebra también cura la sarna: para ello hay que cocer la espina de la bicha en agua, y beberla luego, aún caliente.
Otro caldo, el de erizo, cura muchas de las enfermedades de los niños. Ni que decir tiene que el erizo ha de hervirse vivo.
Para curar la ictericia hay que comerse nueve piojos vivos durante nueve días seguidos, y si esto les parece repugnante peor son los llamados “parches de merucos”, que no son otra cosa que lombrices vivas, que bien machacadas (siempre en vivo) se colocan sobre la garganta, como cataplasma, para curar las anginas. La misma pasta, sobre el vientre, protege contra los gusanos que crecen en las tripas.
El lagarto
Es creencia común que es amigo del hombre y enemigo de la mujer. Tampoco aprecia a la culebra, y cuando dos se encuentran (lagarto y culebra) luchan a muerte. Por el contrario, otros dicen que el lagarto es amigo de las brujas, y que les hace de espía, escuchando lo que dicen los demás para luego ir a contárselo. Todos coinciden en afirmar que es bicho de gran astucia e inteligencia, y que sabe más que muchas personas.
La lechuza
En Asturias se la conoce como curuxu, curuxa y otros nombres parecidos. Es ave de mal agüero, y alguno hay que, de cazarla, la clava en la puerta de su casa, para que los malos espíritus sepan cómo se las gasta. Al igual que los lagartos (y con más frecuencia que éstos) les hacen de correveidiles a las brujas, y muchas brujas asturianas gustan de transformarse en curuxa para ir de un sitio a otro, en especial para entrar en las iglesias y robar las hostias consagradas con las que luego harán sus ritos satánicos.
El lobo
Es creencia tenida por cierta que si un hombre es sorprendido por un lobo puede perder la voz o encanecérsele el pelo. Pero el lobo siempre huye de aquellos que porten algún tipo de luz. También se dice que un lobo nunca se comerá el brazo hábil de un hombre, pues en él está el poder de matarlo, y eso haría si lo devorara.
Oración Para Proteger el Ganado de las Bestias salvajes
Christo y Adán
por el mundo van;
dixo Christo a Adán,
ata el lobo
y suelta el can.
Dixo Adán a Christo,
atadle vos, Señor,
que podéis más.
Así como esto es verdad,
ni lobo ni loba,
ni zorro ni zorra
ni otro animal
en vuestro ganado
os haga mal

Árboles y plantas

Abedul
Este árbol, plantado cerca de una casa, protege a sus habitantes de las criaturas maléficas que habitan en los bosques. 
Acebo
 Tener un puñado de sus hojas a mano siempre trae buena suerte. Los curiosos (curanderos) usan sus frutos para provocar el vómito.
Apio
Tiene poderes curativos: una infusión de sus hojas hace bajar la fiebre, y esas mismas hojas, mezcladas con leche, son una cataplasma eficaz para limpiar llagas.
Avellano
En Pola de Allande se cree que este árbol protege de maleficios, y por ello se planta en las lindes de las fincas, como eficaz escudo protector. Es creencia extendida en todo Asturias que la culebra que sea golpeada con una vara de avellano no sobrevivirá, aunque escape, muriendo al poco.
Borraja
Es creencia muy extendida que la mujer que pise (sin querer) esta planta a buen seguro quedará embarazada
Fresno
Ahuyenta el rayo, las tormentas y las culebras, por lo que es un buen lugar bajo el que encontrar cobijo
Higuera
También protege contra los rayos, pero no se tiene a este árbol en mucho aprecio, pues se dice que suelta unos vapores que matan a animales y plantas a su alrededor. La Iglesia corrobora esta superstición diciendo que es árbol maldito, pues de una higuera se ahorcó Judas. Ni que decir tiene que es árbol muy apreciado entre las brujas, que lo que a los buenos mata, a los malos protege.
Laurel
Es planta a la que se le atribuyen poderes protectores, pues ahuyenta los fantasmas y malos espíritus y previene contra el rayo. Con laurel se adornan los umbrales de las casas, la cabecera de la cama, la puerta del establo y hasta se colocan manojos en los campos cultivados. La Iglesia, que cuando no puede con una costumbre pagana la añade a sus rituales, gusta de bendecirlos, y algunos dicen que el laurel así sacramentado tiene mayor poder.
Nogal
Al igual que la higuera, es árbol maléfico, cuya sombra es muy perjudicial, pudiendo llegar a matar si uno está demasiado tiempo bajo ella. Por ello el aceite de nuez forma parte del ungüento que usan las brujas asturianas para volar.
Ruda
Tiene el poder de ahuyentar a las brujas de Asturias, por ello se pone en las cunas de los niños (lo que no deja de ser curioso, pues en otros lugares son las brujas las que la recogen para hacer pócimas abortivas). También es el principal ingrediente de un hechizo que consiste en echar al agua un ramito de esta planta, para mantener el amor de una persona.
Tilo
Es costumbre en Asturias plantar uno de estos árboles el día de la boda, y dicen que la pareja que así lo haga vivirá en paz y armonía toda su vida, pues es custodio del amor y la fidelidad. Claro está, por otro lado, que no se puede custodiar lo que no hay, y si la pareja se casó sin amor o por interés, ni mil tilos podrán salvar el matrimonio.
Verbena
Se dice de esta planta que, si se recoge en la mañana de San Juan, le servirá como eficaz protector todo el año. Ya lo dice el cantar:
El que coge la verbena
la mañana de San Juan
no le picará la culebra
ni bicho que le haga mal

Rocas mágicas

Piedra del águila: Se encuentra en los nidos de las águilas, de ahí su nombre. Es un poderoso amuleto, que apresura los partos y además, tiene la virtud de descubrir a los ladrones. Es lisa, pequeña y de color negro, y emite un ligero calor (que aumenta hasta casi la quemazón según lo cerca que esté de un ladrón). Sin embargo, sus poderes mágicos sólo sirven a aquel que la coge del nido con sus propias manos.
Piedra de la cabeza: Es una piedra pequeña, horadada en el centro y de color amarillento. Puesta como talismán alrededor del cuello protege contra la fiebre, el dolor de la cabeza y la resaca tras las borracheras.
Piedra de La cuLeBra:  Es porosa y azul, formada, según la tradición, por la baba de siete culebras diferentes. Tiene el poder de curar las mordeduras venenosas de las serpientes, pues absorbe su ponzoña. La piedra ha de sumergirse entonces en vino para que se disuelva el veneno de la bicha y la piedra vuelva a ser efectiva.
Piedra de La Leche: Es redonda, del tamaño de una cereza, blanca y pulida. Los vaqueiros la llaman lleitarina, y la usan tanto para sus mujeres como para sus vacas. Se lleva como amuleto alrededor del cuello, y proporciona abundante y buena leche tanto a las madres, como al ganado.
Piedra deL rayo: Lasca de pedernal puntiaguda y cortada en muchas caras. Según la tradición de los ancianos astures cae con el rayo, y se incrusta en la tierra siete veces la altura de un hombre. Con los años va subiendo, hasta que llega por sí sola hasta la superficie.
Protege de las tempestades, pues los rayos reconocen a los suyos y no tocan a quien la porte, ni la casa en la que se encuentre. También calma los dolores del reuma y, si se coloca en el establo, provoca que las vacas paran hembras en lugar de terneros.
Piedra de san Pedro: Es una piedra blanca con la Santa Cruz en ella, que protege contra los malos espíritus y las argucias del Maligno. Piedra de la sangre:  Llamada también “estancasangre” es un trozo de jaspe pulido que, colgado del cuello de personas y animales, previene contra todo tipo de hemorragias, cortándolas de inmediato.

Supersticiones varias

Da mala suerte:
  • Escupir al fuego, o echar en él cáscaras de huevo o plumas. 
  • Matar abejas o golondrinas, pues eso traerá desgracias sobre la familia y el ganado de quien tal cosa haga.
Para protegerse del mal de ojo: El mejor amuleto es la cigua, en otros lugares conocido como jiga o higa. Puede ser de coral o de azabache, tiene forma de puño cerrado y se lleva colgado del cuello.
Se sabe que va a llover cuando:
  • El cuervo grazna o se baña.
  • La gallina se revuelve por tierra.
  • La golondrina vuela a ras de tierra.
  • El burro corre inquieto de un lado para otro.
  • El gato maúlla sin parar.
  • Las ovejas se apelmazan bajo los árboles.
  • Los sapos saltan de las charcas y los encuentras en seco.
  • El lagarto se pone panza arriba.
  • Las abejas vuelan furiosas entorno a la colmena.
Se saBe que hará Buen TiemPo cuando:
  • Canta el cuco por la mañana, de amanecida.
  • La gaviota se posa sobre el mar.
  • Las cabras suben a los cerros.
  • Los cerdos se revuelcan en el barro.
  • Las abejas hacen nuevos panales en las zarzas.
Para proteger la casa del rayo hay que:
  • Encender una vela bendecida el día de la Candelaria.
  • Trazar con cera cruces en puertas y ventanas.
  • Volcar el carro, con las ruedas arriba.
  • Sacar la pala del horno y colocarla fuera de la casa.
  • Encender en la chimenea un fuego hecho con leña de
  • árbol herido por un rayo.
Para hacer que llueva
Es costumbre antigua, en épocas de sequía, que las doncellas y los mozos solteros vayan en procesión a ciertas peñas, altas y escarpadas, en cuyas cimas se encuentra una especie de tosco altar en forma de pirámide “de unos doce codos de alto” si hemos de creer a los cronistas. Dos de los muchachos (los más fuertes y animosos) ayudaban a subir hasta la cima a una de las doncellas, engalanada con sus mejores mudas y con una guirnalda de flores en la cabeza. La colocan encima de la pirámide, y con una azada o similar golpean la piedra, gritando: ¡Aquí, cuando Dios quería, agua había! El ritual finaliza cuando la doncella es bajada y deja la guirnalda de flores sobre la pirámide. Dicen los que saben que casi siempre surte efecto, por lo que sin duda es cosa de magia, pero queera mucho más efectivo antes, en tiempos más antiguos, cuando lo que se hacía era degollar a la moza y empapar la roca con su sangre.
Para ahuyentar la tempestad
Como en muchos otros lugares, es bien sabido en Asturias que el tañido de las campanas de la iglesia alejan la tempestad, si no la disuelven, pues el Nuberu no soporta tal sonido. Suele encargarse de ello el sacristán o un ensalmador, ya contratado por el concejo para tal fin. Y si no hay ni uno ni otro, y la única campanucha que hay en la zona es la de una humilde ermita, los vecinos del lugar se van pasando unos a otros un palo, y cuando amenaza lluvia el que lo tiene ha de dejar lo que esté haciendo y correr a hacer tocar la campana. Tras eso, puede pasársela al siguiente vecino.
Hay campanas famosas, con tal poder que no solamente alejan la tempestad sino que son capaces de “cortar la nube”, es decir, disolverla. Entre las que tienen tal propiedad están las de Celón y Bustantigo, en Allande; Cué, en Llanes; San Mamés, en San Martín del Rey Aurelio; Libardón, en Colunga; San Facundo, en Tineo; Tiraña, en Laviana, y el Carballo, en Langreo. 
Sea como fuere, aumenta la eficacia de la campana recitar mientras tanto este ensalmo:
Tente, nube,
detente tú,
que Dios puede
más que tú;
detente nube,
tente nublado,
que Dios puede
más que el Diablo.

Mitos y leyendas comunes

Mitos y leyendas

Figuras históricas

Principales figuras históricas

Organizaciones principales

Organización política
El Reino de Asturias es la entidad, integrada dentro del Reino de León que engloba a los asturianos.
Organización social
El crecimiento del reino leonés propició que los nobles y gentilombres se trasladaron a León y a las tierras -más ricas-, conquistadas. Por lo tanto, y salvo en algunas ciudades, la pirámides oratores-bellatores-laboratores se da de una forma un tanto desdibujada. Siendo la mayoría de la población rural, los cortesanos se movieron cerca del monarca -que ya no residirá más en Asturias, o en sus caserones señoriales, los obispos y abades en sus grandes monasterios conectados o a la misma vera del Camino de Santiago.
En las aldeas y las brañas, la mayoría de la población de la zona, los rústicos, se organiza como siempre, en continuidad de como lo hicieran los antiguos Astures; pues no es un señor el que manda sobre todos, sino un conceyu (o consilium, como recogen los textos en latín), un grupo de vecinos cuya autoridad es acatada por los demás, dado que todos se conocen y saben quienes sirven o no para tomar decisiones.
Los asturianos son campesinos (sobre todo de cereales) y ganaderos: xaldos y vaqueiros, y entre ambos grupos existe una fuerte animosidad, debido al sedentarismo de los primeros frente a la vida trashumante de los segundos. Los ganaderos xaldos viven en aldeas que con el tiempo se han ido denominando pueblas.
La propiedad de los campos es comunal, es decir, aunque la trabaje una familia desde generaciones, es propiedad del conceyu, y a él vuelve si nadie de la familia puede ya trabajarla, buscando a otros que sí puedan.
La mayor parte de la nobleza astur se desplazó a León, pero los descendientes de los que quedaron viven en casonas de piedra, cuando no están fortificadas, y se les llama torres o castillos. Asumen derechos sobre las gentes a cambio de la protección otorgada y exigen tributos en trabajo y en especie (que no en dinero, pues tiene poca utilidad en la sociedad asturiana, y en los mercados se realiza el trueque. 
Crecen las ciudades de Oviedo y Avilés y se ha repoblado la abandonada ciudad de Gigia, que ahora se conoce como Gijón y están comenzando a despuntar las villas de Maliayo, Llanes y Tineo. Empiezan a haber mercaderes y buhoneros, a asentarse artesanos y a respirarse ciertos aires de prosperidad.
Organización eclesiástica
Eclesiásticamente, la congregación asturiana forma la diócesis de Astorga, parte de la provincia eclesiástica de Santiago. El clero asturiano recuerda a los rústicos el orden establecido y las obligaciones de los estos hacia sus señores. Los monasterios, en su mayoría de benedictinos negros de Cluny, se han instalado a lo largo de las vías hacia Santiago que atraviesan el país, y con ellos entran las formas artísticas de tierra de los Francos.
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