Hadas de los Límites de Espacios Sobrenaturales
ALGUNAS hadas guardan la frontera de espacios sobrenaturales, alimentándose del miedo que los humanos sienten hacla lo desconocido. Los monstruos feéricos son comunes en las áreas Infernales, Mágicas y Divinas y suelen asimilarse a criaturas de dichos reinos para ser confundidas como tales por los humanos que se acerquen.
Por ejemplo, los faunos cercanos a auras infernales, o Dusios merodearán por los bosques o páramos que sirvan de reunión a brujas cthonicas o hechiceros infernalistas.
Los Gigantes feéricos difieren de los mágicos en su atracción por los humanos y tienden a provocar terror y daño para cosechar de ahí su vitalidad. Esto les hace mucho más destructivos que su contrapartida mágica y suelen pulular los límites áreas inhóspitas para hacer incursiones en las tierras mortales en vez de evitarlas.
Los Dragones feéricos suelen actuar como protectores a la entradas de cortes feéricas, formando parte de estas e incluso siendo consortes de las reinas. Otros dragones feéricos, como los Orms toman el rol de víctimas en el combate provocando daños para atraer a sus ejecutores.
Los Jinns feéricos son aquellos que aceptan el mandato divino -no pueden formar parte del reino divino pero se muestran creyentes, mostrando a veces gran devoción, guardando o protegiendo tumbas de hombres santos o ayudando a peregrinos.
De la misma manera, muchas Dames Blanches y Ninfas han acabado tomando el papel de apariciones de la virgen para seguir atrayendo la vitalidad humana cuando el dominio se expande y alcanza sus antiguos lugares.
Los Vampiros se aprovechan de la vida disoluta, pecaminosa o perversa, o de la muerte truculenta de un blasfemo o un asesino para aparentar ser su cadaver retornado que sigue vivo más allá de su muerte, como si fuera un fantasma infernal reocupando su antiguo cuerpo, alimentándose de la sangre, miedo y protecciones de los mortales. No obstante, algunos vampiros son seres mágicos o infernales per sé.
Los Gigantes feéricos difieren de los mágicos en su atracción por los humanos y tienden a provocar terror y daño para cosechar de ahí su vitalidad. Esto les hace mucho más destructivos que su contrapartida mágica y suelen pulular los límites áreas inhóspitas para hacer incursiones en las tierras mortales en vez de evitarlas.
Los Dragones feéricos suelen actuar como protectores a la entradas de cortes feéricas, formando parte de estas e incluso siendo consortes de las reinas. Otros dragones feéricos, como los Orms toman el rol de víctimas en el combate provocando daños para atraer a sus ejecutores.
Los Jinns feéricos son aquellos que aceptan el mandato divino -no pueden formar parte del reino divino pero se muestran creyentes, mostrando a veces gran devoción, guardando o protegiendo tumbas de hombres santos o ayudando a peregrinos.
De la misma manera, muchas Dames Blanches y Ninfas han acabado tomando el papel de apariciones de la virgen para seguir atrayendo la vitalidad humana cuando el dominio se expande y alcanza sus antiguos lugares.
Los Vampiros se aprovechan de la vida disoluta, pecaminosa o perversa, o de la muerte truculenta de un blasfemo o un asesino para aparentar ser su cadaver retornado que sigue vivo más allá de su muerte, como si fuera un fantasma infernal reocupando su antiguo cuerpo, alimentándose de la sangre, miedo y protecciones de los mortales. No obstante, algunos vampiros son seres mágicos o infernales per sé.
Ancestro(s) genético(s)
Descendientes genéticos
Origen o linaje
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