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Serra da Lousa

Serra da Lousã es una alianza totalmente atípica en Iberia. Está formada íntegramente por magi rusticani, miembros de una tradición menor de la Casa Ex Miscellanea que prácticamente no tiene presencia en el resto de Europa y se caracteriza por la destreza mágica con la que pueden trabajar diferentes materiales mundanos. Establecidos en un pequeño caserío cerca del Alto de Trevim, en el punto más elevado de la sierra, los magi de la alianza han sido plenamente aceptados por la población mundana cercana, con la que colaboran activamente y forman una comunidad de unas características enormemente inusuales.

Estructura

Los tres magi de la alianza ostentan tres cargos: el mestre es el que hace las veces de maestro, adiestrando a un alumno conocido como jovem. Al terminar su adiestramiento, el jovem pasa a ser el nuevo mestre, y si su maestro permanece en la alianza, pasa a ser conocido como velho, y es quien tiene la mayor autoridad moral (que no real) de la alianza.

Cultura

Serra da Lousã es una alianza muy pequeña, y en todo momento cuenta como máximo con tres magi, todos ellos rusticani, representantes de tres generaciones diferentes, cada uno de los cuales suele ejercer de maestro de la generación inmediatamente más joven. Los rusticani apenas tienen jerarquía, pues son una tradición dispersa y muy poco organizada. De hecho, llamar alianza a Serra da Lousã es casi una exageración, pues apenas puede definirse como tal. El caserío que hay en el Alto de Trevim apenas cuenta con fortificaciones o defensas ni tampoco con una biblioteca o tesorería propiamente dichas. Sin embargo, los magi sí que cumplen los mínimos establecidos para seguir siendo miembros de la Orden, y de hecho la alianza cuenta con un Aegis de la Alianza que lanza cada año un Quaesitor al que se paga en vis por hacerlo.
En Serra da Lousã no están acostumbrados a los invitados herméticos, aunque tampoco se les cierran las puertas. Cuando se producen dichas visitas, los magi ofrecen la hospitalidad que se espera de todo anfitrión hermético, adaptada a los recursos que tienen, ni más ni menos. En el caso de que esos invitados se muestren agresivos u hostiles, los magi saben que cuentan con todos los habitantes de la sierra para acudir en su ayuda si fuese necesario.

Historia

La sierra de Lousã nunca ha estado muy habitada. Poblaciones como Lousã, Cerdeira o Miranda do Corvo siempre se han mantenido de forma autosuficiente, por lo que no han tenido necesidad de comerciar con otras poblaciones de mayor entidad fuera de la sierra. La existencia de impresionantes paisajes naturales en la zona también ha propiciado la presencia de auras mágicas naturales, que a su vez han afectado a algunos de los nativos de la región. Y es que desde tiempos ancestrales ha habido habitantes de la sierra que han desarrollado una habilidad especial para la artesanía que solo puede definirse como mágica. El primero de ellos de los que tiene constancia la Orden fue Fadrique de Lousã, un habitante de la región que llamó la atención, por sus habilidades mágicas evidentes, de un magus Bjornaer que iba camino de Mare Iacum. Tras convencerle de que la Orden de Hermes podría ofrecerle una protección especial y llevarlo consigo a su alianza, Fadrique aprendió los rudimentos de la teoría mágica y la Parma Magica, pero poco después, abrumado por la complejidad de la vida hermética, decidió regresar a su hogar para continuar con la misma vida que había llevado antes. Aunque era miembro nominal de la Orden, nunca participó activamente en su política, aunque sí que estableció una alianza en el Alto de Trevim, un caserío en el que fue tomando como aprendices a otros jóvenes del lugar en los que detectaba sus mismas habilidades mágicas. Pronto se creó un linaje de magi rusticani especializados en la creación de objetos mágicos menores que utilizaban en beneficio de sus tareas cotidianas. La alianza siempre estuvo en buenas relaciones con las poblaciones cercanas y reclutaba a posibles aprendices que, en muchos casos, acababan volviendo a sus hogares. A su vez, siempre ha mantenido un perfil muy bajo, de manera que incluso cuestiones tan trascendentales como la Guerra del Cisma o la escisión de al-Ándalus han pasado casi desapercibidas para sus magi, que en muy contadas ocasiones visitan los Tribunales.
El linaje de Fadrique se mantuvo de forma más o menos ininterrumpida hasta mediado el siglo xi, cuando, en plena lucha mundana por el territorio, uno de los aprendices de la alianza, Hernando de Miranda, decidió ofrecer sus habilidades mágicas al servicio de los señores cristianos que luchaban por expandirse hacia el sur. Los magi de Serra da Lousã participaron activamente en las guerras de la región de Coimbra , pero su desconocimiento de las leyes herméticas más elementales los hizo merecedores de duras multas cuando los magi de Duresca descubrieron su implicación. Eso, combinado con la muerte de dos de los magi en los conflictos (incluido el propio Hernando), llevó a los habitantes de Serra da Lousã a abandonar dicho curso de acción y volver a refugiarse en la serranía que era su hogar. Muchas familias locales les ayudaron entonces a pasar desapercibidos cuando cualquier visitante de aspecto sospechoso preguntaba por la presencia de brujos o hechiceros en la sierra. Los rusticani habían decidido vivir a espaldas del mundo y no iban a cambiar de opinión.
Tras ese periodo, lo único que volvió a sacarles de su aislamiento fue la irrupción de los poderes mundanos en la región cuando, tras la reconquista definitiva de Coímbra, el cercano castillo de Lousã se convirtió en centro administrativo de la región. El castillo, en torno al cual existían muchas leyendas (como la de La princesa Peralta), trató de obtener el control de las tierras cercanas, y fue necesaria una actuación conjunta por parte del concejo y los propios rusticani para llegar a un acuerdo con el castellano y así evitar que este no alterara en exceso las tradiciones y usos locales. Hoy en día, Serra da Lousã sigue siendo el mismo lugar tranquilo y remoto que ha sido desde su fundación. Ni siquiera los Boinas Rojas lo visitan con frecuencia, y muchos de ellos tendrían problemas incluso para encontrar el lugar. Y así es como lo quieren sus magi.

Demografía

Serra da Lousã es una alianza muy pequeña, y en todo momento cuenta como máximo con tres magi, todos ellos rusticani, representantes de tres generaciones diferentes, cada uno de los cuales suele ejercer de maestro de la generación inmediatamente más joven. Los rusticani apenas tienen jerarquía, pues son una tradición dispersa y muy poco organizada.

Los magi

Sesnando Ex Miscellanea, mestre
El actual mestre de la alianza es Sesnando, un magus de algo más de cincuenta años nativo del cercano pueblo de Cerdeira. Adiestrado de joven para ser carpintero, pronto descubrió que tenía ciertas habilidades especiales y, como llevan haciendo los habitantes del lugar desde tiempos inmemoriales, su familia lo mandó al caserío en lo alto del cerro de Trevim para que los rusticani le enseñaran a controlar esos dones. Durante todo su aprendizaje a las órdenes de Facundo, Sesnando alternó el caserío con su propia casa en Cerdeira, hasta que una vez completado el Desafío se estableció definitivamente en el Alto. Aunque la alianza carece de estructura o gobierno, Sesnando es lo más parecido a un líder que hay en ella, y también es la única cara visible y conocida de Serra da Lousã en el mundo hermético, pues incluso ha viajado a un par de Tribunales.
La destreza con la carpintería combinada con sus artes mágicas ha hecho que la casa de Sesnando esté repleta de pequeñas maravillas, objetos de madera con una artesanía soberbia y que al mismo tiempo desempeñan efectos mágicos menores, pero que al resto de habitantes de la alianza les hacen la vida mucho más fácil en esta zona tan apartada.
Facundo Ex Miscellanea, velho
Facundo es el habitante más anciano de Serra da Lousã. Aunque roza los ochenta años, los lleva con mucha dignidad gracias a un buen ritual de longevidad que obtuvo de un magus al que pagó con varios objetos mágicos menores. Facundo era herrero, y sus dotes mágicas fueron descubiertas por el entonces mestre de Serra da Lousã al hacer una visita de negocios a su pueblo, Miranda do Corvo. Facundo nunca ha acabado de aceptar de buen grado su capacidad para obrar lo que él llama «milagros», y tiene problemas para conciliar sus fuertes convicciones religiosas con esas habilidades. Su aprendizaje fue arduo y lleno de incidentes y, aunque superó el Desafío, nunca se tomó muy en serio la alianza y se negó de plano a viajar a sitios lejanos para acudir a «reuniones blasfemas», que es como llama a los Tribunales. A pesar de todo, aceptó a Sesnando como aprendiz. Sesnando tiene problemas para gestionar la figura de Facundo. Por un lado, su edad y experiencia lo convierten en una figura reconocida y respetada no solo en la alianza, sino en toda la sierra. Por otro lado, sus ideas y reacciones a menudo son controvertidas, y en ocasiones Sesnando teme que eso lleve a la alianza e incluso a los pueblos de las cercanías a tomar decisiones de las que podrían arrepentirse. Sesnando sueña con el día en que Facundo cumpla su eterna promesa de abandonar Serra da Lousã para volver a su pueblo natal y pasar el resto de su vida allí…
Ágata, jovem
Ágata es la última aprendiza llegada a Serra da Lousã, una joven de apenas diecisiete años nacida en la cercana villa de Penela que, poco antes de llegar a la adolescencia, empezó a desarrollar una inexplicable capacidad para moldear y trabajar la piedra con una precisión prodigiosa. Sus padres, una familia de ganaderos, pensaban que podrían aprovechar ese talento de su hija en beneficio propio e intentaron que un cantero de la localidad la tomara como aprendiza, pero pronto se produjeron una serie de incidentes inexplicables en el taller de este que hicieron que la chica fuese devuelta rápidamente con sus padres. Estos, resignados a seguir su humilde vida, y un tanto intimidados por los extraños fenómenos que rodeaban a Ágata cada vez con más frecuencia, decidieron subir a visitar al excéntrico Sesnando, en lo alto de la sierra. Si alguien era capaz deadiestrarla, era él.
"O mestre" no tenía pensado adoptar una aprendiz tan pronto, pero las facultades mágicas que percibió en Ágata eran tan potentes que, aunque sus especialidades eran totalmente diferentes, Sesnando finalmente aceptó. Además, la niña ya tenía una edad y pronto sería demasiado tarde para instruirla debidamente. Ágata tenía once años cuando entró a formar parte de la alianza y se ha pasado los últimos seis intentando controlar sus artes mágicas con un éxito irregular, para frustración tanto de ella como de su maestro. Aunque Sesnando ha conseguido inculcarle los rudimentos de la teoría mágica hermética (al menos tal y como la aplican los rusticani), Ágata tiene tal torbellino de energía mágica en su interior que a menudo los efectos más sencillos salen fuera de su control. Sin duda, los nueve años de aprendizaje que le quedan se adivinan complicados. Lo que es evidente es que Ágata tiene un potencial que para muchos magi herméticos está desperdiciado. Cualquier magus de visita la consideraría una joya en bruto por tallar, con un porvenir brillante si estuviera en un entorno adecuado y tuviera un mentor digno. Uno de esos magi es Mauricio, el Verditius de Porta Pandere , quien, tras conocer a Ágata en una visita a la sierra hace dos años y descubrir que sus dones podrían ser muy valiosos para los miembros de su Casa, ha vuelto a visitar un par de veces más la alianza con la intención de convencer a Sesnando de que renuncie a Ágata como filia. Ante la negativa de este, Mauricio está considerando recurrir a algún Guernicus para buscar alguna irregularidad en su aprendizaje que le permita arrebatarle a Ágata. No descartaría incluso negociar con algún Bonisagus para que la tome como aprendiza aprovechando los privilegios de esta Casa.
En cuanto a Ágata, y más allá de los problemas con su magia, se encuentra muy a gusto bajo la tutela de Sesnando. Tal y como hiciera el mestre de joven, él permite a la muchacha visitar siempre que quiere a sus padres, quienes están más que satisfechos con ver a su hija un par de veces al mes y comprobar que está bien. Ágata también tiene una curiosa relación con Facundo, al que admira tanto por su habilidad como artesano como por sus profundas convicciones. A diferencia del anciano, la muchacha sí que sabe distinguir entre las creencias y la magia, pero cree que es precisamente la religiosidad del velho lo que da un toque especial a sus objetos, y le gustaría tener esa misma capacidad a la hora de imbuir magia en sus creaciones.

Territorios

Serra da Lousã se ubica en el Alto de Trevim, el punto más elevado de la sierra, a 1200 metros de altitud. Es un lugar imponente, desde el que se tiene una perspectiva privilegiada de toda la serranía, y está azotado constantemente por los vientos.

Asuntos exteriores

En Serra da Lousã no están acostumbrados a los invitados herméticos, aunque tampoco se les cierran las puertas. Cuando se producen dichas visitas, los magi ofrecen la hospitalidad que se espera de todo anfitrión hermético, adaptada a los recursos que tienen, ni más ni menos. En el caso de que esos invitados se muestren agresivos u hostiles, los magi saben que cuentan con todos los habitantes de la sierra para acudir en su ayuda si fuese necesario.

Infraestructura

De hecho, llamar alianza a Serra da Lousã es casi una exageración, pues apenas puede definirse como tal. El caserío que hay en el Alto de Trevim apenas cuenta con fortificaciones o defensas ni tampoco con una biblioteca o tesorería propiamente dichas. Sin embargo, los magi sí que cumplen los mínimos establecidos para seguir siendo miembros de la Orden, y de hecho la alianza cuenta con un Aegis de la Alianza que lanza cada año un Quaesitor al que se paga en vis por hacerlo.
La alianza está formada por media docena de pequeñas casas de piedra con techos de paja, rodeadas por una tapia, también de piedra, de algo menos de un metro de altura, cuya presencia se ha hecho necesaria para lanzar el Aegis de la Alianza cada año. Muchas de esas casas podrían considerarse los sancta de los magi, si no fuera porque más bien son una mezcla de taller y vivienda de cada rusticani. Son lugares espaciosos y, a pesar de su evidente aspecto rústico, cuentan con un buen equipo para que los magi puedan crear sus objetos y herramientas.
Una estructura algo más grande y alargada hace las veces de barracón donde vive la turba de la alianza, que consiste básicamente en media docena de jóvenes de la región que han recibido un entrenamiento especial de combate para poder desempeñar sus tareas de protección, aunque distan mucho de ser una unidad bien entrenada y disciplinada. Sin embargo, sí que son ferozmente leales a los rusticani y además poseen habilidades menos obvias pero igual de útiles para la alianza, como un conocimiento perfecto de la sierra que rodea su hogar.
Hay una última estructura que destaca en el Alto de Trevim, y está fuera del recinto principal, cerca del borde más escarpado que da a la ladera oeste. Se trata de una pequeña atalaya de madera que lleva ahí desde hace siglos, y cuya existencia ya constaba en los propios registros fundacionales de la alianza. En los días despejados, desde la atalaya se puede ver toda la región que rodea la sierra en varias decenas de kilómetros a la redonda, e incluso hay quien sostiene que se puede llegar a ver Oporto, pese a que la ciudad está a más de 150 kilómetros de distancia. Sería algo imposible en circunstancias normales, pero hay rumores que dicen que la atalaya tiene propiedades mágicas y que los rusticani de la alianza la han encantado con algún efecto hermético…
Fecha de fundación
934
Tipo
Geopolitical, Magocracy
Título del líder
Organización a la que pertenece
Localización
Fundador
Fadrique de Lousã Ex Miscellanea
Estación
Primavera
Aura
Mágica, 3
Reputaciones
Magi inferiores (Tribunal de Iberia) 3
Votos
2

La magia de los rusticani
La tradición de los rusticani basa su magia en la Virtud Mayor Magia Artesanal, que tiene cuatro aplicaciones principales, casi siempre relacionadas con una habilidad de Manufactura (en el caso de Ágata, cantero):
  1. los rusticani pueden evitar el uso de gestos y palabras para lanzar magia; en su lugar usan un objeto tallado por ellos mismos que tiene imbuido el efecto en cuestión.
  2. A la hora de hacer esa preparación, reciben un bonificador por forma y material del objeto, con su habilidad en la Manufactura como límite.
  3. También pueden crear objetos por cargas en menos tiempo del convencional (tardan lo que tardarían en crear el objeto mundano, multiplicado por el número de copias que hagan, con un total de laboratorio equivalente al total de lanzamiento).
  4. Pueden convertir objetos que contengan vis en bruto en encantamientos menores, siguiendo parámetros similares a los de los objetos con cargas (aunque basta con superar el nivel del efecto, y no doblarlo, para completar el objeto en una sola estación).
La Virtud Menor Foci de Hechizos permite a los rusticani tener pequeñas herramientas que les ayudan a lanzar magia, añadiendo una bonificación por forma y material, limitada de nuevo por su Teoría Mágica o su Manufactura. Usan mucho esos foci a la hora de lanzar magia espontánea, ya que sus habilidades innatas, íntimamente relacionadas con las capacidades mágicas de los objetos, limitan su magia espontánea natural y les obliga a tener el Defecto Hermético Mayor Magia Espontánea Débil, por el cual no pueden fatigarse al lanzar magia espontánea, de manera que todos sus totales de lanzamiento tienen que dividirse entre cinco y no añaden una tirada de dado.


Cover image: by Montedemo

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