Tremébriga
ALIANZA hermética en el Tribunal de Iberia vinculada a la Casa Tremere y cuyas ruinas se ubican en el Reino de Aragón.
La alianza de Tremébriga se convirtió en una de las más poderosas de Iberia en su apenas siglo y medio de existencia. Fundada por magi Tremere que acudieron a la Marca Superior tras La Ruptura, Tremébriga fue un ejemplo de la capacidad de los Tremere para optimizar recursos y trabajar al mismo tiempo para la Orden y para su Casa (para lo que se esforzaron en la restitución de su reputación, oscurecida como estaba por la Ruptura). Su participación en los constantes conflictos de la Marca Superior durante sus primeras décadas de existencia y su afinidad con los Banu Qasi primero y los tuyibíes de la Taifa de Zaragoza más tarde, reforzaron aún más su prosperidad. Sin embargo, la alianza fue destruida durante La Guerra del Cisma cuando estaba en la cúspide de su poder.
La alianza de Tremébriga se convirtió en una de las más poderosas de Iberia en su apenas siglo y medio de existencia. Fundada por magi Tremere que acudieron a la Marca Superior tras La Ruptura, Tremébriga fue un ejemplo de la capacidad de los Tremere para optimizar recursos y trabajar al mismo tiempo para la Orden y para su Casa (para lo que se esforzaron en la restitución de su reputación, oscurecida como estaba por la Ruptura). Su participación en los constantes conflictos de la Marca Superior durante sus primeras décadas de existencia y su afinidad con los Banu Qasi primero y los tuyibíes de la Taifa de Zaragoza más tarde, reforzaron aún más su prosperidad. Sin embargo, la alianza fue destruida durante La Guerra del Cisma cuando estaba en la cúspide de su poder.
Ubicación y descripción
Tremébriga se encontraba situada en la desembocadura del Arba con el Ebro, en un torreón fortificado erigido por los Tremere. El torreón fue mejorado durante el siglo y medio posterior, pero tras el ataque de los Diedne apenas quedaron de él las murallas exteriores. Durante años, la torre fue un lugar que evitar, rodeado de oscuras leyendas nacidas probablemente a raíz de la noche en que se destruyó Tremébriga. Sin embargo, el recuerdo de Tremébriga perduraría mucho más que sus estancias, convertido en un ominoso aviso de las terribles consecuencias que puede tener el uso desmedido de la magia cuando las mezquindades humanas dominan a la razón.Historia
La Ruptura de la Casa Tremere tuvo terribles consecuencias para la Casa. Sus magi comenzaron a acumular poder en el 822, y en el 848 ya controlaban a todas las figuras de autoridad de la Orden. Sin embargo, los espantosos eventos que dieron al traste con el gran sueño del Fundador lo cambiaron todo. Tras algunos años en los que los magi de la Casa apenas se dejaron ver en la Península, en el 861, un par de Tremere acudieron a la Marca Superior con la intención de crear una alianza en la región para utilizarla como base para participar en los constantes conflictos entre francos y andalusíes. Ambos habían sido formados en Lycaneon y enviados desde la domus magna de la Casa a la Península, pero no podían ser más diferentes en su carácter: Acutus era un guerrero consumado, tanto con su espada como con su magia, mientras que Tremula Flamma, una mujer de carácter aparentemente apocado, gozaba por el contrario de una mente privilegiada para la diplomacia, la gestión y la administración de recursos, además de una acusada sensibilidad artística.
Para evitar correr el mismo destino que sus predecesores de Prima, que habían desarrollado sus actividades bajo el suelo zaragozano, Acutus y Tremula Flamma siguieron el ejemplo de Secunda y adquirieron un terreno allí donde el Arba desemboca en el Ebro (a medio camino entre las desaparecidas alianzas Tremere de Prima y Secunda) aprovechando los contactos que la difunta Átropo de Tertia había establecido con los Banū Qasī antes de la Ruptura. Sin embargo, compraron también una propiedad en Zaragoza (cerca de donde luego estaría Qasr al-Surur, el Palacio de la Alegría, un lugar de luz y conocimiento que albergaría los Tribunales de al-Ándalus) para mantener la influencia sobre los gobernadores de la ciudad. Emprendieron luego la construcción de un torreón fortificado en el que establecerían su alianza. Aunque por fuera mostraba una fachada pétrea y uniforme, el interior del torreón presentaba un estilo arquitectónico con reminiscencias de las mezquitas y otros edificios similares y decorado con gusto exquisito gracias a Tremula. Finalizada su construcción en el 865, los Tremere anunciaron oficialmente la creación de Tremébriga en el Tribunal del Rin del 871, coincidiendo con otras tantas alianzas peninsulares.
A pesar de sus esfuerzos, Tremébriga no consiguió que los Banū Qasī repuntaran, y cuando el débil Lubb (primogénito de Musā) juró lealtad al rey Ordoño I de Asturias, Tremébriga apartó a Tertia del panorama político y Tremula tuvo vía libre en la ciudad de Zaragoza. De forma sorprendente, la situación de Tremébriga mejoró todavía más en el 884, cuando en plena crisis de los Banū Qasī, el emir de Córdoba Muḥammad I adquirió Zaragoza por 15 000 dinares aprovechando que otro de los hijos de Musā le había jurado lealtad. El emir pronto asignó el control de la ciudad a los Banū Tuyib, o tuyibíes, con quienes los Tremere entablarían una relación aún más beneficiosa para ambos bandos.
Durante todo el siglo X, Tremébriga vivió una auténtica edad de oro pese a no superar nunca los tres miembros. Fundamental en ese desarrollo fue Ibn Sahl al-Tremerī, aprendiz de Tremula Flamma, quien combinaba las mejores virtudes de los dos fundadores de la alianza. De él se decía que tenía en la palma de su mano al mismísimo Muḥammad al-Anqar, más conocido como «el Tuerto», quien fuera gobernador de la ciudad durante treinta y cinco años desde finales del siglo IX. Ibn Sahl se aseguró de evitar los pecados de sus antecesores Tremere y siempre controló el desarrollo de la alianza, que no dejó de operar en Zaragoza y la Marca Superior desde la distancia. Él fue, entre otras cosas, el responsable de un acuerdo comercial con los Mercere de Aedes Saturni, a los que informaba de las mercancías más relevantes que bajaban por el Ebro, de manera que los Boinas Rojas de las dependencias de Aedes Saturni en la desembocadura del río pudieran beneficiarse de esa información privilegiada. A cambio, siempre se rumoreó que las tasas de cambio de vis que aplicaban a Tremébriga eran enormemente benévolas, lo que repercutió en las arcas de la alianza.
Ibn Sahl fue tan fiel a su servicio a la Orden como a su propia Casa, y sirvió como hoplita durante muchos años. Pese a su origen mozárabe, se mostró contrario a la aceptación de los saḥires en la Orden, lo que le granjeó al mismo tiempo la enemistad con las alianzas del sur y una cierta popularidad entre las del norte. Su intransigencia se mantuvo cuando fue nombrado Praeco en el 996, una época convulsa, prólogo de la Guerra del Cisma, en la que Tremébriga tendría un triste protagonismo. Ibn Sahl, para entonces ya un anciano magus, arremetió contra las alianzas Diedne del Tribunal, empezando con la expulsión de todos los magi de esa Casa de la reunión del Tribunal del 996 y el ataque que lanzó contra Mons Vindius en suelo neutral. La violencia latente entre las dos Casas solo creció en años posteriores; a partir de 1010, con una guerra ya abierta entre ambos bandos, Tremébriga se convirtió en frecuente punto de reunión de los Tremere para preparar sus ataques contra los Diedne. En esos años, la alianza se fortificó aún más, convirtiéndose en un bastión y arsenal para la Casa.
Durante los años de caos de 1010 a 1013, Tremébriga hizo gala de un músculo y una potencia impropia en una alianza tan pequeña. Sus reservas mágicas eran formidables y contaba no solo con abundante vis, sino con poderosos objetos mágicos que hacían que sus escasos magi fueran casi imparables en el combate. Los Tremere nunca perdonaron a los Flambeau de Brigantia que se pusieran del lado de los Diedne, y en 1013 se produjo el enfrentamiento final en las propias estancias de Tremébriga, invadidas por un contingente Diedne apoyado por los Flambeau renegados de Brigantia. Los invasores llegaron sin avisar, al abrigo de un potente hechizo de ilusión. Ibn Sahl y los suyos, sorprendidos y muy limitados en recursos por la negativa de Porta Pandere de colaborar en los esfuerzos de la guerra, lucharon a sangre y fuego por los pasillos de su hogar y abatieron a numerosos enemigos, pero su suerte estaba echada. Los Diedne no dejaron títere con cabeza (o eso creían) y tras acabar con los Tremere se llevaron consigo el considerable botín que pudieron reunir, antes de quemar el interior del torreón. Al alba del día siguiente, un penacho de humo fue la única señal del triste final de Tremébriga.
Para evitar correr el mismo destino que sus predecesores de Prima, que habían desarrollado sus actividades bajo el suelo zaragozano, Acutus y Tremula Flamma siguieron el ejemplo de Secunda y adquirieron un terreno allí donde el Arba desemboca en el Ebro (a medio camino entre las desaparecidas alianzas Tremere de Prima y Secunda) aprovechando los contactos que la difunta Átropo de Tertia había establecido con los Banū Qasī antes de la Ruptura. Sin embargo, compraron también una propiedad en Zaragoza (cerca de donde luego estaría Qasr al-Surur, el Palacio de la Alegría, un lugar de luz y conocimiento que albergaría los Tribunales de al-Ándalus) para mantener la influencia sobre los gobernadores de la ciudad. Emprendieron luego la construcción de un torreón fortificado en el que establecerían su alianza. Aunque por fuera mostraba una fachada pétrea y uniforme, el interior del torreón presentaba un estilo arquitectónico con reminiscencias de las mezquitas y otros edificios similares y decorado con gusto exquisito gracias a Tremula. Finalizada su construcción en el 865, los Tremere anunciaron oficialmente la creación de Tremébriga en el Tribunal del Rin del 871, coincidiendo con otras tantas alianzas peninsulares.
A pesar de sus esfuerzos, Tremébriga no consiguió que los Banū Qasī repuntaran, y cuando el débil Lubb (primogénito de Musā) juró lealtad al rey Ordoño I de Asturias, Tremébriga apartó a Tertia del panorama político y Tremula tuvo vía libre en la ciudad de Zaragoza. De forma sorprendente, la situación de Tremébriga mejoró todavía más en el 884, cuando en plena crisis de los Banū Qasī, el emir de Córdoba Muḥammad I adquirió Zaragoza por 15 000 dinares aprovechando que otro de los hijos de Musā le había jurado lealtad. El emir pronto asignó el control de la ciudad a los Banū Tuyib, o tuyibíes, con quienes los Tremere entablarían una relación aún más beneficiosa para ambos bandos.
Durante todo el siglo X, Tremébriga vivió una auténtica edad de oro pese a no superar nunca los tres miembros. Fundamental en ese desarrollo fue Ibn Sahl al-Tremerī, aprendiz de Tremula Flamma, quien combinaba las mejores virtudes de los dos fundadores de la alianza. De él se decía que tenía en la palma de su mano al mismísimo Muḥammad al-Anqar, más conocido como «el Tuerto», quien fuera gobernador de la ciudad durante treinta y cinco años desde finales del siglo IX. Ibn Sahl se aseguró de evitar los pecados de sus antecesores Tremere y siempre controló el desarrollo de la alianza, que no dejó de operar en Zaragoza y la Marca Superior desde la distancia. Él fue, entre otras cosas, el responsable de un acuerdo comercial con los Mercere de Aedes Saturni, a los que informaba de las mercancías más relevantes que bajaban por el Ebro, de manera que los Boinas Rojas de las dependencias de Aedes Saturni en la desembocadura del río pudieran beneficiarse de esa información privilegiada. A cambio, siempre se rumoreó que las tasas de cambio de vis que aplicaban a Tremébriga eran enormemente benévolas, lo que repercutió en las arcas de la alianza.
Ibn Sahl fue tan fiel a su servicio a la Orden como a su propia Casa, y sirvió como hoplita durante muchos años. Pese a su origen mozárabe, se mostró contrario a la aceptación de los saḥires en la Orden, lo que le granjeó al mismo tiempo la enemistad con las alianzas del sur y una cierta popularidad entre las del norte. Su intransigencia se mantuvo cuando fue nombrado Praeco en el 996, una época convulsa, prólogo de la Guerra del Cisma, en la que Tremébriga tendría un triste protagonismo. Ibn Sahl, para entonces ya un anciano magus, arremetió contra las alianzas Diedne del Tribunal, empezando con la expulsión de todos los magi de esa Casa de la reunión del Tribunal del 996 y el ataque que lanzó contra Mons Vindius en suelo neutral. La violencia latente entre las dos Casas solo creció en años posteriores; a partir de 1010, con una guerra ya abierta entre ambos bandos, Tremébriga se convirtió en frecuente punto de reunión de los Tremere para preparar sus ataques contra los Diedne. En esos años, la alianza se fortificó aún más, convirtiéndose en un bastión y arsenal para la Casa.
Durante los años de caos de 1010 a 1013, Tremébriga hizo gala de un músculo y una potencia impropia en una alianza tan pequeña. Sus reservas mágicas eran formidables y contaba no solo con abundante vis, sino con poderosos objetos mágicos que hacían que sus escasos magi fueran casi imparables en el combate. Los Tremere nunca perdonaron a los Flambeau de Brigantia que se pusieran del lado de los Diedne, y en 1013 se produjo el enfrentamiento final en las propias estancias de Tremébriga, invadidas por un contingente Diedne apoyado por los Flambeau renegados de Brigantia. Los invasores llegaron sin avisar, al abrigo de un potente hechizo de ilusión. Ibn Sahl y los suyos, sorprendidos y muy limitados en recursos por la negativa de Porta Pandere de colaborar en los esfuerzos de la guerra, lucharon a sangre y fuego por los pasillos de su hogar y abatieron a numerosos enemigos, pero su suerte estaba echada. Los Diedne no dejaron títere con cabeza (o eso creían) y tras acabar con los Tremere se llevaron consigo el considerable botín que pudieron reunir, antes de quemar el interior del torreón. Al alba del día siguiente, un penacho de humo fue la única señal del triste final de Tremébriga.
Intrasigentes (magi andalusíes) 2
El fantasma de Selim
La noche en que cayó Tremébriga fue un torbellino de caos y destrucción. Aunque los Diedne salieron victoriosos, tuvieron que reunir todo el botín de la alianza y huir del lugar. Con las prisas no se dieron cuenta de que no todos los Tremere de la alianza habían sido abatidos. Uno de ellos, Selim al-Tremerī,, se refugió en los subterráneos al verse acorralado por los atacantes. Un derrumbamiento causado por las fuerzas mágicas liberadas aquella noche sepultó al Tremere, que perdió el conocimiento antes de despertar horas después con una amnesia absoluta. Vagando desesperado en la oscuridad, con su magia completamente olvidada por el golpe, Selim fue enloqueciendo poco a poco en los siguientes días hasta morir de inanición, olvidado por todos. Su frustración y desesperación hicieron que su espíritu permaneciera en esas estancias selladas mucho tiempo después de que su cuerpo se descompusiera. Convertido en un fantasma atormentado, Selim lleva décadas vagando por los subterráneos de Tremébriga, incapaz de alejarse del lugar donde murió.Existen ciertos rumores que hablan de apariciones fantasmales, sonidos de ultratumba y luces espectrales.
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