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Casa Guernicus

La Casa Guernicus (pronunciado guérnicus) es una casta de magi dentro de la Orden de Hermes; todos sus miembros descienden de Guernicus el Fundador, que creía que la Orden necesitaba imponer con severidad una serie de normas si quería sobrevivir. Los miembros de esta Casa son los jueces de la Orden, investigan los comportamientos desviados y dirigen procesos contra aquellos que infringen el Código de Hermes y el Código Periférico. Creen que la Orden se colapsaría por sus conflictos internos si no fuera por su implacable supervisión. Se la denomina informalmente Casa Quaesitor (pronunciado kuaésitor), ya que “Quaesitores” es el título de aquellos magi investidos por la Orden con el poder para investigar los crímenes cometidos.
Aunque la Casa Guernicus solo admite a sus propios aprendices, otros magi pueden unirse a las filas de los Quaesitores, siendo uno de los mayores honores de la Orden el ser invitado por los ancianos de la Casa para desempeñar este cargo, aunque un magus recien ordenado solo puede ser un queasitors si ha sido adiestrado en la Casa Guernicus.
Por lo tanto, la Casa Guernicus es la encargada de velar por la seguridad y la justicia en la Orden de Hermes sirviendo como un recordatorio constante para los miembros de la Orden de su compromiso de defender el Código de Hermes. Debido a ello muchos magos los consideran demasiado exigentes e intrusivos, pero sin el estricto cumplimiento del código por parte de la casa, la Orden se habría derrumbado hace mucho tiempo. Algunos los consideran como no mucho mejores que la inquisición eclesiástica, mientras que otros los ven como jueces desinteresados e imparciales que viven solo para servir a la Orden. Como con la mayoría de las cosas, la verdad se encuentra en algún punto intermedio.
guernicus y los quaesitores

Estructura

El Consejo de Magvillus

La Casa Guernicus está regida por el consenso del Consejo de Magvillus, que está formado por dos cámaras: la baja y la alta.
  1. La cámara alta la constituyen seis magi Guernicus, más el Primus.
  2. La cámara baja la constituyen los veinticuatro magi que ostentan los cargos de quaesitores representantes de ls otras casas, así como los quaesitores presidentres de casa tribunal.  
La Cámara Alta
La constituyen seis magi Guernicus, más el Primus, que no preside, función que desempeña el Quaesitor Presidente del @RomaUn miembro de la cámara alta suele ser el Quaesitor Presidente del Tribunal de Roma: el Primus solo preside el pleno.
La cámara alta reside en Magvillus, junto con el Primus. Solo los miembros de la cámara alta pueden invitar a otros para que formen parte de la misma. El nombramiento de los miembros de la cámara alta es de por vida y por lo tanto es una invitación a unirse a la alianza de Magvillus y un enorme honor para todo magus Gernicus.
La cámara alta decide exclusivamente sobre los asuntos internos de la Casa Guernicus, y nombra a los Quaesitores embajadores de las otras casas, que integran la Cámara Baja
La Cámara Baja
Está constituída por los Quaesitores de las otras Casas y el Quaesitor Presidens de cada Tribunal regional. Así, la cámara baja cuenta con veinticuatro magi presididos por el primus de Guernicus que solo posee voto de calidad para desbloquear empates.
Cabe destacar que, aunque puede que algunos Quaesitores Presidentes no sean magi Guernicus, los embajadores específicos de las Casas tendrán que seguir siendo nombrados por la cámara alta del Consejo.
Su función principal es la organización y gestión del cuerpo e Quaesitores, asignando los destinos de los quaesitores formados en la casa y llevando a cabo los nombramientos de los no pertenecientes a esta.
Los miembros de la cámara baja no habitan en la domus magna, pero cuentan con objetos imbuidos capaces de transportarlos, junto con sus compañeros, a la casa de acogida que está fuera de la fortaleza de Magvillus. Estos objetos poseen capacidades que permiten tanto avisar a los miembros de las reuniones como autodestruirse: ambos pueden ser activados remotamente por el Primus Guernicus. Estos objetos se utilizan como invitaciones del ritual del Aegis de la Alianza.
El Pleno del Consejo
Lo constituye la suma de las dos cámaras, por lo que está constituido por treinta y un magi, incluyendo el Primus. La cámara alta solo gobierna sobre los asuntos internos de la Casa Guernicus, pero para los demás asuntos, se requiere el pleno del Consejo. Una asistencia de veintiuno se considera quórum.
El Primus preside la reunión y establece el orden del día. Si el Primus no está disponible, el miembro más anciano de la cámara alta preside el encuentro.
Cualquier miembro puede proponer un tema de discusión y las decisiones se toman por mayoría simple.
Los nuevos Primi son elegidos por el Consejo en pleno y, aunque no haya sucedido nunca, también pueden ser destituidos por el pleno. El Primus es el único miembro de Magvillus que no elige exclusivamente la Cámara Alta.

El Primus

Preside las reuniones del pleno del Consejo -además del Gran Tribunal de la Orden. El primus es elegido por el pleno del Consejo y pueden ser destituidos por este. Tienen la responsabilidad de llevar a cabo las voluntad del consejo.
El Primus es el único miembro de Magvillus que no es elegido exclusivamente por la Cámara Alta, ya que lo elige el Consejo en pleno, -ni dentro de esta, ya que puede ser cualquier magus Guernicus que cuente con el suficiente prestigio y votos a favor.
Otra importante prerrogativa del Primus Guernicus es la de ejercer como Quaesitor Praesidens en las reuinones del Gran Tribunal, con el poder que esto implica para toda la Orden.
Desde 1218, la Prima es la Archimaga Bilera. Fue elegida tanto por su historial como por su aparente neutralidad en las discusiones entre los Conservadores y Progresistas, no habiendo pertenecido a la Cámara Alta antes de su elección.
Mandato PRIMUS
1218-... Bilera Armonizadora entre Conservadores y Progresistas
...-1218 Arliandus Férreo conservador

Cultura

Aunque dediquen su vida a las leyes, la Casa Guernicus no impone un rígido control sobre sus miembros. En general, a los magi Guernicus nunca se les ordena que hagan algo en particular: cualquier directriz se lleva a cabo en forma de solicitud.

Los Magi Guernicus

Ante todo, un Guernicus es un mago. Su vida está guiada por sus intereses mágicos. Ser un Quaesitor o servir a la orden de cualquier otra forma es una ocupación a tiempo parcial. Además de su preocupación por la educación moral de sus pupilos, Guernicus les alentó para que encontraran su propio camino mágico. Hizo grandes esfuerzos por fomentar sus aptitudes naturales, que las veía como regalos de Dios, y por lo tanto como grandes tesoros. 
Por lo tanto, existe una gran diversidad dentro de la Casa, y de ellos, no todos se adaptan a las tareas de investigación. Sin embargo, es de esperar que si se les pide, hagan todo lo que puedan al respecto. Si un magus es un investigador especialmente mediocre, puede renunciar a estas actividades, aunque, a menos que sirva a la Orden de alguna otra forma, se le negará el estatus Quaesitorial.
La Casa anima los magi Guernicus a participar en la política de los Tribunales, pero solo para promover la paz y la prosperidad de la Orden. Una puntuación en Intriga les permite poder ver a través de las manipulaciones y prever todas las consecuencias. Es poco probable que un magus con una puntuación alta en Intriga se deje engañar para que apoye políticas que puedan entrar en conflicto con sus objetivos a largo plazo.
Se supone que un magus Guernicus apoya a la política según sus convicciones, no solo según sus intereses. Un magus Guernicus que parezca estar demasiado apegado a una facción en particular dentro de un Tribunal puede ser discretamente amonestado por los miembros más ancianos, ya que dicha actitud socava su imparcialidad.
Cuando se les pide ayuda para negociar acuerdos extrajudiciales, su capacidad para juzgar el poder y la posición de los grupos es importante. Como mediador tiene que encontrar la forma de que ambas partes lleguen a un acuerdo y alcancen un compromiso aceptable. La competencia de Intriga les ayudará a encontrar o crear ese punto medio, si es que es posible.
En las sagas donde los Quaesitores traten de hacer cumplir la integridad de los juicios Herméticos, pueden emplear esta capacidad para detectar votaciones corruptas.
La búsqueda de justicia no es algo que los Guernicus quieran hacer solos así que hay muchos papeles que los magi Guernicus pueden desempeñar a parte del de quaesitor, como hoplitas, abogados o investigadores mágicos.
Aprendizaje
Los aprendices Gerncus reciben una estricta instrucciónn moral y ética durante su estudio, por lo que son muchos los magi que comienzan con una buena puntuación en Philosophiae, especializados en filosofía moral.
Los maestros Guernicus también realizan pruebas deductivas y de investigación. La magia no es su única herramienta, y a menudo una inspección básica revelará indicios que incluso la magia ritual más poderosa podría pasar por alto. Una puntuación en Don de Gentes le dará al Quaesitor la oportunidad de detectar signos de culpabilidad en otros magi. Atención (buscar) le permitirá examinar una escena y descubrir pistas; y con Intriga (maquinaciones) podrá reconstruir conspiraciones. Los Quaesitores más respetados en la historia de la Orden concluyeron sus investigaciones sin lanzar un solo hechizo.
Los aprendices Guernicus suelen pasar poco tiempo como ayudantes de laboratorio. La instrucción de los aprendices en las capacidades Quaesitoriales es algo que se ve como un deber colectivo, por lo que son enviados para que acompañen a otros Quaesitores en sus investigaciones y arbitrajes. Como el maestro ya está dedicando una estación al año a la instrucción mágica del aprendiz, puede reducir su obligación con respecto a las investigaciones que lleven mucho tiempo si así lo desea. Por lo tanto, la mayor parte de la formación de campo del aprendiz puede ser llevada a cabo por otros magi aparte del maestro. Así, cuando el aprendiz se enfrente a su Desafío, debería conocer a los demás Quaesitores del Tribunal, y estos deberían conocerle a él.
El Desafío Guernicus consiste en un examen escrito sobre el Código de Hermes y pruebas prácticas de investigación, juicio y templanza. Estas pruebas prácticas pueden consistir en una investigación simulada, en el juicio de un Tribunal o en ambas cosas. El aprendiz interpreta el papel de un Quaesitor en busca de justicia. Estas pruebas suelen llevar implícitas otras de carácter moral: dándoles, de forma sutil, la oportunidad de hacer trampas en sus exámenes. La decisión que tome con respecto a esta oportunidad, será lo que por norma general decida el Desafío. Si hace trampas, se le comunicará que suspendió otra prueba no relacionada. De esta forma, el aprendiz creerá que su deshonestidad no ha sido advertida. Si un aprendiz falla a la honradez por tres veces, se le permitirá ingresar en la Casa Guernicus, pero no como Quaesitor.
Asignación de destinos
Los magi Guernicus recién nombrados tras el Desafío son asignados a un Tribunal en función de las necesidades del mismo. Para ello, el Primus escribe a las posibles alianzas en nombre del nuevo Quaesitor, solicitando su membresía. Aunque las alianzas tienen derecho a negarse, son muy pocas las que lo hacen sin tener un buen motivo. Si bien el resto de Quaesitores consideran aceptable que los nuevos Quaesitores acepten la asignación de su destino, si quieren, también pueden buscar alianzas por sí mismos.
Tener un Quaesitor en una alianza es un dudoso privilegio. En los conflictos con mundanos y otros magi, un Quaesitor raras veces tolerará acciones que se salgan de la ley. Sin embargo, llevarán a cabo con especial interés aquellas investigaciones sobre cualquier actividad ilegal que vaya en contra de su propia alianza. Es común que se ubique a los Quaesitores jóvenes en alianzas de primavera, sobre todo en regiones donde las alianzas más antiguas son conocidas por su hostilidad.
Quaesitores
El poder de los Quaesitores emana casi totalmente del respeto que le profesan a ese oficio los demás magi. Los poderes que tienen derivan de las sentencias de los Tribunales, aunque incluso las resoluciones del Primer Tribunal se podrían revertir si lo deseara tanto el Gran Tribunal como los Primi. Sin embargo, es poco probable que esto ocurra. Guernicus creía firmemente que la Orden solo podría resistir mediante el incesante esfuerzo de sus descendientes; y no solo lo creen los magi Guernicus, sino también la mayoría de los demás magi. Guernicus desarrolló este credo y esta obligación moral, y ahora lo sustentan sus descendientes, manteniéndose a sí mismos en los más altos estándares de conducta e integridad. En una saga razonablemente legal, es raro que haya un Quaesitor corrupto. Puede que un Quaesitor no guste, o incluso sea odiado, pero pocos tendrán una dudosa reputación o serán corruptos.
Por supuesto, cada saga variará mucho en este y en todos los demás aspectos. En un Tribunal muy politizado, los Quaesitores solo podrían ejercer su autoridad prestando su apoyo a grupos importantes, haciendo interpretaciones legales propicias y dictando sanciones leves o severas. Claro está, esto sería la antítesis del deseo de Guernicus, pero también el cumplimiento de su profecía.

1186 d.C., Tribunal de Tebas
Un consorcio de magi liderados por el Archimagus Stregos presentó cargos contra Fulmen de Guernicus. Durante el transcurso de una investigación, Fulmen descubrió ciertos secretos del culto mistérico de su objetivo. Posteriormente, este magus fue expulsado por otras razones. Fulmen difundió innecesariamente aquellos conocimientos a sus Hoplitas. El Archimagus Stregos sostenía que estos secretos habían sido obtenidos, en primer lugar, mediante la violación del derecho a la privacidad, aunque posteriormente hubiera sido encontrado culpable de un delito mayor. Fulmen no negó la acusación y pidió disculpas a Stregos por sus errores. El Quaesitor Presidente lo castigó con la pérdida de su familiar. Desconsolado y avergonzado, Fulmen renunció a su membresía de la Casa Guernicus, ahorrándole al Primus el tener que expulsarle. Fulmen se unió a la Casa Jerbiton y se ganó una buena reputación como abogado y asesor jurídico.

Hoplitas
De vez en cuando, un magus Guernicus se da cuenta de que su magia y temperamento encajan mejor con la magia de combate que con el trabajo de investigación. Esta predisposición está bien vista en la Casa, ya que evoca el apasionado espíritu de Guernicus. Es posible que los Quaesitores se vean amenazados durante una investigación, en tales casos, podrán recurrir a sus aliados para añadir fuerza mágica a la investigación. Si un magus se forja una reputación asumiendo esta responsabilidad, se le conocerá generalmente como un Hoplita.
Algunos magi Guernicus son diestros tanto en la investigación como en el combate. Estos Quaesitores Hoplitas suelen ser enviados a los Tribunales más anárquicos, donde sus brutales investigaciones son adecuadas.
Abogados
Algunos magi Guernicus creen que pueden servir mejor a la Orden actuando como defensores de la ley. Estos magi toman los casos donde las partes de acusación o defensa se sienten amenazadas, o no pueden llevarlos a cabo por alguna otra razón. Sus honorarios suelen ser asequibles, incluso para magi pobres. 
También trabajan para resolver disputas extrajudiciales, y aunque representen a una de las partes, tienen la capacidad de negociar acuerdos entre los implicados, que de otra forma se mostrarían extremadamente hostiles. Los abogados Guernicus ideales trabajan para lograr la paz y la seguridad de la Orden, mediando entre los débiles y los fuertes para asegurar que se hace justicia.
Investigadores mágicos
Los magi Guernicus con una cierta aptitud suelen ser convocados para ofrecer un breve servicio de apoyo en una investigación principal. Estos servicios no deberían interrumpir sus estudios. La mayoría tiene hechizos para desplazarse mágicamente y objetos con los que los Quaesitores puedan ponerse en contacto con ellos cuando sea necesario. En particular, los especialistas suelen ser muy demandados en los Tribunales para respaldar testimonios. Los especialistas más experimentados llevan a cabo investigaciones que fuerzan los límites de la Teoría Hermética. Uno de los sueños de estos magi es superar el Límite del Tiempo. A menudo circulan rumores de que los Quaesitores tienen un hechizo capaz de indagar en el pasado. Si los investigadores lo han conseguido, no han dicho nada al respecto.
Terrae Magi
Aunque Guernicus nunca inculcó sus intereses mágicos a sus aprendices, algunos de sus pupilos retomaron el especial conocimiento de su maestro en Terram. Aunque la Casa Guernicus no era un Culto Arcano, estos pupilos fundaron un culto dedicado a preservar la magia de tierra de Guernicus. Si bien el culto acepta magi de cualquier Casa, el líder siempre es un magus Guernicus. Este líder siempre encuentra la manera de tener un asiento dentro de la cámara alta de Magvillus. Estos magi son extremadamente temibles en combates mágicos y suelen seguir la carrera de Hoplita.
Entre los miembros de este culto, muchos poseen la capacidad adivinatoria de geomancia, lo que les hace ser temidos como investigadores incluso por los más astutos. Muchos aprenden a invocar y negociar con elementales de tierra.

Carrera y política

A los miembros de la cámara baja se les anima a invitar a los Quaesitores de otras regiones, junto con sus aprendices, para que les acompañen a las reuniones. Estos magi, y sus aprendices, pueden observarlo todo libremente. Lo normal es que después se celebre una fiesta, donde tendrán la oportunidad de relacionarse. Como hay menos de ciento cincuenta Quaesitores en la Orden, prácticamente todos se conocen bastante bien.
Los Quaesitores ascienden impresionando a sus iguales y al Tribunal en general. Normalmente, es suficiente con conseguir con éxito una serie de investigaciones, arbitrajes o defensas. Básicamente, el Quaesitor tiene que conseguir una reputación positiva, tanto entre sus pares como en su Tribunal regional. Cuando ha logrado ser conocido y respetado, se le puede ofrecer un cargo como asesor del Quaesitor Presidens. Una vez se es asesor, se puede aspirar al puesto de Quaesitor Presidente.
A lo largo de su carrera, un Quaesitor competente podrá aspirar al menos una vez al cargo de Quaesitor Presidente.
Para llegar a las esferas internas del Consejo de Magvillus, el magus tiene que lograr algo que sea digno de mención; como por ejemplo, abrirse paso a través de una profunda crisis dentro de su Tribunal regional mediante astutas negociaciones, o desenmascarar una importante conspiración diabólica. Lograr estas complicadas y notorias tareas es el camino para que el magus Guernicus consiga llamar la atención de la Cámara Alta. Aunque es más probable que estas actividades destacadas acaben en manos del Quaesitor Presidente, muchos jóvenes magi Guernicus han logrado impresionar al consejo antes de alcanzar este cargo. Un éxito notable y temprano en la carrera de un magus, puede conducirle hasta lo más alto.
Después de llamar la atención de la cámara alta, se puede requerir que el magus dirija investigaciones o arbitrajes entre Tribunales o a nivel de las Casas. Esto le permite al magus extender su reputación más allá de las fronteras de su Tribunal regional. Un Quaesitor con una reputación positiva a nivel global dentro de la Orden será un posible candidato a la cámara alta y también tendrá opciones para el cargo de Primus.
A lo más alto que puede aspirar un Quaesitor no Guernicus, es al puesto de embajador de la Casa en la cámara baja. Lo normal es que un embajador de la Casa esté en contacto directo con su propio Primus. En ocasiones, los embajadores llegan a convertirse en Primus de su Casa. En estos casos, tienen que renunciar a su estatus de Quaesitor para tomar asiento en la cámara baja del Consejo de Magvillus.
El avance en la Casa Guernicus está motivado por el éxito. Bajo la Primacía de Bilera, las opiniones políticas de un Quaesitor en cuanto al debate entre los Conservadores y Progresistas no deberían suponer ventaja o inconveniente alguno. Siempre que un Quaesitor cumpla con la ley tal y como es, el hecho de que presione para promover el cambio o las tradiciones (o para volver a lo tradicional) no debería afectar a su carrera. Que este supuesto sea en realidad así, dependerá de la actitud de los Quaesitores locales más ancianos.
La política de enviar a los magi recién admitidos a Tribunales lejanos, impide el desarrollo del nepotismo y las excentricidades locales, por lo que la mitad de las veces los magi Guernicus no residen en el Tribunal de sus parentes. Como la mayoría de los magi Guernicus ha cambiado de Tribunal al menos una vez, casi todos consideran esta amplitud de miras como un factor importante en la educación del Quaesitor. Si un filius permanece en su Tribunal natal, lo normal es que los parentes se muestren excesivamente críticos para evitar cualquier indicio de nepotismo. Por ello, la mayoría de los nuevos Quaesitores buscan activamente su lugar en Tribunales extranjeros. Además, el Consejo de Magvillus suele pedir a los magi Guernicus con experiencia que se trasladen a Tribunales conflictivos.
Todo esto tiende a hacer que los Guernicus tengan una actitud cosmopolita y, aunque lo normal es que respeten las tradiciones locales, tienden a no estar comprometidos personalmente con ellas.
Esta frecuente política migratoria hace que la cultura dentro de la Casa Guernicus sea bastante uniforme, aunque como cabría esperar para cualquier grupo formado por una cierta cantidad de individuos, también habrá particularidades locales. Sin embargo, la dinámica de grupo de los Quaesitores locales cambiará con relativa rapidez, ya que sus miembros estarán entrando y saliendo constantemente.

Aliados

Los Quaesitores no son los únicos miembros de la Orden que creen e la importancia de hacer cumplir la ley, y muchos otros magi pueden estar dispuestos a colaborar activamente con los quaesitores de muchas formas. Una de las más habituales es mediante la dirección de investigaciones llevadas a cabo por ellos mismos. Si tienen buenas relaciones con un Quaesitor, este le puede entregar una carta de autorización que les concederá libertad inquisitiva y con la que podrán exigir cooperación. Sin embargo, los que no son Quaesitores han de tener más cuidado con estas libertades. 
Puede ser que un suceso se produzca tan rápidamente que sea imposible hacerse con una carta de autorización. En estos casos, la autorización puede conseguirse de forma retroactiva, aunque lo normal es que no solo sea así cuando las investigaciones han tenido éxito.
Hoplitas
A los magi que acompañan y protegen a los Quaesitores se les suelen proporcionar cartas de autorización para que además puedan participar en la investigación. Los poderosos magi que desempeñan este papel son conocidos como Hoplitas.
Muchos miembros de las Casas Flambeau, Tytalus y Tremere valoran especialmente este papel, ya que a menudo suelen ser los primeros en dar caza a los magi expulsados. Aunque esto redunda sobre todo en la reputación del Hoplita, también pueden ser recompensados materialmente.
Boinas Rojas
Siendo otra Casa dedicada al bienestar de la Orden, los magi Mercere suelen estar dispuestos a investigar los posibles delitos Herméticos. Al no tener El Don y al viajar tanto, los Boinas Rojas se convierten en los agentes ideales para investigar en la sociedad mundana. Al viajar por todo el Tribunal, suelen ser los primeros en encontrar evidencias de interferencias con los mundanos. De hecho, a menudo son los primeros en sufrir la ira de los mundanos como consecuencia de dichas actividades.
A menos que posean objetos imbuidos con efectos de Intellego, los Boinas Rojas están en desventaja cuando investigan a los magi de forma más directa. Sin duda, también son los menos capaces de defenderse a sí mismos en caso de necesidad. Por ello, es poco frecuente, aunque no inaudito, que un Boina Roja dirija la investigación de un magus. Generalmente recopilarán información en la sociedad mundana para pasársela a un Quaesitor.
Custodes
Muchos Quaesitores emplean custodes que conocen mundo para que actúen como sus ojos y oídos entre las sociedades mundanas, como complemento de los aplicados Boinas Rojas. Muchos de ellos son comerciantes que ejercen su oficio para el Tribunal.
Los que suministran equipo especializado y materiales necesarios para los magi Herméticos, son reclutados a menudo por los Quaesitores para que vigilen a sus clientes. Esto se lleva a cabo en el más riguroso de los secretos, y los comerciantes reciben órdenes estrictas de no levantar sospecha alguna. Se tienen que limitar a recoger chismorreos de la turba y a tomar nota de las cosas que ven. Si se le pregunta directamente, el mercader dirá que está bajo la protección de su señor Quaesitorial, el cual se limitará a señalar las ventajas que conlleva que los mercaderes que sirven a la Orden estén bajo el cuidado Quaesitorial.
Aunque es raro, de vez en cuando se infiltra a un agente mundano en una alianza para que actúe como espía. Si se sabe que la alianza investiga a sus reclutas, se altera la memoria del sujeto para frustrar las detecciones estándares con Intellego Mentem. Este uso de la magia está bajo la inmunidad de investigación.

Agenda pública

Sin Guernicus, el Fundador ni su sabiduría, la Orden habría fracasado en el transcurso de la vida de los Fundadores. Sin la entereza de sus descendientes, los magi habrían vivido sometidos al yugo de la tiranía; quizá en peores circunstancias y de manera más indigna que antes de la Fundación. Quienes afirman eso son los Quaesitores, ¿quién podría dudar de ellos?
Son los hombres de virtud los que se abren paso a través de la adversidad y la injusticia para forjar sociedades seguras y justas a partir de las ruinas de aquellas que fracasaron antes. Sin embargo, serán las generaciones venideras, que ya nada saben de miserias, las que acabarán mercadeando con su herencia para obtener vacuas ganancias; corrompiendo sus ideales que, una vez perdidos, sumirán a la sociedad en la anarquía y el caos hasta que de nuevo el pueblo clame por su salvación; momento en el que resurgirá un nuevo orden para restablecer su virtud. Este destino es inevitable.
La Casa Guernicus cree oponerse a la Rueda de Fortuna, ralentizándola lo mejor que puede. Con el esfuerzo de sus magi, los pilares básicos de la sociedad Hermética han permanecido intactos durante más de cuatrocientos años.
La mayoría de los magi Guernicus ocupan el cargo de Quaesitor, llamados así en honor a los magistrados de la República Romana. Los Quaesitores son los jueces e investigadores oficiales de la Orden, encargados de supervisar los Tribunales y de asegurar que respeten el Código. Si un magus va a ser castigado, será un Quaesitor el que establezca su castigo, y también serán estos los que investiguen a los individuos y alianzas sospechosas de haber roto el Código de Hermes.
Para ayudar a su cometido han desenterrado las raíces de la magia Hermética arraigadas en Roma, Grecia y el antiguo Egipto, consiguiendo así los sólidos valores de su tradición y el acceso a poderosos y secretos rituales que conservan en su domus magna.

Historia


Antes de la Orden

Cuando se disolvió el Culto de Mercurio, la mayoría de los Mercurianos cayó en la miseria. Con un limitado repertorio mágico y marcados por El Don, a muchos les resultó imposible ganarse la vida de forma honrada. Un gran número de ellos utilizó los poderes de los que disponían para robar, asaltar y extorsionar: como meros bandidos con magia. Su fragmentado conocimiento hizo que la mayoría de los Mercurianos no consiguiera desarrollar ni una docena de hechizos útiles y, una vez perfeccionados, el camino más rápido para conseguir más poder pasaba por la adquisición de los hechizos de los demás. Lo normal era que los consiguieran haciendo uso de aquello que mejor conocían: el robo y la violencia.
Sin embargo, hubo excepciones. Cuando el Culto cayó, hubo un sacerdote de Mercurio que pudo conservar hechizos relacionados con la tierra y el metal. De él nació un pequeño linaje de hechiceros de la tierra, los Terrae–Magi, que adaptaron y desarrollaron esos conocimientos para poder utilizarlos en momentos difíciles. Aunque conservaron el conocimiento de poderosos rituales capaces de provocar terremotos y crear volcanes, no contaban con suficientes miembros y carecían de los recursos necesarios para lanzarlos. En cualquier caso, los hechizos de este tipo no habrían solucionado nada a los hombres y mujeres que habían caído en la pobreza tras la caída del Imperio Romano.
Sin embargo, a partir de este conocimiento crearon hechizos más modestos que podían ser lanzados por un solo hechicero. Hicieron hechizos capaces de aplastar con rocas a sus enemigos o hacer que la tierra se los tragara. Desarrollaron otros con los que incrementar la fertilidad del suelo, un servicio que les permitió negociar para conseguir comida y refugio. Y de entre todos los nuevos usos encontrados, uno, sin embargo, fue tanto su bendición como su maldición: conjurar metales preciosos de la nada.
Con suficientes monedas, incluso alguien con El Don podía comprar comida y conseguir un lecho caliente. Con el tiempo, quizás incluso ser aceptado como un miembro de la comunidad. Sin embargo, los rumores sobre el conjuro de los metales de los Terrae–Magi se hicieron legendarios entre otros herederos de la tradición de Mercurio. La codicia por el conjuro de los metales les dio incluso un incentivo mayor para salir en busca de sus antiguos hermanos. Los Terrae–Magi se vieron obligados a vivir clandestinamente y a enterrar sus grimorios en cámaras subterráneas, a las que solo se podía acceder con su magia. Aun así, los Mercurianos seguían descubriéndolos a menudo. Los Terrae–Magi ofrecieron resistencia y ningún agresor logró hacerse jamás con uno de sus grimorios, aunque tanto desgaste les pasó factura.
En el año 756, solo quedaba un Terrae–Magus con vida, Guernicus. Cuando siendo solo un muchacho regresaba a casa después de misa, encontró a dos hechiceros Mercurianos torturando a su amado maestro. Como estaban concentrados en dicha tarea, Guernicus logró acabar con uno de ellos sin mediar palabra; el otro huyó presa del pánico. A pesar de los cuidados de Guernicus, su maestro acabó muriendo de forma agónica y dolorosa. Guernicus pasó los siguientes siete años dando caza al hechicero que había quedado con vida.
Durante este tiempo, Guernicus llegó a ser tan temido como respetado. Perseguir hechiceros de Mercurio era una tarea peligrosa, puesto que todos vivían en la clandestinidad y estaban alerta. A todo aquel que encontraba le exigía información acerca de su presa. A pesar de su Don Silencioso, Guernicus fue atacado a menudo, pero gracias a una mezcla de suerte y astucia, se las arregló para sobrevivir batalla tras batalla. No estaba interesado en los secretos mágicos de aquellos a los que derrotaba: lo único que le importaba era su presa.
Pero al mismo tiempo, ayudaba a todo aquel hechicero que estaba siendo perseguido de forma injusta. Aunque su honor, caridad y determinación le hicieron ganarse el respeto y la confianza de muchos con los que se encontró, Guernicus siguió desconfiando de todos los hechiceros.
Al final fue con estos aliados con los que dio caza a su objetivo. Encerró al asesino en una cámara subterránea junto con los grimorios que había querido robar, sin comida ni agua, y con una única vela. En estas condiciones, jamás podría aprender la magia de la tierra necesaria como para lograr escapar.
La formación de la Orden
Cuando Trianoma, la Fundadora estaba buscando hechiceros que se unieran a la Orden, escuchó hablar de Guernicus. Por aquel entonces, su fama como defensor de otros hechiceros era extraordinaria. Algunos Mercurianos lo consideraban su amigo y atribuían su carácter moral a su fe cristiana. Bonisagus necesitaba los conocimientos de la magia de la tierra para su teoría universal de la teoría mágica, mientras que Trianoma consideraba igualmente valiosa su excelente reputación. No obstante, en el encuentro producido en el año 762, la desconfianza y el cinismo de Guernicus pusieron a prueba la legendaria habilidad diplomática de Trianoma.
Aunque Guernicus estaba contento de poder vivir en paz, no creía que otros hechiceros pudieran decir lo mismo. A pesar de las excepciones que conocía, creía en la inmoralidad intrínseca de la naturaleza del Don. Aunque pudiera prestar y mantener un juramento, dudaba que los demás pudieran hacerlo. Sin embargo, y atendiendo a las promesas dadas por Trianoma de enseñar la Parma Magica a todo aquel que se uniera a la Orden, Guernicus aceptó, pues no quería estar en desventaja cuando se produjera la inevitable destrucción de la Orden, cosa que él calculaba que se produciría en no demasiados años. Por lo mismo, se mostró de acuerdo en compartir sus conocimientos con Bonisagus, pues en el caos que estaba por venir nada de esto le perjudicaría.
En el debate sobre la elaboración del Juramento Hermético, Guernicus sostuvo que la votación de todos los miembros tuviera la misma ponderación en los Tribunales, de tal modo que ni siquiera el voto de los Fundadores pudiera primar sobre los demás. Los Fundadores podrían gobernar sobre sus seguidores, pero no así sobre los Tribunales. Así se acordó, y los órdenes de Casas y Primi fueron establecidos.
Incluso después de que Bonisagus les enseñara magia Hermética, Guernicus y Trianoma siguieron discutiendo sobre la viabilidad de la Orden. Guernicus afirmaba que la Orden solo podría sobrevivir si se adhería al cumplimiento estricto de un Código. En los primeros años, buscó reiterativamente ejemplos de magi que hubieran quebrantado el espíritu del Juramento, desafiando a los magi para resolver ambigüedades en su interpretación. También indagó sobre aquellos delitos no recogidos por el Juramento que pudieran ser motivo de discordia. En este y en otros asuntos, Diedne fue la más firme aliada de Guernicus.
Los magi de la Casa Diedne mantenían consagrados a su religión sus lugares rituales. Diedne se quejó de que otros magi estaban profanando los lugares sagrados de sus seguidores con las intromisiones que estaban llevando a cabo. Criamon también vio amenazada la privacidad de su Misterio. Como respuesta, Guernicus, Criamon y Diedne solicitaron que se protegiera la privacidad de los sancta. Junto con esta, se aprobaron otras propuestas que pronto formaron un conjunto de resoluciones aprobadas por los Tribunales y que aclararon, ampliaron y ennoblecieron el Código; había nacido el Código Periférico. Satisfecho con el resultado, Guernicus amplió sus estimaciones sobre la vida de la Orden a “setenta años… o quizá alguno más gracias a los Rituales de Longevidad”.
Exasperada, Trianoma preguntó qué más hacía falta. Guernicus respondió que la Orden necesitaba un magus que se dedicara a mantener la paz, que pudiera desenmascarar las faltas, y que garantizara el cumplimiento de la ley, puesto que todavía no tenía ninguno. Trianoma desafió a Guernicus para que él fuera ese magus, y este aceptó.
Trianoma y Guernicus

Los Quaesitores

Con el paso de los años, los aprendices de Guernicus participaron de las responsabilidades de sus parens. Estos magi comenzaron a ser conocidos colectivamente como los Quaesitores. Los magi de otras Casas empezaron a quejarse; no tenían ni voz ni voto en la aplicación de la ley. Consciente de esta injusticia, Guernicus se reunió con los demás Primi y acordaron que los magi de otras Casas también pudieran convertirse en Quaesitores. La tradición dicta que al menos un miembro de cada Casa debe ostentar el título de Quaesitor: estos magi representan a su Casa dentro de los Quaesitores. Sin embargo, el Primus Guernicus se cuida de otorgar el título solo a aquellos que sean imparciales y actúen con independencia, no como peones de su Casa. De hecho, muchos incluso tratan con dureza a los miembros de sus propias Casas para que nadie pueda tacharles de favoritismo. Se dice que la última persona a la que uno querría como Quaesitor es a un Quaesitor de su misma Casa.

El final de Guernicus

Guernicus pasó la mayor parte de su tiempo intentando desarrollar el Código Periférico como él pensaba que era mejor, fracasando en multitud de ocasiones. Deseaba que la Orden se apoyara en la voluntariedad de sus miembros, pero encontró pocos apoyos al respecto. Consiguió convencer al Primer Tribunal para que dispusiera que los magi ofrecieran unirse a la Orden a aquellos hechiceros pacíficos de otras tradiciones, en lugar de acabar con ellos. Aunque esto derivó en la resolución “Únete o Muere”, pronto se vería que no había intención de hacerla cumplir. Los Tribunales estaban dispuestos a aceptar cualquier tipo de pretexto que justificara un asesinato. Flambeau, Tytalus y otros utilizaron su magia Hermética y su Parma para iniciar la purga de aquellas tradiciones que les disgustaban. Aunque Guernicus y sus filii se pusieron en marcha para reclutar a tantos de ellos como les era posible (generalmente enviándolos con los magi menos hostiles de otras Casas), muchos acabaron muertos.
La ayuda que prestó a Hariste, Prima de la Casa Tytalus, para evitar la guerra contra la “Ordo Miscellanea” de Pralix, fue su última victoria. Trianoma negoció la creación de la Casa Ex Miscellanea, y el Gran Tribunal estuvo de acuerdo después de una votación muy reñida.
La última aparición pública de Guernicus fue durante el Gran Tribunal del año 817. En contra de su enérgica protesta, el concilio aprobó la resolución que establecía el certamen como “decisivo en todas las disputas”. Guernicus se retiró a su fortaleza, Magvillus, afirmando que la destrucción de la Orden estaba cerca.
Se dice que al final, Guernicus abjuró de sus Artes y emprendió una peregrinación hacia Roma. Cuando expiró su Ritual de Longevidad, rechazó todas las ofertas para realizar otro. Sin Parma y ya senil, evitó cualquier contacto con magi sin el Don Silencioso, y declaró que la Parma ocultaba la verdadera naturaleza de los magi. Pero quizá esta historia no sea más que un bulo, y lo que la mayoría afirma es que Guernicus pasó sus últimos años recluido en Magvillus, con su filius favorito, Fenicil, como única ventana al mundo.
Fenicil se convirtió en Primus en el año 832 y el destino de Guernicus nunca fue revelado. Algunos rumores descabellados sugieren que Guernicus encontró la manera de engañar a la edad y al Crepúsculo. Dicen que descansa bajo tierra, esperando el día en el que caiga la Orden, solo para atestiguar con sombría satisfacción aquello que predijo.

Primus Fenicil

Los primeros años de liderazgo de Fenicil estuvieron marcados por el intento de dominación de Tremere. Atados por la sentencia del año 817, los Quaesitores fueron testigos de sus consecuencias, aunque Fenicil no se quedó de brazos cruzados. En estrecha colaboración con los líderes Diedne, Fenicil continuó los preparativos secretos de la Casa Guernicus para la guerra. Cuando los magi Guernicus estaban dispuestos a asesinar a Tremere y los Diedne preparados para un conflicto de carácter general, sobrevino la Ruptura . Aliviados, los líderes Guernicus y Diedne mantuvieron en secreto sus planes abortados.
Fenicil achacó los problemas de la Orden a la ausencia de una tradición que pudiera unificarla. Las raíces religiosas de las tradiciones de Mercurio y los Druidas se habían disuelto con la laica teoría mágica universal. Con el advenimiento de la Casa Ex Miscellanea, un gran número de hechiceros con una diversidad religiosa y cultural todavía mayor se unió a la Orden. Fenicil y algunos más temían que sin los cimientos adecuados, la Orden no fuera digna del respeto de los hechiceros. Antes de convertirse en Primus, Fenicil emprendió una campaña de cincuenta años para buscar el conocimiento de los grupos mágicos más antiguos y encontrar las raíces más profundas de la Orden. Esta búsqueda lo llevó de nuevo al culto egipcio de Toth y los escritos de Hermes Trismegisto.
Sus investigaciones, así como las de sus seguidores, dieron sus frutos. En base a estas, Fenicil anunció que la Orden de Hermes era una manifestación temporal de una organización eterna. Esta organización estaba predestinada a unificar a todos los hechiceros, por lo que todos tendrían que someterse a dicho destino. Igualmente, el Código de Hermes no era una cuestión del pragmatismo de Guernicus, sino una manifestación de los antiguos Códigos que habían gobernado las encarnaciones anteriores. La estricta observancia de la letra de la ley era el mandato de Fenicil hacia su Casa y la Orden.
Aunque las declaraciones de Fenicil sorprendieron a muchos magi y les hizo plantearse con ironía la formación del Primus, ninguno se le opuso. Con el paso del tiempo, cada vez más magi acabaron por aceptar como un hecho el punto de vista de Fenicil.
Además de descubrir las evidencias de las órdenes mágicas anteriores, Fenicil recopiló tantos textos de Mercurio como pudo encontrar o copiar. Además, encontró textos de antiguos rituales egipcios, griegos y babilonios. La mayoría de estos rituales dependían de un gran número de devotos seguidores más que del poder de los individuos. Sus partidarios trabajaron en secreto para traducir dichos rituales, de forma que pudieran ser aprendidos y lanzados. Gracias a ello, los Quaesitores cuentan con una magia secreta y poderosa (los Rituales de Fenicil).
Junto con los antiguos escritos, Fenicil y sus partidarios llevaron a Magvillus un gran número de objetos mágicos antiquísimos. Los poderes de estos objetos fueron investigados a fondo. Al igual que la magia ritual que Fenicil descubrió y adaptó, la Orden en su conjunto no tenía ni idea de lo que cualquiera de esos objetos hacía o podía hacer.
Los comentarios más fantasiosos han engendrado rumores sobre objetos de gran poder que permiten hacer cosas maravillosas, como espiar a cualquier magus de la Orden sin temor a ser descubierto… aunque quién sabe dónde acaba la fantasía y comienza la realidad; solo la cámara alta de Magvillus conoce la respuesta.
En la actualidad, puede que la colección de Fenicil tenga los mayores fondos de magia antigua dentro de la Orden. Sin embargo, solo la cámara alta conoce las dimensiones de dicho repositorio. Todas las solicitudes realizadas por los estudiosos Herméticos para poder estudiar o copiar alguno de los textos son cortésmente rechazadas.

Los manuscritos de Duresca

En el año 937 salieron a la luz una serie de documentos en la alianza Ibérica de Duresca . Según parece, estos documentos eran cartas escritas entre Guernicus y sus filii. Esta correspondencia recogía y describía de forma clasificada el curso de acción que quería seguir la Casa Guernicus: en primer lugar dominar la Orden y, luego, el mundo. Estas cartas, conocidas como los manuscritos de Duresca, causaron un gran revuelo dentro de la Orden.
Los manuscritos de Duresca fueron expuestos en el VII Tribunal de Iberia (941)  , pero fueron declarados oficialmente fraudulentos y destruidos. Como este fallo se basó principalmente en las pruebas presentadas por el Quaesitor Presidente, esta decisión no terminó de convencer a algunos sectores de la Orden. En cualquier caso, la  Purga de la Casa Tytalus a finales del siglo X desvió el interés de la Orden de los manuscritos de Duresca.
Aún quedan algunas copias secretas de los documentos y, de vez en cuando, algún magus las pone en circulación. Los Quaesitores tienen muy poca paciencia con dichos magi, a los que acusan de poner en peligro a la Orden mediante la difusión de probadas mentiras.

La Guerra del Cisma

El choque de tradiciones
Aunque Fenicil destinó su obra a la unificación de la Orden, no todo el mundo la utilizó persiguiendo este objetivo. Desde su creación, la Orden fue principalmente una sociedad de hechiceros de origen latino. Solo dos de las Fundadoras no lo eran, Diedne y Bjornaer. De las dos, la Casa Diedne era con diferencia la más poderosa y numerosa: de hecho, era la Casa más poderosa de toda la Orden. Esto hacía sentir incómodos a muchos magi latinos. La unidad y el poder de la Casa Diedne irritaban especialmente a la Casa Tremere, que codiciaba su posición.
El hermetismo de la Casa Diedne y su reservado comportamiento alimentaron la hostilidad y desconfianza de muchos magi. Estos argumentaron que la Orden de Hermes estaba destinada a ser una Orden de hechiceros grecorromanos, y por lo tanto la hechicería céltica no tenía cabida en ella. Además, como la Casa Diedne se había negado obstinadamente a cumplir con la tradición latina, muchos de ellos pensaban que no tenía derecho a formar parte de la Orden y que incluso podía ponerla en peligro. Implícitamente, este argumento podía aplicarse a los Bjornaer y a la mayoría de los magi Ex Miscellanea, pero el primer objetivo fueron los Diedne. Así que cuando los magi Tremere denunciaron a la Casa Diedne, muchos los creyeron de buena gana.
El papel de la Casa
La Casa Guernicus no estaba preparada cuando el conflicto entre la Casa Tremere y Diedne desembocó en una guerra abierta. Cuando las disputas entre los Tremere y Diedne se convirtieron en auténticas batallas, los Quaesitores se dieron cuenta de que habían perdido el control de la situación. Muchos Quaesitores sugirieron que ambos bandos fueran abandonados a su suerte, pero Antonius, el Primus Guernicus, no podía permitir que continuara la ruptura total del estado de derecho.
Se convocó al pleno del consejo de Magvillus junto con el embajador de la Casa Diedne. Decidieron que tendrían que celebrar un Gran Tribunal de emergencia para resolver la crisis. A él asistirían todos los Primi, a excepción del Tremere y Diedne, así como todos los altos cargos que pudieran encontrar entre los magi de cada Tribunal, con tantos votos por poderes como consiguieran reunir. La Casa Tremere y Diedne estarían representadas únicamente por los Quaesitores embajadores de las mismas. Como Antonius había reiterado públicamente su deseo por alcanzar una solución pacífica ante la crisis, los líderes de la Casa Diedne terminaron por confiar en él, y decidieron aceptar su llamamiento.
El mensaje fue difundido por los Quaesitores Presidentes, los embajadores de cada Casa, y los Mercere. Los miembros de la cámara baja del Consejo utilizaron sus objetos encantados para transportar a los invitados hasta la casa de acogida que se encuentra en el exterior de Magvillus, aunque también los hubo que llegaron por su propio pie. Todos los invitados fueron recibidos por una poderosa guardia de experimentados Hoplitas y escoltados a la cámara de concilios. A nadie se le concedió invitación alguna para evitar el Aegis. Por desgracia, el Primus Ex Miscellanea decidió viajar de forma mundana; partió siendo el apoderado de un gran número de sigils. Si bien esos votos podrían haber alterado dramáticamente el curso de la historia de la Orden, nunca llegaron.
En el encuentro, la guerra entre Tremere y Diedne fue objeto de debate. Los embajadores de la Casa Diedne y Tremere expusieron sus casos. Aunque la votación estuvo muy reñida, fueron más los que votaron a favor de la expulsión de la Casa Diedne. El embajador Diedne fue capturado pero no asesinado, gracias a la intervención del Primus Guernicus, pues le había dado el juramento de que su seguridad estaba garantizada. En lugar de ello, se acordó arrestarlo de forma indefinida en Magvillus.
Muchos magi de otras casas se unieron a la batalla, que acabó siendo la Orden contra la Casa Diedne. Incluso siendo así, la guerra estuvo equilibrada. A veces parecía como si la Orden pudiera acabar siendo derrotada por la Casa Diedne. Teniendo en cuenta esta posibilidad, la cámara alta del Consejo de Magvillus tomó una decisión fatídica. Uno de los rituales descubiertos por Fenicil les daría la oportunidad de asestar un golpe demoledor contra la Casa Diedne. Sin embargo, los requisitos del ritual eran abominables; se necesitaba de un sacrificio humano.
La base de la acusación de la Casa Tremere contra la Casa Diedne era precisamente la práctica de sacrificios humanos. Al concilio no se le escapó la ironía de que la Casa Guernicus realizara esa acción como apoyo a la guerra contra Diedne; tampoco les pasó desapercibida la traición cometida contra la confianza que habían compartido Diedne y Guernicus. Sin embargo, la situación era desesperada y la decisión fue tomada. Antonius condujo el ritual y empuñó el cuchillo, y el embajador Diedne fue sacrificado. Poco después, la suerte de la Casa Diedne cambió, y la mayoría de los participantes del ritual estaban convencidos de que había sido gracias al mismo. Todos los participantes juraron mantener el ritual en el más absoluto de los secretos.
La Casa Diedne cayó, y la Casa Guernicus se alzó más poderosa que nunca. La Orden había atestiguado una guerra global entre los magi Herméticos y la destrucción había conmocionado a todos. Los Quaesitores afirmaron que, de haber tenido más autoridad, podrían haber prevenido o haber acabado antes con la guerra. La Orden, conmocionada como estaba, les concedió más poder, otorgándoles libertad para investigar y decretando la obligación de cooperar con dichas pesquisas.

Conservadores y Progresistas

Bajo la influencia de Guernicus, el Código fue constituido para garantizar la paz y las libertades de los magi como individuos. Guernicus siempre se mostró en contra de cualquier propuesta que limitara innecesariamente las libertades o impusiera cualquier tipo de carga. Por ello, tradicionalmente se suele ofrecer mucha resistencia ante cualquier propuesta que lo haga.
Las primeras resoluciones que matizaron el Juramento Hermético se hicieron antes de la constitución de los Tribunales regionales y del Gran Tribunal. En la actualidad, el Tribunal que añadió dichas aclaraciones se denomina Primer Tribunal. Los Quaesitores Conservadores consideran que las piedras angulares de la Orden son el Juramento Hermético y las resoluciones que lo matizaron durante el Primer Tribunal.
Tradicionalmente, un Tribunal tiene la autoridad de contradecir sus propias decisiones con nuevas resoluciones (enmendando o revocando las antiguas), pero no las de un Tribunal superior. Así, un Tribunal regional no puede tomar decisiones que entren en conflicto con las resoluciones acordadas en los Grandes Tribunales o en el Primer Tribunal. Los Conservadores sostienen que ningún Gran Tribunal puede tomar decisiones que entren en conflicto con las resoluciones del Primer Tribunal; esta fue la decisión final del Primer Tribunal.Tradicionalmente, los encargados de asegurar que así sea son el Quaesitor Presidente y el Primus Guernicus con su veto.
En 1148, Simprim, un Quaesitor muy respetado, comenzó a defender abiertamente que el Código fuera revisado. Para Simprim y sus seguidores, toda ley que no pueda adaptarse daña a la larga a la Orden en lugar de ayudarla. En varios Tribunales, la pérdida de fuentes de vis y auras mágicas se estaba convirtiendo en un grave problema debido a la invasión mundana. En estos Tribunales, muchos magi opinaron que la estricta prohibición en contra de las relaciones mundanas tendría que ser más laxa para poder defender los recursos mágicos. Simprim sostenía que si el Código exigía que los magi se quedaran de brazos cruzados mientras destruían sus recursos mágicos, al final se verían obligados a desobedecerlo: sobrevendría la anarquía.
Además, afirmó que la Orden se había alejado de la visión que tenía Guernicus de una sociedad tolerante de hombres libres. Simprim sostenía que la corrupción había arraigado en muchos Tribunales locales, y que con el sistema existente podría ser muy complicado realizar cualquier actuación que fuera en su contra. Los derechos que tradicionalmente habían tenido los magi obstaculizaban demasiado las investigaciones y los juicios. En tiempos de conflictos generales, el hecho de que un Tribunal se reúna cada siete años es del todo insuficiente para mantener la paz. De hecho, consideraba que todas estas limitaciones conducían inevitablemente a un nuevo cisma.
Simprim sugirió que se les concedieran más poderes a los Quaesitores y Tribunales. Solicitó que el Gran Tribunal tuviera la potestad de enmendar las resoluciones del Primer Tribunal y que los Tribunales locales tuvieran un margen razonable para fijar sus políticas con respecto a las relaciones mundanas.
Una vez iniciado el proceso, sugirió que se les dieran a los Quaesitores los siguientes poderes:
  • Otorgar a los Quaesitores el derecho de detener e interrogar con magia de Mentem a aquellos que fueran sospechosos.
  • Otorgar a los Quaesitores y sus agentes el derecho de allanar cualquier sancta sin perder su inmunidad.
  • Un sistema revisado para los juicios, que permitiera que los crímenes fueran vistos fuera del pleno de la reunión de un Tribunal.
Algunos Quaesitores, en su mayoría jóvenes, estaban de acuerdo con Simprim, al menos parcialmente. Fue esta división de opiniones la que creó la diferencia entre Conservadores y Progresistas.
Los Conservadores creían que dichos cambios socavaban los principios más básicos de la Orden. Para ellos, la Orden existía para que los magi tuvieran la libertad de estudiar en paz y con seguridad, no para que se les impusiera la voluntad de otros. Los Conservadores advirtieron que una vez abierta la caja de Pandora del Código, la Orden acabaría sumida en el caos y la tiranía. Los Progresistas desestimaron dichas preocupaciones tildándolas de alarmistas. Por primera vez en la historia de la Casa Guernicus, hubo una división evidente.
Cuando el último Primus, Arliandus, sufrió su Crepúsculo Final, los Conservadores perdieron buena parte de su influencia. Era el líder de la facción Conservadora, un papel que a partir de ese momento pasó a desempeñar su filius, Jart. Con el nombramiento de Bilera como Prima, la situación ya no está tan caldeada. Bilera se muestra tolerante con ambas partes y les ha solicitado que dejen de insultarse abiertamente entre ellas. En uno de los primeros discursos ante el consejo, Bilera señaló que el debate entre Conservadores y Progresistas acabaría decidiéndose en el conjunto de la Orden, no dentro de la Casa Guernicus.
Además, les pidió a los Quaesitores que no olvidaran que solo cuentan con un voto, como los demás magi. Mientras que la mayoría de la Orden siga cumpliendo las resoluciones del Primer Tribunal, los Progresistas nunca podrán ver materializadas sus consignas. Y si la mayoría abogara por el cambio, lo único que podrían hacer los Conservadores sería retrasarlo.
En la actualidad, Conservadores y Progresistas han trasladado sus argumentos al resto de la Orden.
casa guernicus
 

Demografía

Hay noventa y ocho magi Guernicus en la Orden y cerca de trece aprendices. De media, los Tribunales tienen ocho magi Guernicus y en todo momento hay un aprendiz Guernicus que está siendo formado. De este número, tal vez sean noventa los Quaesitores que gozan de buena reputación (ver más abajo). De media, un Tribunal tiene tres Quaesitores que no son Guernicus. Por tanto, un Tribunal normal dispondrá de once a doce Quaesitores que compartan las tareas de investigación, arbitraje, etc. Por supuesto, ningún Tribunal está en la media, y el Consejo de Magvillus asignará nuevos Quaesitores a los Tribunales en función de sus necesidades. Por lo tanto, el número exacto para cada Tribunal puede variar.

Infraestructura

Magvillus

La domus magna de la Casa Guernicus es Magvillus, en el Tribunal Romano. Se encuentra en las estribaciones meridionales de la cordillera de los Apeninos, en el Reino de Sicilia, sobre un pico que está a unos quince kilómetros al norte de la ciudad de Potenza.
La alianza, que es sumamente reservada, solo interviene en la política Hermética local a través de los medios legales habituales. A ella nada más pueden acceder los Quaesitores y Boinas Rojas, y aquellos que han sido invitados. Los magi que se presentan ante las puertas son hospedados en la casa de acogida, que está fuera de las murallas, mientras se considera su solicitud. Las edificaciones interiores son estrictamente para los magi Guernicus.
Nacidas a partir del pesimismo de Guernicus, las defensas de Magvillus son extremas. Solo por estar localizada en una montaña remota y tener una posición fácilmente defendible, la alianza es virtualmente invulnerable a los ataques mundanos. Además, la fortaleza fue conjurada a partir del sustrato granítico: la perfección de su monumental estructura evidencia que no ha sido esculpida por manos humanas. Incluso aunque Magvillus estuviera construida en una explanada, supondría un desafío para las mejores máquinas de asedio de la época.
El agua de Magvillus se suministra mediante magia y cuenta con la suficiente comida, conservada mágicamente, como para sobrevivir durante años.
Cuenta con tres murallas defensivas: Las Tres Lizas.
  • La liza externa alberga los edificios en los que los huéspedes se alojan y se celebran las reuniones del pleno del Consejo, con la biblioteca de derecho a mano.
  • En la liza central residen los habitantes de la alianza.
  • La liza interna rodea la torre del homenaje, donde solo se permite la entrada a los magi Guernicus, y solo si antes han sido invitados por la cámara alta. Este torreón da acceso a la sala de la cámara alta, a la biblioteca de Fenicil y a las cámaras de las que dependen sus rituales.
La presencia de semejante fortaleza, obviamente, no ha pasado desapercibida para los poderes mundanos. Sin embargo, como sus dueños no han tomado parte en la política local desde su milagrosa aparición (hace cuatrocientos años), ya nadie repara en ella. En el pasado sí que se enviaron mensajeros, exigiendo que la fortaleza se entregara a tal noble o monarca; todos recibieron la misma respuesta: venid y tomadla vosotros mismos. Desde Carlomagno, ningún noble ha estado tan mal aconsejado como para intentarlo.
El poder del ritual del Aegis de la Alianza de Magvillus es un secreto, pero por lo general se piensa que ronda la décima magnitud. Se rumorea que en tiempos de conflictos podrían llegar a disponer de un Aegis de decimoquinta magnitud. Se cree que las torres de la fortaleza de Magvillus guardan una serie de antiguos artefactos que Fenicil encontró; de lo que pueden llegar a hacer, solo la cámara alta lo sabe.
Además de las construcciones visibles sobre el suelo, existe un vasto complejo de cámaras subterráneas accesibles a través de la torre del homenaje, protegidas también por el Aegis de la Alianza. Incluso aunque consiguieran abrir brechas en sus murallas, los defensores podrían retirarse a esta plaza fuerte.
En los cuatro siglos que lleva existiendo, Magvillus ha conseguido muchos objetos con encantamientos Herméticos. La turba de Magvillus tiene acceso a muchas armas encantadas y armaduras, y su fuerza de élite porta poderosos objetos encantados capaces de penetrar la Parma de muchos magi. Aunque quizás, los encantamientos Herméticos más impresionantes sean los autómatas, fabricados por los Quaesitores Verditius. Aparte de esto, se piensa que la misma montaña donde la fortaleza se alza es el hogar de poderosos elementales de la tierra aliados de Guernicus y todavía fieles a sus herederos.
Magvillus nunca ha sido asediada, ni siquiera durante la Guerra del Cisma, por lo que la eficacia real de sus defensas no ha sido probada. Dentro de la fortaleza hay una pequeña capilla para atender las necesidades espirituales de los magi y grogs. Está dedicada a Nicolás de Myra, conocido por su generosidad hacia los pobres, por proteger a los nocentes y a los más perjudicados. Resucitó a tres jóvenes muchachos que habían sido asesinados y encurtidos en un barril de salmuera para ocultar el crimen. El altar de la capilla alberga un fragmento de dicho barril. Dentro de la capilla, una poderosa aura Divina supera el aura mágica del lugar. Sin embargo, no se propaga más allá (o al menos no suele hacerlo).

Lex super voluntate

Tipo
Guild, Mages
Organización a la que pertenece
Población
98 (más 41 Quaesitores que no perte ecen a la Casa Guernicus)
Domus magna
Magvillus en el Tribunal de Roma
Primus
hasta 1218 Arliandus y desde 1218 Bilera
Símbolo
La balanza de la justicia equilibrada sobre una espada
PERSONAJES FAMOSOS
Guernicus, el Fundador
Uno de los doce fundadores herméticos y origen de la casa
Fenicil
Investigador de las antiguas tradiciones mágicas
Simprim
Creador del movmiento Progresista


Cover image: by Montedemo

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