Izaro
FUNDADA inicialmente como sala capitular de Salionca , Izaro (del euskera, pronunciado /isaro/) nunca consiguió independizarse de su alianza madre y vivió supeditada a ella hasta su destrucción.
Historia
Cuando, a mediados del siglo ix, los magi de Salionca descubrieron las abundantes fuentes de vis en torno al estuario del río Oca (un antiguo lugar de poder de los Vates vates astures), enviaron un destacamento para recoger localmente la vis, lo que requería un complejo método de recolección mediante el uso de magia. Cuando Geralla de Salionca se ofreció voluntaria, se llevó a su aprendiz Vitalis con ella. Sin embargo, encontró numerosos problemas mundanos para asentarse en la zona, hasta que, gracias a sus capacidades diplomáticas, firmó un acuerdo con el nieto del rey de Escocia, Jaun Zuria, por el que si le ayudaba a expulsar a los castellanos de Vizcaya, le entregaría una parcela donde edificar su alianza. Para cerrar el pacto, Geralla participó en la batalla de Arrigorriaga, donde, según cuentan, murieron tantos hombres que todas las piedras del suelo quedaron teñidas de rojo. Tras la victoria, Jaun Zuria fue nombrado señor de Vizcaya y le entregó a Geralla la isla donde fundó Izaro.
Izaro nunca tuvo más de dos magi en sus filas; supeditada como estaba al gobierno de Salionca, sus votos eran usados en bloque durante los Tribunales.
A principios del siglo X, Izaro se convirtió en un importante puerto ballenero que contribuyó a enriquecer aún más a Salionca. En el 941, mientras el resto del Tribunal se convulsionaba con los manuscritos de Duresca, Geralla intentó desvincular Izaro de Salionca. Para ello, aprovechó el periodo de inestabilidad por el que pasaba Salionca (la Comitia Centuriata estaba desierta y apenas hacía un año desde que el expulsado e infame dictator Ruiz Sánchez de Flambeau había sido asesinado) y retó a una Guerra de Magi al único triunviro que quedaba en la alianza. Por desgracia para Izaro, Geralla murió en el enfrentamiento y Vitalis se quedó solo al mando de la alianza. Vitalis tuvo que demostrar su lealtad a Salionca, por lo que le hicieron embarcarse hacia el norte del mar Cantábrico con el objetivo de derrotar a las sirenas que poblaban esas aguas y así conseguir las fuentes de vis que custodiaban. Sin embargo, Vitalis no consiguió cerrar ningún acuerdo; regresó mediante la magia a Izaro y abandonó a su suerte a toda la tripulación del barco. Sus actos fueron condenados por Salionca y Vitalis fue expulsado de Izaro en el año 982. Por aquel entonces, el autócrata de la Salionca ya tenía el conocimiento y los objetos mágicos necesarios para explotar las fuentes de vis del litoral y controlaba todo el comercio mundano que pasaba por su puerto, por lo que Salionca decidió cerrar la alianza y abandonarla.
Izaro nunca tuvo más de dos magi en sus filas; supeditada como estaba al gobierno de Salionca, sus votos eran usados en bloque durante los Tribunales.
A principios del siglo X, Izaro se convirtió en un importante puerto ballenero que contribuyó a enriquecer aún más a Salionca. En el 941, mientras el resto del Tribunal se convulsionaba con los manuscritos de Duresca, Geralla intentó desvincular Izaro de Salionca. Para ello, aprovechó el periodo de inestabilidad por el que pasaba Salionca (la Comitia Centuriata estaba desierta y apenas hacía un año desde que el expulsado e infame dictator Ruiz Sánchez de Flambeau había sido asesinado) y retó a una Guerra de Magi al único triunviro que quedaba en la alianza. Por desgracia para Izaro, Geralla murió en el enfrentamiento y Vitalis se quedó solo al mando de la alianza. Vitalis tuvo que demostrar su lealtad a Salionca, por lo que le hicieron embarcarse hacia el norte del mar Cantábrico con el objetivo de derrotar a las sirenas que poblaban esas aguas y así conseguir las fuentes de vis que custodiaban. Sin embargo, Vitalis no consiguió cerrar ningún acuerdo; regresó mediante la magia a Izaro y abandonó a su suerte a toda la tripulación del barco. Sus actos fueron condenados por Salionca y Vitalis fue expulsado de Izaro en el año 982. Por aquel entonces, el autócrata de la Salionca ya tenía el conocimiento y los objetos mágicos necesarios para explotar las fuentes de vis del litoral y controlaba todo el comercio mundano que pasaba por su puerto, por lo que Salionca decidió cerrar la alianza y abandonarla.
Territorios
Las ruinas de Izaro se alzan sobre una pequeña isla alargada, la Isla de Ízaro, de unos quinientos metros de largo por cerca de ciento cincuenta metros en su parte más ancha. La isla apenas tiene vegetación y está rodeada de farallones, por lo que es complicado llegar a ella en días de mar brava. Izaro se encuentra a un kilómetro y medio desde su punto más cercano a la costa y, en los días soleados, es claramente visible desde tierra firme.
En 1112, los Flambeau de Salionca celebraron unos de los encuentros de la Casa en Izaro, y los aprendices tuvieron que apañárselas para llegar a ella en pleno otoño (de hecho, uno desapareció en la travesía y muchos achacaron su pérdida a las serenas del Cantábrico).
En 1112, los Flambeau de Salionca celebraron unos de los encuentros de la Casa en Izaro, y los aprendices tuvieron que apañárselas para llegar a ella en pleno otoño (de hecho, uno desapareció en la travesía y muchos achacaron su pérdida a las serenas del Cantábrico).
Infraestructura
En la actualidad, de Izaro no quedan nada más que ruinas. La alianza de Izaro ha sido saqueada en numerosas ocasiones desde que Salionca decidiera abandonarla. Sin embargo, la isla no se despobló de forma inmediata, sino gradualmente. Sus últimos habitantes no se marcharon hasta finales del siglo X, cuando las pocas familias que quedaban (antiguos descendientes de los habitantes de Izaro) fueron masacradas por los vikingr. Desde entonces, algunos magi la han recorrido en busca de algún resto mágico, e incluso ha habido intentos de colonizarla por magi de Primavera, pero Salionca siempre ha conseguido que se marchen de allí, pues no quiere que ninguna alianza ande tan cerca de una de sus fuentes de ingresos.
899 - 982
Tipo
Geopolitical, Magocracy
Ruling Organization
Organización a la que pertenece
Localización
Las serenas de Ízaro
Cuando, en 1147, el cruzado Osborne llegó a la isla fortificada de Cimavilla tras haber zarpado desde la ciudad inglesa de Dartmouth rumbo a Damasco, describió el canto de las serenas como «un lamento de dolor que se transforma en risas».VIII Y no es de extrañarmque las escuchara: el mar Cantábrico está lleno de ellas. Desde el intento fracasado de Izaro por gobernar las aguas del Cantábrico, nadie se ha vuelto a internar en los dominios de las sirenas. Aunque en los registros cartográficos de Aedes Saturni hay una zona al norte de Izaro que aparece marcada como posible fuente de vis, ninguna alianza ha creído que merezca la pena reclamarla. La mayoría de los magi considera que son fuentes pobres, aunque lo cierto es que nadie las ha verificado in situ.
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