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Extremadura leonesa

LA unidad regional de la Extremadura leonesa es una estrecha franja de terreno que comprende los territorios del Reino de León al sur del Duero hasta donde comienzan a alzarse los.
La región limita al norte con León, al oeste con el Reino de Portugal, al este con el Reino de Castilla y al sur con la unidad regional de la Transierra. Esta región se encuentra fuertemente fortificada, y no precisamente para protegerse de los gobernadores de al-Ándalus, sino por las constantes guerras de frontera entre León y Portugal.
En la Extremadura leonesa se pueden encontrar los populosos sistemas concejiles de Salamanca, Ledesma, Castelo Rodrigo, Ciudad Rodrigo, Salvatierra, Monleón y Miranda, entre otros.

Organización hermética

Dada su larga historia como frontera entre reinos, no ha sido nunca elegida por los magi de la Orden para establecerse en ella. El único asentamiento hermético con el que ha contado (de forma intermitente) ha sido una Casa Mercer, que a día hoy los magi utilizan como posada o taberna. Se trata de Occelum Durii.

Geografía

La extensión del reino de León al sur del Duero es una elevada llanura ascendente hasta los montes Vetones o Cretos (la sierra de Gredos) surcada por los afluentes de la vertiente meridional de dicho río- destacando el Tormes y el Agueda, cuyo paisaje más característico es la dehesa:un bosque formado por encinas, alcornoques u otras especies, con un sotobosque de pastizales o matorrales, ampliamente utilizado por la ganadería, la caza y el aprovechamiento de otros productos forestales (leñas, corcho, setas, etcétera).  El término dehesa viene del latín defesa (defensa) ya que en esta zona de frontera, sus habitantes hacen vallados para proteger los rebaños alojados en ellas.
Los Hacia el sur, el terreno comienza a elevarse con las sierras de Gata, Béjar y Francia, dan nacimiento a algunos ríos que ya vierten al Tajo, como el Alagón.
El curso del Duero en la frontera con Portugal forma el paisaje conocido como Arribes del Duero. En lengua leonesa, se denomina arribes, arribas y arribanzos a las gargantas del río Duero y la de sus afluentes Águeda, Esla, Huebra, Tormes y el río de las Uces en esta zona.Esta geomorfología se caracteriza por una zona de depresión o de altitud más baja y otra de penillanura o de altitud más elevada, siendo los arribes el conjunto de ambas zonas, que se sitúan a orillas de estos ríos. Estos obstáculos naturales han constituido defensa de este territorio de paso entre al-Andalus y la Spania cristiana, así como entre la belicosa vecindad entre Portugal y León.

Climate

La provincia presenta un clima mediterráneo continentalizado con destacada influencia atlántica. Se caracteriza por sus inviernos fríos y semihúmedos y sus veranos calurosos y secos.

Historia

Las tierras de la Extremadura leonesa se corresponden con buena parter del territorio de los antiguos  En el territorio de las actuales provincias españolas de Ávila y Salamanca, y en parte de las de Cáceres, Toledo y Zamora, estuvieron asentados el pueblo celtibérico de los Vetones, de los que existen todavía numerosas huellas, entre ellas las ciudades aún vivas de Salamanca (Salmantica), Ledesma (Bletisama) y Ciudad Rodrigo (Augustobriga). Sus poblados solían establecerse a orillas de los ríos y/o en cerros. La antigua via de la Plata, atraviesa el territorio vetón de S a N y debió de ser transitado ya por los tartesios, por el comercio del estaño. 
Uno de los legados más llamativos de los vetones son los verracos, unas esculturas de piedra con forma de toro o de cerdo encontradas en varios puntos de la región, y de los que se desconoce su función pero que atestigua la importancia de la actividad ganadera desde los tiempos más remotos. 
Al norte de Vettonia, acercándonos al Duero nos encontramos con el territorio habitado por los Vacceos, pueblo también celtibérico que habitaba el valle del Duero desde antes de la llegada de los romanos y que tras la derrota de los vettones a manos de Aníbal en el 212 a.C., aprovecharon para extenderse hasta el sur y refundar ciudades vettonas destruidas, como Salamanca.  Tras la expansión progresiva del dominio romano por Hispaniae, el territorio quedó integrado en el Imperio romano dentro de la provincia de Lusitania , dentro del conventus iuridicus Emeritense. Destacó en esta época la importancia de Salmántica, Occelum Duri, Bletisa y Miróbriga, las dos primeras situada en la Vía de la Plata, el principal eje de comunicación romano que atravesaba el oeste hispano. Son testimonio de este periodo histórico el puente romano de Salamanca, las tres columnas de Ciudad Rodrigo, el Puente Mocho de Ledesma, o las numerosas estelas e inscripciones existentes por toda la zona. Tras la caída de Roma, los alanos se asentaron en el antiguo solar vettón, siendo sustituidos en el control de la actual Salamanca por los visigodos, con quienes la ciudad de Salamanca ya era sede episcopal. La invasión musulmana de la península ibérica a inicios del siglo VIII, echó a los visigodos del control de estas tierras, librando el último rey godo, Rodrigo, su última batalla en tierras de la actual provincia salmantina, en Segoyuela de los Cornejos. Así, Salamanca quedó en el área denominada «tierra de nadie», terra nullius una extensa área geográfica situada entre los Montes Cretos y los Montes Vindios que quedó semidespoblada durante siglos, y sin un control efectivo ni por los monarcas cristianos ni por los musulmanes.
Este hecho no evitó que los cristianos del norte realizasen incursiones en esta zona,  y que fueran ocupando a pequeños pasos el territorio aprovechando las periódicas fases de debilitamiento del poder central cordobés. Alfonso II de Asturias, el Casto será el conquistador definitivo de Zamora, cuyas fortificaciones reconstruye. El rey Alfonso III de Asturias, el Magno la repobló con mozárabes toledanos en 893, rodeándola de murallas y dotándola incluso de palacios y baños, convirtiéndose, por su emplazamiento y características, en la ciudad fortaleza más importante de los reinos cristianos.
 Pero el salto defintivo a las tierras al sur del Duero se demoró hasta que en el 939 Ramiro II de León venciese a Abd al-Rahmán III en las batallas de Simancas y Alhandega, repoblando varios núcleos Salamanca, Ledesma o Guadramiro. Tras el primer intento repoblador de Ramiro II en la margen derecha del Tormes, que debió ser de escasa importancia, el territorio extremadureño se vio expuesto a una serie de aceifas por parte de las tropas musulmanas de al-Mansur a finales del siglo X.
Fueron las posteriores repoblaciones, que vinieron de la mano Alfonso VI y Fernando II de León, las que crearon la mayoría de las localidades actuales de la Extremadura. De estos monarcas destaca la concesión de fueros a Salamanca por parte de Alfonso VI de León y la restauración del obispado salmantino en el 1102. Asimismo habría que señalar la creación del obispado de Ciudad Rodrigo por parte de Fernando II de León, quien segregó también el concejo de Ledesma del de Salamanca, dándole fueros  hechos que llevaron a la batalla de la Valmuza, un enfrentamiento de las tropas reales con las del concejo de Salamanca, que se negaba a ver desgajado parte de su término.
Nombre(s) alternativo(s)
Vetonia
Tipo
Plain
Se encuentra dentro de
Organización dueña o gobernante
Especies autóctonas
La dehesa
Paisaje de arribes del Duero


Cover image: by Montedemo

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