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Alta Ciudad

Puertas

El Viejo Muro, construido a instancias de Balduran hace siglos, rodea la Alta Ciudad. Seis portones lo atraviesan, canalizando los visitantes y el comercio del distrito. Para entrar en la Alta Ciudad hay que ser un patricio, poseer una carta o librea de uno, mostrar un pase de la Guardia expedido para los residentes o huéspedes, o pagar un peaje.   Los pases y peajes solo se aceptan en la Puerta de la Ciudadela, la Puerta de Baldur y la Puerta del Dragón Negro.   Puerta del Dragón Negro: Llamada así por la cabeza de dragón que un caballero colgó sobre su arco hace tiempo, aunque ya no está y ha sido reemplazada por un repuesto de piedra. La Puerta del Dragón Negro mira hacia la ruta en dirección norte que se dirige a la lejana Waterdeep.   Puerta de la Ciudadela: La única entrada a la fortaleza de la Guardia, se encuentra en la muralla de la Alta Ciudad que mira a tierra adentro. La Guardia mantiene una pequeña caballería, el único establo intramuros de la ciudad.   Puertas patricias: Los cuatro portones conocidos colectivamente como puertas patricias son más pequeñas y, en general, no son accesibles al público. Su objetivo era ofrecer a los patricios un acceso cómodo desde sus hogares a sus ocupaciones comerciales y viceversa.  

Barrios

Si bien la mayoría de los forasteros solo ven lujo desenfrenado en la Alta Ciudad, tanto la riqueza como la ubicación sirven para dividirla en varios vecindarios.   El Ancho: El mercado principal y el mayor espacio cívico de Puerta de Baldur. El Ancho es donde los mercaderes instalan sus puestos y venden sus productos todos los días al amanecer. La música callejera y las actuaciones ruidosas están prohibidas. Este lugar está abarrotado de día, y desolado de noche.   Calles de la Ciudadela: La parte norte de la Alta Ciudad está dominada por la Ciudadela de la Guardia, donde esta lleva a cabo los entrenamientos del personal, mantiene sus cuartelas y establo, y se ocupa de una cárcel con varias celdas. Más allá de la Ciudadela, este barrio incluye tiendas y residencias relativamente modestas.   Palaciego: Las residencias más grandiosas se encuentran en la zona oeste de la Alta Ciudad. La mayoría de miembros del Parlamento de los Pares vive aquí, al igual que las antiguas y orgullosas familias patricias. Jardines colgantes, patios con fuentes y vergeles privados decoran muchas de estas elegantes moradas.   Templos: Grandes catedrales y santuarios perfilan el horizonte de este vecindario central, siendo el templo más destacado la Gran Casa de las Maravillas de Gond. Los peticionarios más humildes son raros, aunque algunos vienen insistentemente día tras día, pagando los correspondientes peajes con la esperanza de ser atendidos.  

El Viejo Muro

La muralla original construida durante los tiempos de Balduran, qu erodea la Alta Ciudad y la separa d ela Baja, ocupa un lugar gigantesco en la historia e imaginario de la ciudad. Es la encarnación física de la división entre patricios y ciudadanos corrientes.   La mayor parte del Viejo Muro fue reconstruido después de las revueltas producidas en los albores de la historia de la ciudad, y luego fue reforzado en cada período tumultuoso importante que sobrevino posteriormente. Sin embargo, la verdad es que multitud de agujeros secretos atraviesan la muralla o, más frecuentemente, la sortean por debajo. El conocimiento de las ubicaciones de estos pasadizos es guardado con celo y los corredores se emplean con moderación.  

Mansiones Patricias

Las grandes haciendas de los patricios son la fuente de su orgullo y el núcleo de la alta sociedad. Una mansión se erige como prueba de que la familia estaba asentada en Puerta de Baldur cuando se levantó el Viejo Muro y de que su linaje se ha mantenido próspero desde entonces. Incluso cuando una residencia cambia de manos, el nuevo propietario hace todo lo posible para demostrar o falsificar alguna conexión con el linaje del titular anterior.   La mayoría de residencias son mansiones adosadas, ya que la Alta Ciudad siempre ha estado limitada por sus murallas. En general, las residencias solo tienen pequeños jardines en el patio y confían en elementos verticales. Debido a su pasado histórico, suelen estar llenas de reliquias y tesoros acumulados durante generaciones, aunque de vez en cuando la gran fachada de una mansión oculta la indigencia.

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