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Mare Iacum

LA antigua alianza de Mare Iacum ha sufrido profundas transformaciones a lo largo del tiempo. Fundada por dos seguidoras Bjornaer durante el segundo Tribunal de Iberia, pasó a estar ocupada por Ex Miscellanea cuando tuvo que cambiar de ubicación y, más tarde, por los seguidores de Quendalon.

Estructura

Los magi del Bierzo constituyen una democracia que se reúne cada vez que surge algún problema o cuando tienen la necesidad de buscar consejo, lo que suele acontecer más o menos cada dos años.
Mare Iacum es una alianza pobre; sus escasos recursos los consiguen sus grogs, trabajando para el monasterio que les expulsó de sus tierras y apostando en partidas de ajedrez. Los magi saben que sin ellos estarían perdidos, por lo que hace ochenta años decidieron mejorar sus vidas para evitar que se marcharan. Para ello otorgaron poderes plenos a su autócrata, Gudesteo, y desde entonces no se han arrepentido ni un solo día.

Cultura

Gudesteo es un genio y un maestro del ajedrez. Gracias a él, Mare Iacum es uno de los destinos preferidos de los Boinas Rojas de Porta Pandere, donde los Mercere siempre han buscado probarse. Gudesteo no ha perdido más que un puñado de partidas a lo largo de su vida y cada cierto tiempo algún incauto acaba apostando y perdiendo contra él, lo que se ha convertido en la fuente de ingresos más importante (aunque intermitente) de la alianza.
Especialmente señalada fue la partida que disputó contra el regente de la Casa Mercer de Porta Pandere, Parcus Minor, hace cincuenta años. El Boina Roja llegó con la intención de humillarle y se apostó sufragar todos los gastos herméticos de la alianza a cambio de la impresionante colección de ajedrez del autócrata. Desde entonces, Mare Iacum no ha pagado ni un solo dīnār al Tribunal.
A pesar de su edad, Mare Iacum ha sido siempre una alianza joven. Apenas sin recursos mágicos, los magi que crecían en ella pasaban el tiempo estrictamente necesario para marcharse a otra parte, llevándose lo poco (o mucho) que hubieran conseguido. Eso ha hecho que la alianza no prospere. Sus laxos estatutos permiten este tipo de comportamientos y han sido pocos los magi que habiendo crecido en Mare Iacum hayan decidido quedarse para ver cómo los mundanos viven mejor que ellos (algo excesivo para los magi de la gloriosa Orden de Hermes).
Del mismo modo, los pocos magi que han llegado a sus puertas lo han hecho por una terrible necesidad y, tras salir a flote con los escasos recursos de la alianza, se han marchado.
En 1220, Gudesteo es un hombre anciano y, aunque los magi le hicieron un ritual de longevidad, está en el ocaso de su vida. Los magi no saben cómo reaccionará Porta Pandere cuando falte; están intentando por todos los medios que su hijo alcance la maestría de su padre, aunque por el momento no han logrado grandes avances.

Agenda pública

Para los oriundos de la zona, Gudesteo y sus familia -vasallos del monasterio- los propietarios de la pequeña hacienda junto al lago y los magi, sus sirvientes. Vieya de Merinita y su comportamiento de vieja partera, bien parece el ama de cría de Gudesteo y no se preocupa en adoptar rol alguno de superioridad hacia él; pero esta situación no es tan bien tolerada por el resto de los magi.

Historia

Tras su fundación, Mare Iacum vivió en paz durante casi una década, hasta que los monjes mozárabes de San Cebrián de Mazote (Valladolid) llegaron al lago para explotar las truchas y sus tierras fundando una nueva comunidad monástica en las ruinas de un viejo cenobio visigodo destruido por los árabes durante la invasión: el Monasterio de San Martin de Castañeda. Así, la que había sido una región tranquila comenzó a llenarse de religiosos y las fuentes de vis se fueron apagando con el avance del Dominio. Entonces, los miembros de Mare Iacum discutieron acerca del futuro de la alianza: expulsar a los mundanos o marcharse a otras tierras. Sin embargo, como la amenaza de los saḥires estaba todavía muy presente, solo los partidarios de Fronilde se arriesgaron a marcharse hacia el sur, donde fundaron la alianza de Salama. Aunque no todos los que se quedaron en Mare Iacum estaban de acuerdo en atacar a los mundanos, los magi más ancianos de la alianza salieron una noche de otoño del 917 y masacraron a los monjes del lago.
Con dicha acción, Mare Iacum no solo no consiguió que los monjes se marcharan, sino que fue atacada por los mundanos y condenada por la Orden. Los que tomaron partido en el ataque fueron expulsados en el Tribunal del 920; los que no, se fueron hacia el oeste, tras la cresta de la montaña que albergaba el valle de su antigua alianza, donde el Dominio no llegaba y el ambiente era más seco e inhóspito, pues ya no contaban con un bosque que los protegiera. Aunque el Tribunal les aconsejó que se marcharan más lejos para evitar el avance del Dominio, los miembros de Mare Iacum desestimaron su consejo y erigieron su alianza junto a un pequeño lago a poco más de media jornada del Monasterio de San Martin de Castañeda, junto al lago de Carucedo.
El tiempo les dio la razón. La inaccesibilidad de la zona ha protegido a Mare Iacum del avance del Dominio y en la actualidad goza de un aura feérica pobre y de una pequeña comunidad de hadas que los Merinitae de la alianza se encargan de cuidar. Sin embargo, sus antiguos recursos mágicos se han ido sofocando con el avance mundano, lo que, junto con el desinterés de sus habitantes, ha hecho que desde que los herederos de Fronilde se fueran, la alianza viva en una Primavera perpetua con la que sus habitantes no parecen descontentos.
No obstante, el monasterio de San Martín fue nuevamente refundado, en este caso por el Monasterio de Santa María de Carracedo propietario para más inri de las tierras del lago Carucedo junto al que se ubica acutalmente la alianza, con lo que la historia tiene todos los visos de volverse a repetir. Sin embargo, ambas comunidades monásticas se encuentran en litigio, al haberse separado Castañeda de Carracedo, negándose a aceptar la regla del Císter que sí sigue la casa refundadora. Esta tensión está dando un respiro a la alianza pero pronto los monjes blancos de Carracedo terminarán su contencioso contra los monjes negros de Castañeda, y podrán volverse a ocupar directamente de los asuntos de sus tierras del lago Carucedo.

Demografía

Los magi de Mare Iacum

Vieya de Merinita
Cuando era una niña, su maestra decía que era como las vieyas, los antiguos númenes femeninos que creaban el arco iris y hacían vibrar el aire en verano. Vieya adoptó el nombre de aquellos días, pues su impronta está relacionada con los colores primarios.
Vieya es la maga más decana de Mare Iacum. Con más de noventa años, ha vivido de todo en la alianza que considera su hogar. Vieya aún recuerda el nacimiento de Gudesteo, el autócrata; ella misma ayudó en el parto y todavía le trata como si fuera su hijo.
De todos los aprendices de su maestra, ella fue la única que se quedó en Mare Iacum y, al igual que hicieron todos, sus filii también se acabaron marchando. A Vieya no le importa, ella se conforma con cuidar a la pequeña comunidad feérica que vive en los arroyos y saltos de agua que se vierten desde el lago que hay junto a la alianza. Los que no conocen a las hadas piensan que Vieya debe tratar con gnomos o trasgos o alguna otra hada grotesca de la noche, pues Vieya tiene sangre de trasgu y es pequeña y arrugada. Sin embargo, Vieya cuida a unas hermosas y delicadas hadas que la gente de la localidad conoce como xanes.
Aunque a veces se arrepienta de haberse quedado en Mare Iacum, son sentimientos que no comparte con nadie, pues sabe que al final todos acabarán marchándose y se quedará sola.
Ŷin-niy-yatun al-Merinitiyya
La joven Ŷin-niy-yatun llegó desde al-Ándalus para estudiar las xanes con Vieya; el consejo de la alianza le dio la bienvenida y le entregó el último sanctum libre que les quedaba sin pedirle nada a cambio. Sin embargo, durante su estancia no se ha acabado de acostumbrar a las estrecheces de Mare Iacum, y su intención es aprender todo lo posible de las hadas de las aguas y conseguir que Vieya le enseñe el misterio mayor de arcadia de la Metamorfosis antes de marcharse.
Ŷin-niy-yatun cada día soporta menos el acento del horrendo latín y el pésimo árabe de Vieya. Le repugna el olor a tierra húmeda que desprende y le exasperan los pequeños rituales que utiliza para protegerse y para custodiar la alianza. Al comienzo del día, la anciana comprueba que la quijada de jabalí está sobre la pequeña colmena de la alianza y el laurel sigue sobre el tejado, verifica que las dos vacas lecheras siguen con la concha marina al cuello, le pregunta sobre la quiastolita y la nuez con tres suturas que le regaló hace dos años (pues, según ella, protege contra las brujas, las tormentas y el mal de ojo) y le insiste en que se ponga el fascium (un amuleto con forma de pene) para protegerse. Para más inri, cada vez que escucha el aullido de un perro, el canto de una lechuza o ve una corneja volando a su derecha, Vieya augura malos presagios: «¡Ojalá entrara una polilla en casa!», grita entonces, como si eso fuera bueno. Ŷin-niy-yatun ya se ha cansado de repetirle que se lance la Parma y renueven el Aegis, porque no soporta que Vieya le responda siempre lo mismo:«¿Acaso no quieres que tus amigos entren en casa?». Últimamente, Ŷin-niy-yatun está empezando a pensar que se ha equivocado, pues alberga serias dudas acerca de las capacidades mágicas de Vieya, de la que ya no cree que sepa (ni haya sabido nunca) el misterio de la Metamorfosis.
Xanino Ex Miscellanea
Xanino fue un bebé cambiado por las hadas, nacido de una xane y de uno de los hombres del monasterio de San Martín de Castañeda. Fue amamantado por Vieya cuando era un bebé (ya que las xanes no tienen leche en el pecho), y de su herencia feérica guarda su horrible y peludo aspecto y algunas capacidades excepcionales que su maestro pudo conservar cuando le inició en las Artes.
Aunque podría haberle educado Vieya, la mujer se lo cedió a su sodalis Cresconio, pues la ayudó a proteger al niño que habían dejado las hadas cuando su falsa madre descubrió que su bebé había sido intercambiado. Por tanto, Xanino fue educado por un Tempestiario y, como él, heredó sus capacidades mágicas.
En 1220, acaba de superar su Desafío y por el momento no tiene ninguna necesidad (ni perspectiva) de abandonar la alianza. De todos los magi de Mare Iacum, Xanino es el más joven.
Cresconio Ex Micellanea
Cresconio es el segundo magus de más edad de Mare Iacum y, aunque tiene más o menos la mitad de la edad de Vieya, se le considera un magus anciano para la media de la alianza. Es un hombre corpulento y alto, tan alto que parece un patarico. Su aspecto es imponente y siempre lleva la larga barba anudada con un cordel, lo que según el lenguaje de la guerra significa que su actitud es belicosa y desafiante. En los pocos Tribunales en los que ha estado, su barba ha sido motivo de mofa por parte de algunos Flambeau, Jerbiton y Tremere. Sin embargo, las bromas cesaron cuando Cresconio declaró una Guerra de Magi a un eminente y conocido Tremere de la alianza aragonesa de Victrix y terminó matándolo en los primeros siete días. Desde entonces, nadie ha vuelto a burlarse de él y muchos han pasado a considerarlo una amenaza.
Eva Ex Miscellanea
La maga conocida como Eva llegó unos años antes que Ŷin-niy-yatun: herida, con los ojos y la lengua arrancadas y sin recordar nada de su pasado. Vieya la acogió y la llamó Eva (pues para la anciana maga no hay nada más peligroso que no tener nombre), y por sus ropajes y maneras dedujo que se trataba de una saḥira.
Vieya y Cresconio se la llevaron al Tribunal de 1214 para ver si alguien la reconocía, aunque nadie parecía haberla visto nunca, por lo que empezaron a pensar que pudiera tratarse de una hechicera de la Orden de Suleimán. Para evitar que nadie le hiciera daño, le rogaron a Indicium al-Gernikī que la censara en el Tribunal. De esta forma, la muchacha pasó a formar parte de la alianza. Por su parte, Eva pasa el verano al sol y el invierno junto a la chimenea de su sanctum. En los más de siete años que lleva en la alianza no ha mostrado ningún otro interés aparte del necesario para seguir subsistiendo.

Territorios

En la actualidad, Mare Iacum está en plena sierra del Bierzo, una de las etapas más duras del Camino de Santiago, pero fue fundada junto al Mare Iacum, -Lago de Sanabria-, de quien tomó el nombre, aunque tuviera que abandonar tan preciada y rica ubicación en el 922, trasladándose se trasladó al norte, a tierras bercianas, hasta un lago más pequeño y pobre, de unos quinientos metros en su parte más ancha y doscientos en su parte más estrecha.

Infraestructura

La alianza solo cuenta con dos edificios que aún tienen partes hechas de madera pese a sus casi tres siglos de existencia. 
El piso bajo del edificio de los magi es de piedra y alberga los únicos cinco sancta de la alianza. En su segunda planta (de madera y con las paredes sin encalar) está la exigua biblioteca y el minúsculo salón de concilios. El edificio de los grogs y compañeros es algo más pequeño, aunque más lujoso: está construido en piedra y tiene un tejado de teja roja que es el orgullo de los habitantes de la alianza. Los pocos visitantes herméticos que llegan a Mare Iacum siempre se sorprenden al descubrir que los grogs duermen en mejores camas que los magi.
Fecha de fundación
906
Tipo
Geopolitical, Magocracy
Jefe de Gobierno
Sistema de Gobierno
Democracy, Direct
Organización a la que pertenece
Fundadores
Gizosto Bjornaer
Fronilde Bjornaer
Estación
Primavera
Aura
Feérica, 3
Reputaciones
Pobre (Tribunal de Iberia) 3
Votos
5

Agrestes foeminae, sylvaticae et matres campestres
Las xanes son hadas vinculadas a los ríos, en especial a los saltos de agua. Parecen hermosas mujeres jóvenes con un largo pelo rubio que desenredan con peines de oro. Aunque pueden vestir de blanco, en general suelen ir desnudas y, junto con su peine, suelen poseer gallinas y polluelos de oro y cálices de plata que esconden en el lecho de los ríos o en cuevas por donde discurren los cursos de agua. Las xanes pueden abandonar el agua durante cortos periodos de tiempo y es costumbre verlas por la noche o en la mañana de San Juan en los claros de los bosques, en cascadas y cuevas, donde les gusta pasar el tiempo bailando. Sus tesoros siempre son un buen reclamo para los ladrones y, cuando les roban, las xanes hacen lo que pueden por recuperar sus pertenencias. Normalmente, cuando el ladrón se ve acorralado, entrega el tesoro a la Iglesia, pues es bien sabido que las xanes sienten aversión por el nombre de Dios y los santos (de ahí que muchos pequeños pueblos cuenten con preciosos cálices de plata, que de otra manera no habrían podido conseguir, como pasa con la parroquia de Santiago de Aguino, al sur de Asturias).
Estas hadas, asociadas con las ondinas, tienen un gran conocimiento de las plantas y las utilizan para realizar encantamientos, por lo que no es raro encontrarlas con acónito, adormidera, ajenjo, álamo negro, angélica, apio, beleño, belladona, cálamo común, cáñamo, cicuta, cincoenrama, cornezuelo, dedalera, eléboro, estramonio, hierba mora, lengua de perro, lengua de serpiente, mandrágora, matamoscas, nueza, perejil, sauce blanco, tejo o verbena, todas ellas hierbas de virtud que pueden ser enriquecidas. En especial, utilizan la llanzuela para curar las heridas de los hombres y mujeres que aman, y temen a la ruda, con la que, según cuentan, pueden ser desencantadas.
Las xanes de los arroyos y saltos de agua de Mar Yago (el lago junto al que se asentó la primera alianza homónima) fueron diezmadas por los hombres que llegaron junto a los monjes que restauraron el monasterio de San Martín de Castañeda. En 1220, no llegan ni a una docena, lo que preocupa a la anciana y bondadosa Vieya. La única forma que se le ocurre para evitar que los hombres terminen de exterminarlas es acabar antes con ellos, lo que no está dispuesta a hacer bajo ningún concepto. Vieya no confía mucho en la ayuda de Ŷin-niy-yatun, por lo que si entre los personajes jugadores hubiera un o una Merinita, podría pedirles ayuda para salvar al pueblo de las xanes, aunque también les advertirá que ni ellas ni Mare Iacum tienen mucho que ofrecer a cambio.
Nabia y Ladico
En algún momento en la historia de Mare Iacum, una de sus magae se dedicó a promocionar entre los habitantes de la zona el culto a Nabia (relacionada con la fecundidad) y al poderoso Ladico (que muchos asemejan a Júpiter), ambos seres mágicos que en tiempos antiguos alcanzaron su apoteosis feérica. Para su misión, esta maga erigió un pequeño templo a poco más de un kilómetro aguas arriba del río Navea, hoy en ruinas. Ya nadie se ocupa de mantenerlo limpio y las pocas ofrendas que los lugareños dejan en mitad de la noche (velas encendidas, gallos y ratones muertos) ni siquiera van dirigidas a Nabia y Ladico, pues sus nombres han sido olvidados.
De alguna forma (quizás descubran estas ruinas en alguna expedición o escuchen de ellas en algún Tribunal o torneo de ajedrez), los personajes jugadores se enteran de que existe un viejo templo cerca de las ruinas de Nemetobriga (antigua capital de la tribu de los tiburos, tiburi en latín). Nadie sabe a quién está dedicado ni si fue erigido por un magus hermético. Quizás puedan descubrir a quién estuvo dedicado el altar y averiguar los nombres de las antiguas divinidades, quienes, si les ayudaran a volver al mundo, les colmarían de dones, aunque siempre a cambio de trabajos.


Cover image: by Montedemo

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