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Casa Verditius

Otros magi ven estos objetos como meras herramientas, como una espada o una pala. No entienden lo que supone fabricar objetos mágicos, y ello es porque no pueden hacerlos tan bien como nosotros. No entienden que eso que llaman herramientas son parte de nuestras mentes; tan cierto es que son extensiones de nosotros mismos como lo son también nuestras manos o nuestras palabras. La pura verdad es que el artesano tiene que volcarse en lo que está creando para que sea digno de él.
-Verditius, el Fundador
La Casa Verditius es el hogar de los maestros encantadores de la Orden, magi capaces de crear objetos mágicos únicos y poderosos. En primer lugar, y ante todo, son artesanos; herreros, carpinteros, joyeros, albañiles, constructores de barcos, encuadernadores y tejedores capaces de imbuir sus productos con magia maravillosa. Unidos bajo un credo común y educados en los Misterios de su Fundador, los magi Verditius buscan la excelencia personal a través de la elaboración de objetos encantados.
Combinando el talento de los artesanos mediterráneos y el de los hechiceros herreros escandinavos, han incorporado la más reciente comprensión de la creación de objetos a su magia. Verdi, la Domus Magna de la Casa, se encuentra en una encrucijada donde confluyen diferentes culturas: bebe de los tratados cristianos sobre la alquimia, de la filosofía clásica, de los musulmanes académicos y de los judíos eruditos. Estas influencias se dejan notar en los miembros de la Casa, cuyos prejuicios sobre religiones y razas están por encima de los típicos razonamientos medievales. Su deseo de crear los une.
Los magi de la Casa Verditius también son miembros de un culto secreto, uno de los Cultos Mistéricos de la Orden de Hermes, y guardan con celo sus conocimientos mágicos. Los magi Verditius se Inician en los Misterios Interiores de la Casa a través de ritos y ceremonias secretas. Aunque el proceso básico para encantar objetos se ha compartido con todos los magi Herméticos, las prácticas más poderosas de la Casa se siguen manteniendo en el más absoluto de los secretos por sus reservados miembros. Los magi Verditius realizan juramentos de confidencialidad para garantizar la inviolabilidad de estos secretos y los castigos por violar dichos juramentos son severos.

Estructura

El Primus

El Primus se encuentra a la cabeza de la Casa, es su líder político y el único mediador de los conflictos personales entre sus miembros. Puesto que la Casa no tiene infraestructura política alguna, esta es la única posición de autoridad. Para aquellos asuntos importantes que afectan a la Casa, el Primus puede pedir la opinión de sus sodales de Verdi y utilizar su sabio consejo como guía, aunque el Primus siempre tiene la última palabra. La mayoría de las decisiones giran en torno a la fijación de precios y la finalización de vendettas personales que se han vuelto demasiado violentas como para beneficiar a la Casa.
El Primus se elige a través de un estricto sistema de primogenitura. El Primus siempre es el filius vivo más antiguo del anterior Primus, sin importar su posición, conocimiento o madurez. El Primus puede remontar su ascendencia directamente hasta Verditius; debido a este linaje, tiene autoridad sobre sus compañeros. La Casa acepta en pleno este sistema, pues a la gran mayoría les evita tener que estar pendientes de los temas de sucesión y les permite concentrarse en sus oficios.
Al Primus le corresponde la longevidad de su Casa. Él establece los precios de los objetos mágicos y decide si debe cambiar la actual tabla de valores para dar cabida a las múltiples demandas que alegan que es demasiado baja. Sin embargo, no tiene el control sobre lo que los magi Herméticos de otras Casas pueden cobrar por los objetos mágicos, hecho por el que a menudo suele escuchar las quejas de sus compañeros de Casa. Aunque el Primus no pueda modificar la limitación al número de objetos mágicos que sus compañeros de Casa pueden vender a los mundanos, su apoyo será esencial para cualquier iniciativa que quiera convencer al resto de la Orden para que modifique este número. El Primus participa en la política de la Orden de Hermes; es el único magus Verditius que tiene que asistir a los Grandes Tribunales y a las reuniones locales del Tribunal Romano, aunque puede enviar a otro magus Verditius para que actúe como su enviado. El objetivo principal de los pasados Primi ha sido el de mantener la Casa al margen de las decisiones más importantes de la Orden, pues prefieren permanecer aislados e independientes antes que apoyar los programas políticos del resto de Casas.
El Primus tiene limitadas sus competencias con respecto a la autoridad sobre sus colegas. En caso de demandas para la indemnización de un magus a otro, puede fijar multas o exigir que uno le pague al otro una cantidad determinada de vis en concepto de indemnización. Son muy pocos los magi que ponen estas denuncias, ya que la mayoría prefiere resolver la situación por su cuenta, generalmente con una breve vendetta, hasta que una de las partes se somete a los deseos de la otra. El Primus tiene que asegurarse de que ninguna vendetta lleva a sus participantes a violar el Código de Hermes. Puede exigir a las partes enfrentadas que se declaren sendas Guerras de Magi o que dejen de pelearse. Su última amenaza consiste en entregar a los contendientes a la Casa Guernicus para que los juzgue, lo que siempre ha resultado ser eficaz para reprimir la animosidad entre ellos. Por último, el Primus es quien decide los ganadores del Concurso cuando hay empate de votos.
Como se mencionó anteriormente, el Primus actual de la Casa Verditius es Stouritus , que vive en la alianza de Ingasia, en la isla de Lemnos . Stouritus quiere que Ingasia sustituya a Verdi como Domus Magna de la Casa. Aparte de esto, por el momento parece que es un Primus bastante típico.

Cultura

Los Magi Verditius

Al igual que el resto de magi Herméticos, los Verditius son ante todo magi; la magia impregna su ser y disfrutan con el poder de su Don. Sin embargo, hay una dualidad en su naturaleza que no se encuentra en los magi de otras Casas: aunque los Verditius sean magi en el fondo, sus almas anhelan crear. Son tanto artesanos como magi y ambos aspectos son inherentes a cada miembro de la Casa. Un magus Verditius sin su forja, su telar o su serrucho es como un pájaro sin alas o como un dragón sin su aliento de fuego. Privar a un magus Verditius de sus herramientas de trabajo equivale a privarle de su Don, aunque no legalmente, sí emocionalmente.
Las creaciones de un magus Verditius son muy valiosas, pues han sido creadas con el sudor y la entrega de su creador. Algunos van más allá al tratarlos como sus niños; una espada encantada podría ser la hija de su creador, mientras que un broche podría ser considerado como un hijo. Incluso una baratija de escaso poder, como unos pendientes que hagan que su portador muestre una imagen agradable o un tenedor que especie cada bocado, será un codiciado tesoro que se exhibirá con orgullo hasta que sea vendido, intercambiado o regalado. Los objetos poderosos valen más que todo el oro de España y se guardan y protegen con celo. Si estos objetos se vendieran, su precio sería bastante elevado. Aunque el objeto ya no esté, el apego emocional seguirá existiendo. No sería la primera vez que un magus Verditius idea el robo de un codiciado objeto anteriormente vendido por una ingente suma.
A pesar de su habilidad, los magi Verditius siguen siendo estigmatizados dentro de la Orden, ya que no pueden lanzar hechizos formulaicos sin utilizar sus herramientas de lanzamiento. Aunque muchos magi consideran que sus artículos son brillantes, siguen burlándose a sus espaldas al imaginarse a un magus Verditius lanzando hechizos pegado a sus herramientas de lanzamiento incluso para los hechizos Herméticos más sencillos. Es más, algunos críticos llegan a afirmar que los objetos mágicos Verditius debilitan a la Orden, ya que muchos de ellos se venden a los mundanos.
El aprendizaje
Los magi Verditius encuentran a sus aprendices de forma similar a como lo hace cualquier otro magus Hermético, es decir, buscan niños con El Don, sea cual sea su vida o posición social. Además de interesarse por El Don del aprendiz, los magi Verditius también buscan niños que tengan una inclinación natural hacia sus oficios específicos, pues gran parte de lo que les van a enseñar girará en torno a ellos. En ocasiones, los magi Verditius encuentran individuos que ya han aprendido algunas técnicas básicas de un oficio en particular y que han sabido contrarrestar de alguna forma los recelos sociales inherentes a su Don. Sin embargo, la mayoría de los aprendices comienza su carrera sin experiencia en el oficio.
Una vez seleccionado como aprendiz, el niño tiene que Iniciarse en el Misterio Exterior de la Magia Verditius. Esta Iniciación se lleva a cabo en la misma estación en la que el aprendiz es introducido en las Artes. Esto se ha estandarizado a lo largo de los años, permitiendo que los magi Verditius con las capacidades necesarias puedan Iniciar a sus futuros aprendices. Para ello, el magus debe tener una puntuación de 5 en todas sus Artes, como el resto de magi Herméticos. Además, los magi Verditius tienen que tener una puntuación de 2 en Conocimiento del Culto de Verditius (el proceso de Iniciación real se describe en el apartado del Culto Mistérico de Verditius).
A los aprendices se les enseña magia Hermética durante el periodo de tiempo habitual de quince años y también se les enseña el oficio del parens. Si bien se hace hincapié en la formación Hermética, es de esperar que los aprendices destaquen en el oficio de su maestro. Aunque los aprendices de otras Casas puedan tener tiempo para estudiar libros (siempre que cuenten con el permiso de sus parentes), los aprendices Verditius pasan cualquier momento del que disponen en el taller, perfeccionando sus habilidades artesanales a medida que exploran su propia comprensión de la conexión mística entre la magia Hermética, el misterio Verditius y la creación de objetos.
Además, durante este periodo, los aprendices son presentados a otros magi Verditius. A los magi Verditius les gusta exhibir sus creaciones en sus estudios, que no son más que cámaras donde muestran sus objetos y efectos personales. Los estudios suelen colindar con los sancta. Es muy extraño que un magus Verditius no tenga un estudio, ya que gran parte de su reputación se basa en los objetos encantados que ha construido y en las riquezas que han generado sus ventas. Los estudios suelen ser cámaras opulentas, ricamente decoradas y amuebladas de forma ostentosa, con lujosas sillas, cortinas manufacturadas a partir de telas exóticas, inciensos perfumados y magia capaz de mejorar los estímulos visuales. Los Verditius celebran fastuosas cenas durante estas grandiosas exhibiciones, donde los aprendices presencian cómo se relacionan sus parentes con los magi de otras Casas.
Cuando el aprendizaje finaliza, el aprendiz debe ponerse a trabajar en su “obra maestra”, un encantamiento menor que tiene que demostrar tanto sus capacidades como artesano como su comprensión de la magia Hermética y del Misterio Exterior de la Casa. Esta obra maestra es su Desafío; todos los magi Verditius son Desafiados de la misma forma. El parens tiene que suministrar la vis necesaria y le tiene que dejar trabajar en su laboratorio durante una estación sin prestarle ninguna ayuda. Esta estación es adicional a las quince exigidas por la Orden para la instrucción. Si el objeto encantado cumple con las expectativas del parens (lo que suele ser normal), el aprendiz supera su Desafío. Una vez finalizado, el aprendiz regala a su parens el objeto encantado y, a cambio, este le otorga un nuevo nombre, le entrega su sigil y le da la bienvenida a la Casa Verditius como miembro de pleno derecho.
El Magus tras el Desafío
Tras finalizar su Desafío, la maga Verditius es plenamente aceptada en la Casa Verditius y pasa a estar bajo todos los auspicios de la Casa; la maga puede competir en el Concurso (ver más abajo) y tiene derecho a ser Iniciada en los Misterios Interiores de la Casa. Después de haber jurado al comienzo de su aprendizaje mantener los Misterios de la Casa Verditius en secreto, también tiene que prometer no compartir jamás los secretos de los Misterios de la Casa con ningún magus ajeno a la misma, y jurar no copiar nunca ningún texto sobre el Conocimiento del Culto de Verditius para cualquier otro fin que no esté relacionado con su estudio personal. Esta medida se adoptó como respuesta a la traición de Icilius, con la esperanza de preservar los secretos de la Casa. Esta prohibición reduce el número de volúmenes en circulación y alienta a que los magi Verditius colaboren entre sí para aumentar su Conocimiento del Culto de Verditius. Una vez superado el Desafío, la maga puede comenzar a estudiar por su cuenta el Conocimiento del Culto de Verditius.
Los magi Verditius cooperan de buena gana con sus pares a la hora de enseñarles el Conocimiento del Culto de Verditius, al explorar las conexiones místicas existentes entre la artesanía y el producto y al encantar e imbuir la energía mágica en los objetos que han preparado. Los magi Verditius disfrutan manteniendo largas charlas filosóficas en las que los magi de otras Casas se pierden, no porque sean especialmente obscuras, sino porque su fin último va encaminado a la creación de objetos. Los Verditius servirán con mucho gusto a sus semejantes para ejercer como Mistagogos en Iniciaciones futuras.
La mayoría de los magi Verditius se unen a alianzas con magi de otras Casas, pues aprecian las ventajas que ello conlleva; lo hacen con la esperanza de poder pasar el mayor tiempo posible en el laboratorio mientras sus sodales se centran en los demás aspectos de la alianza. Prefieren las alianzas menos aisladas, ya que así pueden contar con las visitas de sus compañeros de Casa. A los magi Verditius jóvenes les gusta supervisarse entre ellos mediante la observación de los dispositivos que exponen en sus estudios y la compartición de sus fuentes de Conocimiento del Culto de Verditius. Es menos probable que un magus Verditius quiera unirse a una alianza aislada de la sociedad Hermética. Por otro lado, las alianzas en los rincones de la Europa Mítica suelen tener acceso a más vis, lo que supone un importante aliciente para que un magus Verditius se una. El acceso a grandes cantidades de vis puede pesar más que los deseos de vivir en sociedad de algunos magi Verditius. De vez en cuando, dos magi Verditius viven en la misma alianza, y lo hacen siendo amici y ayudándose entre ellos mientras van madurando. Esto suele acabar siendo un problema, puesto que a medida que aumenta su poder, aumenta su arrogancia. De hecho, muchas de las vendettas Verditius suelen darse entre magi que viven juntos. Verdi, la Domus Magna de la Casa, y las alianzas del monte Olimpo y Lemnos son las excepciones a esta norma, puesto que solo están habitadas por magi Verditius. Estos tres lugares son similares en apariencia; los tres tienen una serie de torres que se alzan desde el suelo, están construidas sobre las fraguas de Hefesto y bajo ellas existe una compleja red de túneles, cámaras y laboratorios.
Oficiales y Maestros
Los magi Verditius a veces se identifican con títulos tomados de los gremios: aprendiz, oficial y maestro. Un “aprendiz” es un aprendiz Hermético; un “oficial” es un magus que ha superado su Desafío; y un “maestro” es una maga que al menos ha aprendido un Misterio Interior Mayor. Sin embargo, es un sistema de clasificación algo impreciso y, como los magi Verditius no tienen poder político alguno sobre los demás, se utiliza principalmente durante el Concurso para clasificar en categorías a los magi de la competición. El resto del tiempo, en lugar de utilizar estos títulos mundanos, los magi Verditius se miden con sus compañeros con respecto a su riqueza, su fama y sus posesiones materiales.
Los magi Verditius suelen tener mucho personal a su cargo, lo que a veces puede ser un problema. Los magi Verditius tienen compañeros de forja, personas sin El Don que les ayudan en las actividades diarias de su oficio. Los compañeros de forja recogen leña y mantienen la fragua, hilan la lana, tiñen los paños y preparan manuscritos para ser iluminados. Sin embargo, no saben nada de los secretos mágicos de la Casa ni de los procesos arcanos que hay que seguir para encantar un objeto. Los compañeros de forja suelen tener Virtudes Sobrenaturales, trasfondos extraños u otras rarezas que les impiden relacionarse satisfactoriamente con la sociedad. En términos de juego, cada compañero de forja suma +1 al Total de Laboratorio de la maga por cada 5 niveles que tenga en la puntuación de su Habilidad de Manufactura. Los compañeros de forja deben tener la misma Habilidad de Manufactura que el magus y este tiene que utilizarla durante esa estación para poder beneficiarse del bono a su Total de Laboratorio. Un magus Verditius puede tener un número de compañeros de forja igual a su puntuación en Liderazgo. Un aprendiz no es un compañero de forja, pues está más involucrado en el proceso mágico y, por lo tanto, no cuenta a la hora de calcular el límite de los compañeros de forja.
Los magi Verditius también cuentan con venditores, o “agentes comerciales”. Este papel está desempeñado por hombres y mujeres que interactúan con la sociedad mundana para poner en circulación los objetos encantados de los magi. Cada magus cuenta con un solo venditor, al que se le confían incondicionalmente todas las creaciones mágicas para que consiga por ellas el mejor precio. Estos agentes suelen ser parias de la clase noble y burguesa, personas que han sido excluidas de su posición en la vida medieval por su pasado o por su personalidad. Los venditores viven en los hogares de los magi Verditius, disfrutando de su prosperidad y evitando su ira cuando fracasa algún acuerdo. Puesto que los venditores solo negocian la venta de un objeto al año, pasan mucho tiempo indagando sobre los intereses de los compradores y viajando por todas partes para encontrar el acuerdo más lucrativo para sus patrones. Los venditores que venden ilegalmente un número de artículos mayor que el permitido por el Tribunal tienen mucho más trabajo y también son mucho más cuidadosos. Los magi Verditius no necesitan venditores para interactuar con otros magi, aunque si la distancia o el tiempo son un problema, siempre pueden recurrir a uno.
El Código de Hermes no cubre ni a los compañeros de forja ni a los venditores. Aunque sean miembros de las alianzas, se ven a sí mismos como sirvientes de los magi Verditius para los que trabajan; los protegen la magia, la fama y la reputación de sus patrones. Sin embargo, son especialmente vulnerables ante los demás magi Verditius, pues pueden ser objeto de sus vendettas o de sus intentos por convertirlos en espías para que filtren información sobre las actividades de su patrón y sus predilecciones mágicas. El Código Periférico les hace pocas referencias. En la mayoría de los Tribunales se ha decretado que el personal de los magi Verditius no esté cubierto por el Código de Hermes ni sea considerado mundano, quedando dentro de una zona intermedia sin protección legal. A la Casa Verditius esto le viene de perlas.
La mayoría de los magi Verditius pasan prácticamente las dos terceras partes de sus vidas en el laboratorio, trabajando en sus creaciones y perfeccionando sus innovaciones mágicas. Sin embargo, siempre surge algún motivo por el que tienen que abandonar sus laboratorios, por lo que se ven obligados a pasar más tiempo del deseado viajando. Estas distracciones pueden derivarse de la colaboración con otros miembros para aprender los Misterios Interiores de la Casa o de la Búsqueda de Misterios para encontrar antiguos objetos mágicos. Además, si quieren visitar los estudios de otros miembros, seguramente tengan que pasar varias semanas viajando. Por último, su tendencia a reunir sus propios componentes mágicos, en especial la vis, les hará rechazar que otros puedan recopilar estos valiosos ingredientes para sus creaciones.

La Sociedad Verditius

El Precio de los Encantamientos
El trabajo de toda maga Verditius siempre tiene un precio, ya sea un trueque de bienes o servicios o un pago directo de vis. El precio normal de un objeto es igual al doble de la vis necesaria para construirlo, además de la vis necesaria para el proyecto. Si el proyecto no necesita vis, el magus Verditius tiene que calcular la vis que podría haber extraído durante el tiempo que le ha llevado completar el proyecto y establecer un precio igual a esa cantidad multiplicada por dos. El cliente también tiene que incluir en la negociación todos los ingredientes que sean necesarios. La Casa también regula los precios cobrados a los mundanos. El Primus ha decretado que el precio sea de quince Libras Míticas multiplicadas por la cantidad de vis empleada en la construcción del objeto.
El Primus, que ha tratado de mantener un mismo precio para los objetos mágicos dentro de la Casa, ha fijado estos costos. Los precios fluctúan con el tiempo, en función de factores económicos banales como la oferta y la demanda, la disponibilidad de materias primas (vis) y la inflación. Los magi que cobran de más, o de menos, sobre el precio actual pueden despertar la ira de los otros magi de la Casa, que por lo general se suelen quejar de que los precios aberrantes afectan al mercado en su totalidad, devaluando sus objetos y obstaculizando su prosperidad. La típica respuesta de un magus ofendido es declarar una vendetta contra el especulador.
El precio de los objetos mágicos también ha de depender de tu saga y del valor, en Libras Míticas, de los peones de vis. Muchas sagas “estándar” fijan el precio de un peón de vis en 10 Libras Míticas. El precio oficial de la Casa de un artículo vendido a un comprador mundano debe ser de 1,5 veces el valor en Libras Míticas por peón de vis. Los objetos encantados Verditius tienen que ser caros y solo los mundanos más ricos deberían poder pagarlos.
Estos precios únicamente reflejan las actitudes de la Casa Verditius hacia la venta de objetos encantados. El resto de magi pueden cobrar lo que deseen por sus objetos encantados, si es que quieren cobrar algo por ellos.
Vendettas
Las vendettas son enfrentamientos personales mantenidos por dos magi Verditius. El término en sí está tomado de Córcega, donde lo utilizan para hacer referencia a una prolongada y mortal contienda entre familias. Aunque Verditius y Gelon participaran de esta sangrienta contienda, el resto de los magi Verditius no lo ha hecho. El término “vendetta” es algo ostentoso y encaja con el grandioso concepto que tienen los miembros de la Casa de su propia identidad. Las vendettasVerditius no son mortales ni hereditarias, por lo que los aprendices de los magi no tienen por qué continuar con la venganza una vez superado su Desafío.
La Casa considera que las vendettas tienen un cierto sentido del honor. Cuando dos magi se involucran en una vendetta, se comprometen a rivalizar o a superar al otro hasta que uno de los dos cede y declara que su rival es más poderoso. Aunque los participantes se irriten por ver su vanidad herida, la Casa siempre se enorgullece por verlos participar en una tradición tan honorable.
Las vendettas surgen cuando un magus Verditius se siente insultado por las acciones de otro magus Verditius. Lo más probable es que ambos sean ancianos magi henchidos de orgullo por sus logros. Cualquier pérdida de honor personal que se perciba, cualquier pequeño malentendido social o cualquier cosa que se vea como un insulto puede desencadenar una vendetta. El magus que comienza la vendetta lleva a cabo un movimiento malintencionado o vengativo contra su adversario, declarando abiertamente su autoría y retando a su oponente a responder. Negarse es una muestra de debilidad, por lo que los magi que rechazan una vendetta ganan una Reputación de Deshonroso a 4 dentro de la Casa y pierden los puntos de experiencia necesarios para bajar su puntuación de Hibris (ver más abajo) en un punto. Para perder esta Reputación se tienen que recuperar (hasta alcanzar su puntuación original) los puntos de experiencia perdidos de Hibris y se tiene que llevar a cabo una vendetta contra el magus al que se rechazó inicialmente.
Los magi enfrentados buscan deshacer el buen nombre y reputación del otro, interfiriendo en sus vidas de forma sutil. Lo que no tratan es de acabar con la vida del otro magus, ni mucho menos. Los oponentes se ven entre sí como personas honorables. Lo normal es que los magi traten de impedir la entrega de los objetos vendidos, retrasen la llegada de materias primas, contaminen las fuentes de vis personal situadas más allá de los muros de la alianza del otro o incluso realicen objetos mágicos mediocres para venderlos en nombre de su contrincante. Las vendettas pueden durar años, durante los cuales los magi intentan sutil y pacientemente socavar la posición del otro.
Aunque los magi Verditius nunca cometen Delitos Mayores durante sus vendettas, muchos “ataques” sí pueden tipificarse como Delitos Menores. Los magi participantes (que prefieren llevar a cabo una vendetta antes que tomar las acciones legales adecuadas), nunca llevan estos delitos ante el Tribunal. A veces, los magi en pugna atacan a los compañeros de forja o a los venditores del otro. Lo normal es que esto no se haga directamente, sino a través de los ayudantes del magus. Algunas vendettas pueden acabar con la vida de compañeros de forja y venditores, pues el Código Periférico no contempla el asesinato de los mismos como una “privación del poder mágico de un magus” ni como un asunto de “relaciones mundanas”.
El Primus detiene todas las vendettas que vayan a rebasar este punto bajo la amenaza de ponerlas en manos de los Quaesitores. Las vendettas no son asuntos secretos en la Casa; muchos magi Verditius disfrutan discutiendo sus detalles. Sin embargo, solo existen dentro de la Casa Verditius y solo se producen entre magi Verditius; los magi de otras Casas que han intentado comenzar directamente en los Tribunales una Vendetta con un miembro de la Casa Verditius se han encontrado con el rechazo y la no aceptación de la misma.
El Concurso
En el año 802, Milo, filius de Verditius, descubrió uno de los tesoros de Hefesto: el potro de tortura mecánico que Zeus había utilizado para interrogar a Hera, su mujer. De vuelta hacia Verdi, Milo y el primer filius de Verditius, Gelon, discutieron sobre quién debía quedarse con el potro. Verditius decidió que sería de aquel filius que pudiera inventar el objeto mágico más asombroso y les dio un año para manufacturarlo. Para su juicio, convocó a todos los magi Verditius de la Orden. Gelon ganó el concurso y, en lugar de aceptar el potro, lo donó con benevolencia a Verdi. El evento tuvo tanta acogida, que Verditius decidió repetirlo una vez más, dieciocho años después, pero permitiendo que todos sus seguidores participaran en él. Esta tradición ha perdurado a través de los siglos; ni siquiera la Guerra del Cisma impidió que se celebrara el Concurso de 1018.
Cada dieciocho años, todos los Verditius que no están discapacitados viajan a Verdi para el Concurso. Verdi se llena de magi, aprendices, compañeros de forja, venditores y demás adláteres, ocupando las torres ya en desuso de los anteriores Primi. Los magi que quieren competir llevan sus objetos mágicos más fabulosos; los que no, acuden para participar como jueces, encontrarse con viejos amigos, hacer nuevos contactos y mirar de forma despectiva a sus rivales. El evento comienza la Noche de San Juan y dura una semana. La primera mitad de la semana se reserva para los festejos, las reuniones de la Casa, las Iniciaciones y demás asuntos Verditius; la valoración de los objetos se lleva a cabo durante los últimos tres días. El Concurso propiamente dicho tiene lugar en un templo de estilo griego construido en una regio Mágica que se encuentra a las afueras de Verdi, a la que se accede a través de uno de los antiguos nuraghi. Solo los magi Verditius tienen permiso para entrar en la regio, que está custodiada por guardias y protecciones mágicas para evitar que otros puedan acceder. El Concurso tiene tres categorías de competición: objetos manufacturados por aprendices, oficiales y maestros. Todos los objetos inscritos permanecen expuestos a lo largo de la semana. La categoría de los aprendices se falla el quinto día, la de los oficiales el sexto y la de los maestros el séptimo y último día. Los magi Verditius reunidos hacen de jueces, votando con sus sigiles a los objetos de los participantes que consideran más singulares o ingeniosos.El poder mágico del objeto no es el único criterio para ganar el Concurso; los objetos se juzgan de acuerdo a su utilidad, creatividad, belleza, costos de construcción y carácter innovador. El que acumula el mayor número de votos gana, siendo el Primus el encargado de decidir en caso de empate. Todos los objetos participantes pasan a ser propiedad de Verdi.
Los ganadores son alabados con aclamaciones y respeto. Cada uno de los ganadores de cada categoría puede elegir como premio un objeto de los vastos depósitos creados por todos los Concursos. El ganador de la categoría de los maestros elige tres objetos en primer lugar, después el ganador de los oficiales elige dos y, por último, el ganador de los aprendices elige uno. Ninguno de los objetos ganadores puede ser elegido como premio hasta el siguiente Concurso.

Cofradías

La vida de una maga Verditius está plagada de elecciones personales. La mayoría elige los Misterios Interiores de la Casa que quiere, descartando aquellos que no encajan con sus objetivos particulares. Sin embargo, algunos magi Verditius prefieren seguir los caminos prescritos abiertos por otros, basados en determinadas manufacturas y ciertos Misterios Interiores. Estas sectas de la Casa se denominan cofradías y están formadas por miembros afines, generalmente parentes y filii, con una agenda establecida para sus carreras mágicas.
Las cofradías tienen pocos miembros. La Casa Verditius es una de las más pequeñas de la Orden y estos subconjuntos de magi solo cuentan con cuatro u ocho seguidores al mismo tiempo. Los miembros de las cofradías no tienen ningún inconveniente en ayudarse unos a otros para llevar a cabo los ritos de Iniciación y es muy raro que se declaren vendettas entre ellos.
Cada cofradía tiene un Misterio Interior único a disposición de sus miembros: una Virtud menos especializada que refleja una Virtud Hermética común, a veces acompañada de un Defecto que se recibe durante la Iniciación. Los que son aceptados en una cofradía son Iniciados en este Misterio específico, así como adiestrados en la Habilidad de Manufactura principal de la cofradía. Cada cofradía descrita a continuación está acompañada de un ejemplo de Guion de Iniciación de su Misterio Interior. Los grupos pueden elegir las cofradías de esta lista o crearlas de cero:
La Cofradía de Roldán
Herreros herméticos especializados en la forja de espadas encantadas. De fuertes convicciones cristianas, tienen entre sus clientes preferenciales a los magi Flambeau y a los Cruzados que parten hacia Tierra Santa.
Sus iniciados tienen la Virtud Menor Focus Mágico Menor (Espadas).
La Cofradía de Balento 
Ebanistas especializados en imbuir poderosos y destructivos hechizos ígneos en varas y otros objetos portátiles de madera. De nuevo, tienen excelentes contactos con los magi de la Casa Flambeau que aprecian especialmente sus creaciones.
La Cofradía de Eirene La Joven 
Formada por magi artistas que enaltecen sus creaciones pictóricas o escultóricas con hechizos de Mentem e Imaginem o los usan de base para poderosos efectos ilusorios.
La Cofradía de Himinis el Loco 
Formada por magi paranoicos y celsosos de su obra que imbuyen poderosas maldiciones en sus creaciones, como elemento disuasorio, protección o castigo a quien los robe o use sin su consentimiento. 

Agenda pública

En septiembre del año 1219, la Prima Imanitosi sucumbió a su Crepúsculo Final mientras experimentaba en su laboratorio. El siguiente en la línea de sucesión era Stouritus, un hombre afable cuyo principal interés era, y es, aumentar la cantidad de bienes que la Casa Verditius puede vender a los mundanos. Stouritus vive en la alianza Verditius de Ingasia, en Lemnos, y no desea trasladarse a Verdi como manda la tradición. Como el Primus tiene que vivir en la Domus Magna, quiere que Ingasia sea la nueva Domus Magna. La Casa no sabe cómo reaccionar ante esta situación sin precedentes y no tiene los medios para anular las decisiones del Primus. El próximo Concurso previsto es en el año 1234; será interesante ver cómo se desarrolla esta reubicación y saber dónde se reunirá la Casa durante dicho Concurso.

Historia

El Culto de Hefesto

Las leyendas de la Casa Verditius se remontan hasta los pobladores de la antigua Grecia, aquellos que aprendieron su oficio del herrero Hefesto, el artífice divino y dios de los herreros. Cuentan las leyendas que fue hijo partenogenético de Hera. La diosa mostró tan poco interés por aquel dios deforme y cojo, que Zeus lo arrojó del Olimpo al mar para demostrar su rechazo. Hefesto fue rescatado y criado por las ninfas marinas Tetis y Eurínome. Las ninfas construyeron para Hefesto una gran fragua en una gruta bajo el mar, donde inmediatamente el herrero comenzó a crear hermosos broches y preciadas joyas para sus madres adoptivas. Uno de los broches, poseedor de una belleza sublime, llamó la atención de Hera. La diosa le preguntó a Tetis dónde lo había conseguido y la ninfa le reveló su secreto: Hefesto aún vivía y había forjado esos maravillosos adornos. Hera recogió a Hefesto y lo devolvió al Olimpo, donde le construyó una fragua aún mayor y concertó su matrimonio con la hija de Zeus, Afrodita.
La estancia de Hefesto en el Olimpo fue breve. Tras una acalorada discusión familiar y para castigar a su mujer, Zeus amenazó con torturar a Hera. Hefesto le rogó clemencia a Zeus, pero solo consiguió despertar la ira del Señor de los Cielos. Tras expulsarle su padre por segunda vez del Olimpo, el dios cayó en la isla de Lemnos, débil, herido y moribundo. Los acogedores habitantes de la isla le cuidaron hasta que se repuso. Furioso por el trato de su padre, Hefesto decidió permanecer en Lemnos. Así, de entre los isleños que habían mostrado una cierta predisposición hacia la artesanía del dios, Hefesto tomó a doce pupilos para que le ayudaran en la forja.
Los isleños trabajaron diligentemente con el dios. De los doce, dos tenían El Don, y Hefesto les enseño muchos de sus secretos mágicos. Sin embargo, aunque los objetos que creaban eran poderosos, no se podían igualar a los del dios. Mientras sus seguidores construían objetos menores, Hefesto forjaba muchos de sus legendarios objetos mágicos, los cuales fueron regalados a otros dioses.
Hefesto no permaneció en Lemnos; viajó a otros lugares mágicos y creó otras forjas, aunque como le tenía cariño a la isla la visitaba a menudo. Su culto prosperó y creció, continuando con la tradición de admitir tanto a miembros con El Don como sin él. De las otras fraguas de Hefesto solo se conocen dos:
  1. una de ellas en Yanartaş, cerca del Golfo de Antalya, en Asia Menor, donde la mítica Quimera fue derrotada y donde elfuego todavía brota de la tierra por arte de magia.
  2. La otra, más famosa, la construyó en una caverna en la isla de Cerdeña. Por motivos evidentes, este lugar juega un papel fundamental en la historia de la Casa Verditius y sigue siendo el emplazamiento de la Domus Magna de la Casa.
Ambos lugares fueron centros de mucha actividad para los adoradores del Culto de Hefesto.

El Culto de Vulcano

Varios Cultos Mistéricos cambiaron durante la hegemonía del Imperio romano, adoptando nombres diferentes e incorporando ligeramente las nuevas prácticas religiosas. De esta forma, y a pesar de la oposición de varios de sus miembros griegos, el culto de Hefesto se transformó. Persuadido por las presiones del Imperio, el culto de Hefesto comenzó a aceptar Iniciados más familiarizados con el dios romano Vulcano que con el viejo artífice griego. Estos nuevos Iniciados cambiaron poco a poco la naturaleza del culto; los Misterios de Vulcano daban una mayor importancia al poder destructivo del fuego que a las maravillas propias de la fragua. Aunque el culto de hechiceros siguió produciendo objetos mágicos, la cantidad de armas creadas pronto superó el número de los encantamientos no bélicos. Rebautizado como el Culto de Vulcano, creció en importancia y poder mediante el suministro de objetos encantados a los Césares romanos y a los magi del Culto de Mercurio.
La caída del Imperio romano y las invasiones germánicas fueron especialmente terribles para el Culto de Vulcano, como lo fueron los oscuros años que las siguieron. Mientras los demás Cultos Mistéricos se disolvían y sus miembros emprendían de forma individual sus carreras mágicas, el Culto de Vulcano trató desesperadamente de mantener su organización. Fracasaron y descubrieron que habían pasado demasiado tiempo manufacturando encantamientos. Ninguno de ellos tenía la capacidad mágica necesaria como para defenderse ante sus enemigos, por lo que muchos fueron asesinados o esclavizados por poderosos señores. Como cada vez caían más miembros del culto, sus líderes abandonaron Roma y los magi se fueron retirando en pequeños grupos a sus fraguas secretas. La comunicación entre ellos cesó y el culto unificado de Vulcano se desintegró.
Los grupos más reducidos se negaron a cooperar con otros hechiceros. Sin embargo, siguieron produciendo y vendiendo objetos mágicos e idearon una compleja red de intermediarios en las ventas para salvaguardar su seguridad. Pero no era infalible, por lo que a veces los artesanos eran descubiertos y aniquilados por hechiceros codiciosos. El culto fue menguando, mientras que la desconfianza entre sus miembros, y hacia el mundo en general, fue en aumento.

Verditius, el Fundador

Verditius fue alumbrado por la viuda de un herrero en la isla de Córcega. Como el marido de la madre había muerto un año antes del nacimiento del niño, la gente se preguntó quién podría ser el padre. Como su Don resultaba obvio, especularon que podría ser desde un príncipe feérico hasta un demonio. Cuando el niño desarrolló su habilidad artesanal, algunos conjeturaron que podría ser hijo del mismísimo Vulcano, que hubiese vuelto a la tierra para resucitar el antaño desaparecido Culto.
Verditius fue criado por su tío, un herrero que puso a trabajar al niño en la forja cuando todavía era muy pequeño. El muchacho desarrolló el oficio con inusitada presteza y llevó a cabo su primer proyecto en solitario a los cinco años: un par de cuchillos tan afilados que podían cortar hierro puro. Era un niño temperamental y taciturno, con tendencia a sufrir ataques de ira que solían acabar de forma violenta. A los siete años mató a un compañero de trabajo durante una pelea en el taller, lo que provocó una amarga contienda entre su familia y la del trabajador asesinado. Para protegerlo, el tío de Verditius envió al niño a Cerdeña, donde fue acogido en secreto por otro herrero.
Aunque muy reducido, el Culto de Vulcano todavía permanecía activo en Cerdeña, donde practicaba ritos secretos en la recóndita Fragua de Hefesto. Pocas semanas después de su llegada, Verditius llamó la atención del líder del culto, pues reconoció el poderoso Don que poseía el chico. El muchacho fue comprado al herrero a cambio de un cazo de sopa encantado. Su nuevo maestro llevó a Verditius a la guarida del Culto, donde comenzó su iniciación en el Culto de Vulcano.
Verditius destacó en los ritos secretos y fórmulas del culto, y a los catorce años ya dominaba todos sus Misterios. El gran número de objetos mágicos que inventó fue asombroso; nunca se vio un hechicero herrero tan hábil. Verditius fue el único miembro del culto capaz de comprender la doncella dorada (llamada Kourai Khryseai) de Hefesto, un viejo autómata que el dios había dejado abandonado en su fragua. Verditius desmanteló y reconstruyó el autómata con forma de mujer e incluso logró ponerlo en marcha durante siete días antes de que dejara de funcionar. Como el culto no podía enseñarle nada más al muchacho, dictaminó que viajara a la isla de Lemnos para devolverle a la baldía forja de Hefesto su utilidad y su gloria.
Siempre temperamental y obstinado, Verditius tenía otros planes. En lugar de navegar al este, se dirigió hacia el norte en busca de las leyendas de los herreros bárbaros de aquellas tierras, de los que se decía que podían tallar runas de poder en sus encantamientos para lograr efectos aún más poderosos. El arte de la herrería mágica de los norteños descendía de Völundr, un legendario herrero que había aprendido su oficio de Mimer el Viejo, una deidad menor del panteón escandinavo. Völundr adquirió todas las técnicas de Mimer antes de incorporarlas a las habilidades aprendidas de los elfos oscuros y enanos. Völundr también fue aprendiz de Regin, el malvado enano que codició el anillo mágico de los Nibelungos y que jugó un papel fundamental en la vida de Sigfrido, el Matadragones. Aunque Völundr había vivido durante el siglo V, Verditius tenía la esperanza de que algunos de sus secretos hubiesen sobrevivido a través de los que aprendieron de él el oficio de herrero.
Verditius visitó los lugares de Escandinavia, Dinamarca e Inglaterra relacionados con Völundr y, aunque se encontró con unos cuantos practicantes de la herrería mágica dispersos por las latitudes polares, ninguno aceptó enseñarle. Sin embargo, le dieron a entender que el mismísimo Völundr aún vivía, aunque en otro plano, alejado del mundo terrenal. La única forma de llegar a este lugar encantado era atravesar un valle sagrado ubicado en los confines del Bosque Negro. Así, Verditius viajó a las tierras germánicas con la esperanza de que esto fuera cierto.
Su búsqueda fue infructuosa hasta que dio con un cuervo posado en un tejo que estaba medio seco. El pájaro le dijo que la única forma de llegar al plano donde estaba Völundr era autoinfligiéndose una herida incurable, como recuerdo de la herida que Völundr había sufrido en la leyenda. Llevado por el deseo, Verditius se mutiló a sí mismo: se amputó el pie izquierdo con un golpe seco y certero de hacha. El dolor se apoderó de él y cayó inconsciente. Cuando despertó estaba tendido en el lecho de un gran refugio de madera. Völundr había cuidado y vendado su herida. El maestro herrero decidió tomar a Verditius como aprendiz y, durante dos años, le enseñó todo lo que sabía sobre el oficio de herrero y la magia rúnica.
Durante este periodo, Verditius construyó cinco anillos mágicos, uno para cada uno de los dedos de su mano derecha. Haciendo uso de todo lo que había aprendido del Culto de Vulcano e incorporando los Misterios rúnicos de Völundr, los anillos superaron en poder a cualquier cosa que jamás hubiese hecho o visto antes.
Verditius regresó a la Fragua de Vulcano en Cerdeña y empezó a fabricar objetos encantados. Siguiendo con la tradición, reunió a doce compañeros de forja para que le ayudaran. A sus aprendices con El Don les enseñó los Misterios de su magia, reformando poco a poco el viejo Culto de Vulcano y renombrándolo de forma ostentosa como el Culto de Verditius. Fue durante estas primeras etapas cuando Trianoma le encontró y le invitó a unirse a la floreciente Orden de magi de Bonisagus . La idea de una coalición pacífica de magi le resultaba atractiva, pues recordaba las historias de su maestro en las que los codiciosos hechiceros robaban al Culto de Vulcano. El aprendizaje de la Parma Magica fue un incentivo poderoso y su eficacia impresionó a Verditius. Aceptó con la condición de que Trianoma le prometiera que no habría otro encantador de objetos en el grupo y que ninguno de los herreros del norte pudiera ser aceptado. Aunque Trianoma evitó pronunciarse en un principio, ya que había acordado una condición similar con otro de los Fundadores, acabó por aceptar en base a la reputación y la calidad de los encantamientos de Verditius.
En Durenmar, mientras Verditius le enseñaba a Bonisagus cómo encantar objetos, Bonisagus enseñaba magia Hermética a Verditius. Embriagado por el éxtasis de su enseñanza compartida, Bonisagus quiso saber más de la magia del herrero, pero Verditius se negó, alegando al anciano magus que ya le había mostrado lo suficiente. Aunque Verditius aprendió rápidamente la magia Hermética de Bonisagus, nunca fue bueno lanzando hechizos. Podía lanzar hechizos espontáneos, pero era incapaz de utilizar la magia formulaica, incluso habiendo memorizado antes sus encantamientos. Verditius estuvo muy poco tiempo en Durenmar; se marchó algo después de haber participado en el juramento fundacional. Sin embargo, la forja que construyó y utilizó durante su estancia todavía se conserva. Verditius decidió establecer su nueva Casa en Cerdeña, en la Fragua de Vulcank. Construyó la primera torre del lugar y la llamó “Verdi”. Verditius nunca volvió a Durenmar, en su lugar envió a , su primer filius, para atender las primeras reuniones del Gran Tribunal.

Los primeros años de la Casa Verditius

El culto de Verditius aumentó rápidamente. Verditius aceptó a más personas con El Don como compañeros de forja y les enseñó los Misterios de su magia. Su primer aprendiz fue Gelon, quien se ocupó de las funciones Herméticas formales en lugar de su parens. Su segunda filia,Fenistour, inventó las herramientas de lanzamiento, que permitieron que los magi Verditius tuvieran la capacidad de lanzar hechizos formulaicos. Hasta el descubrimiento de Fenistour, los aprendices de Verditius, al igual que su maestro, fueron incapaces de lanzar hechizos formulaicos. Milo, otro notable filius, recorrió los lugares abandonados del mundo antiguo en busca de los objetos mágicos creados por Hefesto. La Casa creció, extendiéndose por las islas mediterráneas, la costa del norte de África y Grecia, desde Cerdeña hasta Lemnos.
Mientras husmeaba entre las ruinas de Rávena, Milo hizo un importante descubrimiento. Encontró varios escritos de Anicius Manlius Severinus Boëthius, un destacado estadista romano, filósofo y autor del texto De consolatione philosophiae, que escribió en la cárcel antes de ser ejecutado por los cargos de brujería y traición. Boëthius también era inventor, y los textos que recuperó Milo describían la construcción de ingeniosos relojes de sol y clepsidras, cuya extraña precisión se basaba en la magia planetaria y no en las incipientes semillas de la lógica o la ciencia. Al compartir estos textos con Verditius, ambos descubrieron que las ideas filosóficas de Boëthius explicaban algunos de los defectos de la magia rúnica que Verditius había incorporado en su Misterio. También descubrieron un vínculo tangible entre los beneficios de las runas talladas y la comprensión filosófica intrínseca del tallador. Al parecer, cuanto más comprendía el encantador las conexiones filosóficas existente entre las runas y su objeto simbólico, más poder mágico le podía imbuir. Del mismo modo en que Bonisagus había despojado a la magia antigua de las oraciones y peticiones a los dioses paganos, Milo y Verditius consiguieron eliminar las implicaciones paganas de las runas, conectándolas a los principios filosóficos y denominándolas las Runas de Verditius.

La Casa tras Verditius

Durante sus años como líder de la Casa, Verditius rara vez salió de Verdi, viajó solo para conseguir componentes mágicos y otros recursos necesarios para sus proyectos. A principios del siglo IX su barco naufragó durante una tormenta frente a las costas de Córcega y los descendientes de sus enemigos, los hijos y sobrinos del hombre que había matado hacía tantos años, lo capturaron. Como era normal en las venganzas corsas, el asesinato no se había olvidado. Tras encadenar a Verditius, lo arrastraron hasta el patriarca de la familia, en cuya presencia fue asesinado: le cortaron la cabeza y le arrancaron el corazón; su cuerpo fue pasto de los cuervos.
Gelon asumió el papel de Primus de la Casa, comenzando con la larga tradición en la que el filius más viejo del Primus asume su cargo tras el fallecimiento del líder. Imprudentemente, Gelon buscó a los asesinos de Verditius y acabó con ellos, continuando sin saberlo con la contienda. Este fue el peor error de Gelon, ya que perpetuó la vendetta que de otra forma habría terminado con la muerte de Verditius; este terrible legado aún envenena la Casa, aunque de forma mucho más sutil. Gelon se dio cuenta de su error cuando un grupo de asesinos corsos penetró en Verdi e intentó matarlo. Acabar con los asesinos no hizo más que empeorar la deuda y Gelon asumió que esto solo terminaría una vez la familia corsa hubiera dicho la última palabra. La vendetta se prolongó durante treinta años, estallando cada cinco años más o menos, hasta que, de forma magnánima, Gelon otorgó el título de Primus a su primer aprendiz y se entregó a sus enemigos.
Turnis, el segundo Primus, hizo mucho por fomentar el crecimiento de la Casa. Desarrolló el ritual arcano que permite que otros magi Herméticos puedan unirse a la Casa Verditius, estableció y aplicó las reglas actuales del Concurso y propició un ambiente tolerante que permitió que los magi pudieran seguir su propio camino a través de los Misterios Interiores de la Casa. Quizás, como respuesta a las notorias relaciones exteriores que tuvieron Verditius y Gelon, Turnis se centró en las relaciones entre los miembros de la Casa. Alentó a los magi Verditius para que cooperaran los unos con los otros, compartieran el Conocimiento del Culto de Verditius y se Iniciaran entre ellos en los Misterios Interiores de la Casa. Este enfoque introspectivo de la Casa sigue siendo popular y los Primi que sucedieron a Turnis han continuado centrando su atención en la Casa Verditius y no en las relaciones con la Orden de Hermes. Si bien el intercambio y la venta de objetos mágicos está regulado, las interrelaciones con los magi de otras Casas se dejan en manos de cada magus Verditius (la Casa no interfiere en dichos asuntos).

Las Crisis en la Orden

La Casa Verditius siempre ha tenido una actitud introvertida, pues ha estado centrada en los magi Verditius, en su crecimiento mágico en general y en los objetos encantados en particular. Aunque sus miembros aprecien la paz y prosperidad que les propicia la Orden, tienen poco interés en contribuir en el esquema general de su progreso. La Casa Verditius no le tiene mucha estima a los acontecimientos que han sacudido a la Orden. La Casa Verditius no participó en La Ruptura  de los Tremere ni en las diabólicas depredaciones de la Casa Tytalus. Durante los primeros años de La Guerra del Cisma , unos cuantos magi Verditius fueron acusados de vender armas mágicas a ambas partes del conflicto; acusaciones que hoy día siguen sin poder probarse. Si algún magi Verditius llegó a vender objetos mágicos a la Casa Diedne, dejó de hacerlo inmediatamente después de que se presentaran los cargos contra ellos.
Para los magi Verditius, la mayor amenaza se produjo en el año 1061, cuando la Orden dictaminó que los magi Herméticos ya no podían vender de forma directa sus objetos creados a la sociedad mundana. En lugar de ello, tenían que utilizar intermediarios sin El Don para seguir vendiéndolos. Como ya contaban con un importante elenco de trabajadores y artesanos, la Casa adaptó rápidamente a los miembros de su personal para facilitar las ventas futuras. Para evitar posibles repercusiones legales, la Casa Verditius disminuyó el número de objetos que un miembro podía vender a los mundanos. El número fue fijado en un objeto mágico al año y la vendedora tenía que utilizar su red de intermediarios en el intercambio. Este límite solo se aplicó a los compradores mundanos; a los miembros de la Orden de Hermes podían venderles tantos objetos mágicos como quisieran. En el transcurso de los años, cada uno de los Tribunales ha modificado este precepto. Por ejemplo, el Tribunal Romano permite la venta de un objeto mundano por etnia mundana. Una maga romana puede evitar ser censurada si, por ejemplo, le vende un objeto a un judío, otro a un musulmán, otro a un genovés o a un milanés, etc.

Los Conflictos en la Casa

A diferencia de otras Casas Herméticas, la Casa Verditius no ha sufrido ningún conflicto interno importante en su historia. Aunque ciertamente se hayan dado conflictos entre sus miembros, no ha habido ninguna situación en particular que haya dividido a la Casa en facciones indispuestas a la cooperación o en grupos claramente opuestos. Los conflictos personales suelen arreglarse mediante “vendettas”, un término que fue tomado de la contienda que el Fundador tuvo con los corsos y que ahora se utiliza para definir de forma más sutil un enfrentamiento prolongado y no violento entre individuos de la Casa. El Primus rara vez detiene estas prolongadas disputas y la Casa las prefiere antes que los ejercicios judiciales de la Casa Guernicus o que la letal práctica de la Guerra de Magi. Sobre la mitad del siglo XII, la Casa se afligió al descubrir que Icilius, un magus Verditius que vivía en el Tribunal Normando, estaba enseñando el secreto de la fabricación de autómatas a todo magus Hermético que quisiera aprenderlo. Este secreto era uno de los más preciados de la Casa y su filtración en la Orden supuso una afrenta imposible de ignorar. Icilius difundió de forma insidiosa el secreto de los autómatas, enseñó de manera clandestina a otros magi Herméticos y luego amplió su aprendizaje con libros que él mismo había escrito. La Casa trató sin piedad a Icilius; casi una docena de magi Verditius declaró una Guerra de Magi al traidor. Icilius fue perseguido y asesinado, pero el daño ya estaba hecho y los autómatas se habían extendido por toda la Europa Mítica.

Territorios

Domus Magna: Verdi

La Domus Magna de la Casa Verditius es Verdi. La alianza, ubicada en la isla de Cerdeña, está constituida por siete torres de piedra, donde una torre central más baja está rodeada por las otras seis más altas. La torre central se ha construido en etapas; se erigió sobre la Fragua de Hefesto y con el paso del tiempo se ha ido reparando periódicamente. Alrededor de la torre principal se alzan en círculo seis torres, cada una con el nombre del Primus que la creó. Existe una vasta red de cavernas y túneles bajo el lugar. Este entramado subterráneo conecta las torres y conduce a una serie de laboratorios y cámaras. En el interior de este laberinto rocoso se halla la Fragua de Hefesto, la misma que el dios utilizó para forjar muchos de sus objetos maravillosos. Aunque esta sala pueda utilizarse como un laboratorio, funciona principalmente como cámara de Iniciación para aquellos magi Verditius que se introducen en los Misterios Interiores.
Todo el complejo de la alianza está enclavado en un valle arbolado y rodeado por esbeltas torres denominadas nuraghi (en singular nuraghe), que fueron construidas hace mucho tiempo por una raza de seres desconocidos. Aunque las construcciones no tengan cimientos y se sustenten únicamente por su peso (pues los sillares no están ligados con ningún tipo de cemento), conforman estructuras complejas de murallas interconectadas y torres. Estos “protocastillos” abandonados salpican el paisaje del norte de Cerdeña. Además, cada uno ocupa una débil aura Mágica, por lo que los cronistas Herméticos se hacen preguntas sobre la identidad de sus constructores. Tanto si los nuraghi crearon las auras mágicas, como si fueron construidos en auras preexistentes, el hecho es que el norte de Cerdeña está plagado de ellos.
Verdi es una comunidad próspera, hogar de poco más de cien personas. Los magi Verditius, contando al Primus, que viven en Verdi de forma permanente son seis. La alianza cuenta con al menos otros diez laboratorios disponibles para los magi Verditius que quieran estudiar en Verdi durante periodos de tiempo prolongados. Cada laboratorio tiene una forja, necesaria para muchos de los artesanos Verditius, y también diversas herramientas de trabajo para los que se dediquen a otros oficios. Incluso con este gran número de habitantes, muchas de las torres permanecen vacías la mayor parte del tiempo.

Religión

La Casa Verditius es un Culto Mistérico y tiene mucho en común con los otros, y más pequeños, Cultos Mistéricos esotéricos de la Orden de Hermes.
El proceso para adquirir conocimientos de los Misterios Interiores del Culto está estructurado, pero no formalizado. La Casa Verditius tiene cuatro Virtudes Menores y Mayores del Misterio Interior. A los magi se les permite (y se espera que lo hagan) aprender los Misterios Interiores de la Casa en el orden que deseen, en función de sus necesidades y objetivos individuales y según sus preferencias. Algunos magi Verditius se reúnen en cofradías: pequeños grupos de individuos con ideas afines que siguen el camino abierto anteriormente por un carismático magus. Naturalmente, es más sencillo aprender unos Misterios Interiores que otros y muchos magi Verditius siguen caminos parecidos para lograr una Iniciación más profunda.
Lo normal es que los magi Verditius aprendan los Misterios Interiores de la Casa de otros miembros, en lugar de actuar como sus propios Mistagogos. La Casa es lo suficientemente sociable entre sí como para que esto se dé con facilidad. Esta forma es eficaz a la hora de difundir el Culto y explica el rápido crecimiento que tuvo la Casa en sus primeros días. Los magi también pueden Iniciarse a sí mismos en los Misterios Interiores, actuando como sus propios Mistagogos y siguiendo Guiones de Iniciación que suelen ser más complicados.
Avanzar a través de los Misterios Interiores tiene un precio. Cuando los magi Verditius aprenden más Misterios, no solo crecen en poder y adquieren más habilidades, sino que con ello también aumenta su arrogancia y egoísmo. La Hibris es la mácula que marca a los magi Verditius y la inevitable consecuencia de aprender la magia del Fundador. Los magi Iniciados en los Misterios Interiores ganan Hibris como Rasgo de Personalidad, que afecta tanto a sus interacciones con los demás como a sus objetos creados.
Tipo
Guild, Mages
Sistema de Gobierno
Monarchy, Absolute
Religión oficial
Organización a la que pertenece
Misterio Exterior
Magia Verditius


Cover image: by Montedemo

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